lunes, 31 de enero de 2011

LOS PEREGRINOS DE LAS TINIEBLAS VI



…” Los templarios llevan en la abadía subterránea dos jornadas, recuperándose de su duro peregrinaje. Gracias al emplasto que les han facilitado las monjas casi han sanado las heridas de los pies y ya pronto reemprenderán el viaje. Es una cataplasma realizada a base hoja de col para drenar la infección, lavanda y consuelda para limpiar, ajo picado para combatir los humores amarillos de las secreciones.

Mientras, duermen tranquilamente un sueño sin sobresaltos, una figura oscura, encapuchada, envuelta en una capa y rodeada de sombra y misterio, abandona una de las celdas, moviéndose sigilosamente por los negros pasillos de la abadía, se adentra en el deambulatorio del claustro buscando las dependencias de la cocina, donde acaba desapareciendo.



Sara está despierta mucho antes de que la abadesa penetre en la celda y su suave voz atraviese la oscuridad. Perturbado el sueño por el leve ruido del picaporte de la cerradura de la puerta de su habitación, se sobresalta ante los posibles peligros que la acechan. La figura en el umbral despierta viejos temores en la joven y recelosa se incorpora en su jergón. Cuando descubre la figura tranquilizadora de la religiosa se relaja y le pregunta la razón de su presencia en la habitación.

– ¿Eugene, ha ocurrido algo? Pregunta Sara llena de preocupación.

– No, tan sólo que ya se prolonga demasiado vuestro sueño y necesitáis ingerir algo de alimento, para reponer fuerzas.

Sara le agradece su interés por ella con una sonrisa y todavía medio adormilada abandona con desgana el cálido jergón.

– Se os espera en la Sala Capitular, juntamente, con vuestros compañeros de viaje para que podamos tratar sobre los asuntos, tan importantes, que nos conciernen.

Tras el descanso, ha decidido tomar un baño, para ello es conducida hasta las dependencias de la cocina, donde están calentando agua en una marmita, en el fuego de la chimenea. Tan lúgubre como el resto del edificio, resulta casi incongruente la grandiosidad de la estancia y su poca iluminación. Apenas una mesa de grandes dimensiones domina el centro de la dependencia, unas pocas sillas precarias y algún que otro banco es todo el mobiliario de la cocina, unos hachones en los muros iluminan tenuemente la cocina. El techo ennegrecido muestra una estructura de bóveda ojival. La estancia está comunicada con el exterior por medio de cuatro puertas, de una de ellas, parte una pequeña escalera de madera que se pierde en la oscuridad, Sara, curiosa, se acerca y vislumbra, la extraña forma de caracol, como va trepando adosada a los muros de una torre de gran altura que tiene la base de piedra y los pisos superiores de madera, y alcanza una altura de unos 25 metros. Sara contempla en la parte superior de la torre un pequeño resquicio por el que se desliza una rendija de luz diurna.

La escalera también desciende hacia los pisos inferiores, pero se impide el paso por una gran cancela de hierro forjado, con un gran cerrojo que está oxidado por el tiempo y la humedad.

Mientras tanto las religiosas vierten el agua caliente en una tina y la joven desprendiéndose de sus harapos se introduce entre los vapores del agua caliente. Con un duro cepillo y jabón elaborado por las mismas monjas a base de jabonera, salvia, romero y abrótano se frota el cuerpo. Concluye el baño y se levanta de la tina, alcanza la toalla, antes de salir, y se frota con energía sus miembros gozando de una agradable sensación al sentirse aseada y perfumada. Viste las ropas limpias que le han ofrecido las religiosas.

Las monjas tras su baño le presentan un plato caliente de sopas de ajo, a base de perejil, tomillo, laurel y salvia, pan y huevo escalfado y pan con queso. La joven, hambrienta, devora la comida y le parece un manjar delicioso y cuando acaba rebaña con un trozo de pan el plato. Después, se dirige a su encuentro con la abadesa que les está esperando en la Sala Capitular, pide ayuda a una de las religiosas que la han acompañado durante su baño para que la conduzca hasta donde se encuentra la hermana.

Abandonan la cocina y penetran en un largo corredor. Sobre los muros aparecen colgados pequeños catafalcos que representan a tumbas, pero no son otra cosa que receptáculos de valiosas reliquias de la orden. Recorre en silencio el lúgubre corredor del claustro, con expresión alucinada, iluminado por unos candiles que cuelgan de los muros.




Cuando Sara penetra en la Sala se encuentra que sus compañeros de viaje ya se encuentran reunidos con la bella abadesa y se encuentran hablando animadamente. Cuando la descubren, interrumpen su animada conversación y la hermana se dirige hacia ella y le besa las manos. Sara la contempla con infinita paciencia y ya desiste de disuadir a la mujer de la exagerada devoción de que la hace objeto.

La joven aparece tan hermosa tras el baño que arranca una mirada de admiración entre los hombres y la abadesa y es que, parece que la descubren por primera vez. Envuelta en los suaves perfumes de las hierbas que ha usado en el baño, despierta a su paso los sentidos dormidos de los hombres.

Lucen, en el rostro, unos impresionantes ojos grises sombreados por unas pestañas muy largas, el cabello increíblemente negro y lustroso descansa con suaves ondulaciones sobre los hombros y la blancura de su rostro rivaliza con la nieve.

La belleza de Sara simboliza la pureza y lo etéreo, nace de la armonía de la naturaleza y de la bondad del alma. Es una belleza espiritual que muchas mujeres no saben que poseen y que la mayoría anhela, pero sólo está destinada a los escogidas.

La abadesa contempla la cara sonrosada de Sara tras el baño, su carne todavía está enrojecida después del calor del agua.

Sentaos, por favor, ¿Queréis acompañarme con un vaso de vino caliente con especies para evitar el frío de la mañana?

Los peregrinos no rechazan el ofrecimiento de Eugene. Y, Sara tras dudar tan sólo un momento acaba aceptando sin más.

Penetra en la sala una religiosa con una bandeja sobre la que descansa una jarra de barro cocido con una gran barra de hierro al rojo vivo en su interior. Entonces, la abadesa, se acerca hasta un estante y recoge unos pequeño vasitos de madera sobre los que va vertiendo el líquido caliente.

Animados por la caliente bebida, ha llegado el momento propicio para aclarar todos los misterios que les rodean .

Empieza la abadesa, explicando el porqué de su situación proscrita, de vivir sepultadas en vida bajo tierra, privadas del calor del sol y de la caricia del aire porque se enfrentan a la dolorosa realidad que para ellas es más fácil sobrevivir bajo tierra que intentar hacerlo sobre la misma. Para estas hermanas tratar de seguir viviendo en la caridad, en el amor y la compasión era toda una prueba de supervivencia y una lucha contra la maldad y la dureza de la condición humana que las acosa en la superficie.

– Hace ya bastante tiempo que nuestra orden,- comienza diciendo la religiosa bajo la atenta mirada de los peregrinos,- se instauró en la región. Pero, nuestra congregación era originaria de una abadía de Kildare, en Eire, que se vio obligada a abandonar por razones de enfrentamientos entre los reyes del Eire y aquí encontramos un buen lugar para echar raíces. Al principio, nosotras ayudábamos a los lugareños de la región. Ofrecíamos nuestros conocimientos de medicina y también impartíamos justicia entre litigios vecinales, siempre dentro de la más absoluta humildad, y la gente del lugar nos apreciaba y respetaba. Pero, con el tiempo, los nobles feudales temerosos de que nuestro poder terrenal pudiera ensombrecer al suyo optaron por tramar una conspiración hacia nosotras. Por ser una comunidad que seguía rituales ancestrales de origen celta, sobre todo en lo concerniente a la elaboración de pócimas y ungüentos, corrieron la voz de que éramos brujas y muy peligrosas. Lanzaron injurias y nos acusaron de realizar rituales satánicos, que jamás realizamos. Y, un día, un grupo de exaltados comandados por un señor feudal del Poitou saquearon e incendiaron la abadía. Nosotras, conseguimos ocultarnos en unas dependencias secretas bajo tierra y así conseguimos salvar la vida. Ahora, lo que contempláis se construyó con posterioridad. Y, poco a poco iremos engrandeciendo nuestra orden y nuestro recinto monástico.

La construcción de esta abadía ha sido posible porque hemos aprovechado una antigua mina de sal, de proporciones tan considerables que ha hecho posible que las diferentes galerías se hayan adaptado a todas las dependencias que precisa un cenobio.

– “¿Todas las habladurías que circulan acerca de su orden son falsas?”- le pregunta Hugo.

-“ Absolutamente, son injurias y patrañas, no sacrificamos recién nacidos en ninguna misa negra y mucho menos nos dedicábamos a asesinar a los pobres peregrinos que se acercaban buscando el refugio de los muros de nuestra orden”. Le contesta encendida la hermosa mujer.

-“Esta abadía tiene fama de ser maldita-“ Comenta otro de los templarios.

– La única maldición real que nos atañe es este enterramiento en vida al que estamos sometidas – Contesta disgustada a Gondemar.- Por culpa de la intransigencia de la gente”.

– “¿ Y las siniestras historias de fantasmas y aparecidos que acontecen entre estas ruinas y que tienen atemorizada a la gente de la región?. Comenta Andrés.

– “Nada, –aclara la abadesa- simplemente, pura superstición y el aspecto de las ruinas que excitan la imaginación de la gente.

– “Pero, creíamos que fue quemada en la hoguera”- Guillermo sigue insistiendo tratando de aclarar el misterio que rodea a la abadesa.

– “Fue una pobre desgraciada que tenía un gran parecido conmigo y como la turba humana estaba sedienta de sangre, no se pararon a pensar en si se equivocaban o no, cuando la descubrieron la arrojaron a la hoguera, sin más.-“ Concluye la monja.

Los peregrinos escuchan atónitos toda la terrible historia que relata la mujer y no pueden dar crédito a lo que escuchan, pero aún queda una incógnita por descifrar y es la presencia de la monja espectral entre las ruinas.

– “ Pero, nosotros hemos visto a una monja al pie del altar, en las ruinas de lo que fue la antigua iglesia.”-revela Archembaud

– “¿De qué monja habláis?”- pregunta extrañada la religiosa.

– “Pues de la monja que nos ha guiado hasta vuestra congregación”. Explica Godofredo.

– “Las religiosas de nuestra orden – empieza diciendo la abadesa- tienen prohibido salir al exterior. Primero, porque ponen su vida en peligro, todavía somos duramente perseguidas. Segundo, todos nuestros contactos con el exterior son realizados a través de fieles seglares, que antes que revelar nuestra existencia se dejarían cortar la lengua. Y, por último, vivimos atemorizadas, porque en el macizo central francés actúa una fiera que, dicen algunos, es un engendro del demonio y, parece ser, está empezando a extender su reinado de terror por esta zona. Por lo tanto, es del todo imposible que una hermana de nuestra orden se aventure en el exterior.”-Concluye la religiosa.

Los falsos peregrinos se miran entre ellos y comprenden que se encuentran ante un misterio indescifrable, pero lo que no se puede negar es que que ellos vieron algo entre las brumas de la niebla. En realidad, si lo que vieron fue una manifestación sobrenatural, el tiempo aclarará las dudas.

Sara ha escuchado en silencio a la abadesa y a sus compañeros, y consternada por las explicaciones de la monja, empieza su relato.

-“Todo empezó, – Dice Sara- cuando María Magdalena llegó al Languedoc acompañada de José de Arimatea, entonces ya llevaba en el vientre el fruto de su relación con Jesucristo. Y, se establecieron en una comunidad judía que había por la zona.

Magdalena intervino en la evangelización de la antigua Francia y después se retiró a una cueva del macizo del Sainte Baume donde enterraron las reliquias de la cristiandad con ella en su sarcófago.

No os podéis imaginar la pena tan grande que siento al tener que renunciar a ellas, pero huir de Francia es una necesidad muy grande, y el tiempo apremia. Tenemos que llegar a La encomienda templaria de La Rochelle de donde partiremos hacia el “Nuevo Mundo”.

