lunes, 13 de febrero de 2012

LA COLONIA OBRERA DE CAN SEDÓ

Hola, amig@s este fin de semana he conseguido convencer a mi hermana para ir a visitar una reminiscencia histórica de la clase obrera, la COLONIA OBRERA DE SEDÓ, en ESPARRAGUERA.


Antonia ha accedido de buen grado, pero a pesar de este día tan maravilloso, ni siquiera ha intentado bajarse del coche, pues dice que estos sitios le producen escalofríos. Esta Colonia obrera se encuentra en un lugar recóndito de increíble belleza paisajística. La ruta empieza en la Carretera A-2 hasta Esparreguera Carretera, C-1414 hasta Olesa de Montserrat. Aislada y rodeada de impresionantes paisajes esta decimonónica COLONIA INDUSTRIAL que en su tiempo se alimentó del rio Llobregat se encuentra en el termino de Esparreguera (Baix Llobregat).


El recinto acoge un interesante Museo que no hemos podido visitar. Los paisajes que rodean este lugar son bellísimos y si se coge la carretera secundaria que nos lleva hasta la ermita de Santa Margarida se disfruta de unas panorámicas espectaculares del Macizo de Montserrat, abismos vertiginosos no aptos para cardíacos. Un paraje verdaderamente bello que contrasta con la austeridad, decadencia y tristeza que desprenden las viejas instalaciones de esta colonia, la mayoría derruidas y alguna que otra incendiada.


Las demoliciones han estado al cabo del día en la zona, las calles polvorientas y el abandono de los edificios, algunos apuntalados, nos hablan del futuro incierto que planea sobre el lugar. La colonia alberga una pequeña comunidad de musulmanes. En la actualidad, el abandono y la desidia campan a sus anchas en esta zona que debió de ser pionera en el sector industrial, con la fabricación de la PANA.


La Colonia Sedó fue construida a mediados del siglo XIX y a finales del siglo el lugar ya desarrollaba una gran industria de producción textil. Los obreros vivían en las casas construidas al lado de la fábrica, llegando a alojarse hasta 2000 obreros. Actualmente en el lugar existe un museo y se puede visitar para conocer como vivían los trabajadores de la colonia en el siglo pasado. También se puede contemplar una gran turbina de 1400 CV situada en la antigua fábrica. Horario: Sábados, no festivos, de 10:00 a 14:00 horas. Visitas concertadas de martes a sábado.


La visita comienza cuando se traspasa un pequeño acueducto que debe de ser el que abastecía con las agua del Llobregat a la Colonia.
Destaca la imponente construcción de la iglesia sobre los tejados ruinosos de las viviendas obreras. El coche atraviesa las calles polvorientas y solitarias.
Casas grises y seguramente con aluminosis, porque la mayoría está apuntaladas. Llegamos hasta una inmensa plaza sobre la que se levanta una iglesia neogótica, solitaria y superviviente a los estragos del tiempo ya que todas las viviendas que la rodeaban han sido demolidas.

Es curioso lo "importante" que son las iglesias, sobreviven a todo tipo de catástrofes y como barcos a la deriva se levantan desafiando al tiempo y a los hombres.


Un rudimentario parque infantil nos habla de la presencia de niños, después de todo quizá si hay un futuro para este triste lugar. Paseo entre la desolación de los edificios y el viento que se cuela entre las grietas me provocan leves escalofríos. Siento una cierta inquietud, y no soy insensible a la desolación que desprende. No sé a qué atribuirlo, pero tengo ganas de abandonar el lugar…Creo que es fácil imaginar la vida de las gentes que habitaban en el pasado en este lugar y no creo que sea muy diferente de las actuales.


Sigo recorriendo las calles y las personas con las que me cruzo me miran muy extrañadas, será porque la colonia no debe recibir demasiadas visitas… Antonia me va siguiendo con el coche mientras yo impregnada del espíritu de la Colonia, paseo relajadamente y sin sentir los agobios y las prisas de Barcelona, descubriendo que en el pasado se olvidaron de las farolas.


Dejamos la Colonia en busca de esos abismos de vértigo que hay por la zona, pero con la certeza de que es uno de esos enclaves favoritos para realizar investigaciones parapsicológicas. Es uno de esos lugares, con los que mente se te llena de extrañas sensaciones. Es como si el sitio te hablara y te cuesta comprender que lo que podría ser un lugar lleno de vida y color, por los maravillosos paisajes que lo rodean no es más que otra triste colonia, un vestigio del patrimonio industrial que sus vecinos se empeñan en sacar a la luz.




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