miércoles, 29 de febrero de 2012

MI NOMBRE ES AMOR

Ya casi acaba Febrero, el mes del amor y la amistad, el mes de los amores ideales y perfectos. El amor es pasado, presente y futuro. Es una experiencia vital efímera, de ahí su intensidad, en permanente conflicto. No es agradable descubrir que somos mendigos de amor, pero no porque no exista, sino porque en nuestras vidas no hay sitio para él. Y, ya concluyendo, he pensado en esta preciosa reflexión sobre el amor que me ha enviado un amigo para despedir este mes tan encantador…


Mi nombre es amor y no tengo sexo, edad ni raza.

Nadie pudo jamás verme, oírme ni tocarme. Y sin embargo todos saben que existo, porque alguna vez sintieron mi presencia.

Nací con el hombre y aún ya fui antes, porque el hombre mismo, fue producto del amor o sea de sí mismo.

Habito en el corazón de los hombres y comparto mi hogar con otros sentimientos como la alegría, la tristeza, la ira y el odio.

No tengo brazos y sin embargo soy tan fuerte que muchos dieron la vida en mi nombre.

No tengo piernas, mas sin embargo, puedo unir continentes sin mediar distancias.

Nunca tuve ojos ¿para qué los quiero? si sólo me interesa la belleza interior y para verla no los necesito.

No tengo boca y a pesar de ello, los más grandes poetas crearon los versos más hermosos que se pronuncian en mi nombre.

No tengo oídos, pero soy capaz de escuchar la voz del corazón. ¿Cómo me alimento? podrás preguntarte.

Me gustan las palabras dulces y los gestos cariñosos. Me encantan las miradas tiernas, el eco de las risas, el valor de la amistad.

Me robustezco cuando me alimento de ilusiones y de fe, crezco en el compromiso y la entrega. Tengo mucho miedo a la ingratitud y a la traición.

El dolor y la pena pueden herirme pero no matarme. No quisiera conocer la muerte, pero el olvido es capaz de causármela.

¿Qué dónde estoy, cómo darse cuenta de que existo?

Pues bien, fíjate en los ojos de una mujer acariciando la cara de su amado, allí estoy yo.

Mira a tu alrededor las flores, los pájaros, el cielo, las nubes y las estrellas, y me verás a mí, porque todos ellos fueron creados por amor.

Contempla el rubor del rostro de una niña ilusionada al recibir su primer beso, sigo siendo yo.

En el cariño del amigo que te tiende la mano, te comprende, te escucha y te reconforta, allí estoy yo.

En el abrazo afectuoso de un amigo, en la emoción de un hombre y una mujer uniendo sus cuerpos, estoy yo.

En el recuerdo de la sonrisa dulce de una mujer que se fue, también estoy yo.

En la ternura de un niño jugando con un animalito, sigo siendo yo.

En las razones que me motivaron a contarte esto, también estoy yo.

En muchos sitios, a través del tiempo, sin importar las diferencias, estoy yo

Si quieres buscarme hazlo, pero has de saber que sólo me encontrarás cuando ya no pienses más en ti mismo. En ese momento sólo abre tu corazón y me hallarás

Yo, el Amor

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