-¿ Porqué esta necesidad de huir tan urgente?- Le pregunta intrigada la abadesa–

-Hace algún tiempo, unas hermanas y amigas de Montségur y yo, tuvimos un encuentro desafortunado con Simón de Monfort. Tuve una visión de su muerte y del lugar donde ocurriría. Y, yo ingenua de mí tuve la osadía de prevenirle. Simón estalló en una furia sin límites, mis amigas me ayudaron a huir y conseguí librarme de una muerte segura, pero ellas cayeron prisioneras y desde entonces no he vuelto a verlas. Han debido morir con toda seguridad… “- Sara omite el encuentro fantasmal con sus amigas, porque no quiere que la tomen por una visionaria.

La joven concluye su explicación comentando que Jesucristo era descendiente del Rey David y que ella es la última representante del linaje de Jesucristo. Ya que su madre, como tantos otros cátaros, se ha autoinmolado en las hogueras de Montségur.

-“Sara, querida niña, fuiste afortunada, porque Simón de Montfort es una bestia sanguinaria y una de las cosas más crueles que ha hecho ha sido escoger a un grupo de prisioneros y ha mandado cortarle las orejas, los labios y la nariz y como eran visionarios les arrancó los ojos. Despiadado, sólo le dejó un ojo al que encabezaba la macabra comitiva, para que pudiera conducir a sus compañeros y dirigió a este ejército de infelices al pie de las murallas de los castillos de Lastours.

Cuando Sara escucha el relato se estremece horrorizada y por un momento cierra los ojos y comprueba la veracidad de las palabras de la abadesa. Cuando contempla con los ojos de la mente la terrible escena de los desgraciados arrastrados por un sendero que les conduce a la muerte. Estremecida, contempla la figura conocida del temible cruzado que les fustiga terriblemente desde lo alto de su caballo.

– “ Entonces es real, – comenta para sí misma la monja- el Santo Grial se encuentra entre los cátaros, pero no es lo que todos creemos, – Piensa en voz alta y poco a poco, va siendo presa de una pasión exaltada- Sara, eres la materialización en carne y hueso del Santo Grial, o lo que es lo mismo, representas la sangre real de Jesucristo.- le dice a la joven completamente dominada por la pasión- Y, creo que debes saber una cosa, las reliquias de Magdalena ya no se encuentran en la Sainte Baume, sino en la Basílica de la Sainte Madeleine en Vézelay, y en ella colocaron dentro de una modesta hornacina los restos de la santa y también el lienzo con el que se envolvió el cuerpo de Jesucristo, el taparrabos y la corona de espinas que ceñía su frente, estas reliquias son las vestiduras que llevaba Jesucristo cuando fue crucificado y como José de Arimatea fue el que se encargó de su enterramiento se hizo cargo de ellas. También se encuentran ocultas otras joyas que se supone la acompañaban cuando huyó de Israel y que con su muerte se transformaron en un ajuar funerario.

Además, se encuentran custodiadas en una cámara o cripta secreta, construida “ex profeso” para este fin. La intención es protegerla contra robos y saqueos de fanáticos. Para conseguirlo se ha buscado un complicado sistema de trampillas, no exentas de peligro, encaminadas a impedir que se acceda a las reliquias sagradas. Algunos desgraciados, los más atrevidos han desaparecido en el intento.

Mientras hablan, irrumpe en la Sala Capitular una monja muy alterada y postrándose ante la abadesa le revela que sor Emilie ha desaparecido ya que no se encuentra por ningún lado.

La cara de Eugene revela preocupación ya que es extraño, la mujer está habituada a que las monjas no sólo la obedezcan sin cuestionarla sino que, siempre que pueden se anticipan a sus órdenes. No le cabe en la cabeza que una monja de su congregación la desobedezca y la desafíe, así que la abadesa se teme lo peor:

-“ La situación se complica, tenéis que reemprender el viaje, ya que es muy posible que esta religiosa nos haya traicionado y se haya dirigido hasta el cercano campamento de Simón de Montfort con la intención de delataros.”

sábado, 29 de enero de 2011

EL CHISTE DE LA PIRÁMIDE


Van dos tíos por el desierto...
- ¡Oye! Que roca más rara!. !Si parece una pirámide!
Se ponen a excavar ambos (sin herramientas) y desentierran una pirámide enorme.
-¡¡¡ Es una pirámide !!!
- ¿Sabes lo que te digo? que vamos a avisar al equipo arqueológico americano. Esa gente es profesional y seguro que sabe de que va esto.
- Vale.
Avisan al equipo arqueológico americano que viene con sus jeeps, trailers,
caravanas y helicópteros llenos a rebosar de aparatos científicos. Se meten en la pirámide y al cabo de dos años salen.
- Vaya, si que han estado tiempo. ¿Que han averiguado?
- Pues- Responde el portavoz del equipo americano- Después de laboriosas investigaciones, hemos averiguado que esta pirámide fue
construida entre el 1500 y el 2500 antes de Cristo.
- !Solo eso! !Después de dos años solo han averiguado eso!
- Pues sí.
Los dos tipos mosqueados deciden llamar a los Alemanes.
- Esos si que si, ¡los Alemanes son muy metódicos!.
Vienen los alemanes, se meten en la pirámide, pasan dos años y salen.
-¿Que...?
- Hemos averiguado - responde el Alemán - que esta pirámide fue construida seguramente en torno al 2000 antes de Cristo.
-¿Y...?
- Bueno, no hemos podido averiguar mas, los jeroglíficos son muy
complicados.
Los dos tipos bufan con resignación.
- No nos queda mas remedio que avisar a LA GUARDIA CIVIL ESPAÑOLA.
Llega una pareja de guardias civiles, se meten dentro y en dos horas salen.
- Que pronto! ¿Que han averiguado?
- Hemos averiguado que la pirámide fue construida entre el 12 de febrero de 1858 y el 22 de julio de 1857 antes de Cristo, conforme a las ordenes del faraón Ankhetop IV, y su arquitecto Tutmosis el Joven. El día de la inauguración estaba nublado y una rama de sacerdotes se oponía a ello, por haberse producido un eclipse parcial de luna en Sagitario.... bla bla bla
Participaron 2118 esclavos no cualificados , y sin papeles, que intentaron una revuelta por las insanas condiciones de trabajo, que fue sofocada el 5 de septiembre por los soldados del faraón, con resultado de 42 muertos y....bla bla bla
El coste de la obra se cifra exactamente en 48 libras de oro puro, y 3 libras de diamantes...... La esposa del faraón lucia un modelito del modisto Perfilotis el Julandrón, de fina pedrería y de ... bla bla bla..... La influencia en la lengua se comprueba en el acento de las tierras altas que presentaban los nobles de... bla bla bla......... (y así una hora de charla).....
- !Coño!, ¿Cómo lo han conseguido?!
- Hombre, nos ha costado, la verdad ... nos ha costao, pero al final... la momia ha hablado.

Uno no hace amigos, los reconoce en el camino.

viernes, 28 de enero de 2011

LOS PUEBLOS MALDITOS DE CATALUÑA, MARMELLAR


A la espalda de las montañas de Montserrat, entre sierras de pinos, encinas y brezos, en la comarca del Baix Penedès (Tarragona), y dentro del municipio de Montmell, encontramos el pueblo abandonado de MARMELLAR, que coge su nombre de un riachuelo que trascurre por las cercanías.

MARMELLAR es un lugar realmente misterioso y no deja indiferente a nadie. Es tristemente famoso porque dos crímenes han marcado ese pueblo, y todo parece indicar que está relacionado con ritos satánicos, magia negra y espiritismo, todo ello realizado por sectas destructivas que han dejado su huella más patente en la iglesia donde aparece dibujada una cruz que se supone puede ser de sangre humana, aunque no es seguro.

Atraídas por todo el misterio que rodea a este pueblo maldito, nos hemos acercado este verano a este pequeño pueblecito abandonado en Tarragona tocando la comarca de l’Alt Camp, el cual quedó deshabitado en la década de los sesenta debido a las emigraciones en busca de mejores condiciones de vida en las ciudades.

Esta pequeña localidad en el término del Montmell con innumerables siglos de historia, desde los primeros asentamientos íberos afectados por la actividad agrícola de años más cercanos, y donde se han encontrado también yacimientos precristianos, como el cementerio y la Iglesia de Sant Miquel Arcángel donde se han encontrado interesantes frescos románicos que en la actualidad se encuentran en el museo de Arte de Cataluña, en Barcelona. El castillo de Marmellar, documentado en el 1041 y, actualmente, en un estado de ruina total, pero en el cual aún se pueden distinguir algunas almenas, utilizaba los muros de la iglesia de Sant Miquel como muralla.

El Termino Municipal de Marmellar, contaba con varios pueblos que dependían del Castillo que lleva el nombre del pueblo. Este castillo es curioso porque está en un bajo, comparado con la altura de Marmellar. En él se han encontrado restos del siglo XI románicos pero no se descarta la idea que se hiciera cargo de él, fuerzas de la orden del temple, hay pruebas arqueológicas de que muy cerca estaba la población de Selma, en la que se han encontrado restos templarios.

En el siglo XI esta zona estaba en plena reconquista, las divisiones de soldados tenían una distancia igual, en caso de batalla, para llegar al lugar de reunión. Eran almogávares, fieros soldados, que defendían los territorios contra el avance musulmán.

Los primeros datos que se tienen sobre este lugar datan del año 1023 y hacen referencia a su castillo e iglesia interior. Se cree que el uso de esta fortaleza estuvo relacionado con la iglesia y así continuó durante varios siglos, siendo la comunidad de Sant Ruf la que establecería allí un convento. La iglesia de Santa María de Marmellar data del año 1149, cuando a las faldas del castillo comenzó a crecer el pequeño pueblo.

En el siglo XIX, la desamortización en toda la comarca de Montmell y los envites de la guerra, hicieron que la vida solitaria en las masías no fuese demasiado recomendable. Los guerrilleros Carlistas hicieron de estos montes su hogar y, lentamente, este pueblo se fue deshabitando hasta que allá por los años setenta, los últimos moradores partieron hacía poblaciones más prosperas. Desde entonces, el abandono total y el vandalismo van haciendo mella en los muros de sus edificios. Pese a esto, todavía se pueden contemplar los perfiles de su castillo románico, sus iglesias y algunas de las casas. El cementerio, en el que hasta hace un par de décadas reposaban los cuerpos de los hijos de este pueblo, muestra ahora sus nichos blancos y vacíos.

El poblado perduró hasta la segunda mitad del siglo XX, los habitantes de este lugar empezaron a abandonar la zona en el año 1936 con la cruenta Guerra Civil, y a mediados de los sesenta ya no quedaba ningún vecino, sólo algunas cosas abandonadas y otros lo usaban como almacenes o para tener animales. Poco a poco fue desapareciendo la vida de Marmellar y el silencio sepulcral del abandono se apoderó de él.

Marmellar un lugar con un misterio un caso sin resolver, y cantidad de personas que aseguran que en ese lugar ocurren fenómenos extraños. Esas fotos abandonadas, revelados de gente posando y pasándoselo bien, abandonadas a su suerte en un pueblo abandonado, medio quemadas, medio dobladas, varias son las veces que se ven este tipo de objetos en los suelos de Marmellar y de su iglesia. Esos bolsos tirados entre los arbustos, en zonas inaccesibles, a no ser que cortes los plantas espinosas para poderlos recuperar. Extrañas luces entre las ventanas derruidas de las casas. Un pueblo lleno de enigmas por resolver esperando que algún momento se coja a los culpables de estos delitos. Y que estas chicas descansen por fin en paz.

Otra extrañeza de este castillo, es su situación. A pesar de estar situado en Pollegó que rodea el arroyo, queda muy hundido. Varios de los lugares que los rodean son bastante mas altos, La roca ciega, el Puig de María y las Rocas Altas, rodean el castillo y se levantan casi 200 metros por encima. Por este motivo se construyeron diversos edificios fortificados y torres como, Cal Roca Vidal, la torre del Zurdo, Cal Pigot, Cal Jan Paz. Estas torres de vigilancia estaban más elevadas y podían comunicarse con el recinto del castillo. Tanto por señales lumínicas con espejos de día, como con antorchas o telegrafía óptica por colores, en años posteriores.

