miércoles, 19 de noviembre de 2014

EL BOSQUE DE LAS ALMAS MALDITAS, III - JULIO - COBARDÍA






Julio Andrade era uno de los jóvenes más afortunados de la institución, pero de moral bastante relajada. Pertenecía a la élite aristocrática más rancia de la comarca. Aunque, su familia destacaba por su reputación intachable y respetuosa, no sucedía lo mismo con el benjamín de la familia ya que se había ganado, muy merecidamente, la fama de ser la oveja negra de la familia y la institución en la que estaba ingresado. Era “un rebelde sin causa” con un gran poder seductor que desaprovechaba porque demostraba una insana tendencia hacia las cosas negativas. No se sentía especialmente inclinado a realizar acciones positivas.

Por eso planeó aquella excursión con la intención llevar a cabo sus poco recomendables tendencias sociales en lo más recóndito del bosque, huyendo de la férrea disciplina de la institución.

Julio había ideado un plan para conseguir a la chica de sus sueños y la soledad del bosque era necesaria para dar rienda suelta a sus bajas pasiones. Pensaba que la muchacha caería rendida ante sus pies, deslumbrada con sus habilidades de boy scouts aficionado.

La chica ignoró desde el principio sus descarados coqueteos, quizá porque estaba más interesada en toda la belleza y la magia que el bosque ofrecía en las primeras horas de la mañana. Julio pensaba que con lo que tenía planeado caería fácilmente en sus redes.

El bosque se manifestaba como un espacio verde, seguro y tranquilo. Un lugar mágico animado por el sonido de su fauna secreta, semejante a una musiquilla de fondo que les acompañaba durante todo el paseo. Las jóvenes se sentían invadidas por la serena atmósfera que se respiraba y nada alteraba la poderosa sugestión que ejercía sobre ellas. En aquel lugar tan maravilloso solo había lugar para la felicidad. El aroma de la naturaleza impregnaba el lugar, extasiando a los jóvenes... Aquello era la perfección absoluta.

Pero, toda aquella belleza no era captada por Julio, él sólo pensaba en el momento de poner en práctica sus sucios planes y uno de ellos era conseguir que la noche les sorprendiera en el bosque, las chicas se asustarían y serían más vulnerables.

Aprovecharon la mañana explorando el bosque y al final llegaron hasta un riachuelo que discurría entre los árboles, se sentaron un rato sobre las húmedas rocas de la orilla, hasta que al final decidieron probar las frescas y cristalinas aguas, dándose un baño.

Eran unas aguas poco profundas así que chapotearon a gusto. Cuando salieron del río decidieron tomar un bocado con el que reponer fuerzas... Contemplaban fascinados la maravillosa tonalidad esmeralda que adquirían los árboles cuando un rayo de sol las rozaba. Era una experiencia festiva en la que no faltaron los viejos relatos de terror y algún que otro porro. En un momento de distracción de sus amigos, Julio vertió una extraña sustancia blanquecina en los refrescos que ofreció a sus amigos. Al cabo de un rato, estaban dormidos plácidamente....

Cuando despertaron ya estaba anocheciendo...

Mientras sus amigos no veían con muy buenos ojos que la noche les cayera encima, él disfrutaba con la situación porque creía que sus pérfidos planes iban por buen camino...

Con la inminente llegada de la noche, el bosque había experimentado una gran transformación, ahora revelaba su lado más oscuro y tenebroso. Y, como suele suceder en estos casos, las cosas se complicaron cuando se produjeron los primeros gruñidos...

El lugar inhóspito en que se había convertido el bosque aterrorizó a los jóvenes provocando una huida descontrolada, y dada las circunstancias en que se encontraban, podría ser algo mortal...

Los planes de Julio habían dado al traste, la chica, seguida de su amiga, había sido la primera en salir corriendo y no había manera de alcanzarla. Pero, no había perdido el rastro porque todavía escuchaba sus gritos y sollozos de intenso terror ...

Cuando al final pudo alcanzarla, la chica fuera de sí, comenzó a golpearlo con todas sus fuerzas creyendo que era el monstruo del bosque y, gravemente, lesionado quedó inerte, sin sentido.

Cuando despertó por fin, se sentía magullado y con un intenso dolor en la cabeza y una terrible náusea que le hizo doblarse por la cintura y vomitar... Los golpes le habían dejado la mirada turbia y confusión mental, no podía pensar con claridad... Cuando se recuperó, la terrible realidad se abrió paso en su mente enferma.... 

Estaba completamente solo en el bosque y presentaba un aspecto aterrador...

Vacilante y tambaleándose pensó que lo que tenía que hacer era tratar de encontrar el camino que le llevara directamente hasta el internado, pero eso era algo imposible y él lo sabia porque la noche no podía ser más oscura.

