LOS VAMPIROS VITALES




Hoy os voy a hablar de los vampiros vitales, un tipo de vampirismo emocional que se nutre de la energía vital. El verdadero vampirismo no busca la sangre de los demás precisamente, sino su esencia, la energía. Los expertos saben del vampirismo que involuntariamente ejercen los ancianos y los niños enfermos con las enfermeras y las personas que se encuentran en su entorno. De hecho, el vampirismo energético o vital es algo que practicamos todos en algún momento de nuestra vida, y además es evidente que algunos tienen preferencia por la forma de energía que emana de cierto “chakra” al que se acercan y procuran tocar tanto como les sea posible sin que la persona afectada se sienta molesta.

La rama de la psicología que estudia el comportamiento humano usó ese término para describir a una persona que tiene la necesidad psicológica de llamar la atención, utilizando todos los medios posibles para conseguirlo, dejando a aquellos con quienes interactúa, agotados. También se autodenominan “pránicos”, derivación de la palabra del sánscrito “prana” que literalmente significa “fuerza- energía vital”.

Identificar a estos individuos no es difícil, ya que cuando nos encontramos con este tipo de personas podemos sentirnos malhumorados, ignorados, poco atractivos o disminuidos, tensos y toda una variada gama de sentimientos negativos.

Bien, en primer lugar la mayoría de los vampiros vitales actúan inconscientemente, succionando la energía sin saber lo que están haciendo. Eso sucede porque no consiguen absorber las energías de las fuentes naturales y quedan desiquilibrados energéticamente. Cuando esas personas bloquean la recepción de éstas energías naturales (o vitales), necesitan encontrar otras fuentes cercanas, que no son otras que las personas más próximas a su entorno. En verdad, casi todos nosotros, en un momento u otro de nuestra vida, cuando nos encontramos en un estado de desequilibrio, acabamos volviéndonos vampiros de la energía ajena.

Los vampiros de ficción inundan el cine y la televisión ofreciendo una imagen romántica y morbosa de estos muertos vivientes. Criaturas siniestras de la noche que se mueven sigilosamente, arrastrados, un ansia vital que les convierte en “no muertos". Cadáveres amortajados, sedientos de sangre que abandonan sus tumbas durante la noche para chupar la sangre de los vivos. Pero existe otro tipo de vampiro más cercano, más dañino y que permanece oculto, esperando el momento oportuno para robar energía la energía vital de las personas que le rodean.

¿Cómo saber si alguien está siendo vampirizado?. Hay algunos síntomas que nos permiten darnos cuenta:

-Una persona vuelve agotada luego de hablar con otra persona.
-Alguien se siente débil en su hogar; pero, si sale a caminar, sobre todo en un lugar arbolado, recupera sus fuerzas.
-La persona se siente inexplicablemente extenuada, a pesar de poseer una salud física normal.
-Aparecen pensamientos intrusos, ideas suicidas, momentos de angustia inexplicables.
-Se duerme más de lo debido o la persona se despierta de golpe a horarios inusuales.

EL VAMPIRO BROTA DEL CRÁNEO, dos casos para ilustrar el tema.

Existía en Transilvania una Condesa sedienta de la sangre de las doncellas. Comparada con el sangriento personaje literario de Drácula, compatriota de ella y de igual linaje, como se ha revelado en algunos libros. El propósito del Conde era era el de absorber el alma de sus víctimas contenida en la sangre que bebía, la condesa Erzsébet Bathori la utilizaba para procurarse baños de juventud. Y, para resolver esta demencial obsesión, solicitaba constantemente chicas adolescentes para su servicio, las cuales acudían de aldeas vecinas, por lo que al fin la aldea entró en sospechas, claro, el número de muchachas disminuía alarmantemente, y acabó asaltando el castillo de la asesina múltiple. Lo cierto es que la necesidad de energía se había exacerbado tanto en ella. Para ella juventud era energía, es decir buscaba vida. Y, la buscaba desquiciadamente en la energía de aquellas jóvenes arrebatándosela, con lo cual se extinguía inútilmente. Si las hubiera mantenido sanas y felices en su entorno, entonces sí que habrían podido transmitirle la potencia y la juventud que buscaba.



"Erzsébet, la Condesa Sangrienta, tiene el récord Guinness de la mujer que más ha asesinado en la historia de la humanidad con 630 muertes, incluyendo niñas…Todo ello para conservar su juventud, bañándose en la sangre de sus víctimas, con el fin de impedir que su piel envejeciese al paso de los años. Según algunas opiniones, los crímenes atribuidos a la condesa pudieron ser invenciones de sus enemigos en un contexto político muy complejo para buscar su perdón y muerte".


Por otro lado, según los brujos mexicanos, existe un humanoide cuya estatura es de algo más de un metro, con múltiples rasgos de murciélago, que incluye unas alas membranosas no muy grandes y colmillos, además de ojos rojos y brillantes. Se le conoce como chupacabras, chupasangres, sacalenguas y algunas otra denominaciones, pero esencialmente, son denominados por los chamanes, que son los que más saben, “nahuales” o sea la manifestación de la parte animal que hay en toda persona y que en algunas, al darse determinada combinación de factores, se le sale del cuerpo mientras duerme y se materializa por muy diversos medios. Los peores actúan como vampiros ávidos de sangre animal, atacando por la noche a cabras, vacas, pavos, gallinas y toda clase de animales domésticos, a los que muerde en el cuello con el fin de extraerles la sangre. Sus ataques se recrudecen con el avistamiento de ovnis y meteoritos.

Comentarios

Entradas populares