viernes, 14 de agosto de 2015

HISTORIAS DE MIS BARRIOS

Poco a poco veo como la noche cae sobre mi barrio y las luces se van encendiendo impregnando de magia nocturna este modesto lugar de Barcelona, donde las calles son tranquilas, amplias y las flores todavía persisten como si se resistieran a ser olvidadas... Lugar donde los negocios siguen siendo familiares y el trato cordial. Pero a nadie escapa que nuestra barriada se transforma en el verano. Es la llegada de los vencejos, esa cita puntual que tienen cada primavera  con la pared medianera de nuestro edificio, el prometedor anuncio de que ya se acerca el buen tiempo... 

Ellos se comen los mosquitos, aunque siempre queda alguno, porque me tienen acribillada... 

Ave preciosa que se asemeja a la golondrina y que con sus alegres revoloteos llenan de armonía nuestros cielos. 

Muchos atractivos y reclamos tiene el barrio, pero hay uno que atrapa el interés de grandes y pequeños y es la pista que recorre diametralmente el Canódromo, que acostumbran a utilizar los vecin@s para ponerse en forma haciéndose unos largos, son inasequibles al desaliento; y la canasta de Baloncesto, en la que no hay joven que no haya intentado encestar... Durante el día pasa inadvertido, pero cuando los adolescentes quieren hacer sus pinitos emulando a Gasol, el rebotar de la pelota durante la noche puede provocar insomnio en algún que otro vecino....



NAJ´KIN, LA PRINCESA DESPELLEJADA


Los primeros aztecas del valle de México se asentaron en un terreno pedregoso invadido por un número incalculable de serpientes. Pero, aquellos pobladores no solo demostraron ser unos guerreros únicos, porque se las comieron, manifestándose como guerreros, prácticamente, invencibles. Sin embargo, instauraron un culto chamánico asociado a la fertilidad del suelo y la estrella vespertina, Venus. Los aztecas acabarían convirtiendo la serpiente en un personaje deificado que influyó en el desarrollo de la cultura del país. 

La idolatría que generó les empujó a buscar una zona más propicia para establecerse y la encontraron en la zona pantanosa del Lago de Texcoco.  Los valerosos guerreros, aunque en inferioridad de condiciones, destacaban por su lucha apasionada. Un jefe vecino, Coxco, solicitó su ayuda antes de entrar en guerra con Xochimilco. No dudaron en ofrecerles su apoyo, con la pretensión de sacar un trato ventajoso en el asunto... El fracaso no entraba en sus planes y manifestándose como unos hábiles estrategas, consiguieron hacerse con el control en el combate, capturaron treinta prisioneros a los que cercenaron una oreja con sus dagas de obsidiana, como trofeo de guerra y culminaron la batalla con una gran ovación.

Pero, una vez superado el triunfalismo, el rey aliado se dio cuenta de que los aztecas se presentaron con las manos vacías, señal que indicaba que no habían participado en la batalla.
  Entonces el jefe de los aztecas preguntó porqué a cada uno de sus prisioneros les faltaba una oreja. Seguidamente, sorprendió a los presentes sacando las treinta orejas de un zurrón que colgaba de su hombro derecho. Entonces, Coxco,  al comprender que había juzgado precipitadamente a su aliado decidió desagraviar a los guerreros aztecas ofreciendo un valioso regalo. Como no tenía demasiadas riquezas optó por ofrecer a su hermosa hija, porque era la prenda más valiosa que tenía en ese momento. Entregada la princesa como un intento de perpetuar el respetable linaje de su casta… 

 La hermosa princesa, “bella como un collar”,   fue conducida por un caudillo del rey Coxco, creyendo que se iba a convertir en reina y esposa de un Dios. Así se convino, y se llevaron a la doncella a Tizapán con grandes honores. Allí la agasajaron con música,  una lluvia de flores y nubes perfumadas de copal, hasta un ídolo ante el cual, súbitamente, el sumo sacerdote la degolló. La tendieron, luego y con finísimos cuchillos de obsidiana procedieron a despojarla de la piel con sumo cuidado, de las rodillas para arriba, y después su piel se convertiría en la capa del sumo sacerdote, sería un ritual sacrificial a la Madre Diosa Naturaleza, con la intención de convertir a su pueblo en el más respetable y poderoso de la región. Entonces, invitaron al padre a participar de las fiestas de entronización y el hombre, descubrió, horrorizado, cuando finalizó la macabra ceremonia, los restos del cuerpo de su hija cubriendo el cuerpo del sumo sacerdote, engalanado con sus mejores galas y acompañado por todo su séquito. Entonces, el padre dominado por una cólera furiosa, dio orden de matar a todos los aztecas, pero no pudo conseguirlo porque los asesinos de su hija se escabulleron, con destreza, y se perdieron en la espesura de la selva.

Fuente: ANYCA 0608. 

Entrada destacada

DEMENCIA POR CUERPOS DE LEWY VIII - EPÍLOGO

"La mamá ya no está" Nuestra madre falleció recién estrenado este año. En general, descubrimos que, aunque su deterioro cognitivo ...