Se sobresalta al escuchar el graznido de una lechuza, antes de emprender el vuelo desde una rama cercana. Un extraño sonido que quiebra el silencio nocturno y le llena de miedo. Un sudor frío se desliza viscoso por su columna vertebral. El pánico le impide avanzar, paralizado ante la incertidumbre de lo que podría encontrarse. En ese momento se oye un grito pavoroso, como si alguien hubiese sido devorado por la criatura del bosque. Dirige una mirada inquieta tratando de atisbar hasta el rincón más oculto, buscando la criatura que agazapada esperaba el momento oportuno para saltar sobre su presa.

Un silencio absoluto invade el camino. Entonces tiene un presentimiento. Siente como un escalofrío recorre su espalda, cuando se produce un ruido en unos arbustos cercanos. Cree que debe ser Irene que, oculta, debe de estar esperado para ver si aparece el resto de compañeros. Algo se mueve entre las sombras, apestoso y terrorífico. Con el alma en vilo se acerca cada vez más. Aparta los matorrales y entonces ve la terrorífica cabeza cercenada, desprovista de cuerpo y dotada de grandes ojos terroríficos, cubierta de pelos larguísimos. Julio contempla como se desplaza rápidamente y se encarama sobre la copa de un árbol, sin dejar de mirarle con sus ojos demoníacos. El chico cree que lo que está viendo es una alucinación provocada por los golpes que ha recibido.

..." MISERABLE MORTAL, NO SOY UNA ALUCINACIÓN, ESTÁS A PUNTO DE MORIR , ESTÁS PUNTO DE SUFRIR"... Pronuncian los labios pavorosos con voz infrahumana..

La visión espeluznante de la monstruosa cabeza le impedía avanzar, las piernas no le respondían. Atónito, contempla ante sus ojos lo más macabro que había presenciado en toda su joven vida... Pero lo que más le sobrecoge es reconocer en aquella abominación los suaves rasgos de Irene, la chica de sus sueños. Aquella cabeza revelaba todo el odio y la insania que el demonio del bosque albergaba en aquel cerebro demoníaco.  Atónito contempla como aquella horripilante cabeza, comienza a deformarse de manera grotesca y acaba estallando pulverizándose en el aire y salpicando con una mezcla de sangre, sesos y mucosidad todo el rostro, cuerpo y todo lo que se encuentra a su alrededor. El ruido producido le recuerda al chasquido fuerte que se siente cuando se quiebra una rama de árbol seca. Era algo escalofriante. De pronto, contempla presa de un ataque de nervios descontrolado, como se ve envuelto por una neblina rosada que ha provocado el repugnante impacto de los restos de la cabeza sobrehumana.

En ese momento, escuchó otro chillido agudo detrás de él y tras eso, un fuerte golpe en la cabeza que le hizo caer, convirtiéndole en otra víctima del bosque sombrío. Antes de perder el conocimiento tuvo tiempo de ver las oscuras figuras que se desvanecían en la noche . La inconsciencia en la que quedo sumido le impidió comprobar si aquello era algo real o fruto de su imaginación.

Cuando recuperó el conocimiento ya había amanecido y la claridad disipaba el aspecto terrorífico que adoptaba durante la noche. Aturdido, descubrió la figura borrosa del internado entre la vegetación boscosa...Todavía debilitado por el impacto recibido en la cabeza, encaminó sus vacilantes pasos hacia la institución...

Cuando se encontraba ante la puerta enrejada sufrió un desmayo que lo sumió en la inconsciencia...

Aparecer en tan lamentable estado originó un colapso entre el personal del centro ya que se produjo una frenética actividad por socorrerlo... Tras el ingreso posterior en un hospital y el reconocimiento, los médicos dedujeron que su salud no revestía gravedad por lo que fue dado de alta y finalmente retornó a la institución...

Mientras tanto, ya se tenía conocimiento de la desaparición de sus amigos... Sin embargo, Julio desconocía lo que había sucedido con Irene, Víctor y Silvia... Por lo que no fue de gran ayuda en la investigación de la desaparición de sus amigos.

Los días iban pasando y Julio no experimentaba gran mejoría... Terroríficas pesadillas poblaban sus sueños, en ellas escuchaba una voz metálica que no parecía de este mundo, que lo atormentaba diciéndole

...."VAS A MORIR, PERO ANTES SUFRIRASSSSSSSSSS"...Unas palabras que le llenaban de angustia y siempre terminaban despertándole...

Pero aquella noche, cuando el miedo le arrancó del sueño, sudoroso y compungido, se sobresaltó cuando contempló la espectral presencia que le contemplaba silenciosa y fantasmagóricamente a los pies de la cama...

