lunes, 30 de abril de 2012

UN MAL DÍA DE PLAYA

Esto sucedió un verano hace mucho tiempo, tanto que casi no me acuerdo. Mis padres decidieron que haríamos un viaje por carretera para conocer la tierra de mi madre, Cartagena. Nos acompañaban unos parientes que habían venido a pasar unos días con nosotros. El plan original era ir al pueblo natal de mi madre para conocer la casa donde nació y los lugares que frecuentó de pequeña junto con sus hermanos, hasta que ella y toda su familia emigraron a Barcelona a causa de las dificultades económicas que estaban atravesando. Nos detuvimos un par de veces en la carretera, una para comer y las restantes para descansar un poco del largo viaje. Desde el automóvil contemplamos un paisaje inigualable de campos donde se dibujaban los surcos de un arado profundo, en el que se intuían los frutos fecundos que da la tierra. Era una tierra madurada con el sol y sazonada con el tiempo. Su existencia se correspondía con un  paisaje reconocible, más o menos hermoso que nosotras, niñas inocentes, contemplábamos con respeto. Era  un entorno cálido y sugestivo en el que se manifestaban en perfecta armonía cielo, mar y tierra.

El cansancio impuso un descanso obligatorio en uno de los parajes más bellos que he visto en mi vida.

Tenía ante mis ojos un pedazo de playa recóndito, solitario y en perfecta simbiosis con  la brava marea de sus olas rompientes. Resguardada por una hermosa barrera de olivos que delimitaban una pequeña cala agreste y salvaje, suavemente acariciada por la intensa brisa marina.  Las casas de veraneo, ocultas tras higueras y algarrobos se asomaban a través de sinuosos acantilados a las dunas áridas y pinos de la playa.  La serena belleza de aquel lugar nos embriagaba.

Pero el mar estaba embravecido y aunque el baño no era aconsejable, nosotras decidimos mezclarnos con la olas del mar. No sabría decir en qué momento las olas pasaron de ser nuestras compañeras de juego a convertirse en nuestras enemigas, porque estábamos entretenidas con nuestros juegos y no nos percatamos de los cambios que se estaban produciendo sobre el mar.

Recuerdo que aquel día la marea estaba más lejos de lo normal y las olas eran más altas, pero lejos de sentir miedo nos atraían como un poderoso imán. Nos encontrábamos justo en ese punto donde rompen la olas, recibiéndolas con gritos y saltitos. Tanto disfrutábamos con los remolinos que se formaban alrededor de nuestros cuerpos que cuando nos dimos cuenta  estábamos muy alejadas de la orilla y la mar cada vez más picada. Descubrí a mi hermana y a Loli en apuros, demasiado nerviosas, braceando y luchando por escapar de la furiosa acometida del oleaje. Mientras tanto, intentaba nadar, con todas mis fuerzas, pero me envolvían las olas y los remolinos que se formaban bajo mis pies me arrastraban hacia el fondo. Tras tragar una bocanada de agua logré sacar la cabeza y braceando con desesperación intenté mantenerme a flote. Angustiadas en grado sumo, empezamos a gritar pidiendo ayuda, pero nuestros padres creyendo que estábamos jugando no nos hacían caso y nos saludaban con la mano participando inocentemente en lo que ellos creían que era un juego. Viendo que no nos ayudaban y que tendríamos que salir de aquel infierno por nuestros medios. Sacando fuerzas de flaqueza, nos fuimos aproximando y conseguimos cogernos de la mano y agarrándonos con fuerza logramos escapar de aquellas olas traicioneras. Cuando ya estábamos fuera, sentadas sobre la arena tratando de recuperarnos del susto y calmando nuestro corazón desbocado, pensamos en lo que nos había ocurrido. Mi prima nos confesó que ella pudo salir gracias a que una de nosotras le tendió una mano, Antonia y yo dijimos lo mismo. Entonces, Loli, nuestra prima nos dijo toda seria:

…” Aquí hay algo que no entiendo, cuando estábamos en el agua ha pasado algo raro, me han cogido de la mano y gracias a eso y a que nos hemos ayudado entre las tres hemos podido salir, pero yo diría que esa mano que me ha socorrido no era de ninguna de vosotras. Me he puesto nerviosa y no podía pensar. Además lo único que quería era salir cuanto antes”… Terminó diciendo. Y, aunque meditamos durante unos momentos, acabamos olvidándonos del percance. En realidad, tan sólo éramos unas chiquillas de corta edad sin inquietudes espirituales y no insistimos demasiado en el asunto.

 Muchos pensarán que fue Dios quien nos ofreció su mano, pero lo sucedido es algo que siempre hemos tenido en nuestra mente y cuando nos volvimos a encontrar años más tarde, ya adultas, lo comentamos y pensamos que lo que nos libró de la muerte fue el compañerismo, la solidaridad y la certeza de que teníamos que ser responsables de nuestras vidas ayudándonos mutuamente…

A partir de ese día siempre le hemos tenido mucho respeto al mar...



domingo, 29 de abril de 2012

VIDENCIA POR HERENCIA

Una amiga nos contó una historia que pretendía ser cierta y os la voy a contar tal y como me la contaron.

Una mujer acostumbraba a ir muy a menudo a una vidente a que le revelase su futuro. Aquel día se empeñó en que la acompañase su marido, una persona que no simpatizaba demasiado con este tipo de personajes y por lo tanto, contrario a realizar este tipo de consultas. Como suele suceder en la mayoría de los casos, la curiosidad disuadió al hombre y decidió acompañar a su esposa a la casa de la vidente… Pero con la firme decisión de participar sólo como testigo mudo de la actuación.