LA LEYENDA NEGRA DE MARMELLAR

El pueblo generó una serie de leyendas que oscilaban en torno a extrañas luces que venían del pueblo y que acompañaban a una serie de personas encapuchadas, que espantaban a los merodeadores, muy parecidas a los del Ku Klux Klan (KKK), y que no son otra cosa que las sectas satánicas arraigadas por toda la parte levantina y mediterránea en general. también se han visto extrañas siluetas recortadas contra la luna llena que sobrecoge a todo aquél que las presencia. Incluso, se habla de coches de alga gama que circulan por caminos intransitables hacia destinos desconocidos, pero que dadas las especiales características de la zona lo convierten en pistas para todo terreno estos vehículos entraban hasta la zona de la iglesia. Aunque se desconoce a qué se dedicaban, pero se da la circunstancia de que coincidieron con otros terribles asesinatos cometidos, caso Alcàsser, relativamente, en la misma zona en tan pocos años de diferencia puede hacer pensar que, por esos años, pudo alguna secta actuar por el Levante español, mas sangrienta que las que actúan normalmente por la zona.

La historia negra nadie la niega, pero lo mismo que aparece 666 invertidas y todo tipo de rituales satánicos, también aparecen en las puertas de los viejos lavabos pintadas del tipo “Loli te quiero” , “tonto quien lo lea”, graffitis con las típicas firmas absurdas y todo tipo de tonterías propias de la adolescencia.

Pero quizá este testimonio es tan auténtico como los otros ya que su presencia indica que no dejan de ser hogares que se llenan de las alegrías y penas de los que los habitaban, podrían ser hogares felices y luminosos cuando las familias vivían en armonía. Sin embargo, cuando el odio, la tragedia y el desequilibrio familiar habitan ese lugar, llegan a convertirlo en un edificio lúgubre y desagradable en el cual no queremos permanecer mucho tiempo.
Parece que las paredes sienten, que lloran y ríen con nosotros, que las piedras tienen memoria y se acuerdan de sus familias cuando éstas ya no están, cuando las abandonan, cuando las dejan morir, muchas veces a su pesar, cuando las dejan vacías y se alejan por el camino sin mirar atrás. Es la melancolía de los pueblos abandonados, esos pueblos perdidos que podemos encontrar salpicando la geografía que nos rodea.
Lugares con paisajes maravillosos, casi comidos por la vegetación, muchas veces de difícil acceso y siempre “adornados” por esas pintadas en las paredes que se empeñan en recordarles que no tienen nadie que les defienda, que les de una mano de pintura como en otros tiempos más felices.
Al entrar en estos pueblos el cuerpo se te llena de sensaciones, es como si el lugar te hablara, y en nuestra imaginación volvemos a ver sus calles con niños correteando, su iglesia tocando a misa, alguna abuela sentada en la puerta de su casa… y, luego, la tristeza del hijo que se despide de sus padres, quizá para no volver más, la tristeza de un pueblo que se va quedando sin niños, sin jóvenes, hasta ver la muerte de los pocos ancianos que quedaban…. Hasta ver su propia muerte. ¡ Cuantas sensaciones albergan estos lugares ! Alegrías mientras vivieron sus días de gloria, y tristezas cuando tuvieron que decir adiós a sus seres queridos.

MARMELLAR. ESCENARIO DE LA TRAGEDIA

En el año 1993, en la Noche de San Juan, una muchacha que se encontraba celebrando la famosa verbena en compañía de sus amigos, decidió abandonar la fiesta e irse con un grupo de jóvenes hacia un pueblo abandonado. Después de esa noche, no volvió a saberse de ella. Apareció muerta en Marmellar.

Pero, no ha sido la única, otra chica de la zona que trabajaba en una gasolinera también despareció y posteriormente, apareció asesinada en el pueblo maldito. Las terroríficas muertes dieron lugar a la divulgación de historias sobrenaturales protagonizadas por una misteriosa "Dama Blanca"

La cadena de crímenes prosigue, con Ana María Barba, sería precisamente en el día de los enamorados cuando se enfrentaría cara a cara con sus asesinos en el mismo y temible lugar. Un campesino que trabajaba en las labores de búsqueda el que se toparía con sus maltrechos restos. Este

Los datos sobre estos crímenes son confusos y han quedado en el olvido, pues a día de hoy, no hay más datos ni culpables.

Un grupo de investigadores parapsicológicos realizaron una visita más larga de lo normal en el poblado y montaron su cuartel general en el cementerio, donde realizaron una serie de experimentos en dicho cementerio, pruebas de campos electromagnéticos, grabaciones psicofónicas, asegurando la zona con detectores de movimiento, y esperando encontrarse con algún grupo extraño que le de por visitar este lugar para hacer algún extraño ritual.

Entre los experimentos se realizó una sesión de ouija, llevada a cabo por una sensitiva, que se dedicó a esperar a que entrase alguien, y siempre respaldada por varias grabadoras de audio, para que quedase todo registrado.

Uno de los asistentes entabló contacto con un tal Jerónimo, que sacó a relucir otro asesinato cometido allí en otras épocas, por una relación infiel. El ente también informó que los cadáveres estaban en el cementerio del Vendrell, que los habían trasladado allí, y, efectivamente, se informaron sobre el hecho y descubrieron que los cadáveres del cementerio de Marmellar habían sido exhumados y llevados al Vendrell.

Estas situaciones son dantescas, terroríficas, ni siquiera la genialidad de Steven Spielberg es capaz de imaginar una situación tan pavorosa, rodeados de detectores de movimiento, debe ser imposible cerrar un ojo. Con todo un mundo poblado de nichos abiertos ante tus aterrados ojos, de noche, con los oídos despejados y alerta, esperando que salte algún detector, y atentos a cualquier ruido que se cuele, la temperatura como es costumbre en Marmellar bajo alarmantemente, los jerséis y ropa de abrigo hicieron apto de presencia. En las grabaciones ya había capturado algunas inclusiones que podían ser paranormales, contestaban alguna de las preguntas. Con afirmaciones, negaciones. Preguntas relacionadas con las crueles muertes, pero aunque son investigadas y se comprueban algunos de los datos, nunca se debe abandonar la racionalidad ya que nunca se puede hacer caso a los mensajes que da una ouija, ni obsesionarte con ello.
Se obtuvieron bastantes psicofonías, contestando a preguntas realizadas, escuchando pasos y siniestros ruidos por todas partes, extrañas presencias invisibles que vigilan constantemente , a pesar de ello los investigadores han pasado la noche allí, buscando la verdad de esta historia indagando en la vida cotidiana del pueblo y porque desapareció, quizá debido a razones más materialistas que espirituales, como pueden ser la falta de comunicaciones, de alcantarillado, de agua.

Un pueblo abandonado a su suerte, posiblemente un pueblo próspero, con una larga historia, ahora convertido en un pueblo abandonado, rodeado de un silencio. Sus ruinas ven pasar los años, altivas y esperando que tarde o temprano sean pasto de escombro o del vandalismo vecinal. Mientras crece esa sensación de que existen extrañas figuras espectrales asomándose a una ventana o recortándose contra la luna. La noche crea formas y sombras escalofriantes y estridentes que te reclaman desde el más profundo silencio para que les hagas compañía. Un pueblo que fue abandonado como muchos de España, por la falta de medios para seguir el ritmo de nuestra sociedad.

sábado, 22 de enero de 2011

LOS PEREGRINOS DE LAS TINIEBLAS V



…”Los falsos peregrinos contemplan perplejos lo que tienen delante de sus ojos, una inmensa oquedad abovedada, iluminada con candiles de aceite humeantes sujetos a las paredes con receptáculos de hierro, que iluminan la estancia con un tenue resplandor ambarino. Es una pequeña capilla de piedra totalmente excavada en la roca. Es un espectáculo contemplarla, pero no dejan de sentirse sobrecogidos cuando piensan en las múltiples capas de tierra que tienen encima.

La reacción de las monjas no se hace esperar, se arma un pequeño alboroto y una de ellas se aleja del grupo y sale disparada hacia una de las puertas que hay cerca del pequeño altar.

Los recién llegados acceden a una pequeña escalinata de piedra gris tallada en la roca por la que van descendiendo lentamente, uno detrás del otro, mientras las religiosas se arremolinan a su alrededor, perciben el curioso chancleteo de unas sandalias de cuero que pertenecen a la matriarca de la orden que, alta e imponente, aparece como un espectro en la sombría capilla. Cuando contemplan a la hermana desde cerca comprueban que, a pesar, de la austeridad de sus hábitos, no consigue ocultar sus bellas facciones.

Las otras hermanas abandonan la estancia, cabizbajas y arrastrando los pies cansinamente, cuando la última monja abandona la estancia cierra la puerta tras ella y la hermana, entonces, levanta los ojos y se dirige a los recién llegados.

-“Bienvenidos en mi nombre, soy Eugenie de Fontfroide, madre superiora de la abadía de “Los tres cuervos”, hace tiempo que os esperábamos”- Atónitos ante el sentido que esconden las palabras de la abadesa, los falsos peregrinos descubren que una leyenda puede convertirse en realidad y un fantasma del pasado puede volver a la vida, ya que tienen ante sus ojos a la abadesa “maldita”.

Se oye un gruñido cuando Hugo se adelanta y explica su situación. El hombre muestra su porte de arrogante guerrero cuando se presenta a sí mismo y, seguidamente, a sus compañeros de fatigas.

-“ ¿ Cómo es que manifestáis el hecho de que nos estabais esperando, si nosotros viajamos de incognito”- Declara Hugo inquieto ante la mirada fija que le dirige la abadesa, el templario ya no es tan joven y tiene las sienes plateadas, pero conserva la tersura de la piel y el brillo en los ojos propio de la juventud. La abadesa no deja de sentirse incomoda ante la presencia de un hombre tan atractivo y varonil.

– “Nosotras, aunque nos vemos obligadas a vivir ocultas bajo tierra eso no quiere decir que no estemos informadas de lo que acontece en el reino de Francia. Tenemos nuestros leales informadores. Pero, en vuestro caso, un mensajero de Montségur nos ha advertido de vuestro supuesto peregrinaje. Y, además, conocemos el hecho de que La hija de Dios os acompaña. Pero yo no veo a ninguna mujer entre vosotros. “-

Los falsos peregrinos contemplan con recelo al muchacho que en ese momento aparece con la mirada gacha y cabizbajo, como ajeno a todo lo que sucede a su alrededor. Los falsos peregrinos se miran entre sí y es Hugo el que se acerca al joven y cogiéndole de la mano se aproximan hasta la abadesa:

– “ Aquí os presento a Sara de Magdala”- Descubre el secreto y el tesoro que protegen con su propia vida.

-“Yo no soy la hija de Dios – replica la joven-, pero, sí que soy descendiente de María Magdalena y Jesucristo.” Las palabras de Sara provocan en la Monja una reacción de completa sumisión y respeto, se arrodilla a los pies de la muchacha y se los besa con total devoción, pero la joven detiene la acción y cogiéndola suavemente hace que se levante.

La abadesa dejo ir un leve suspiro y luego tiende su mano a Sara que se la coge y la besa. Parece que su autoridad ha menguado un poco desde que ha conocido a Sara. Ahora su rostro refleja una expresión contrita.

-“Os ofrezco mi comunidad para que, os alojéis y podáis descansar todo el tiempo que estiméis oportuno hasta que os recuperéis de vuestro cansancio y os veáis con fuerzas para reanudar el viaje. También, curaremos vuestras heridas y os proporcionaremos todo lo necesario para que lleguéis bien a vuestro destino.”-´Les dice la abadesa todavía conmocionada ante el hecho de encontrarse ante la descendiente de Jesucristo.