Una figura femenina, en sombras, se recortaba contra la luz de la luna que iluminaba la ventana, creando una negra sombra por debajo de ella y un contraste con el fulgor plateado que irradiaban las losetas del suelo.

 Julio captó la irrealidad del momento, cuando se sintió traspasado por el fulgor rojizo de la mirada del espectro, mientras se acercaba lentamente. Casi podía sentir el frío que desprendía aquel ser demoníaco, cuando sus ojos se fueron cerrando y volvió a caer en un sueño profundo.

Julio se iba consumiendo lentamente, ya apenas podía caminar y su rostro había adquirido una preocupante palidez.... Su precaria salud obligó a que fuera nuevamente ingresado en el hospital, pero nada se podía hacer por él. Su mente debilitada por efecto de los sedantes creaba una sucesión delirante de imágenes y un torbellino de extrañas sensaciones que conseguía nublarle la razón.... En su delirio, una tenue vocecilla  parecía surgir de los más elementales recovecos de su mente enferma y taladraba su cabeza, una y otra vez....

..."VAS A MORIR, PERO ANTES SUFRIRÁSSSSSSSSS"...

Sus miembros apenas le sostienen cuando abandona la cama y como un autómata se dirige al bosque tenebroso que parece aguardarle sumido en el sueño del olvido. El olvido de los que son reclamados por los dioses ancestrales que moran en sus entrañas.

Julio se adentra en la profundidad boscosa y conforme avanza se siente renovado, más ingrávido y armoniosamente conectado con ese mundo mágico que parece reclamarle.... Sabe que la transformación ha comenzado y en pocos segundos se completará.... 

Ahora, contempla impasible como sus miembros se desvanecen en sombra.

Un aullido, un grito desesperado quiebra la paz silente de bosque y después, NADA.

lunes, 17 de noviembre de 2014

EL BOSQUE DE LAS ALMAS MALDITAS II - SILVIA - TIMIDEZ





Los días más importantes en nuestras vidas son aquellos en lo que se viven experiencias inesperadas que pueden llegar a cambiar nuestra forma de captar lo que sucede a nuestro alrededor, llegando incluso a transformar  nuestros pensamientos, comportamientos y hábitos de vida.

Silvia, la discreta amiga de Irene, tendría ocasión de comprobarlo, muy pronto. La chica se caracterizada por ser una persona que le gustaba pasar desapercibida y es que ser el centro de atención no iba con ella. En cualquier fiesta prefería recluirse en un rincón antes que entablar conversaciones con los desconocidos. Era una muchacha muy tímida y solía ruborizarse con facilidad.  Por ello, cuando Irene entró en su vida, la personalidad arrolladora de la chica la deslumbró y se convirtió en una de sus amigas mas incondicionales, porque veía en ella aquellas cualidades de las que ella carecía. Irene era una muchacha decidida y de una personalidad muy acusada que destacaba por la facilidad que tenía para relacionarse socialmente. La personalidad carismática y lider de Irene la había convertido en su más fiel seguidora, una sombra silenciosa que la acompañaba a todas partes y que asumía sin ningún tipo de problema todas y cada una de la decisiones que su amiga tomaba, como propias ...

Pero, la experiencia en el bosque iba a cambiar radicalmente su forma de ser... En realidad, la idea de participar en aquella aventura no la entusiasmaba demasiado, pero la insistencia de Irene era tan grande que al final aceptó a regañadientes.

La chica todavía estaba buscando una explicación a todo lo que le estaba pasando. Ese tipo de cosas sólo aparecían en las películas...Recordaba con agrado las primeras horas, en las que la tónica general giraba en torno a la diversión y los amenos relatos de terror que contaban los chicos, que tanto les gustaban. Muy a su pesar, tuvo que reconocer que había disfrutado mucho... Pero, cuando se despertaron de la siesta, todo cambió radicalmente... Sin darse cuenta casi les había sorprendido la noche y con su cortejo de sombras llegaron los viejos miedos nocturnos... Y, los aterradores gruñidos que provocaron su atropellada huida por aquel bosque inhóspito...

En la oscuridad de la noche, los árboles del camino enredaban entre sí sus ramas tratando de imposibilitar el avance de la chica. Silvia no era consciente de que en momento se había quedado sola. Sus compañeros de aventura habían desaparecido, se los había tragado las entrañas del bosque.  El bosque que la rodeaba se había vuelto letalmente silencioso. 

Grito el nombre de sus amigos, pero sólo recibía como respuesta el silencio más desolador. Le extrañaba que todo estuviera tan oscuro, pese a que la luna brillaba en todo su esplendor en el cielo.