Tras una corta espera en una salita, que gozaba de una iluminación efectista que recreaba un ambiente esotérico y misterioso, que sólo conseguía intimidar a un hombre con la imaginación demasiada excitada por la situación tan extravagante que estaba a punto de pasar.

Sugestionado por el lugar cuando penetró en el cuchitril donde se encontraba la vidente, sus ojos descubrieron una pequeña plaquita en la que se leía “VIDENCIA POR HERENCIA”, el hombre al captar el sentido de la frase esbozó una sonrisa irónica. Nunca había creído en esas cosas….

Esperaba encontrar un antro de satanás regentado por una bruja, pero nada más lejos, ante sus ojos se encontró con una jovencita, que aparentaba tener unos veinte años, rubia y de unos increíbles ojos azules que destacaban en un rostro lleno de lozanía. Una enigmática sonrisa se dibujaba los labios de la muchacha.

-“Tomen asiento, por favor!". Pronunció la vidente...

-“ Queremos que nos diga que nos depara el futuro”. Comenzó diciendo con nerviosismo la cliente.

-“ ¿Están ambos interesados?”- Preguntó al hombre…

-“ No, sólo mi mujer, yo vengo de acompañante”… Aclaró el hombre con nerviosismo…

La mujer clavó su mirada en las pupilas del hombre y con una extraña expresión en el rostro, le dijo:

- “ Sin embargo, debo decirle, y esto es algo que me pasa muy pocas veces, que veo un aura negra que rodea su cuerpo y eso quiere decir que algo negativo le ronda…” . La vidente no puede concluir su explicación porque el hombre lleno de temor, la interrumpe…

-“ ¿Qué quiere decir, con eso del aura…?”- Con los ojos desorbitados, el hombre trata de encontrar respuestas..

-“ Quiero decirle que veo en su futuro que va a fallecer en una excursión escolar con niños que no son niños? Termina diciendo la bruja…

- “Bueno, yo soy conductor de autocar….” Dice el hombre más tranquilo- "- Pero, si se trata de una excursión con niños que no son niños, no me preocupo porque ese no es mi caso y ahora si me permite nos vamos, ¿cuánto le debemos?…” Paga y más nervioso que enojado se levanta de su asiento con precipitación y se dirige a la puerta, abandonando la sala, mientras le sigue de cerca la esposa que todavía no se ha repuesto de la impresión…

Pasaron los años, y siempre tenía en la cabeza la terrible predicción de la adivina. Hasta que un día tiene que hacer una excursión con un grupo y cuando tiene ocasión de comprobar que los futuros ocupantes del autocar son personas con el SINDROME DE DOWN, abandona aterrorizado el autocar y huye….

domingo, 22 de abril de 2012

LAS AMIGAS MUERTAS


Llegan dos mujeres al cielo y una le pregunta a la otra:

Mujer 1: - Cómo te moriste ??

Mujer 2: - Congelada

Mujer 1: - Ay!!! que horror!! debe ser horrible morir congelada!!!, qué sentiste??

Mujer 2: - Al comienzo es muy feo, primero dan escalofríos, después los dolores en los dedos de las manos y pies, todo se va congelando, después viene un sueño muy pesado, y perdí la conciencia...... y tú cómo moriste????

Mujer1: - Yo? de un ataque cardíaco, estaba desconfiando de mi marido, creí que me engañaba, un día llegué más temprano de trabajar, corrí hasta el dormitorio y él estaba acostado en la cama viendo televisión, desconfiada corrí al sótano para asegurarme de que no tenía a ninguna mujer escondida, pero no había nadie, corrí hasta el segundo piso, pero tampoco encontré a nadie,después subí hasta el desván, pero al ir subiendo las escaleras, me dió un ataque cardíaco, y caí muerta.

Mujer 2: - Como eres pendeja! !!! si hubieras buscado en el refrigerador, las dos estaríamos vivas...........

viernes, 20 de abril de 2012

SANT ROMÀ DE SAU, EL PUEBLO FANTASMA DEL PANTANO DE SAU


Una de las imágenes más llamativas y enigmáticas que podemos encontrar en nuestro país son los numerosos pueblos y edificaciones que yacen bajo el agua de nuestros pantanos y embalses.


Por eso hoy os quiero hablar de la fascinante historia de un pueblo sumergido en las profundidades del Pantano de Sau que cada vez que se produce sequía aflora a la superficie creando una de las imágenes más espectaculares.

El gobierno franquista construyó un dique en el río Ter, para hacer el embalse mencionado.

El Pantano de Sau comenzó a construirse en el año 1949. Las obras se prolongaron hasta el 1969 y se inauguró en 1962, cuenta con unos 17 km de largo y un ancho máximo de 3 km. Posee una historia muy peculiar que comienza cuando abrió sus compuertas, cambiando por completo el aspecto del Valle de Sau. A partir de ese momento, las aguas del río Ter cubrieron por completo el pueblo de Sant Romà de Sau. Pero cuando baja su nivel, emerge majestuoso sobre las aguas del pantano el esbelto campanario de su iglesia románica como si reclamara el lugar que siempre le correspondió.



