lunes, 10 de noviembre de 2014

EL BOSQUE DE LAS ALMAS MALDITAS I - IRENE - IMPULSIVIDAD




Irene desconocía la razón que la empujó a participar en aquella delirante historia, quizá sólo fue buscar emociones fuertes o una forma más de combatir el aburrimiento que el internado provocaba en ella.

Seguramente, formar parte de la alucinante aventura, ideada por un grupo alumnos de un internado que han decidido organizar una excursión para comprobar si son ciertas todas las historias que cuentan sobre "el bosque de las almas malditas", sea la causa más probable. Fascinados por  la mala fama que atesoraba el lugar, ya que provocaba que la gente evitara adentrarse en el frondoso paraje. Todos comentaban que eran cuentos sin fundamento, pero nadie osaba perderse en aquel territorio ignoto ya que temían encontrarse con el habitante siniestro del bosque, en su camino. Un ser que no parecía de este mundo y que sembraba el pánico allá por donde se dejaba ver, convirtiendo un paisaje vital en un escenario de muerte. La tradición popular hablaba de lamentos, súplicas e inexplicables desapariciones. Los lugareños sabían muy bien a qué se debía eso. Era la llamada de la naturaleza que experimentaban aquellos que guíados por la curiosidad y las emociones fuertes invadían el territorio de una bestia, devorada por el ansia de comer carne humana.


Pero, los jóvenes creían que eran cuentos, meras invenciones para impedir que la gente explorase el bosque ya que se habían producido varias desapariciones. Pero, el morbo de los estudiantes era demasiado poderoso como para sustraerse a la gran aventura que podía significar recorrer aquel bosque encantado, sin pensar en las consecuencias que aquel atrevimiento podía ocasionarles.


…” Parece que se han tragado la mentira que hemos tenido que decirle para que nos dejen ir de excursión”. Comentaba, Julio,  un chico moreno de ojos negros que se caracterizaba por ser el líder en clase, mientras ultimaba los preparativos de la excursión. Apenas podía ocultar su entusiasmo ante la expectativa que representaba aquella aventura.


…”Tener que mentir no me ha hecho gracia, imagina por un momento que surge algún problema, cómo nos localizarán si no saben donde nos encontramos”... Hablaba un muchacho de pelo castaño que se encontraba, de pie, junto a la ventana, contemplando con recelo el siniestro bosque, que se abría ante sus ojos, misterioso y desasosegante. Pensando en todas las habladurías que despertaba la siniestra bestia sanguinaria que oculta en lo más recóndito del bosque acechaba silenciosamente a sus presas para abalanzarse sobre ellas y devorarlas sin piedad. La imaginación supersticiosa de la gente hablaba de un ser mitad humano mitad bestia.


…” No seas gafe… Nada va a estropear nuestra pequeña escapada. Además, llevamos nuestros móviles. Así que, si pasa cualquier cosa no estaremos incomunicados”... Y, con una sonrisilla de circunstancias les enseñó el acopio de tabaco, alcohol y porros que pensaba llevar consigo, para "matar" el tiempo. En la espesura del bosque podrían fumar con total libertad sin que nadie les reprendiera por ello….” Ves que bien “equipados” vamos a ir, no nos falta de nada”... Todos observaron con atención, pero las chicas no se mostraron muy entusiastas, miraron con desconcierto y recelo todas las cosas poco recomendables que el amigo llevaba para pasar el día sin ningún tipo de freno.


Partieron con las primeras luces de la aurora, sintiendo la agradable sensación que produce la frescura de la mañana cuando te roza la piel…


Los cuatro muchachos encaminaron sus pasos hacia el bosque que, a esas horas, permanecía extrañamente sumido en la oscuridad.  

Las horas fueron pasando y la luz conferia una extraña tonalidad verdosa al lugar. Los chicos pudieron comprobar que el lugar poseía una extraña belleza, cualquier rincón de aquella floresta estaba impregnado del espíritu de la naturaleza...


Penetraron en el bosque en busca de lo desconocido, desafiando al peligro. 