 La ausencia de los amigos provocó en la joven un sentimiento de desamparo e indefensión que la hizo estremecer dolorosamente. Cerró los ojos con fuerza luchando contra la violencia de sus emociones... 

La desesperación se apoderó de su persona cuando volvió a escuchar los gruñidos peligrosamente cerca, con la más amarga crudeza descubrió la terrible realidad en la que se hallaba inmersa: ..Estaba a merced de la terrorífica criatura el bosque...

Avanzaba sigilosa, evitando tropezar con los obstáculos que se iba encontrando. Pero no podía evitar sentirse acechada desde algún rincón en aquella impía oscuridad. A veces sentía una desasosegante presencia a su espalda. Era tan intensa que en varias ocasiones tuvo que cerciorarse de si tenía alguien detrás de ella.... 

Descubrir que se encontraba sola y desamparada no la tranquilizaba en absoluto ya que sólo conseguía alimentar el miedo y el desasosiego que la embargaban, especialmente cuando creía vislumbrar una sombra o una pequeña agitación entre los arbustos más cercanos.

En la espesura boscosa, Silvia se sentía sobrecogida ante los impresionantes árboles que se alzaban por todos lados como cercándola y la luz de la luna contribuía a crear formas fantasmagóricas que reptaban por el suelo y se arremolinaban en torno a las raíces de los árboles. Era un espectáculo hermoso, pero engañoso, porque entorpecía la marcha.

Mientras trataba de controlar el pánico, luchando contra la imperiosa necesidad de salir corriendo, se encontraba absorta en la crítica situación que estaba padeciendo, cuando captó su atención un árbol imponente, visible gracias a la brillante luz de la luna. Le cruzó la idea de trepar y esperar encaramada en las ramas más altas hasta que amaneciera, además podía ser una buena manera de controlar lo que pasaba a su alrededor sin poner en riesgo su vida....

Silvia fue escalando con facilidad, aprovechando las irregularidades del tronco. No, sin esfuerzo, en pocos minutos alcanzó la copa del árbol y se recostó sobre una de las ramas más grandes. Desde aquel lugar podía contemplar la inmensa cúpula celeste que se cernía sobre su cabeza.

 Era un espectáculo de la naturaleza único, en él se manifestaba toda la magia del universo.

 La maravillosa luna señoreaba en el firmamento rozando con su estela de plata la masa negra vegetal en la que se habían convertido los árboles del bosque. La situación que estaba viviendo se convirtió  en algo difuso, lejano e irreal....

 Pero, los gruñidos aterradores no habían dejando de sentirse. Eran una constante tortura que no tardarían en debilitar su fortaleza. 

La chica intentaba taladrar con la mirada entre las oscuras sombras circundantes, pero no percibía ningún movimiento. El espíritu aventurero de Irene y su afición por todo tipo de temas esotéricos contrastaba con su carácter retraído, y en la soledad de aquel espacio vegetal, revivieron sus viejas fobias a los animales. especialmente  los nocturnos y los que reptaban.

 La chica se encontraba al límite de sus fuerzas, casi a punto de desfallecer cuando escuchó un grito agudo y estridente que procedía de unos arbustos cercanos.

Con el corazón en un puño, Silvia  dirigió la mirada hacia el lugar, esperando ver aparecer a la temible bestia que moraba en el bosque. Dudaba de su propia salud mental cuando contemplaba con fijeza como aquellas amenazadoras sombras etéreas se iban materializando en formas antropomórficas, como criaturas provenientes del mismo infierno.

Silvia observó perpleja que el causante de los ruidos era un esqueleto andante, recubría los huesos una piel translúcida y las cuencas de sus ojos, inexistentes, refulgían con una terrorífica luz rojiza. Desde el lugar donde se encontraba encaramada podía sentir como sus huesos crujían al andar....La tenebrosa presencia transformó en algo tétrico la oscura noche, invadiendo de tinieblas todo el lugar.

El esqueleto inició una macabra danza ritual y  al son de alguna vieja armonía cósmica comenzó a levitar entonando una letanía de lamentos sobrenaturales. Silvia presenció hechizada como aquel ser de pesadilla avanzaba, como flotando, hasta el lugar donde ella se encontraba. Silvia contempló horrorizada la grotesca sonrisa que se dibujaba en los inexistentes labios de la tenebrosa calavera que oscilaba ante sus ojos.... 