-“Seguidme que os mostraré donde están vuestras celdas para que descanséis, una hermana se encargará del suministro de unas escudillas para vuestro aseo personal y alimentos con los que saciar el apetito que seguro que tendréis, cuando os encontréis con más fuerzas podremos hablar de todo lo que nos concierne.”-




Abandonan la capilla por un pasillo enlosado situado en el exterior de la capilla. Es un largo corredor que dispone de la misma iluminación que la capilla, una especie de lamparillas de aceite que desprenden humo y que se encuentran colgados de la pared por medio de unos ganchos de hierro. La atmósfera es inquietante y hasta roza lo sobrenatural. Los falsos peregrinos comienzan a tener la sensación de que se encuentran en un sepulcro bajo tierra. Siguen en silencio a la monja silenciosa. Durante el trayecto se encuentran con otras monjas que, con la mirada gacha y encogidas, no se atreven a levantar la mirada ante los apuestos hombres.

Al cabo de unos cuantos metros, va asignando las celdas a los hombres y la última es para la muchacha.

Los templarios, lo primero que hacen es darse un reconfortante baño caliente, una hermana se acerca a los hombres con un emplasto medicinal para que se lo apliquen en las heridas de los pies.

Después del aseo y en la soledad de sus celdas monásticas, el cansancio es tan grande, que caen rendidos en sus duros jergones y pronto les atrapa un sueño profundo, agitado y lleno de pesadillas.

La joven contempla la austeridad de la celda monacal y dadas las penurias que ha pasado en las últimas horas, su humilde alojamiento le parece digno de una reina. Simplemente se siente contrariada con el pequeño crucifijo de madera que hay colgado en la pared y es que lo cátaros, y ella lo es, rechazan la cruz porque es el instrumento de tortura en el que, Jesucristo, sufrió tortura. Ha decidido por respeto a la comunidad que le ha ofrecido hospitalidad dejarla en su sitio y no tocarla.

Sara se siente indefensa en la soledad de su celda y sólo piensa en una cosa, poder huir de Francia lo antes posible. Ha tenido que revelar su identidad y ha sido un gran riesgo ya que existen muchos traidores que no dudarían en entregarla al sanguinario Simón de Montfort. Aún recuerda el triste día que le vio por primera vez, se encontraba en el bosque recolectando hierbas medicinales para las pócimas que su madre realizaba. Y, mientras tanto, se entretenía jugando haciéndose guirnaldas de florecillas silvestres para el cabello, junto a otras jóvenes de su edad. De pronto emergió en el claro del bosque donde se encontraban, un jinete a caballo. Las muchachas se sobresaltaron, en un principio, pero el atractivo varonil del hombre las empujó a ofrecerle una de sus guirnaldas de flores como ofrenda, pero él la rechazó con una sonrisa. La muchacha roza imperceptiblemente la piel del hombre cuando le ha ofrecido las flores y en ese momento ve brotar de la frente del caballero una gran rosa de sangre que chorrea y convierte el rostro del hombre en una mancha sanguinolenta. Sara ha comprendido que se encuentra ante un mal augurio y decide prevenir al hombre de un posible infortunio.

-“ No te acerques a la Rosa, porque en ella encontrarás la muerte”-Terribles palabras que, una vez pronunciadas se convirtieron en la causa de su condena.

-“ ¡Bruja, hereje maldita!”- Exclamó el Caballero, con las facciones desencajadas y contraídas por una furia sin límites- “ ¡ Cómo te atreves a proferir semejantes blasfemias, voy a darte tu escarmiento!”- Sara recuerda con qué rabia se apeó del caballo y agarrando su látigo la fustigó sin piedad. La muchacha se acaricia las cicatrices de aquel día.

Sus amigas de la infancia le salvaron la vida, abalanzándose sobre el hombre e impidiendo que siguiera azotándola sin piedad. La protegieron y posibilitaron su huida. Pero, con su acción, sólo consiguieron ser apresadas y sufrir el destino de tantos cátaros, fueron torturadas y murieron quemadas en la hoguera.

Recuerda su loca huida a través del bosque y como la perseguía de cerca el cruzado. Sentía en su loca carrera los gritos del hombre que parecía haber enloquecido. Las ramas los árboles le arañaban el rostro, se enredaban en su pelo y le rasgaban las vestiduras, pero ella no paraba de correr, recuerda que no sentía dolor, sólo una necesidad muy grande de seguir corriendo y alejarse de aquel hombre que quería destruirla. Corría más veloz que el viento, como si en su angustia los viejos dioses la hubiesen convertido en una criatura de bosque. Aterrada, se había vuelto insensible a los rasguños que le producían las piedras del camino. Únicamente pensaba en aumentar la distancia que la separaba de su perseguidor.

Un joven desconocido surge de la maleza e impide que siga con su loca carrera. Sara se detiene en seco, todavía sin comprender si aquel joven podía ser un amigo o un enemigo. Confía en su instinto y se detiene derrotada por el cansancio, con la respiración agitada, como si tratara de controlar su aliento irregular y entrecortado.

La actitud del joven es en todo momento silenciosa. Y, a un gesto le indica a la joven que le siga y, tras andar unos cuantos metros por la espesura del bosque la lleva hasta la entrada de una cueva que se encuentra oculta por un espeso manto vegetal, que el joven retira con la mano. Sara no pregunta y obedece en silencio.

– “Sigue todo recto, sin desviarte en ningún momento y en unos cuantos metros te hallarás en Montségur, libre de tu perseguidor”.- Sara sabe que debe confiar en este muchacho porque su sexto sentido así se lo indica y acatando las órdenes del desconocido se adentra en la oscuridad de la cueva en busca de su salvación.

Más tarde cuando se encontraba entre los muros protectores de la ciudadela comprendió que aquel ser tan malvado con el que habían tenido la mala suerte de encontrarse era Simón de Montfort.

No volvió a ver a sus amigas de infancia y la pena la tenía completamente atormentada. Sabia que los suyos estaban pagando con su sangre mantener su existencia en secreto. Sara se preguntaba angustiada si su vida podía tener tanto valor, sino sería mejor entregarse, sin más, y acabar con todo el horror. Pero era algo muy importante y transcendía más allá de su propia voluntad. Debía mantenerse con vida toda costa, era importante para el futuro de la cristiandad.

Llora en silencio por el recuerdo de sus queridas amigas y hermanas y el cansancio de tantas jornadas la vence por completo y decide recostarse un poco. Una extraña languidez invade todos sus miembros y el sueño no tarda en llegar.

Al cabo de algunas horas de sueño ininterrumpido, se despierta agitada, sudorosa y presa de la fiebre. Atormentada por pesadillas y malos sueños en los que se ve perseguida por extraños demonios y monstruos, cuando abre los ojos ve a sus amigas del alma, desaparecidas, al pie del jergón que la miran con cariño.

– “¡Clara, Filo… Sofía, estáis vivas o es un sueño !” les dice a las tres amigas que ella creía muertas. Y, que se manifiestan ante ella con, una belleza radiante rodeadas de un aura luminosa que inunda toda la estancia con una luz sobrenatural.

– “¡ No, querida Sara, estamos ante ti en espíritu, y hemos venido a aclararte que no sufras por nosotras, porque ahora estamos bien…! Le responde Clara, uno de los espectros de sus amigas, tranquilizándola. Mientras se va acercando hasta la cabecera de la cama donde reposa la cabeza de la muchacha.

– “No sabéis cómo os echo de menos, de qué manera me hacéis falta. Los remordimientos me devoran por dentro como una mala enfermedad. Sólo tengo presente el día que salí huyendo y no me preocupé de vosotras, me comporté egoístamente, y no tengo paz desde entonces”- Confiesa Sara entre lloros de sincero arrepentimiento por lo que ella cree fue una traición a lo más sagrado. Mientras contempla como los espectros de sus amigas se sientan en la cama y le acarician el rostro

-“ ¡Ay, amiga del alma!. Aleja tus sufrimientos. Hemos venido a decirte, amada Sara, que, como tú ya sabes, eres la última merovingia y debes perpetuar tu estirpe, no debes dejar que tu linaje, el de Jesucristo, se extinga. Por ello habrás de escoger entre los once hombres que te acompañan y que están arriesgando su vida por ti, tan sólo te pedimos que elijas uno que pueda envejecer contigo.”- Explica Filomena extrañamente seria.

Cuando oye hablar a sus amigas fantasmas de la necesidad de tener un hijo sufre un fuerte retortijón en el estómago. Es el terror que experimenta ante la inminente necesidad de ser madre. Y, es que, ahora, no puede ser peor momento. Además el muchacho en el que había puesto sus ojos se encuentra en Montségur y piensa con tristeza que, seguramente, ya habrá sido sacrificado en las hogueras de Montségur.

-¡ Pero, lo que pedís es imposible, todo el mundo sabe que los templarios practican el voto de castidad, son célibes, no voy a poder conseguirlo!”- exclama muy agitada pero sus amigas fantasmales se ríen y le dicen:

-“¡ Qué ingenua eres, mi querida Sara! Ríe Clara.-

– “ De todos los templarios que te acompañan tan sólo uno practica el voto de castidad. Todos los demás lo rechazan. Así que no lo tendrás nada difícil… Y, ahora, nos tenemos que ir, porque nos reclaman, pero volveremos a vernos”- Tras pronunciar estas últimas palabras, los espectros se levantan de la cama y se acercan a la joven y con los labios tocan su frente y cogidas de la mano se desvanecen en el aire.

La muchacha no es capaz de asumir que ha recibido la visita de sus amigas muertas y aún duda de que no haya podido ser un delirio fruto del agotamiento extremo. Su ánimo ha salido reconfortado con el encuentro y se siente más en paz consigo misma, sus demonios internos parecen que la han abandonado. Y se vuelve a dormir, esta vez sueña que se encuentra en un verde prado jugando con sus amigas del alma sin que nadie perturbe su inocencia juvenil, porque sabe que ellas nunca la abandonaran y velarán por ella, desde el más allá”…

domingo, 16 de enero de 2011

BLIND MAIDEN -MEREANA MORDEGARD GLESGORV : LEYENDAS URBANAS DE INTERNET.

BLIND MAIDEN es una leyenda urbana, con la condición de que sólo puedes entrar un jueves 23, a las 12 de la noche, estando completamente solo y con todas las luces apagadas, se supone que si aceptas el reto de una doncella ciega, ésta entra en tu casa y te arranca los ojos.

La historia es así:

Blind Maiden





Tal vez se trate síolo de eso, de una nueva Leyenda Urbana, pero de no ser así, nos encontraríamos ante un suceso escalofriantemente desconcertante que nos llevaría, una vez más, a la terrible conclusión de que no existen límites ni fronteras para el horror. Un horror que se adapta camaleónicamente a los tiempos y se vale de todos sus eventos para manifestarse ante nosotros.

Son muchos los que cuentan haber entrado en una página web llamada:

www.blindmaiden.com(blind maiden significa doncella ciega).Normalmente, si pretendes acceder a ella, por más que lo intentes, tu explorador no te lo permitirá y aparecerá otras cosas ya que para hacerlo deberás cumplir tres condiciones. Encontrarte completamente solo, hacerlo exactamente en la medianoche de un día sin luna y tener apagadas todas las luces de la casa. Entonces, sólo entonces, se te permitirá el acceso. Una vez dentro, enseguida tras un impactante viaje por las imágenes que ofrece, sin necesidad de que nadie te explique nada, comprenderás, como dice el slogan de presentación de la página, que estarás ante 'una experiencia real de horror absoluto'. Tendrás que emplear tus cincos sentidos y poner especial cuidado en no clicquear, ni por error, el botón de 'Aceptar', en participar, activamente, en la experiencia. Si así lo hicieses, sería tu fin y quedarías transformado en una imagen más del amplio archivo de incautos que, antes que tu, osaron, tal vez incrédulos, tal vez curiosos, a probar esta experiencia. Pero ¿que es lo que se supone que ocurre una vez que haces clic sobre aquel botón? Para tu sorpresa y horror observarás en tu monitor como una siniestra silueta se pasea... por tu propia casa. Contemplarás un rostro de increíble belleza, pero sin ojos, que, mientras se te acerca pronunciará unas palabras de manera ininteligible y cuando se encuentre a escasos centímetros de tu cuerpo tembloroso por el pánico, observarás como su rostro se vuelve horripilante y con una expresión de terror que difícilmente podrás olvidar, intentarás salir corriendo de tu casa, pero ella se te acercará de manera inexorable, querrás despertar de lo que desearás que sea una pesadilla cuando veas como ese espectro se acerca y casi te alcanza, pero antes, comprenderás que ha llegado tu final porque te verás en tu monitor y en la misma habitación, en la que te encuentras...de espaldas...entonces sentirás su presencia detrás de ti... te girarás no pudiéndolo soportar más, y... lo último que verás, antes de morir, será el rostro de la doncella ciega que, despiadadamente, te arrancará los ojos... y pasarás a ser una imagen mas de su macabra pagina.