La mañana transcurrió sin problemas. Llegaron hasta el caudaloso río donde decidieron paliar los rigores de aquel verano tan tórrido. Chapoteaban y gritaban alborotando la quietud de bosque.. Después comieron y bebieron a gusto y decidieron coronar aquella fantástica aventura fumándose unos canutos.  Medio atontados, no tardaron en dormirse. Cuando despertaron las sombras habían descendido sobre el bosque. Los tardíos rayos de sol traspasaban el espeso tapiz vegetal otorgando al bosque una extraña tonalidad verdosa.. Un silencio espectral se apoderó del lugar, como si fuera el presagio de un mal augurio... 

Los chicos temieron que les cayera encima la oscuridad de la noche y lo cubriera todo dificultando el regreso al internado... 

Julio creía que iba bien preparado, pero se sintió impotente cuando intentó utilizar la brújula. En sus manos, el instrumento de orientación era más bien un juguete inservible, por lo que extraviarse fue algo natural... Cuando pudieron librarse de unos matorrales comprendieron que se habían perdido, el lugar se había convertido en un páramo sombrío de tinieblas impenetrables. .

…” DIOSSSSSSSSS, SE NOS HA HECHO DE NOCHE, Y AHORA QUÉ HACEMOS. SEGURO QUE NO HAS TRAÍDO LINTERNAS”...El chico apenas podía contener el enojo

…” Pues claro que he traído linternas yo soy muy precavido…” El tono irónico que impregnaba sus palabras denotaba que estaba disfrutando con la situación. Mientras hablaba no paraba de rebuscar entre las cosas de la mochila, al final apareció con varias linternas que repartió entre sus amigos. Cuando se encendieron la considerable luz que desprendían disipó parte de la oscuridad reinante.

…”Esto si que es un aventura como Dios manda, explorar durante el día un bosque así, es más bien cosa de niños de primaria, nosotros necesitamos algo más fuerte e intenso…

…” Sí, ¡ya!... una descarga de adrenalina que nos provoque un infarto y nos deje tiesos”...  Las palabras de Víctor en otras circunstancias habían provocado alguna carcajada, pero la oscuridad que les rodeaba era demasiado inquietante como para estimular el sentido del humor.

…” ¡Venga! volvamos al internado, que seguro que están notando ya nuestra ausencia y nos van a meter una buena"...dijo Irene, mientras se adelantaba encabezando la marcha. La otra chica del grupo la iba siguiendo, de cerca.

Emprendieron el regreso cabizbajos y enojados entre ellos, pero de noche todos los gatos son pardos y es fácil desorientarse, así que no tardaron en extraviarse. La desesperada situación provocó un estallido de pánico y en más de una ocasión estuvieron a punto de enfrascarse en una dura pelea, pero el poco sentido común que aún les quedaba, les retenía...


Llevaban un buen rato caminando a ciegas, sobresaltándose con cualquier ruido que se escuchaba, cuando un gruñido atenuado, pero completamente audible por el grupo, rompió el silencio de la noche... 


Al escucharlo los chicos se asustaron y empezaron a buscar piedras y ramas para poder hacer frente al ataque de algún animal del bosque.... Ahora caminaban juntos, casi se tocaban. En ese momento, escucharon otro gruñido, pero está vez más cerca... Los inquietantes sonidos les trajo a la memoria todas las historias que se contaban en la zona sobre la bestia que moraba en el bosque. Ahora imperaba en el bosque el más absoluto silencio, pero intuían su presencia porque les llegaba el ruido que hacía al aplastar la hierba cuando caminaba emitiendo una especie de extraño parloteo sibilante.

..." Nos están rodeando - Exclamó, Julio, deteniéndose, enfocando con la luz hacia todos los lados, se acercó hasta unos troncos cercanos porque creyó ver algo, pero sólo era un fenómeno óptico provocado por las sombras en la oscuridad- si no espabilamos nos atraparán"...


..." No conseguiremos escapar"... Replicaron al unísono sus amigos y reanudaron la marcha. Durante un buen rato corrieron sin detenerse, sentian un intenso dolor de pies, pero aún así no aflojaban la marcha ni se quejaban. Sabian que si mantenían el ritmo quizá podrían sobrevivir.