El esqueleto parecía alimentarse del miedo que inspiraba en la chica y, al cabo de un tiempo, que amenazaba con hacerse eterno, lanzó un aullido que congeló la sangre en sus venas. Silvia gritó presa de la desesperación y la locura al presenciar  la etérea nebulosa blanca y brillante que emanaba de su boca... Su alma fue absorbida hasta dejar su cuerpo inerte, su rostro reflejaba la cara más macabra del miedo... De pronto, se desató un violento vendaval que hizo desaparecer al terrorífico esqueleto en un furioso remolino de viento, hojas, tierra y huesos descarnados. Cuando cesó, todo quedó en calma. 

La chica permaneció inmóvil encaramada en lo alto de la copa del árbol toda la noche como si una extrañada fuerza de la naturaleza la mantuviera en precario equilibrio desafiando la ley de la gravedad....

Cuando amaneció, el bosque estaba iluminado por una suave luz que se proyectaba en sombras alargadas. Silvia abrió los ojos y se sintió tan poseída por la plácida quietud boscosa que casi estuvo a punto de caerse del árbol.

La chica descendió con facilidad y cuando se encontró en tierra, se recompuso la vestimenta y se quitó de encima algunas hojas muertas. Después, dirigió su mirada al brumoso horizonte tratando de visualizar la montaña que la masa vegetal ocultaba.... Silvia se deslumbró ante el verde chillón que la vegetación del bosque había adquirido...  Nada alteraba la paz y la tranquilidad que imperaba en la naciente mañana. Tras varias horas de interminable caminata, sin experimentar ni un ápice de  cansancio, clavó el fulgor rojizo de su mirada  en el otro extremo del bosque.  Cuando por fin pudo vislumbrar entre los árboles cercanos la familiar silueta del edificio del internado. 

Una tétrica casona, con ventanales opacos y protegida por un alto muro en el que destacaba un viejo portón de rejas oxidadas. Un lugar que siempre le había provocado algo de inquietud, pero que ahora contemplaba con agrado. El imponente muro, invadido por las túpidas madreselvas, que aislaba la fundación, lo rodeaba en toda su extensión.

Silvia encaminó sus pasos hacia el internado, solitaria y como en trance, nada alteraba su ánimo, nada se movía entre la espesura, ni una leve brisa que pudiera agitar las ramas. Los labios de la chica dibujaron una inocente sonrisa cuando una inmensa masa oscura se cernía sobre los altivos pináculos de la institución, anunciando malos presagios....





lunes, 10 de noviembre de 2014

EL BOSQUE DE LAS ALMAS MALDITAS I - IRENE - IMPULSIVIDAD




Irene desconocía la razón que la empujó a participar en aquella delirante historia, quizá sólo fue buscar emociones fuertes o una forma más de combatir el aburrimiento que el internado provocaba en ella.

Seguramente, formar parte de la alucinante aventura, ideada por un grupo alumnos de un internado que han decidido organizar una excursión para comprobar si son ciertas todas las historias que cuentan sobre "el bosque de las almas malditas", sea la causa más probable. Fascinados por  la mala fama que atesoraba el lugar, ya que provocaba que la gente evitara adentrarse en el frondoso paraje. Todos comentaban que eran cuentos sin fundamento, pero nadie osaba perderse en aquel territorio ignoto ya que temían encontrarse con el habitante siniestro del bosque, en su camino. Un ser que no parecía de este mundo y que sembraba el pánico allá por donde se dejaba ver, convirtiendo un paisaje vital en un escenario de muerte. La tradición popular hablaba de lamentos, súplicas e inexplicables desapariciones. Los lugareños sabían muy bien a qué se debía eso. Era la llamada de la naturaleza que experimentaban aquellos que guíados por la curiosidad y las emociones fuertes invadían el territorio de una bestia, devorada por el ansia de comer carne humana.


Pero, los jóvenes creían que eran cuentos, meras invenciones para impedir que la gente explorase el bosque ya que se habían producido varias desapariciones. Pero, el morbo de los estudiantes era demasiado poderoso como para sustraerse a la gran aventura que podía significar recorrer aquel bosque encantado, sin pensar en las consecuencias que aquel atrevimiento podía ocasionarles.


…” Parece que se han tragado la mentira que hemos tenido que decirle para que nos dejen ir de excursión”. Comentaba, Julio,  un chico moreno de ojos negros que se caracterizaba por ser el líder en clase, mientras ultimaba los preparativos de la excursión. Apenas podía ocultar su entusiasmo ante la expectativa que representaba aquella aventura.


…”Tener que mentir no me ha hecho gracia, imagina por un momento que surge algún problema, cómo nos localizarán si no saben donde nos encontramos”... Hablaba un muchacho de pelo castaño que se encontraba, de pie, junto a la ventana, contemplando con recelo el siniestro bosque, que se abría ante sus ojos, misterioso y desasosegante. Pensando en todas las habladurías que despertaba la siniestra bestia sanguinaria que oculta en lo más recóndito del bosque acechaba silenciosamente a sus presas para abalanzarse sobre ellas y devorarlas sin piedad. La imaginación supersticiosa de la gente hablaba de un ser mitad humano mitad bestia.