MEREANA MORDEGARD GLESGORV

Hay un video en YouTube llamado Mereana Mordegard Glesgorv. Si lo buscas, no encontrarás nada. Las pocas veces que lo encuentres, verás un video de 20 segundos de un hombre mirando fijamente a la cámara, sin emociones, luego sonriendo los últimos dos segundos.
El fondo no está definido. Esta es la única parte en línea del video.
El video completo dura 2 minutos, y fue removido por YouTube después de que 153 personas que lo vieron se sacaran los ojos y los enviaran a las oficinas de YouTube en San Bruno. Dichas personas luego se suicidaron, y no se sabe como lograron enviar los paquetes.
Y había una inscripción críptica en sus brazos que aún no ha sido descifrada.
YouTube periódicamente sube los primeros 20 segundos del video para evitar sospechas, así las personas no buscarán el video real y lo subirán. El video en sí fue visto por un miembro del Staff de YouTube, que comenzó a gritar luego de 45 segundos. Este hombre está bajo sedación todo el tiempo, y es incapaz de recordar qué vio.
Las otras personas que estaban en el mismo cuarto que él, lo vieron y apagaron el video por él, diciendo que solo podían oír el sonido de un taladro. Ninguno se atrevió a mirar la pantalla.
Nunca se halló a quien subió el video, y la dirección IP de éste era inexistente. Y el hombre del video jamás fue identificado.

KIRK DOUGLAS, "LO QUE SÉ"




Así contestó, a los 84 años, Kirk Douglas el cuestionario que conforma la excelente sección de la revista Esquire.

“LO QUE SE”

Mis hijos no tuvieron las ventajas que tuve yo en mi infancia: cuando uno viene de la pobreza más abyecta, no hay otra dirección adonde ir que no sea hacia arriba..

Sé que el amor es más hondo a medida que uno se hace más viejo.

Sé que todo el mundo tiene ego.

Sé que, por más que a los judíos nos enseñen a leer en hebreo, no entendemos un carajo de lo que estamos leyendo. Cuanto más estudio la Torá menos religioso me vuelvo, y más espiritual quizá. En el último Yom Kippur opté por la traducción al inglés y descubrí que Dios no necesita que le cantemos alabanzas sino que seamos mejores como personas.

Sé que cada hijo es diferente y que hay que darles soga, siempre: no aconsejarlos mucho y dejarlos cometer sus propios errores. Es como el pase inglés: uno tira los dados y espera a ver qué pasa.

Sé que, a veces, lo que te compromete te libera. Yo no quería ser actor de cine. Mi vida era el teatro y la primera vez que me llamaron de Hollywood rechacé el ofrecimiento. Pero entonces nació Michael y hacía falta más dinero, y me vine para acá.

Sé que todo buen aprendizaje termina sólo cuando estás bien muerto.

Sé que, si un hombre me diera a entender que nunca cometió un pecado en su vida, no me interesaría en lo más mínimo hablar con él.

Sé que los musulmanes siguen a Mahoma; los cristianos a Jesús, y los judíos, a Moisés, pero es el mismo Dios, en mi opinión.

Sé que hacer películas es una forma un poco cara de narcisismo.

Sé que los hijos necesitan la misma cercanía física con el padre como con la madre. Cuando beso a mis hijos en la boca, alguna gente me mira raro, pero no me importa porque sé que no es una debilidad.

Sé que Atrapado sin Salida fue una gran decepción en mi vida. Compré los derechos para cine, pero nadie quería hacer una película con eso. Entonces pagué para hacerlo en Broadway, pero tampoco. Había una línea en especial en el libro que me parecía inigualable: cuando McMurphy trata de arrancar el lavatorio de la pared delante de los demás internos y no puede. Y todos lo están mirando y él gira hacia ellos y les grita: ‘¡Por lo menos traté!’. Hay días en que pienso que ése debería ser mi epitafio.

Sé que que la política se ha vuelto una mala palabra. por algo es

Sé que hay cosas en la vida que uno nunca logra hacer como Dios manda. Jugar al golf, por ejemplo.

He sobrevivido a la caída de un helicóptero, con cirugía vertebral incluida, a un infarto que casi me lleva al suicidio, tengo un marcapasos y problemas en el habla. ¿Y qué? Siempre me digo: la edad está en la cabeza.. Es el único antídoto que permite seguir funcionando.

Sé que millones de personas murieron por motivos religiosos: algo anda mal ahí, ¿no?.

Sé que esto puede pasar: uno se muere, lo llevan frente al barbudo sentado en el trono, uno pregunta si eso es el cielo y el barbudo responde: "¿El cielo ? De ahí acaba de venir, caballero".

Sé que la única gente que puede destruir Israel son los judíos, porque su obstinación alimenta la división. Como decía aquel chiste en que se encuentran el presidente de los Estados Unidos y el de Israel y éste le dice: ‘Sé que ha de ser difícil ser presidente de 250 millones de personas, pero ¿sabe lo que es ser presidente de cinco millones de presidentes?’

Todo el mundo se la pasa hablando de los viejos tiempos: que las películas eran mejores, que los actores eran superiores, que la gente era más solidaria. Lo único que yo sé de los viejos tiempos es que ya pasaron.

Sé que pensar un poco en los demás es una manera de distraerse de uno mismo.
Creo que recién ahora empiezo a saber quién soy. Como si mis virtudes y mis defectos hubiesen estado hirviendo en una olla todos estos años y con el hervor se hubieran ido evaporando y convirtiéndose en humo, y lo que queda en el fondo de la olla es mi esencia, y se parece inquietantemente a aquello con lo que empecé al principio.

martes, 11 de enero de 2011

LOS PEREGRINOS DE LAS TINIEBLAS IV


…”Los peregrinos ya totalmente despejados del sopor del sueño, escuchan atentamente la historia que les cuentan sus compañeros de viaje y no pueden dar crédito a lo que oyen.

Deciden afrontar los hechos como han hecho siempre, siendo racionales por lo que deciden dirigirse al cementerio e investigar por donde ha podido escabullirse la monja misteriosa.

Se encaminan, rigurosamente, uno detrás de otro, y al poco tiempo recorren los metros que les separan del recinto del cementerio que, en ese momento, un rayo de luna arranca destellos de plata a las cruces y sin más se adentran en el mundo de los muertos.

Se dividen y se dispersan en todas direcciones tratando de buscar algún indicio que señale la vía de escape de la monja. Los sepulcros ocultos entre la maleza apenas permiten la visualización de las imponentes cruces que, excepcionalmente, aún permanecen en pie. Pasean entre las tumbas, observan de cerca los panteones y sus candorosas dedicatorias, en ocasiones, hasta ridículas. Pasean sus ojos sin interés por los cenotafios conmemorativos invadidos por las plantas trepadoras y lo único que consiguen es tener una desagradable sensación al sentir como corren por entre sus pies las alimañas que da cobijo la maleza, tristes habitantes de este mundo de muerte

Pero, sólo perciben la olor a putrefacción que despide este triste lugar y la frialdad de la piedra en la palma de la mano. Son afortunados ya que parece ser que la niebla va remitiendo poco a poco.



Mientras dura la inspección vuelve a sonar el aullido del lobo, ahora peligrosamente cerca, pero los templarios respiran con tranquilidad pues parece ser que no se trata de una manada ya que es sólo un lobo el que aúlla. Piensan en la pobre mujer que ha tenido la mala suerte de encontrarse con la fiera en su camino y ha acabado convertida en una presa inocente, con la que calmar su hambre feroz. Y, cuyos restos posiblemente alguien encontrará algún día, en el camino.

-“¡Aquí, parece que hay algo”- Exclama Jacques.

– “¿Qué has visto?- Le pregunta Hugo, y al mismo tiempo se va acercando a toda prisa hasta su amigo.

– “Esta losa parece que está un poco desplazada, y, yo solo no puedo moverla”- Hugo piensa que si él no puede moverla de su sitio, es posible que no sea el acceso que ha utilizado la monja. Pero de todas formas se acerca a mirar.

– “ Si tu sólo no has podido con la losa, raramente puede haber entrado por aquí esa monja. Pero, de todas formas vamos a ver qué encontramos.”- Concluye Hugo, y aúna sus fuerzas con su compañero tratando de levantar la losa, pero es imposible. Al final acuden Godofredo y Andrés y juntando sus fuerzas consiguen con un solo movimiento y, mucho esfuerzo, desplazar de su sitio la gran losa, de piedra, que cubre el sepulcro.

Sobrecogidos, inhalan el aire viciado de la tumba. Un olor pestilente a podrido les hiere las fosas nasales y un intenso frío les recorre el espinazo. Con cautela, acceden primero a unas escaleras muy empinadas, desgastadas por el tiempo y, curiosamente, libres de polvo. La oscuridad impera al final de la misma y los templarios dominando el terror, que ya empieza a hacer su efecto, se adentran en la tumba detrás de Hugo. Bajan con cuidado tratando de apartar las telarañas invisibles que cuelgan del techo y que les rozan el rostro en una desagradable caricia. Con brusquedad las apartan con un manotazo. Gondemar se quita de encima del brazo una araña descomunal que ya le iba corriendo casi por el hombro.

La oscuridad del lugar es total y no se aprecia ninguna forma. Jacques consigue encender un fuego por el medio tradicional, con una rama que ha encontrado. Cuando se hace la luz y tiene ocasión de descubrir qué es lo que lleva en la mano encendido, casi lo arroja con violencia. Sus compañeros de fatigas se ríen con ganas ya que lo que ha cogido al azar ha sido un hueso humano en perfecto estado, un fémur. La débil iluminación crea figuras fantasmagóricas sobre las paredes, juegos de luces y sombras que parecen dar vida a los imponentes nichos que hay excavados en las paredes de la tumba. Es un recinto circular con una esmerada decoración y los templarios se proponen observar de cerca para hallar una posible trampilla que conduzca a algún pasadizo secreto.

Jacques a pesar de la repulsión que siente con la antorcha que se ha improvisado se va paseando por los diferentes catafalcos tratando de observar algún mecanismo de acceso a un túnel, pero cuando se encuentra junto a uno de los nichos aprecia que su antorcha ha sufrido una ligera alteración, como si una corriente de aire la hubiese agitado.

Comunica su descubrimiento a sus compañeros y se apresuran a localizar el resquicio por el que se ha deslizado la corriente de aire. Al fin lo encuentran y están a punto de emprenderla a golpes para conseguir ensanchar el resquicio lo suficiente como para que entren sus cuerpos fornidos.

Pero, el muchacho se acerca y cogiéndole la mano detiene la acción.

-“ No es necesario emplear la violencia”- confiesa – . simplemente tenemos que ir buscando en las paredes algún elemento decorativo que sobresalga un poco, o algo así como un resorte que nos abra la trampilla”- Sus palabras se convierten en realidad cuando sus manos van palpando con suavidad la pared fría y rugosa del lugar. Su mano ha dado con una moldura de la pared que sobresale un poco y que tiene la forma de un círculo con una cruz inscrita en su interior, es una cruz solar, la cruz de Odín y uno de los símbolos más antiguos de la humanidad y común a todas las culturas.