A raíz de la construcción del embalse el pueblo fue abandonado y la población se trasladó a la recién creada Vilanova de Sau. Es fácil pensar en la tristeza que les embargaba cuando tuvieron que dejar atrás el pueblo con sus casas, edificios, plazas, escuelas y pensar que todo aquello se perdería quedando definitivamente sepultado bajo las aguas del pantano. La falta de lluvias en según qué temporadas crea un paraje desolador muy preocupante. Entre sus piedras van apareciendo como fantasmas los árboles que llevaban años sumergidos, configurando juntamente con los restos de la iglesia, el cementerio y las ruinas de alguna construcción cuyas piedras las aguas del pantano convirtió en legendarias, un paraje de desolación atractivo.


Una paradoja de la naturaleza que precisamente la manifestación de este tesoro sea una señal de mal augurio, ya que es un indicador de la gran sequía que nos azota. Contemplar la belleza del lugar provoca escalofríos porque imaginamos como el agua lo iba invadiendo todo con fuerza y sin clemencia. La violencia de la inundación destruyó gran parte de las construcciones del pueblo, pero, curiosamente, los sótanos y la iglesia, eterna superviviente, resistieron la impetuosa acometida de las aguas y ahí permanecen como un testimonio pétreo de otro tiempo. Pese a la construcción de esta imponente obra de ingeniería, las viejas piedras de lo que un día fue el cementerio de esta población se resisten a ser olvidados y se exhiben ante turistas y viajeros cuando las reservas hídricas se hallan bajo mínimos, las viejas ruinas y la parte alta de la torre del campanario emergen fantasmales en las aguas del pantano permaneciendo como testigos silenciosos del tiempo.


Una pequeña rehabilitación de la parte inferior evita temporalmente sus posibles desprendimientos, pese a que los accesos están al descubierto, el edificio no se puede visitar porque no es seguro. Así que es preciso visitarlo con cautela. No obstante muchos son los curiosos que atraídos por una fascinación hipnótica aprovechan las radiantes mañanas de domingo para disfrutar del tesoro que encierran las ruinas del Pueblo de Sant Romà de Sau.

El Pantano de Sau se encuentra se encuentra a los pies de Tavertet envuelto de los bosques y grandes escarpados de la sierra de las Guilleries, en la localidad de Vilanova de Sau. Rodeado de los acantilados y precipicios de la imponente montaña del Collsacabra, en pleno corazón de Catalunya.

Un triste destino el de este pueblo y por imperativo del Estado franquista.  Imagino que se presentaría en el lugar un hombre trajeado de negro, escoltado por una caterva de matones con malas intenciones, amenazando a los lugareños... Y, además, estoy segura de que no fueron indemnizados por ello, porque era algo completamente impensable en aquel tiempo...

..." Abandonad vuestras casas si no queréis sucumbir ante la inundación que se avecina"... Así creo que debió anunciarse la inminente catástrofe del pueblo. Porque los pantanos creados por Francisco Franco, eran un absoluto ejemplo de inoperancia... Decía mi padre y con razón... El miedo y el sentido común se apoderó de aquellas humildes gentes que, desesperadas se refugiaron e Vilanova de Sau...

Como figura en documentos oficiales y de archivo,  es curioso, numerosos blogs y páginas web tratan este tema con mucho recelo, pero todas, coinciden en un hecho en común, la inundación de Sau.

1962 es una fecha histórica para el lugar. En esa fecha se abrieron las compuertas y a partir de ese momento el agua lo invadió todo dando origen a todo tipo de leyendas que comenzaron a transmitirse oralmente. Los vecinos del lugar que ya habían abandonado el lugar previamente, llevándose sus pertenencias, pero dejaban allí algo demasiado importante para sus vidas: sus recuerdos y parientes difuntos, familia y vecinos del pueblo que vieron crecer, algunos fueron trasladados a otro cementerio antes de la inundación. En 1965 se cerrarían las compuertas del embalse. Justo cuando las aguas  sepultaron el pueblo...

Se habla de precipitadas inhumaciones de cadáveres ante el horror de imaginarlos sumergidos bajo el agua, también hay algún grupo que se ha dedicado a realizar alguna que otra psicofonía en el lugar ante la presencia de extrañas luces en el centro del pantano en noches de luna llena, quizá influenciados por antiguas leyendas carolingias que hablan de rocas de luz y cuevas sagradas habitadas por musulmanes capaces de traicionar a su gente y reyes “piadosos”que convirtieron el valle de Sau en una tierra legendaria. Existen personas que dicen haber escuchado extraños sonidos sobre todo cuando el nivel del agua del pantano está bajo y hace mucho viento, a veces se escucha el sonido amortiguado de las campanas de la iglesia, pero es un mal augurio porque siempre anuncian alguna desgracia…

Próximo al pantano de Sau entre barrancos y despeñaderos se encuentran varias poblaciones de ensueño, Tavertet, una auténtica maravilla es este pueblecito colgante con sus preciosas casitas de piedra engalanadas con enredaderas y olorosos jazmines, que desde lo alto de los contrafuertes rocosos de Sau se refleja en las tranquilas aguas del embalse, Tavernoles, donde aún es posible encontrar un museo donde se refleja la vida de los campesinos hace más de un siglo, Savassona y su enigmática “piedra de los sacrificios” cuyos signos aún no han podido ser descifrados pero que tienen que ver con antiguos cultos primitivos de la región.