…” No seas gafe… Nada va a estropear nuestra pequeña escapada. Además, llevamos nuestros móviles. Así que, si pasa cualquier cosa no estaremos incomunicados”... Y, con una sonrisilla de circunstancias les enseñó el acopio de tabaco, alcohol y porros que pensaba llevar consigo, para "matar" el tiempo. En la espesura del bosque podrían fumar con total libertad sin que nadie les reprendiera por ello….” Ves que bien “equipados” vamos a ir, no nos falta de nada”... Todos observaron con atención, pero las chicas no se mostraron muy entusiastas, miraron con desconcierto y recelo todas las cosas poco recomendables que el amigo llevaba para pasar el día sin ningún tipo de freno.


Partieron con las primeras luces de la aurora, sintiendo la agradable sensación que produce la frescura de la mañana cuando te roza la piel…


Los cuatro muchachos encaminaron sus pasos hacia el bosque que, a esas horas, permanecía extrañamente sumido en la oscuridad.  

Las horas fueron pasando y la luz conferia una extraña tonalidad verdosa al lugar. Los chicos pudieron comprobar que el lugar poseía una extraña belleza, cualquier rincón de aquella floresta estaba impregnado del espíritu de la naturaleza...


Penetraron en el bosque en busca de lo desconocido, desafiando al peligro. 

La mañana transcurrió sin problemas. Llegaron hasta el caudaloso río donde decidieron paliar los rigores de aquel verano tan tórrido. Chapoteaban y gritaban alborotando la quietud de bosque.. Después comieron y bebieron a gusto y decidieron coronar aquella fantástica aventura fumándose unos canutos.  Medio atontados, no tardaron en dormirse. Cuando despertaron las sombras habían descendido sobre el bosque. Los tardíos rayos de sol traspasaban el espeso tapiz vegetal otorgando al bosque una extraña tonalidad verdosa.. Un silencio espectral se apoderó del lugar, como si fuera el presagio de un mal augurio... 

Los chicos temieron que les cayera encima la oscuridad de la noche y lo cubriera todo dificultando el regreso al internado... 

Julio creía que iba bien preparado, pero se sintió impotente cuando intentó utilizar la brújula. En sus manos, el instrumento de orientación era más bien un juguete inservible, por lo que extraviarse fue algo natural... Cuando pudieron librarse de unos matorrales comprendieron que se habían perdido, el lugar se había convertido en un páramo sombrío de tinieblas impenetrables. .

…” DIOSSSSSSSSS, SE NOS HA HECHO DE NOCHE, Y AHORA QUÉ HACEMOS. SEGURO QUE NO HAS TRAÍDO LINTERNAS”...El chico apenas podía contener el enojo

…” Pues claro que he traído linternas yo soy muy precavido…” El tono irónico que impregnaba sus palabras denotaba que estaba disfrutando con la situación. Mientras hablaba no paraba de rebuscar entre las cosas de la mochila, al final apareció con varias linternas que repartió entre sus amigos. Cuando se encendieron la considerable luz que desprendían disipó parte de la oscuridad reinante.

…”Esto si que es un aventura como Dios manda, explorar durante el día un bosque así, es más bien cosa de niños de primaria, nosotros necesitamos algo más fuerte e intenso…

…” Sí, ¡ya!... una descarga de adrenalina que nos provoque un infarto y nos deje tiesos”...  Las palabras de Víctor en otras circunstancias habían provocado alguna carcajada, pero la oscuridad que les rodeaba era demasiado inquietante como para estimular el sentido del humor.

…” ¡Venga! volvamos al internado, que seguro que están notando ya nuestra ausencia y nos van a meter una buena"...dijo Irene, mientras se adelantaba encabezando la marcha. La otra chica del grupo la iba siguiendo, de cerca.

Emprendieron el regreso cabizbajos y enojados entre ellos, pero de noche todos los gatos son pardos y es fácil desorientarse, así que no tardaron en extraviarse. La desesperada situación provocó un estallido de pánico y en más de una ocasión estuvieron a punto de enfrascarse en una dura pelea, pero el poco sentido común que aún les quedaba, les retenía...


Llevaban un buen rato caminando a ciegas, sobresaltándose con cualquier ruido que se escuchaba, cuando un gruñido atenuado, pero completamente audible por el grupo, rompió el silencio de la noche... 