El joven presiona con fuerza sobre uno de los cuartos del círculo y se hunde ligeramente, entonces se acciona un resorte oculto que pone en movimiento el mecanismo que abre la trampilla secreta del panteón, con un desagradable chirrido. Hipnotizados comprenden que se encuentran ante un pasadizo secreto invadido por la más negra oscuridad.

Hugo le arrebata la lumbre a Jacques y antes de adentrarse en el oscuro pasadizo introduce la antorcha y otea el interior.

Se adentran en las tinieblas y comprueban que el techo es de mampostería y Andrés va prendiendo con su antorcha unos hachones que hay adosados a la pared. El terreno es irregular al principio tiene una inclinación ligeramente ascendente, pero al cabo de unos metros comienza a descender y el frío se vuelve más intenso.

Es un trayecto que zigzaguea y dibuja muchas curvas y, de pronto, perciben un aleteo que agita con fuerza el aire del lugar y en la oscuridad destacan, como suspendidos en el aire, dos ojos muy grandes, con unas inmensas pupilas dilatadas, estas criaturas son los murciélagos, moradores de las inquietantes tinieblas del pasadizo. En algunos tramos, las paredes del túnel se estrechan de manera alarmante, tanto es así que la corpulencia de los templarios casi impide seguir avanzando.

Nunca hubieran imaginado que pudiese existir un túnel tan oscuro, tan estrecho y tan largo. Ya llevan mucho rato andando y comienzan a asemejarse a una lenta comitiva de tortugas.

Al principio, el terreno sobre el que se desplazan es terroso y muy blando. Casi pueden notar las raíces de los árboles que perforan el terreno sobre el que se sustenta la abadía, como un suave flagelo en sus rostros.

Finalmente, la tierra se convierte en un camino de piedra, dura, pero el pasadizo sigue siendo terrorífico, estrecho y las paredes se les echan encima y casi los asfixia. Apenas pueden alzar sus cabezas y enderezar sus cuerpos. Súbitamente, el túnel inicia un brusco descenso, a pesar de las vueltas que van dando, casi, a ciegas. Pero es obvio que llevan un buen rato descendiendo y lo notan las plantas de sus pies y tobillos, convertidos en una yaga sangrante, y sus manos despellejadas.

Los templarios se desmoralizan, no tanto por el dolor, ni el cansancio, ni siquiera por el agobiante calor que está empezando a convertirse en algo insoportable, sino por la angustiosa incertidumbre de ignorar cuál es el destino que les espera al final del túnel. Como hombres temerosos de Dios que son, comienzan a pensar que se están acercando a las “Puertas del Infierno”, y se encomiendan al altísimo, entonando sus plegarías.

El aire del túnel se vuelve irrespirable y se percibe una especie de ruido seguido de un fuerte siseo. Es una rata descomunal que se encuentra en medio del túnel y les corta el paso. Se muestra agresiva y dispuesta a saltar sobre el primero que avance. Los peregrinos están rígidos por el terror, pues saben que las ratas transmiten las terribles miasmas y el desgraciado que tiene la mala suerte de contraerlas fallece sin remedio, presas de atroces sufrimiento y llenos de pústulas. Guillermo es el que se adelanta blandiendo su afilada espada y ensarta a la alimaña ante el estupor de sus compañeros.

Cuando empiezan a dudar de que ese túnel tenga un final, comienzan a oír un cántico de religiosas, que en su situación consideran casi celestial y la señal de que sus plegarías han sido escuchadas. Han llegado a un punto donde la galería se ensancha, notablemente, las paredes que los envuelven están ligeramente iluminadas con un tétrico resplandor ambarino, procedente de una inmensa abertura a la que se asoman, y, que no es otra cosa que el final del túnel y el acceso a una gran capilla en la que se encuentran un grupo de religiosas reclinadas y entonando sus cánticos religiosos.

Estupefactos, los doce peregrinos irrumpen en el interior de la fastuosa capilla subterránea y, es, entonces, cuando las monjas descubren su presencia al girar la cabeza hacia donde se encuentran los recién llegados.

NOSOTRAS Y LOS FANTASMAS DEL PAÍS CÁTARO IV




Después de una jornada tan agotadora, cuando llegas, por fin, a tu alojamiento, sólo piensas en una cosa, en darte un baño bien caliente que relaje y revitalice el cuerpo. Antonia y yo nos rifaremos el primer turno. Primero me baño yo, y mientras tanto, Antonia trata de llamar a casa para informar a nuestros padres de que lo estamos pasando muy bien y que se queden tranquilos, pues ya estamos recogidas en el hotel.

Al cabo de un rato llaman a la puerta de nuestra habitación nuestras amigas recién bañadas, perfumadas y muy hambrientas. Ya, juntas, pensamos en organizar la cena ligera que hemos planeado a base del pan de molde, fiambre de carne, el queso, la fruta y las bebidas, entre las que hemos incluido el hipocras que es el vino que nos han servido en el restaurante de Mirepoix.

Nos vemos obligadas a utilizar la cama como mesa, colocamos previamente un mantel de papel que también hemos comprado, y, sobre ella, esparcimos los alimentos que hemos adquirido en un supermercado de Castelnaudary, a bastante buen precio. Cuando sacamos de nuestra mochila la navajita multiusos Victorinox, comprada en Suiza, les hace mucha gracia a nuestras amigas. Y, es que el artilugio tiene su miga. Lleva de todo, alicates, destornillador, lima, tijeras, cuchillo, sacacorchos, lupa, brújula, todo ello plegado en un espacio mínimo, de gran utilidad para los excusionistas y los turistas como nosotros.

Con el estómago lleno y el calorcillo que nos ha entrado con el hipocras, vino reconstituyente y medicinal, que, como su mismo nombre indica tiene algo que ver con Hipócrates, el padre de la medicina moderna. En fin, sea lo que sea, medicinal o espiritoso, la verdad es que nos calienta el gaznate y nos alegra el ánimo, sobre todo a Carmen que después de patatús del Puivert buena falta le hace.

Pasamos juntas las últimas horas de este día tan intenso y charlando sin cesar sobre todos los acontecimientos que hemos tenido la suerte de vivir. Va pasando el tiempo y el sueño no aparece. Es más, estamos muy animadas, y no paramos de charlar quizá sea debido al hipocrás o a la tenue iluminación de la estancia que propicia las confidencias y va estrechando nuestra amistad ya que nosotras no hace mucho que nos conocemos.

Pero somos humanas y después del día que hemos tenido el cansancio y el sueño no tardan en aparecer.

Carmen y Laura ya se han ido y cuando nos quedamos solas ya es muy tarde y estamos tan cansadas que la cama nos atrae terriblemente, tan grande, confortable y acogedora que es difícil resistirse a la tentación. Pese al cansancio, nos cuesta conciliar el sueño por las emociones vividas durante el día. Finalmente, me duermo pensando en las experiencias vividas en Montségur y Puivert.



3º DESCUBRIR EL CANAL DEL MIDI.



Hoy dedicaremos la jornada a descubrir el Canal del Midi, singular obra de ingeniería que fue declarado Patrimonio Mundial de la Unesco, recientemente, en el 1996.

Tras el desayuno, que ha constado de un plato de cereales con leche y unos croissants con un café con leche bien caliente salimos del hotel muy temprano, limpias y perfumadas, cuando las primeras luces del amanecer invaden un cielo despejado que tiene la facultad de reanimar la mañana con su brillo y claridad espantando la negra oscuridad llena de demonios que trae consigo la noche.

Nos sentimos especialmente entusiasmadas ante el nuevo día que empieza; pero, también muy doloridas por la agujetas, fruto de la jornada tan agotadora del día anterior, la subida al Montségur, y, luego las escaleras del Puivert nos han pasado factura y estamos molidas. Un paracetamol después del desayuno arreglará la situación. Aguanto las risas cuando veo la torpeza con que anda Carmen ya que parece caminar sobre brasas ardientes y su expresión es un tanto doliente, pero la verdad es que yo no me encuentro mucho mejor ya que la planta de los pies casi no la siento, padezco un dolor agudo en las pantorrillas y las ingles y una molesta tortícolis que me impide mover el cuello.Y, mi hermana, con tanto cambio de temperatura se le ha puesto la cara como un mapa, llena de granos. Pienso que si tenemos que salir corriendo, simplemente lo tendremos crudo porque estamos hechas puré.

En fin, estamos hechas una pena, pero ilusión es lo que no nos falta, y yo ya me planteo seriamente, si no seremos unas cátaras reencarnadas ya que con tanto sacrificio y que no nos desmoralicemos, tiene su misterio.

El Canal del Midi o Canal de los dos mares es obra de Pierre Paul Riquet (1604-1680), une la Laguna de Thau con el río Garona y se desplaza desde Burdeos a Toulouse y desde aquí hasta la Albufera de Thau, en Sète.

El patrimonio arquitectónico del Canal es realmente excepcional y en cifras es mucho más significativo. Posee 245 km de paseo con unos antiquísimos mecanismos de control hidráulico que se encargan de superar los diferentes desniveles que presenta el Canal, ya que se construyó sobre un terreno muy accidentado, y, muy abundante en riachuelos, hasta tal punto que se pensó que era una obra imposible de realizar, ya que se pretendía unir el Atlántico y el Mediterráneo evitando así atravesar toda la Península Ibérica y cruzar el estrecho de Gibraltar.

Se utilizaron las aguas de la Montaña Negra para alimentar el Canal y mediante la construcción de una presa, en Narouze, almacenaron las aguas de la montaña y desde aquí y mediante un sistema de canalizaciones secundarios se ramificaron en ambas direcciones, hacia el Mediterráneo y el Atlántico, respectivamente.

Se dedicaron 14 años a su construcción y 15000 obreros trabajaron en ella. Posee alrededor de 350 obras de fábrica, 64 esclusas que se encargan de retener el agua, 126 puentes, entre los que se cuentan puentes-canales, y puentes subterráneos muy exóticos.

Esta magnifica obra de ingeniería fue construida con el impuesto sobre la sal de Béziers por Paul de Riquet, Barón del Bonrepós, el creador de esta obra falleció 6 meses antes de ver concluida su magnífica obra. Inaugurada en el 1681 con el nombre de Canal Real del Languedoc. Sería tras la Revolución francesa cuando adoptaría el nombre de Canal del Midi. Impulsó el comercio en el Languedoc y unió el Mediterráneo y el Atlántico mediante el río Garona.

Económicamente constituye una vía de transporte muy importante para el Sur de Francia. Aunque en la actualidad ha perdido la utilidad que tenía en la antigüedad. Ahora se ha promocionado en la zona una nueva forma de industria y es la basada en el turismo fluvial, o de agua dulce y el paisaje agrario que rodea esta magnifica obra y que le complementa a la perfección no ha sufrido grandes cambios, su fisonomía ha cambiado poco y por ello estos lugares siguen conservando la esencia de su pasado.

Procuramos circular por carreteras rurales ya que el paisaje que ofrecen es más interesante y viajar por autopista aunque en cierta manera es más cómodo y más rápido no deja de ser rutinario. Es agradable descubrir una zona de Francia apenas tocada por el progreso. Circulamos por carreteras donde predominan grandes extensiones de viñedos y pueblos apartados del mundanal ruido, ajenos al ajetreo urbano que se da en las ciudades costeras de la zona.

Desde el automóvil el Canal se nos presenta como un antiguo camino de sirga muy gastado por el tiempo, pero al mismo tiempo muy cercano, casi magnífico.

La riqueza forestal de sus riberas nos inunda la vista con la exuberancia de fresnos, sauces llorones, álamos, plátanos, chopos, magnolios inmensos que se alternan con la gran variedad de plantas silvestres que crecen en sus orillas y que le confieren ese color verdoso a las aguas que haría las delicias de cualquier pintor.

La frondosidad vegetal del Canal se convierte en algo mágico, irreal cuando su tupida vegetación deja pasar los rayos de sol y es entonces cuando se genera tal juego de luces que es una locura pasar de largo y no inmortalizar tal belleza esmeralda en una instantánea fotográfica.