Agotada por la carrera y doliéndole el pecho por el esfuerzo, Irene detuvo su alocada carrera, giro la cabeza buscando con la mirada a sus compañeros. Desconcertada descubrió que en aquella insondable oscuridad sólo se encontraba ella, sus amigos habían desaparecido


..."¡¡¡CHICOSSSS!!!"... -Gritó desesperada, temiendo ser objeto de algún tipo de broma macabra. .....


..."¡¡¡CHICOSSSSSS!!!"... -Volvió a repetir, pero sólo recibió en contestación el silencio más inquietante y desolador. La chica miro hacia los árboles que mostraban un aspecto mágico ya que recibían la iluminación de los rayos de la luna, tratando de localizar la presencia de sus amigos. Sin embargo, algo en su interior le decía que habían sido devorados por la negra oscuridad del bosque maldito o por algo infinitamente peor. Comprendió con una devastadora certeza que si en aquel momento algo hacía acto de presencia, no serían, precisamente, sus amigos. Temió el asalto inesperado de alguna alimaña del bosque y armándose de paciencia y serenidad reanudó la marcha, con un deseo, llegar al internado lo antes posible.

Llevaba caminando un rato cuando escuchó el crujido de una rama, el ruido procedía de unos arbustos a la derecha... El corazón le dio un brinco en el pecho. Irene miró en esa dirección, pero allí sólo habia, matojos y árboles sumidos en la más tenebrosa oscuridad, aparentemente no había vida, no se escuchaba ruido alguno. No obstante, mantuvo la vista fija en el lugar, conteniendo la respiración, porque tenía el convencimiento de que allí algo permanecía al acecho. Casi podía escuchar su respiración jadeante. Sus ojos acostumbrados a la oscuridad, detectaron la forma humanoide que se mimetizaba entre la vegetacion.


La gran envergadura de aquella criatura le reveló que no podía ser ninguno de sus compañeros. Tal descubrimiento la lleno de un terror sin límites y casi enloqueció al captar una agitación entre los árboles, creyó ver algo pálido, un rostro probablemente. No quiso cerciorarse, echó a correr con desesperación, sollozando y aunque trataba de ver por donde pisaba, no pudo evitar tropezar, cayó lastimándose un tobillo, pero se repuso de inmediato y levantándose con rapidez siguió corriendo... No eran imaginaciones suyas, algo la perseguía. Podía escuchar su respiración, y hasta creyó ver un fulgor rojizo en medio de la negrura, sentía horrorizada como su perseguidor iba acortando la distancia pelogrosamente.


..."IRENEEEEEEEEEEE"... Escuchar su nombre la paralizó por completo. Aquella voz humana la habia desconcertado. Quiza el pánico había alterado su percepción y no había razón para huir, pero un nuevo gruñido, esta vez inquietantemente cerca le dio fuerzas renovadas para seguir huyendo. En su alocada carrera, pasaron por su mente todas las historias que se contaban de aquel ser de pesadilla. Todavía conservaba la fuerte rama de la que se había apropiado para hacer frente al ataque, la apretó tanto entre sus manos que se le clavó una astilla en la palma.


El pánico la entorpecía y la segunda vez que tropezó, algo le cayó encima y sintió como unas manos rudas le daban la vuelta con violencia. La chica presa de una violencia sin límites la emprendió a golpes con el atacante que al recibir todos los impactos en la cabeza quedó extrañamente quieto... No quiso ver aquel engendro del diablo, aquello era la prueba que demostraba que en el bosque existía un extraño ser que se comía a las personas... 


Irene se encontraba al borde de la locura, rodeada de extraños árboles que parecían envolverla entre sus ramas descarnadas, no dejaba de sollozar y jadear ruidosamente. Intentó mantener la calma y siguió avanzando e hizo oídos sordos a los inquietantes sonidos que se producían en aquel bosque de pesadilla. La poca cordura que le quedaba le permitió afrontar con optimismo la kafkiana situación en la que se encontraba, y acarició la idea que que si no desfallecía tarde o temprano acabaría encontrando la salida. 