Al escucharlo los chicos se asustaron y empezaron a buscar piedras y ramas para poder hacer frente al ataque de algún animal del bosque.... Ahora caminaban juntos, casi se tocaban. En ese momento, escucharon otro gruñido, pero está vez más cerca... Los inquietantes sonidos les trajo a la memoria todas las historias que se contaban en la zona sobre la bestia que moraba en el bosque. Ahora imperaba en el bosque el más absoluto silencio, pero intuían su presencia porque les llegaba el ruido que hacía al aplastar la hierba cuando caminaba emitiendo una especie de extraño parloteo sibilante.

..." Nos están rodeando - Exclamó, Julio, deteniéndose, enfocando con la luz hacia todos los lados, se acercó hasta unos troncos cercanos porque creyó ver algo, pero sólo era un fenómeno óptico provocado por las sombras en la oscuridad- si no espabilamos nos atraparán"...


..." No conseguiremos escapar"... Replicaron al unísono sus amigos y reanudaron la marcha. Durante un buen rato corrieron sin detenerse, sentian un intenso dolor de pies, pero aún así no aflojaban la marcha ni se quejaban. Sabian que si mantenían el ritmo quizá podrían sobrevivir.


Agotada por la carrera y doliéndole el pecho por el esfuerzo, Irene detuvo su alocada carrera, giro la cabeza buscando con la mirada a sus compañeros. Desconcertada descubrió que en aquella insondable oscuridad sólo se encontraba ella, sus amigos habían desaparecido


..."¡¡¡CHICOSSSS!!!"... -Gritó desesperada, temiendo ser objeto de algún tipo de broma macabra. .....


..."¡¡¡CHICOSSSSSS!!!"... -Volvió a repetir, pero sólo recibió en contestación el silencio más inquietante y desolador. La chica miro hacia los árboles que mostraban un aspecto mágico ya que recibían la iluminación de los rayos de la luna, tratando de localizar la presencia de sus amigos. Sin embargo, algo en su interior le decía que habían sido devorados por la negra oscuridad del bosque maldito o por algo infinitamente peor. Comprendió con una devastadora certeza que si en aquel momento algo hacía acto de presencia, no serían, precisamente, sus amigos. Temió el asalto inesperado de alguna alimaña del bosque y armándose de paciencia y serenidad reanudó la marcha, con un deseo, llegar al internado lo antes posible.

Llevaba caminando un rato cuando escuchó el crujido de una rama, el ruido procedía de unos arbustos a la derecha... El corazón le dio un brinco en el pecho. Irene miró en esa dirección, pero allí sólo habia, matojos y árboles sumidos en la más tenebrosa oscuridad, aparentemente no había vida, no se escuchaba ruido alguno. No obstante, mantuvo la vista fija en el lugar, conteniendo la respiración, porque tenía el convencimiento de que allí algo permanecía al acecho. Casi podía escuchar su respiración jadeante. Sus ojos acostumbrados a la oscuridad, detectaron la forma humanoide que se mimetizaba entre la vegetacion.


La gran envergadura de aquella criatura le reveló que no podía ser ninguno de sus compañeros. Tal descubrimiento la lleno de un terror sin límites y casi enloqueció al captar una agitación entre los árboles, creyó ver algo pálido, un rostro probablemente. No quiso cerciorarse, echó a correr con desesperación, sollozando y aunque trataba de ver por donde pisaba, no pudo evitar tropezar, cayó lastimándose un tobillo, pero se repuso de inmediato y levantándose con rapidez siguió corriendo... No eran imaginaciones suyas, algo la perseguía. Podía escuchar su respiración, y hasta creyó ver un fulgor rojizo en medio de la negrura, sentía horrorizada como su perseguidor iba acortando la distancia pelogrosamente.


..."IRENEEEEEEEEEEE"... Escuchar su nombre la paralizó por completo. Aquella voz humana la habia desconcertado. Quiza el pánico había alterado su percepción y no había razón para huir, pero un nuevo gruñido, esta vez inquietantemente cerca le dio fuerzas renovadas para seguir huyendo. En su alocada carrera, pasaron por su mente todas las historias que se contaban de aquel ser de pesadilla. Todavía conservaba la fuerte rama de la que se había apropiado para hacer frente al ataque, la apretó tanto entre sus manos que se le clavó una astilla en la palma.


El pánico la entorpecía y la segunda vez que tropezó, algo le cayó encima y sintió como unas manos rudas le daban la vuelta con violencia. La chica presa de una violencia sin límites la emprendió a golpes con el atacante que al recibir todos los impactos en la cabeza quedó extrañamente quieto... No quiso ver aquel engendro del diablo, aquello era la prueba que demostraba que en el bosque existía un extraño ser que se comía a las personas... 