Uno de los monasterios más hermosos de la zona es el de Sant Pere Casseres que ocupa una especie de península que se adentra en el pantano, cenobio benedictino que ha conservado hasta hace poco los restos momificados de un niño que la tradición popular atribuye al hijo de los vizcondes de Cardona. Los restos momificados del niños fueron veneradas durante muchos años por los habitantes de la zona que le atribuían poderes sobrenaturales. Durante los periodos de sequía se realizaba una procesión que llevaba la urna con los restos del niño hasta el Ter para que se solucionara el problema.

La contemplación de las ruinas de este viejo pueblo desde la lejanía nos ofrece una visión casi irreal de este lugar aislado y solitario donde no hay vida y la decrepitud campa a sus anchas.El viento arrecia en esta orilla y me parece escuchar un leve susurro metálico amortiguado que sólo me inspiran temor e inquietud. Contemplo la desolación de un pueblo condenado y devastado por la fuerza de los elementos pero innegablemente poderoso porque desprende una extraña fuerza invisible que lo envuelve todo porque la naturaleza es la que tiene la última palabra, siempre…

El aislamiento y la pobreza de estos lugares propicia todo tipo de supersticiones ante la imposibilidad de encontrar explicaciones lógicas a determinados fenómenos, dando lugar al mito y la leyenda, es decir un tipo de narración a medio camino entre el mito, la realidad y las creencias populares.



sábado, 14 de abril de 2012

EL ENIGMA DE MELINDA Y ATROCIOUS


Últimamente vengo compartiendo en una red social vídeos sobre una película de terror llamada ATROCIOUS, se supone que es una snuff film que retrata el asesinato real de algunos miembros de una familia que veraneaba en una casa de campo del Garraf. Rodada sin la ayuda de efectos especiales, con el evidente propósito expreso de distribuirla y explotarla económicamente… Quiero puntualizar que si los hechos que se recogen en esta cinta son veraces considero que es una abominación exhibir de manera comercial la muerte de unas personas con fines de lucro. Pero tranquilos, porque uno de los protagonistas, Cristian Valencia es usuario de una red social muy famosa donde anuncia el próximo estreno de la película y recibe todo tipo de felicitaciones...

Cuando el 4 de abril de 2010 parte de los miembros de una familia aparecieron asesinados en una casa de campo del Garraf dos productores vieron la oportunidad de crear una película con el material encontrado por la policía local. Entre las pruebas encontradas había una serie de cintas de vídeo con 37 horas de grabación. Los productores se pusieron en contacto con el padre de los asesinados y acordaron que no se emitirían aquellas escenas que pudieran poner en entredicho la memoria de su familia.

Esta es la historia de ATROCIOUS, un documental que muestra en imágenes todos los hechos acontecidos en la casa. Una película que trata sobre un crimen “atroz” que sucede en un lugar que nos resulta muy familiar y cercano.

Hasta aquí el hilo argumental de esta misteriosa película considerada en Internet, como la sucesora de las célebres “Bruja de Blair” o “Paranormal Activity”. Este falso documental está muy bien realizado, aunque tiene algunas críticas negativas. Excelente idea para una película muy creativa pese a sus intérpretes que son bastante mediocres, cosa que disculpo porque tienen toda la pinta de ser aficionados y quedan correctos en su trabajo.

Esta coproducción hispanomexicana dirigida por Fernando Barreda Luna cuenta con un brillante marketing detrás que está tratando de crear un fenómeno sociológico con ella. Pero, en realidad no deja de ser un producto de serie B sin otra intención que la del puro divertimento. Algo que cualquier joven con inquietudes cinéfilas puede llegar a realizar.

Bueno, centrándome en el tema os quiero comentar un asunto muy raro que me ha ocurrido con la leyenda de Melinda y la película ATROCIOUS.

Hace algún tiempo cuando acababa de publicar, “PUEBLOS MALDITOS DE CATALUÑA, LA MUSSARA”, recibí por correo un relato sobre MELINDA, LA NIÑA DE LA CURVA DEL GARRAF, en él se narraba la historia de esta niña y toda su familia con todo lujo de detalles. Tanto me interesó que para contrastar lo que había recibido busqué en INTERNET información sobre el asunto y tuve la suerte de encontrarlo, pero extrañada comprobé que sólo se hablaba del tema en una página, estaba ilustrada con la imagen de una niña espectral que ocupaba toda la página. Un cierto tono amargo impregnaba todo el relato, escrito con un estilo literario muy sombrío y triste, capté algo extraño en lo que trataban de transmitir aquellas palabras. El relato describía con todo lujo de detalles toda la vida y milagros de la familia de Melinda, pero dejaba muy claro que aquella historia era sobre la que estaba basada la película ATROCIOUS, y especificaba que la niña no era en modo alguno un espíritu cruel y vengativo y que sólo se encargaba de indicar el camino a las personas que se extraviaban en el macizo del Garraf. Naturalmente, no me interesó en absoluto la película y después de publicar el post referente a MARMELLAR, me dediqué a preparar el de JAFRA, donde pensé incluir el relato de la niña Melinda.

Hace poco, en el post sobre JAFRA, una chica me ha preguntado si mi relato tenía algo que ver con la película ATROCIOUS, yo no podía contestarle porque no lo sabía ya que no la había visto. Así que para disipar dudas he decidido subsanar la deficiencia (está íntegra en YOUTUBE) y sorprendida he comprobado que no sólo no tiene nada que ver, sino que la trágica historia de los antiguos propietarios de la casa que en la película se menciona no coincide en nada con el relato que a mi me llegó y tampoco se habla de los escabrosos detalles que dan vida a esta misteriosa leyenda del Garraf.