Súbitamente, tal y como nos tiene acostumbradas, tras un brusco volantazo, Carmen se sale de la carretera y, casi nos cuesta quedarnos sin dientes, detiene el coche y nos sobresalta con su ocurrencia y dice muy seria que esto es precioso y hay que hacer fotos. No hacemos una, sino infinidad, como siempre y es que a nosotras nos apasiona la fotografía.

Circulamos casi tocando con las manos el Canal, que, a estas horas tan tempranas aparece desierto, pero sólo en cuestión de horas se llenará de gente y perderá parte de su magia. Pero ahora nos pertenece y nada turba nuestra tranquilidad, desde donde me encuentro me parece majestuoso y pienso que el Canal que ahora serpentea por el valle del Aude, entre campos de vid y olivares, perfectamente integrado y si alguna vez fue artificial ahora se ha mimetizado de tal manera con el paisaje que le circunda que se ha convertido en un accidente natural del terreno. Cuando llegamos a la zona del acueducto de Fresquel. Carmen se ha desviado por un puente-Canal de tres arcos cuya construcción data del siglo XIX y nos permitirá avanzar entre el Canal y la carretera y así no sufriremos con las agujetas.

Antes de llegar a Trèbes hacemos una breve parada junto a los imponentes árboles para tomar más fotos de este lugar tan encantador del Canal. Tras un agradable paseo buscamos la triple esclusa, de funcionamiento eléctrico, que se encuentra por la zona, pero, la frondosidad del lugar casi la oculta. Es interesante porque está excavada en la roca, y, tiene adosada la figura impresionante de un molino de unos 300 años de antigüedad, que, según parece, todavía está en funcionamiento resistiendo el paso del tiempo convertido en un metafórico centinela del Canal. Posteriormente, nos acercamos hasta el puerto donde los parterres y las jardineras abarrotadas de flores alegran la vista del puerto fluvial de Trèbes lleno de embarcaciones varadas. Paseamos un poco por los muelles de esta pequeña ciudad jardín donde los magníficos plátanos se reflejan en sus tranquilas aguas.

Zona de preciosos puentes sobre el Canal, esclusas, acueductos, compuertas, viejos puentes que reflejan en sus piedras el paso del tiempo, embarcaciones varadas, plantas acuáticas todo ello contribuye a crear un remanso de paz.




El dolor de agujetas que tengo se me hace insoportable y cuando contemplo a mis compañeras de viaje, me parece que son inmunes al cansancio, pues las veo muy animadas y caminan muy ligeras. De vez en cuando gastan bromas, y dicen entre risas que están hechas polvo y que si seguimos con este ritmo cuando el viaje acabe nos tendrán que recoger con cucharilla.

La mañana avanza henchida de la luz, los olores y el color de estos viejos caminos de sirga gastados por el paso del tiempo. Caminamos embelesadas entre los imponentes plátanos tricentenarios que hay a ambos lados del camino. Escuchamos el trino de los pájaros en perfecta armonía con el susurro del viento entre las hojas de los árboles. Y, no nos hemos dado cuenta de que la zona se va llenando con la presencia de los críos que montados en sus "bicis" invaden el sendero como dueños y señores absolutos de la situación, auténticos kamikazes que vienen directamente hacia nosotras a una velocidad de vértigo, ciegos y atentos únicamente a la barcaza que surca tranquilamente las aguas del Canal y con la que hacen carreras compitiendo con ella. Niños completamente ajenos e indiferentes por completo a todo lo que se desarrolla en el sendero. ¡ Qué maravillosa es la ignorancia en la que vive la infancia!.

Nos giramos con el tiempo suficiente para apartarnos del camino, porque Laura, sobresaltada, es consciente del peligro que nos acecha y ha gritado: ¡Cuidado!. Todas hemos reaccionado a tiempo; pero Carmen que tiene la mala suerte de encontrarse en la trayectoria que lleva el chiquillo dispone del tiempo preciso para esquivar el encontronazo, que en caso de producirse podría ser fatal tanto para el crío como para nuestra amiga, con los reflejos bien despiertos pese a las agujetas realiza un requiebro muy airoso con gran agilidad y digno de un torero.

-" Es que estos niños no tienen padres"- Se pregunta Laura y mi hermana le responde que seguramente deben de ir en la barcaza y probablemente tenga razón en lo que dice.

Tras un gran esfuerzo abandonamos este lugar idílico y Carmen enfila la carretera rumbo a la Redorte, avanzando hasta Homps, a unos cuantos kilómetros cogemos un desvío que nos lleva hasta El Somail, bello paraje del Midi. Lugar donde se respira tranquilidad y sosiego, auténtico remanso de paz, las construcciones que ocupan el lugar aún conservan las ventanas con las típicas contraventanas de madera.

Parece ser que en la antigüedad no era tan tranquilo como en la actualidad ya que las barcazas solían hacer escala aquí para pasar la noche. No deja de ser la vieja aldea que era en el pasado, aún conserva su vieja posada, muy bien conservada, las enredaderas trepan por los muros de las edificaciones hasta alcanzar las ventanas dándoles ese aire que tanto nos agrada. Y, como contrapunto, algunas pequeñas embarcaciones esperan, como siempre, amarradas al pequeño muelle del Somail. Y, es que esta encantadora aldea parece detenida en el pasado, y nada parece turbar su tranquilidad.

Con todo el dolor del mundo abandonamos esta zona y nos dirigimos hacia el Túnel del Malpàs que tiene la particularidad de ser el primer túnel subterráneo del mundo. Cuando llegamos a las inmediaciones del mismo nos encontramos en un paraje aislado y solitario rodeadas por campos de cultivo que parecen abandonados y Carmen no tarda en encontrar aparcamiento.

Tras una breve caminata accedemos a la zona donde se encuentra el túnel que no es visible ya que está bajo tierra. Sabemos que se encuentra bajo una suave colina llamada Ensérune, y desde donde se divisa una panorámica del sendero pedestre que transcurre paralelo al cauce del Canal, bajamos por unas precarias escaleras que se encuentran en muy mal estado y desgastadas por el tiempo.

Intento avisarlas para prevenir una posible caída, pero llega tarde ya que Laura ha resbalado y se ha dado un soberano culazo, pero se levanta más rápida que el rayo.

Cuando nos encontramos frente a la entrada del túnel la primera sensación que tenemos es el mal olor pero no nos detiene y proseguimos con nuestra exploración del lugar ya que nos parece muy sugestivo y con curiosidad penetramos en el interior y nuestra decisión no puede ser más errónea ya que nos encontramos en nuestro camino con una rata muerta del tamaño de un conejo, putrefacta, y, se nos presenta un dilema seguir hacia delante significa pasar por encima del cadáver de la rata, pero el asco nos supera, desistimos del intento, nos damos la vuelta y salimos descompuestas del interior del túnel, abandonamos el lugar apresuradas, con la imagen de la rata muerta en la cabeza, y pensando en la posibilidad de encontrarnos con una alimaña de estas, pero viva.

De nuevo nos encontramos en la carretera y ésta continua tan desierta como cuando hemos llegado, vamos en dirección a Béziers por la Via Domicienne, o Vía Domitia que fue hace más de 2000 años una calzada europea adelantada a su tiempo, que comienza en Italia, cruza el sur de Francia, atraviesa los Pirineos hacia España, donde en Andalucía le toma el relevo la Vía Augusta. La carretera desde Colombiers se aleja del cauce del Canal y discurre entre desiertos campos de viñedos y caserones aislados, el trayecto de este río artificial se convierte en algo tortuoso y va trazando en su curso amplios meandros y pronunciadas curvas, y, cuando finalmente llegamos a Fonséranes, paraje encantador, nos bajamos del automóvil para conocer esta maravilla de la Ingeniería que son las esclusas de Fonséranes.

Damos un relajante paseo a pie por la impresionante escalinata de las esclusas. Vemos que son siete, seguidas y consecutivas, una al lado de la otra y de forma escalonada.

Están compuestas de ocho compartimentos contiguos con los que se supera un desnivel de unos 21 metros a lo largo de 310 metros. Tenemos la suerte de ser testigo de cómo un barco trata de superar la zona de las esclusas. Un hombre se encarga de regular su funcionamiento. Según los folletos informativos, alrededor de 350 trabajadores se encargan de mantener en funcionamiento las esclusas. Su manejo es bien simple, consiste en nivelar el Canal, llenando o vaciando la esclusa a voluntad y creando una cascada de agua que permita superar ese desnivel.

En general el que controla la situación es el esclusero y el que tripula la embarcación sólo se limita a ayudarle. En concreto, el que tenemos ante nuestro ojos es muy cordial, y yo diría que se conocen porque entre ellos hay mucha camaradería ya que el encargado les abastece de comida y bebidas. Y, los niños que van en el barco le tratan con mucha confianza.

Cuando el barco rebasa las esclusas se despiden del esclusero y siguen con su navegación muy tranquilamente. Se oye a lo lejos el suave ronroneo de su motor, que unido al chapoteo del agua constituyen un magnifico complemento a este paraje encantador. Todo esto nos sugiere una aventura muy sugestiva, en la que tratar de comprender el mecanismo de estos artilugios es todo un reto para cualquiera, sea hombre o mujer.




Tomando algunos datos que figuran en nuestro folleto se suele navegar por los canales a una velocidad de 6-8km/h y no reviste gran complicación. Existe una gran protección medioambiental de estos lugares, pues las embarcaciones que surcan el Canal se mueven con energía eléctrica ya que ponen especial cuidado en preservar las riberas naturales de la contaminación que pueden provocar las congestiones y embotellamientos tanto en el Canal como en las carreteras que lo acompañan.

Es toda una aventura navegar por estos canales y no se precisa licencia. El que se encarga de alquilar las barcazas, gabarras o contrions en la antigüedad, cuando te la entrega simplemente te enseña unas nociones básicas para que las puedas conducir y no te quedes por ahí embarrancado, muestra las normas reglamentarias para navegar cívicamente por el Canal, te enseña el amarre; como arrancar, frenar; y, lo más importante, como pasar las esclusas sin problemas y sin ocasionar ningún problema en tu barco.



La temporada en que permanece abierto el Canal abarca desde la primavera hasta el otoño y está relacionada con el horario de funcionamiento de las esclusas; es decir, de 8h a 12h y 30m. y de 13h y 30m a 19h y 30m, respectivamente.

Tras un breve paseo por el muelle en el que hemos hecho amistad con un perro precioso; en contra de nuestra voluntad, porque es de todos conocidos el terror que nos inspiran estos animales; en un momento dado se nos ha acercado y como Carmen lo ha acariciado y le ha dado comida no nos lo podemos quitar de encima y nos sigue por todas partes. Tiene un sedoso pelaje de color canela y una cálida mirada con la tonalidad de la miel y es que me parece que nos ha adoptado, pues sólo busca que lo acariciemos. Cuando nos dirigimos al coche él nos sigue de cerca y aún cuando tomamos rumbo hacia Narbona todavía continua detrás de nuestro coche unos cuantos metros y debo reconocer que nos da mucha pena verlo tan desamparado. Nos alejamos, y, finalmente, giramos la cabeza buscándole con la mirada, pero el perro ya se ha convertido en apenas un puntito en el horizonte de asfalto.

En poco menos de una hora nos colocamos en la ciudad de Narbona porque hemos ido por la Autopista y queremos llegar a tiempo para poder hacer el crucero por el Canal del Midi, la panorámica que se divisa desde el coche es como la de la mayoría de las carreteras de la zona, suaves colinas de viñedos que en otros tiempos remotos padeció el ataque de la filoxera que acabó con todos los cultivos de esta zona y Francia se vio obligada a comprar el vino de Rioja y Navarro; pero, posteriormente se extendió a España y, finalmente, Portugal. En la actualidad, las cepas pre-filoxeras de la Rioja y Navarra que se salvaron son muy apreciadas en el mundo entero. Cruzamos una extensión donde dominan las amplias llanuras dedicadas al cultivo del olivo ya que en la zona hay una importante industria alimentaria del aceite de oliva y nos sentimos fascinadas cuando contemplamos como una aparición repentina la delgada línea azul que dibuja el mar en el horizonte. Divisamos desde el coche un paisaje dominado por la campiña cuando ya comenzamos a ver la moderna ciudad de Narbona.