Irene se encontraba al borde de la locura, rodeada de extraños árboles que parecían envolverla entre sus ramas descarnadas, no dejaba de sollozar y jadear ruidosamente. Intentó mantener la calma y siguió avanzando e hizo oídos sordos a los inquietantes sonidos que se producían en aquel bosque de pesadilla. La poca cordura que le quedaba le permitió afrontar con optimismo la kafkiana situación en la que se encontraba, y acarició la idea que que si no desfallecía tarde o temprano acabaría encontrando la salida. 

La chica había perdido la noción del tiempo, no tenía ni idea del tiempo que llevaba vagando entre la espesa arboleda. La bella luz de la luna se reflejaba en los árboles convirtiéndolos en tétricas figuras espectrales...


Cuando de pronto volvió a escuchar los gruñidos, no quiso comprobar qué era lo que los causaba. Era tan espantoso sentirse indefensa ante un posible encuentro con aquella alimaña que se apoderó de su cuerpo un temblequeo descontrolado provocado por el pánico.

Fue entonces cuando lo vio, la luz de la luna se lo mostró en su totalidad. Y, fue la visión más horrible que pudo imaginar. Destacaba entre la inmensa oscuridad boscosa como un ser de elevada estatura, pero desgarbada, aparentemente raquítico y con la piel reseca y pegada a los huesos. 

El reflejo de la luna acentúaba la palidez extrema de su rostro y sus ojos parecían estar hundidos en sus cuencas, sus labios inexistentes aparecían rodeados de sangre y tierra.

La chica percibió el olor a suciedad y descomposición que exudaba aquella criatura del bosque, mientras se iba aproximando lentamente. De pronto, un ominoso silencio que paralizó la naturaleza se apoderó del lugar.

Cuando Irene le vio tan cerca tuvo la certeza de que se encontraba ante alguna ancestral deidad del bosque.... 

Casi se rozaban y pudo distiguir las repugnantes ampollas que se abrían en su piel. La chica parecía sumida como en una especie de trance hipnótico, con la voluntad anulada por completo. Por eso, no se resistió cuando el ser la cogió suavemente de la mano y se la llevó con él. Pronto se sintió arrastrada hacia el cielo y juntos sobrevolaron las copas de los árboles. Pensó que era conducida hasta la guarida del monstruo, donde pensaba devorarla.... Cerró los ojos y lloró con amargura.... ¡¡¡Qué triste final le esperaba!!!. Poseída por el embrujo de sentirse transportada por los aires, miró hacia abajo y descubrió que el bosque había desaparecido. Sintió como el viento agitaba su cabello y experimentó una agradable sensación con el aire frío y limpio de la agreste montaña a la que se dirigía conducida por aquel ser de pesadilla. Contempló embriagada como amanecía y los tempranos reflejos rojizos comenzaban a invadir el cielo. 

Extrañamente, se sintió ingrávida como una pluma y cerró los ojos deseando intensamente que todo aquello cesara de una vez por todas. Pero, ninguna divinidad acudió en su ayuda, pues en ese momento aterrizaron sobre un saliente rocoso. Una vez se recuperó del impacto al caer, la criatura volvió a cogerla de la mano y fueron ascendiendo por la roca escarpada hasta que encontraron una gran oquedad, en la que penetraron. Tras recorrerla completamente a oscuras, llegaron a un lugar en el que se abría una gran bóveda natural de piedra, sobre su cabezas.

Irene, descubrió que una incipiente iluminación les iba guiando por el sendero de piedra.. En ese momento, el demonio del bosque habló por primera vez y su voz sonó tan cavernosa como el lugar donde se encontraban, preludio de la transformación que había comenzado a operarse en su persona.

..."Querida Irene, nos encontramos en el Umbral del Circulo de los Milagros, dejo a tu elección si quieres formar parte de nuestra hermandad. Si aceptas, no tendrás la posibilidad de arrepentirte, porque lo que se te revelará será de una gran transcendencia que no puede ser revelada hasta que llegue el momento oportuno"...


La transformación había operado un cambio maravilloso en aquel hombre. Irene se mostraba confusa ante como se habían desarrollado los acontecimientos. Pero cuando contempló la hermosa mirada del hombre, desaparecieron todas sus dudas. Supo claramente cual tenía que ser su respuesta. Sin palabras, extendíó su mano y cuando se produjo el roce sintió la calidez del hombre como una íntima caricia y juntos se adentraron en la inmensidad de aquella oscura caverna....


CONTINUARÁ....

Entrada destacada

DEMENCIA POR CUERPOS DE LEWY VIII - EPÍLOGO

"La mamá ya no está" Nuestra madre falleció recién estrenado este año. En general, descubrimos que, aunque su deterioro cognitivo ...