Nuevamente, he intentado encontrar mi fuente y tampoco he podido dar con ella… Bueno, cada uno que piense lo que quiera, yo me reservo mi opinión...

martes, 10 de abril de 2012

LA CASA HECHIZADA


La muchacha camina vacilante por un tortuoso sendero lleno de piedras, que le dañan los pies. Pero, nada la detiene, avanza entre temerosa y decidida, la impulsa un vago anhelo difícil de explicar. El camino inicia una suave pendiente que conduce hasta un siniestro caserón, rodeado de árboles descarnados, sin hojas y renegridos. La soledad y la estela de la luna ilumina la figura de la muchacha convirtiéndola, casi, en una figura angelical. Un vendaval repentino azota el delgado cuerpo de la joven y de manera inconsciente se abraza tratando de alejar el frío hiriente de la noche. Golpea la puerta y el sonido atronador casi despierta a los muertos…Lentamente, la puerta se abre...Y, aparece una mujer muy anciana, pero increíblemente hermosa, luce una larga melena blanca que arrastra por el suelo, y una túnica negra, con bordados plateados, que oculta por completo su figura. En torno al cuello, luce un extraño collar formado por pequeñas piedras negras que irradian un extraño fulgor. Cuando la mujer empieza a hablarle, la joven despierta bruscamente con el corazón dándole brincos en el pecho.

Atormentada por los constantes sueños que viene padeciendo desde hace algunas noches, la joven se despierta sudorosa y llena de desasosiego. Regueros de sudor recorren sus pálidas mejillas y no puede reprimir el llanto. El sueño es como una historia que se ha ido completando poco a poco en cuatro noches sucesivas.

Aquel día, se dirige en coche hacia su oficina, pero una retención de tráfico la ha obligado a coger otro itinerario alternativo para no llegar tarde. La mañana no puede ser más hermosa, el cielo, de un color azul intenso, luce sin nubes. Repentinamente, un intenso malestar se apodera de ella, experimenta una vaga mala sensación que no sabe a qué atribuir. Cuando, de pronto, descubre que el coche recorre un paraje conocido, un lugar demasiado familiar para ella, que bajo la luz de la mañana cobra un nuevo aspecto. Indiscutiblemente, es el lugar que aparece en su sueño. Estupefacta, busca con la mirada la pequeña colina coronada por el viejo caserón y cuando por fin la visualiza en la lejanía, experimenta una gran paz interior.

Abandona la carretera, dando un brusco volantazo y aparcando en la cuneta, cruza el negro pavimento de la vía, y enfilando el sendero pedregoso se dirige hasta el caserón. Siente el corazón desbocado y conforme se aproxima, la firme decisión, que la animaba al principio, la va abandonando. Cuando se encuentra en la desolada y solitaria cima de la colina, repite el ritual del sueño y llamando a la puerta, siente como ésta cede un poco, abriéndose. Nadie sale a recibirla, pero ella guiada por un impulso, traspasa el umbral de la puerta adentrándose en la negrura inconmensurable de la casa. Nadie la recibe, llama su atención los diversos cuadros que cubren las mohosas paredes. Y, entre todos, uno llama su atención, se acerca y horrorizada se reconoce en el lienzo, es ella misma y su retrato forma parte de una amplia colección en la que aparecen representadas otras mujeres con gran parecido físico entre ellas.

Se encuentra ensimismada contemplando la extraña colección pictórica cuando un grupo homogéneo de ancianas aparece de pronto, irrumpiendo en la estancia donde se encuentra. Entre todas ellas, una, que reconoce como la de su sueño, se adelanta y le dice:

…”Por fin hija mía, has encontrado nuestra casa… a partir de ahora formas parte de la hermandad del sueño”…

…”¿La hermandad del sueño?”… Pregunta intrigada la joven…

…”Sí, la hermandad del sueño es un grupo de hechiceras que se comunica con sus elegidas a través del sueño… intentamos reclutar nuevos miembros para nuestra orden”….

…”No estoy interesada en formar parte de ninguna hermandad”…Contesta, con rebeldía, la joven.

…”No tienes elección, porque tu ya no estás entre los vivos. Mientras vivías rondabas esta casa en sueños, pero ahora estás muerta y la frecuentas como un fantasma”…

…”¿Qué tonterías está diciendo? responde con enojo.—¿Está usted desvariando?”…

…”No hija, por desgracia no desvarío, has muerto en un accidente de tráfico y tu espíritu te ha conducido hasta este lugar?”... Dijo la anciana y suavemente cerró la puerta.



Mientras tanto, en la carretera, un coche volcado, humea completamente destrozado y entre el amasijo de hierro sobresale el cuerpo destrozado de una mujer joven. El horror aparece dibujado en su rostro y sus ojos vacíos y sin vida están clavados en la casona solitaria, de una colina cercana, que destaca bajo el radiante cielo azul de la mañana….