Esta ciudad está considerada como una de las ciudades mediterráneas más antiguas. Se supone que seguramente fue un silo, o almacén marítimo, perteneciente a un poblado de la Galia. Roma intentó reforzar sus comunicaciones terrestres con Hispania después de vencer a Aníbal, conquistar Cataluña, La Mancha y Andalucía. Narbona se convirtió en colonia senatorial y en centro comercial de la provincia céltica y más tarde pasaría a ser la capital de la Galia Narbonense.

Durante la etapa histórica de Blanca de Castilla, o la Dama de hierro, el tráfico marítimo se realizaba a través de los canales y estanques del litoral, pero una inundación del Aude provocó la total devastación de la ciudad y no se recuperó hasta la creación y apertura del Canal del Midi.

Primero realizamos una visita panorámica de la ciudad porque estamos un poco cansadas y como no conocemos esta ciudad lo mejor es explorarla en coche y después daremos un breve paseo por la ciudad en la que destaca sobre todo en el centro el impresionante conjunto arquitectónico integrado por el Palacio y la Catedral.

En nuestro primera toma de contacto con esta preciosa ciudad jardín descubrimos que en la parte vieja las casas parecen adosadas las unas a las otras, como sucede en el Puente Viejo, las casas son pequeñas y el único ornamento que poseen son unos rudimentarios balcones, eso sí abarrotados de flores y algunos con ropa tendida, en estos barrios vivir es puro instinto y hacen de la calle su casa, y esto no debe extrañarnos porque es un rasgo común en todos los pueblos del Mediterráneo.

Cada vez me gusta más callejear por esta ciudad, perdernos por sus bellos y floridos canales, disfrutar de lo que nos ofrece esta bella mañana al aire libre con el placer que da ir recorriendo las calles peatonales repletas de tiendas en las que se ofrecen gangas a buen precio y la verdad es que estoy rabiando por bajarme y mientras Carmen trata de encontrar un sitio donde aparcar, nosotras disfrutamos de las amplias zonas verdes, de la espléndida arboleda que discurre paralela a los muelles y calles que reciben el nombre de personajes notables tanto nacionales como internacionales.

Carmen ha encontrado aparcamiento cerca del Ayuntamiento, casi tocando los muelles del Canal de la Robine y tenemos ante nuestros ojos un puente romano, Pont des Marchands. Convertido en zona peatonal muy florida, está muy concurrido, sobre él se edificaron algunas viviendas, todas ella convertidas en tiendas de estampa muy agradable, la verdad es que aquí es muy difícil aburrirse. Buscamos el lugar de donde parten los cruceros por el Canal.

Como no tenemos ni idea de dónde parten las barcazas decidimos preguntar a alguien y tenemos la suerte de dar con una persona muy amable y cordial, bien dispuesto a ofrecer información sobre cualquier cosa que se le pregunte. En nuestro caso se ofrece incluso a llevarnos hasta el mismo barco y se despide de nosotras con una sonrisa.

La Robine es un antiguo cauce del río Aude que, desde 1686, fue desviado para unir Narbona al Canal. Más tarde, en 1776, se decidió excavar el Canal de Jonction para unir La Robine con el Canal del Aude, cerca de la desembocadura de La Robine.

Más adelante el Canal de la Robine surca los estanques de Bages y Sigean, bordea la isla de Santa Lucía y muere en Port-La Nouvelle.

Cuando llegamos al punto de encuentro para hacer el crucero encontramos un grupo numeroso esperando la señal para subir al barco. Son personas de la tercera edad y no sé si mis amigas tendrán algún inconveniente en compartir el paseo por el Canal con los abuelos, a Antonia y a mí no nos importa, pero con Carmen y Laura no estoy tan segura, ya que la expresión de sus rostros evidencia todo lo que piensan y creo que pondrán obstáculos.

Tenía una gran ilusión en hacer este crucero por el Canal y mi gozo en un pozo, pues tal y como pensaba mis compañeras de viaje se han echado atrás. Tienen escrúpulos porque las avergüenza que las vean en compañía de los jubilados. Hemos intentado convencerlas, pero no hay manera. ¿Pero, quién demonios las va a ver?. Ya sería casualidad. ¿No?. Y, para ser más convincentes, y, como hay abuelos que van con cayados, dicen que tendríamos que ayudarlos a subir y bajar. ¿Sería tan malo?. Bueno, hemos dejado el crucero para mejor ocasión.

La verdad es que este comportamiento me parece una necedad, y no tanto porque sea un problema generacional, sino más bien porque se trata de una lamentable falta de humanidad ya que a la vejez tenemos que llegar todos, es ley de vida, y pobre del que no llega porque entonces es que se ha quedado en el camino. Prescindir de algo tan interesante porque no quieren que las vean en compañía de los abuelos es la mayor estupidez que se puede cometer porque no se debe supeditar el disfrute de cualquier actividad a la presencia de terceras personas, el individualismo y la propia autonomía en estos casos está plenamente justificado. A mi hermana y a mí, estas tonterías no nos van, y es que las dos estamos en la misma onda, jamás nos perdemos una experiencia positiva sólo porque las circunstancias que acompañen a tal hecho no sean lo suficientemente óptimas.

Estoy un poco desengañada con ellas, con Antonia no, porque ella se mantiene neutral y dice que le da lo mismo hacerlo o no. No quiere líos. Encuentro que los prejuicios sociales, en este caso nos van a privar conocer algo muy bello del Canal.

Mientras sigo con mis cavilaciones me fijo en la persona que lleva el barco y que en estos momentos se encuentra en el muelle ayudando a los abuelos a acceder a la embarcación; que aunque, no es muy difícil, sí que entraña alguna dificultad para estos pasajeros algo entrados en años. De manera cansina se van introduciendo en el interior de la nave, como si ésta los engullera poco a poco igual que un monstruo marino; y, aunque, sus movimientos son lentos, una vez se hallan en el interior, parecen recuperar sus fuerzas de golpe y resulta casi cómico ver como cogen carrerilla buscando un buen lugar donde sentarse. Me doy cuenta que algunos abuelos, los más pendencieros, incluso discuten con sus compañeros de viaje por un sitio. El hombre con una paciencia infinita les señala el interior y la verdad es que son muy pocos los que aceptan su ayuda en una muestra de orgullo.

Contemplo con discreción a la persona que lleva el barco y no puedo sentir mayor regocijo, porque conozco a mis amigas y sé que se van a dar con un canto en los dientes ya que el hombre que lleva la barcaza no puede ser más imponente, alto, esbelto y poderoso, es decir un muchacho fornido de los del Norte y que muy bien podría ser un descendiente de aquellos legendarios normandos de la antigüedad y mientras lo contemplo descubro que si el canal tiene espíritus vengadores, esto bien puede considerarse como un oportuno escarmiento para mis amigas.

Miro a mis compañeras de viaje para cerciorarme si han reparado en el muchacho y me doy cuenta de que sí, y no sólo eso, parecen catatónicas, y es que no esperaban poder encontrarse con un tipo de hombre como el que estamos viendo, tan impresionante, rubio y con el cabello ensortijado y, precisamente en la etapa de la vida en que los hombres ya no cumplen años, simplemente se vuelven más interesantes y las mujeres envejecemos sin más.

-"La madre de Dios…"- Oigo exclamar a Laura, rompiendo la magia del momento con sus palabras. Al tiempo que el tipo se ha colocado al frente del timón y ya inicia el viaje por las aguas del Canal. Cuando pasa a nuestra altura, gira levemente la cabeza y nos dirige una sonrisa resplandeciente, llena de picardía y con un gesto de la mano se despide de nosotras. Y, la pequeña nave se aleja deslizándose lentamente sobre las aguas. Y, toda esta situación me parece una última burla cruel del destino para mis amigas. Aunque con toda probabilidad ellas no lo habrán entendido así.

Disimuladamente, las miro de reojo y lo que veo me hace más gracia todavía, tienen las tres, especialmente Carmen y Laura, unas caras de chiste que no sé cómo soy capaz de aguantar la risa. Su expresión es todo un poema, y con ello, me doy por satisfecha, pues siento como mi disgusto se esfuma poco a poco y veo las cosas de otra manera.

Y, es que cuando una piensa con lo que no debe siempre se equivoca, y por la misma razón, ahora tengo la certeza de que van a querer hacer el crucero, pero ahora soy yo la que se niega. Y, me parece que estoy en mi derecho.

-"Habéis visto qué sonrisa más divina nos ha dirigido "- Se apresura a decir Carmen muy risueña ella. Para añadir, posteriormente.-" Y, si hacemos el crucero, tenemos tiempo, todavía es muy temprano"- Cuando estoy a punto de hablar, Antonia se me adelanta y les dice:

-" No, no podemos, porque el horario es muy estricto y está muy controlado, para evitar congestiones en el Canal, y, como son unos 240 kilómetros aproximadamente el tiempo que transcurre entre una salida y otra es de una hora larga más o menos"- Antonia se ha inventado todo lo que ha dicho, porque no tiene ni idea del tráfico que hay en el Canal y lo único que pretende es impedir que hagamos el crucero. Y, en principio, se ha salido con la suya porque ellas se han conformado. Nosotras si queremos hacer el crucero ya vendremos por nuestra cuenta.

Antonia ha hablado sin conocimiento de causa, pero sin darse cuenta ha dado con el meollo de la cuestión, y, es que ella es muy lista. Demasiado diría yo.

En realidad, lo que les pasa a mis amigas es que la vejez las aterroriza, porque la ven como una ruina humana, consideran que la muerte está próxima y que las enfermedades crónicas hacen su aparición y te acompañan hasta el final, les atemoriza la posibilidad de que puedan sufrir una discapacidad que les impida valerse por sí mismas. Hay que aceptar que tenemos que envejecer porque es ley de vida y que si lo hacemos con dignidad será más llevadero.

Considero la vejez como una fase de la vida en la que se consigue la madurez como síntesis de toda la experiencia vivida a lo largo de nuestra existencia y la transformamos en sabiduría, no en vano en la antigua Grecia se creó un cuerpo especial, la Gerusía, integrada únicamente por ancianos mayores de setenta años que se encargaban de dilucidar temas tan importantes como asuntos de vida o muerte, concesiones de ciudadanía, e, incluso, gozaban de pleno derecho para juzgar a los reyes. Y, en nuestra sociedad confundimos ancianidad y senilidad y no podemos estar más equivocados.

Accedemos a un estado de gracia tal que volvemos a la pureza de nuestros primeros años de vida recuperamos la inocencia perdida de nuestra juventud y por eso decimos y nos nos falta razón que nuestros abuelos están en una feliz segunda infancia.

Podemos conseguir un equilibrio psíquico y físico en parte porque el impulso vital de la juventud se va apagando biológicamente y como nuestras hormonas ya no son problema entramos en una fase feliz y contemplativa. Y, lo que es más importante, se consigue tener una idea intuitiva del sentido final de la existencia, por eso es tan común que hablen con tanta resignación y naturalidad de la proximidad de la muerte, y, en cambio, a los más jóvenes se les encoge el corazón con sólo escucharlos.

Admiro una ancianidad sabia porque ha sabido encontrar su lugar en el mundo, pero confieso que rechazo a los viejos envidiosos, egoístas y celosos porque personas tan mezquinas no tienen nada que ofrecer.

En vista de que hemos dejado el crucero para mejor ocasión y todavía es pronto para comer hemos pensado en la visita del Horreum, conseguimos su dirección acercándonos y preguntando en el Ayuntamiento y con un plano de la ciudad en las manos nos encaminamos hasta su ubicación, se encuentra en una céntrica calle, algo escondido.

Este edificio es el único que data de la época romana y cuando penetramos en su interior descubrimos con curiosidad que se compone de una serie de galerías subterráneas que sirven de granero de mercancías perecederas. La estructura del edificio es particularmente interesante ya que consta de una serie de galerías axiales sobre las que se abren una serie de estancias en piedra y todo el conjunto data de la época de Augusto.

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