La chica había perdido la noción del tiempo, no tenía ni idea del tiempo que llevaba vagando entre la espesa arboleda. La bella luz de la luna se reflejaba en los árboles convirtiéndolos en tétricas figuras espectrales...


Cuando de pronto volvió a escuchar los gruñidos, no quiso comprobar qué era lo que los causaba. Era tan espantoso sentirse indefensa ante un posible encuentro con aquella alimaña que se apoderó de su cuerpo un temblequeo descontrolado provocado por el pánico.

Fue entonces cuando lo vio, la luz de la luna se lo mostró en su totalidad. Y, fue la visión más horrible que pudo imaginar. Destacaba entre la inmensa oscuridad boscosa como un ser de elevada estatura, pero desgarbada, aparentemente raquítico y con la piel reseca y pegada a los huesos. 

El reflejo de la luna acentúaba la palidez extrema de su rostro y sus ojos parecían estar hundidos en sus cuencas, sus labios inexistentes aparecían rodeados de sangre y tierra.

La chica percibió el olor a suciedad y descomposición que exudaba aquella criatura del bosque, mientras se iba aproximando lentamente. De pronto, un ominoso silencio que paralizó la naturaleza se apoderó del lugar.

Cuando Irene le vio tan cerca tuvo la certeza de que se encontraba ante alguna ancestral deidad del bosque.... 

Casi se rozaban y pudo distiguir las repugnantes ampollas que se abrían en su piel. La chica parecía sumida como en una especie de trance hipnótico, con la voluntad anulada por completo. Por eso, no se resistió cuando el ser la cogió suavemente de la mano y se la llevó con él. Pronto se sintió arrastrada hacia el cielo y juntos sobrevolaron las copas de los árboles. Pensó que era conducida hasta la guarida del monstruo, donde pensaba devorarla.... Cerró los ojos y lloró con amargura.... ¡¡¡Qué triste final le esperaba!!!. Poseída por el embrujo de sentirse transportada por los aires, miró hacia abajo y descubrió que el bosque había desaparecido. Sintió como el viento agitaba su cabello y experimentó una agradable sensación con el aire frío y limpio de la agreste montaña a la que se dirigía conducida por aquel ser de pesadilla. Contempló embriagada como amanecía y los tempranos reflejos rojizos comenzaban a invadir el cielo. 

Extrañamente, se sintió ingrávida como una pluma y cerró los ojos deseando intensamente que todo aquello cesara de una vez por todas. Pero, ninguna divinidad acudió en su ayuda, pues en ese momento aterrizaron sobre un saliente rocoso. Una vez se recuperó del impacto al caer, la criatura volvió a cogerla de la mano y fueron ascendiendo por la roca escarpada hasta que encontraron una gran oquedad, en la que penetraron. Tras recorrerla completamente a oscuras, llegaron a un lugar en el que se abría una gran bóveda natural de piedra, sobre su cabezas.

Irene, descubrió que una incipiente iluminación les iba guiando por el sendero de piedra.. En ese momento, el demonio del bosque habló por primera vez y su voz sonó tan cavernosa como el lugar donde se encontraban, preludio de la transformación que había comenzado a operarse en su persona.

..."Querida Irene, nos encontramos en el Umbral del Circulo de los Milagros, dejo a tu elección si quieres formar parte de nuestra hermandad. Si aceptas, no tendrás la posibilidad de arrepentirte, porque lo que se te revelará será de una gran transcendencia que no puede ser revelada hasta que llegue el momento oportuno"...


La transformación había operado un cambio maravilloso en aquel hombre. Irene se mostraba confusa ante como se habían desarrollado los acontecimientos. Pero cuando contempló la hermosa mirada del hombre, desaparecieron todas sus dudas. Supo claramente cual tenía que ser su respuesta. Sin palabras, extendíó su mano y cuando se produjo el roce sintió la calidez del hombre como una íntima caricia y juntos se adentraron en la inmensidad de aquella oscura caverna....


CONTINUARÁ....

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