CATALINA CAZORLA

viernes, 6 de abril de 2012

LA MOJIGATA - MARQUÉS DE SADE


He decidido publicar un relato erótico del Marqués de Sade, un hombre peculiar con un bigote de risa que fue considerado en su época como el artífice de las mayores depravaciones humanas. Un reprimido sexual que, cuando trató de poner en práctica todas las fantasías sexuales que reflejaba en sus libros, fue detenido y encarcelado. Sus escritos no dejan de tener un trasfondo moralista y prejuicioso.
Para unos, Sade es un personaje perverso y cruel, incapaz de dominar sus impulsos libertinos. Para otros, Sade recurre al Mal para fomentar el bien, es más, los abusos sexuales que los monjes cometen contra las indefensas protagonistas de sus novelas son una metáfora de las depravaciones que comete la Iglesia Católica como Institución de poder. El Marqués de Sade denunciaría los abusos y perversiones de la Iglesia, de los nobles y de los mismos revolucionarios, en el siglo XVIII.
Un personaje controvertido cuyo apellido dio origen al término sadismo que se emplea en psiquiatría para designar el tipo de neurosis que consiste en obtener placer sexual infligiendo dolor a otros. Su filosofía considera naturales tanto los actos criminales como las desviaciones sexuales. Sus obras fueron calificadas de obscenas y hasta bien entrado el siglo XX estuvo prohibida su publicación.

LA MOJIGATA

El señor de Sernenval, que rondaba los cuarenta años de edad, contaba con unas doce o quince mil libras de renta que gastaba con toda tranquilidad en París, y no ejercía ya la carrera de comercio que antaño había estudiado con miras a conseguir un cargo de regidor. Hacía algunos años había contraído matrimonio con la hija de uno de sus antiguos colegas, cuando ella tenía unos veinticuatro años. No había otra mujer con tanta frescura, con tanta lozanía y tan rellenita como la señora de Sernenval. Aunque no tuviera el físico de las Gracias, resultaba tan apetecible como la mismísima madre del amor, y aunque su apariencia no fuera precisamente el de una reina, emanaba de ella tanta voluptuosidad, con esos ojos tan amorosos y lánguidos, esa boca tan hermosa, esos senos tan redonditos y firmes, que era una de las mujeres más atrayentes de París.
Sin embargo, la señora de Sernenval, tan atractiva como era, adolecía de un defecto insoportable: una infinita mojigatería, una beatería irritante y una actitud tan ridículamente pudorosa que raramente su marido podía convencerla para que se dejara ver en público en su compañía. Tampoco era frecuente que accediera a pasar la noche con él, y cuando se dignaba a otorgarle este placer, lo hacía siempre con el máximo recato, vestida con un horrible camisón del que no se despojaba jamás. Únicamente le permitía la entrada a través de una abertura realizada artísticamente, a tal efecto, en el pórtico del Himeneo, y siempre con la condición de que no intentara ningún otro contacto ni tocamiento deshonesto.
Él respetaba con resignación los pudorosos límites que ella le imponía para evitar que montara en cólera, y por miedo a perder el favor de su mujer, a la que adoraba, aunque tanta mojigatería le resultaba ridícula; por eso, de vez en cuando, intentaba sermonearla.
-No es pasando todo el día en las iglesias, rodeada de curas, como una mujer honesta cumple con sus deberes matrimoniales. Lo primero de todo es atender a los de la propia casa. Harías más honor a los designios del eterno viviendo de forma honrada en el mundo real que enterrándote en las iglesias. Además, esos sementales de María son mucho más peligrosos que mis leales amigos, a los que tú evitas. Como te amo tanto me preocupan seriamente todas esas prácticas religiosas. ¿Y quién me asegura a mí que, en vez de acudir a los altares de Dios, no caigas de vez en cuando en el blando lecho de algún levítico? Esos bribones son de lo más dañino: hablando de Dios es como seducen a nuestras mujeres y a nuestras hijas, y en su nombre nos deshonran y engañan. Todos te consideran un modelo de virtudes, y yo también lo creo ¿pero qué pruebas tengo de que realmente seas digna de esa reputación? Con más facilidad lo creería si te viera salir airosa de los intentos de seducción de otros hombres, pues la esposa que no corre nunca ningún riesgo, y que tan segura se siente de sí misma, se convierte en una víctima fácil.
Ante este tipo de sermones, la señora de Sernenval nunca respondía nada, ya que era evidente que la argumentación no tenía réplica alguna; pero se ponía a llorar, recurso muy común entre las mujeres enamoradas o débiles, y también entre las hipócritas. Ante esto, su marido no se atrevía a seguir.
Esta era la situación cuando un viejo amigo del señor de Sernenval vino desde Nancy con objeto de visitarlo, y también para resolver varios asuntos de negocios que tenía pendientes en la capital. Desportes, así se llamaba este vividor que tenía aproximadamente la misma edad de su amigo, no hacía ascos a ninguno de los placeres que la bienhechora naturaleza ofrece a los hombres para que olviden sus desdichas. Aceptó con agrado alojarse en la casa de Sernenval y se alegró mucho de verlo, aunque se extrañó ante la actitud de la mujer de éste, que desde el momento en que supo de la presencia del extraño se enclaustró en sus habitaciones y no se dejó ver ni a la hora de la comida. Desportes, pensando que su presencia le era incómoda, se ofreció a buscar otro alojamiento, pero su amigo le disuadió de ello y acabó por confesarle las ridiculeces de su bella esposa.
-Tenemos que perdonarla -le rogó el ingenuo esposo- ya que sus innumerables virtudes compensan estos pequeños defectos. Me atrevo a pedir tu comprensión, igual que ella tiene la mía.
-Por mi parte no hay problema -respondió Desportes-. Sabiendo que no se trata de nada personal contra mí, y teniendo en cuenta que es la mujer de quien tanto estimo, no veré en sus defectos más que respetables virtudes.
El señor de Sernenval abrazó a su amigo y desde entonces ya no se ocuparon más que de gozos y placeres.
Si no fuera por la estulticia de dos o tres cernícalos que desde hacía unos cincuenta años controlaban en París la prostitución, y en concreto la de un granuja español que astutamente ganaba cien mil escudos anuales con el negocio de la Inquisición, no cabe duda que dos dignos burgueses como éstos, soltero el uno y casado con una mojigata el otro, hubieran podido acudir con toda legitimidad a uno de los lupanares de la ciudad para divertirse un poco. Pero ya se había instaurado la grosera idea de que, para el buen gobierno de la Nación, era necesario que sus gentes diesen minuciosa cuenta de aquellas partes del cuerpo que más solazan al individuo, porque ello constituía uno de los resortes más efectivos del poder y uno de los pilares más seguros de la virtud. Se habían hecho creíbles ideas absurdas como, por poner un ejemplo, que el hombre al que le gusta admirar los pechos de una mujer es un canalla, pero el que se limita a observar la curva de una cadera sigue siendo un hombre honrado; ocurría, además, que a quien cayera en una de las categorías consideradas como inaceptables, según la moda, se le consideraba el peor enemigo del Estado. Y como este tipo de grotescas infamias logran realmente congelar el deseo de los ciudadanos, al señor de Sernenval ni se le pasó por la cabeza proponer a su amigo semejantes actividades licenciosas.
Dándose cuenta de ello, aunque sin comprender del todo los motivos, Desportes le preguntó por qué se había brindado a gozar con él de todos los placeres de la capital, pero ni siquiera se había atrevido a mencionar éstos. Sernenval aludió a la inoportunas actividades de la Inquisición, pero su amigo se rió y afirmó que con total seguridad, a pesar de todos los informes, listas de alcahuetes y demás actividades disuasorias, él quería ir a cenar con unas prostitutas.
-De acuerdo -respondió el señor de Sernenval-. Para que veas cuál es mi manera de pensar, yo mismo te procuraré estos placeres, pero espero que lo comprendas: por el lazo sentimental que me une a mi esposa, a la que no deseo traicionar, yo me abstendré de ellos.
Desportes se mofó un poco de la actitud de su amigo, pero al comprobar lo inflexible que era en su decisión, lo aceptó y salieron. La popular madame S. fue la sacerdotisa en cuyo templo pensó el señor de Sernenval inmolar a su amigo.
-Necesitamos una mujer honrada y en la que podamos confiar, -le explicó-, ya que mi amigo, al que te pido que atiendas con la mayor solicitud, está pasando una temporada en París y no le gustaría tener que dar malas referencias cuando regrese a su provincia, ni que tú perdieras tu reputación allí. De modo que sé franca, y dinos si cuentas con la mujer adecuada para hacerle gozar con tranquilidad.
-Escucha -contestó madame S-. Sé perfectamente a quién tengo el honor de dirigirme, y no tengo por costumbre engañar a clientes de esta categoría, de modo que voy a hablar con claridad y a demostrarles que soy de fiar. Conozco a la mujer que necesitan; únicamente es necesario acordar el precio. Es una criatura adorable que los cautivará en cuanto la vean, lo que aquí llamamos “un bocado de monje”, y ya saben que entre ellos se encuentran nuestros mejores clientes. Hace tres días el obispo de M pagó por ella veinte luises, ayer el arzobispo de R cincuenta, y esta misma mañana he cobrado por ella otros treinta. A ustedes se la ofrezco por diez luises, para ganar su estima, pero será necesaria la máxima puntualidad en el día y en la hora; tiene un marido tan celoso que no tiene ojos sino para ella, y sólo dispone de algunos ratos en los que le es posible rehuir su vigilancia. De modo que no podrán retrasarse ni un solo minuto de la hora convenida.
Desportes regateó un poco. Jamás ninguna ramera había cobrado diez luises en toda la Lorena. Pero cuanto más insistía él en una rebaja, más ensalzaba madame S su mercancía, así que al fin aceptó.
El encuentro fue acordado para el día siguiente a las diez de la mañana, y la aventura duraría todo el día. Sernenval decidió acompañarlo, pero con la intención de irse pronto y dedicar el resto de la jornada a otras tareas más urgentes. A la hora convenida los dos amigos se presentaron en la casa de citas. La diosa a la que Desportes iba a ofrecerse en sacrificio esperaba allí, en una alcoba levemente iluminada por una luz tenue y voluptuosa.
-Dichoso hijo del amor -dijo el señor de Sernenval, empujando a su amigo hacia el templo- acude presto a los sensuales brazos que te aguardan. Ya me contarás luego, y yo me alegraré infinitamente de tu felicidad. Además, como no sentiré celos de ninguna clase, mi alegría será mucho más pura.
Más de tres horas duró el homenaje, hasta que Desportes por fin salió asegurando que jamás había probado nada parecido, porque ni la mismísima Venus le hubiera podido hacer gozar así.
-¿Dices que es deliciosa? -preguntó Sernenval un tanto acalorado.
-¿Deliciosa? No hay palabras para explicarte ni remotamente cómo es. No hay pincel que pueda describir la voluptuosidad de sensaciones en la que me he visto inmerso. Aparte de los encantos que le ha otorgado la naturaleza, cuenta con un arte tan sensual que aún me siento trasportado. Pruébalo… pruébalo, amigo mío, por favor, y tendrás que reconocer que no hay otra como ella en todo París.
Sernenval se mantuvo firme, pero como se le había despertado cierta curiosidad, pidió a madame S que hiciera pasar a la joven por delante de él cuando saliera de la alcoba. Y así fue. Pero cuando salió la diosa, con un porte orgulloso y altivo… ¡Por Dios! ¡Qué cara se le puso al señor de Sernenval cuando reconoció a su mujer! Era ella… esa mojigata que ni tan siquiera se dejaba ver por los amigos de su esposo, allí, prostituyéndose en una casa de lenocinio.
-¡Canalla! -gritó lleno de furia, pero ya no logró alcanzar a su traicionera esposa que, al verse en evidencia, salió huyendo.
En un estado de agitación indescriptible, Sernenval fue a pedirle cuentas a madame de S; ella le pidió excusas, pero le aseguró que aquella mujer llevaba ya más de diez años trabajando en aquella casa. Desde hace más de diez años, es decir, desde mucho antes de la boda con él.
-¡Esa malvada mujerzuela! -musitó entre sollozos el desventurado esposo, a quien su amigo trataba de consolar en vano-. Pero es mejor así, desprecio es lo único que merece y el mío la cubrirá para siempre. Sin embargo, con esta experiencia cruel he aprendido algo: que jamás se debe juzgar la virtud de las mujeres tomando como referencia su máscara de hipocresía.
Sernenval volvió a su casa, y nunca más volvió a ver a su virtuosa esposa; esa ramera indecente había tomado su propio camino, lo cual a él no le preocupó en absoluto. Desportes se despidió al día siguiente, no deseando imponer su presencia en semejante situación. El desafortunado Sernenval quedó solo, destrozado, lleno de odio y de dolor, y comenzó a redactar un escrito contra las esposas hipócritas que nunca sirvió para corregir a las mujeres de su doblez y que ningún hombre leyó jamás.

martes, 3 de abril de 2012

LA MISTERIOSA CASA EN RUINAS DE LA SAGRERA




Este fin de semana Antonia y yo hemos recorrido lugares que desconocíamos de nuestro barrio. Siguiendo nuestros pasos, hemos llegado hasta un impresionante caserón que ha sido ocupado por el Ayuntamiento de Barcelona. Fascinadas por su arquitectura hemos tomado algunas fotografías. Situada junto al desaparecido Pont del Treball digne, emerge grandiosa esta joya de la arquitectura rural en el umbral de lo que suponemos que será en el futuro, el puente del trabajo temporal, dada la crisis que estamos viviendo.
Nos sentimos afortunadas y no dejamos de experimentar una especie de placer morboso cuando descubrimos estos vestigios y una cierta contrariedad cuando se impide el acceso a su interior por estar vallada. La tierra apilada que la rodea revela objetos de uso común, cubiertos, menaje, ropa, muebles y otros enseres domésticos que nos habla de la historia de sus habitantes y de las experiencias allí vividas, pero sobre todo de desalojos salvajes. A través de los muros derruidos de lo que fuera el escenario puede verse la austera decoración del interior y la inmensa negrura que atrae la atención. Una poderosa galería balconada; en la que no faltan columnas, frisos, arquitrabes y otros elementos constructivos arquitectónicos; a la que se accede por la parte de atrás por una poderosa escalinata.
No puedo dejar de sentir cierta extraña sensación cuando la contemplo. Ronda mi cabeza la  idea de que algo terrible ha ocurrido entre sus potentes muros.
Un extraño ambiente la rodea, y, no sólo por el hecho de que se encuentre en el centro de una ciudad, ya que este tipo de caserones abandonados suelen encontrarse en el campo, sino porque tiene un aire muy tétrico, es siniestra e inquietante. Y, parte de ello lo provoca sus extraños graffitis que decoran las partes inferiores de los muros llenos de grietas donde se han aposentado las palomas.
Una ojeada a las partes altas de la casa nos permite descubrir que en una de las pequeñas ventanas que flanquean la galería balconada se observa una especie de material, seguramente plástico, que parece flotar.

Encuadro el extraño objeto y esto es lo que se ve en la fotografía...
Una de las ventanas superiores aparece cubierta por una especie de bolsa de plástico negra. En el margen derecho inferior de la foto aparece una extraña forma etérea, algo así como una bruma ...
Los hierbajos y la maleza abundantes brotan entre las pocas piedras del suelo, casi todo él de tierra muy apelmazada y como con señales de haberse aplanado adrede mucho tiempo atrás. Y, los restos de un árbol solitario, muy añoso ya, pero con alguna rama reseca que parece querer proteger la pequeña integridad del edificio que se desmorona casi sepultado entre los montículos de tierra acumulada debido a los derribos de la zona o del paso del tiempo. Estos caserones vacíos y silenciosos son tan atrayentes porque nos revelan el contraste entre lo nuevo y lo viejo, la vida y la muerte. Antes de alejarnos de este cascarón vacío paseamos la mirada por sus amplios ventanales, galerías balconadas y el precioso y elaborado friso que ciñe todo el caserón, nos imaginamos sus salones huecos y lo que alguna vez albergaron.

“Aquí ha muerto gente” esta frase ronda mi mente y aunque desconozco la historia del caserón, algo en su imponente fisonomía lo revela. Crimen y castigo, seguro que me equivoco, pero mis sensaciones nunca me engañan. Quizá hablo demasiado de la muerte…Será porque la temo y, en cierta manera, la intuyo.




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