CAN BROS, UNA COLONIA OBRERA ABANDONADA.



CAN BROS, La joya abandonada del Llobregat

Siempre que vamos circulando por la autovía Barcelona – Lleida (N-II) rumbo a Montserrat vemos desde el interior del coche la antigua y enigmática Colonia Can Bros, un antiguo complejo fabril del siglo XIX, de estilo inglés, cuenta con varios molinos, escuela, varias fábricas e, incluso, una fundición de cobre. En ella destaca la fascinante iglesia que a pesar de su abandono, sobresale orgullosamente entre el conjunto arquitectónico y las antiguas naves industriales que flanquean las viviendas obreras, eso sí, muy maltratadas por el tiempo. Una imponente chimenea domina todo el paisaje y se visualiza como un vestigio más de su pasado industrial.

Salimos de la autovía cuando hemos dejado atrás la colonia y por instinto, porque las indicaciones de la Colonia brillan por su ausencia, cogemos dirección a Martorell, al poco tiempo ya aparece indicada la dirección hacía el Barrio de Can Bros.

La tarde no es muy acogedora, ha estado lloviznando todo el día y aunque hemos salido a primera hora, la tarde es muy húmeda y el cielo aparece cubierto de nubes, me preocupa que no haya la suficiente luz para captar todo el misterio del lugar. La bruma cae sobre la carretera y se ha levantado una pequeña neblina que desdibuja los contornos. Seguimos una vía secundaria que nos conducirá hasta las puertas de la COLONIA y nada más llegar una luz irreal baña los muros de este pequeño pueblecito creando un efecto que nos deja maravilladas. Una rara luminosidad impregna las piedras centenarias de CAN BROS. Pequeños huertos dejados a la mano de Dios, pues aparecen devorados por la maleza, rodean y aíslan el pequeño barrio, su presencia nos indica que este misterioso complejo después de todo no está muerto.

Una elegante mansión de estilo neoclásico aparece a nuestra izquierda, decido bajarme y hacerle unas fotos porque con la intensa iluminación de este sol tardío nos ofrece una belleza espectacular.



La gran casona precede a una pequeña capilla flanqueada por varias casas semi destruidas.
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Es un lugar que con sólo contemplarlo ya te produce escalofríos.


Tiene la apariencia de una pequeña iglesia y justo en la entrada, a ambos lados, presenta un tipo de construcción semejante a nichos antiguos, en un estado deplorable, no se aprecia ninguna placa ni inscripción.


La pequeña iglesia posee una torre rematada con un reloj, curioso artilugio que atrae mi atención porque según como se mira tiene el aspecto de una bruja....

La presencia de un cuidado parque infantil a la derecha, me dice que hay gente joven y que la COLONIA todavía debe de mantener algún tipo de actividad, y que a pesar de lo desierta que se nos manifiesta a esta hora de la tarde, la presencia de los coches estacionados me habla de que posiblemente es el frío el que mantiene a buen recaudo a los vecinos en sus casas.

Pero me inclino a pensar lo contrario, ya que si observamos las viejas y ruinosas naves industriales captamos que la vida las abandonó hace ya bastante tiempo.


Aspecto de fortaleza, con arbotantes, la piedra centenaria ennegrecida y devorada por el tiempo excita la imaginación del que la contempla. Quizá sea esa la razón por la que se ha rodado una película de terror en este lugar. Protagonizada por los actores Amaia Salamanca, Maxi Iglesias, Luis Fernández, Úrsula Corberó y Óscar Sinela a las órdenes del novel director Sergi Vizcaíno, en la película XP3D, el primer filme español de terror en 3D. Amaia Salamanca interpreta a Ángela, una estudiante de psiquiatría le gusta arriesgarse en muchos proyectos. Su hermana, Diana, es más sensible y muy receptiva pero padece unos extraños ataques epilépticos. Las dos se odian mutuamente. A Ángela, presionada por el doctor Fuentes, le tocará investigar una serie de actividades paranormales en un pueblo minero abandonado denominado Susurro que tiene su propia leyenda ya que allí murió un médico.

La historia no es nada del otro jueves, unos jóvenes que se dedican a investigar fenómenos paranormales, el mayor atractivo de la cinta son sus escenarios naturales, pero la trama argumental es poco original, siniestros escenarios religiosos, cristos y vírgenes ocultos.

La enigmática iglesia neogótica de la COLONIA es el escenario de esta historia de terror protagonizada por las dos hermanas que llegan a SUSURRO, junto a otros estudiantes para trabajar en un proyecto y claro terminan enfrentándose al terror.

Hay una pequeña fuente que me ha hecho gracia porque no cuadra con la gran austeridad del pueblecito y que por un momento me ha recordado a esas plazas andaluzas repletas de flores.

Pasear por las calles de CAN BROS es como perderse en otro tiempo, es retroceder al siglo XIX.


se observan dos construcciones que posiblemente fueron el economato y la escuela, y al fondo la imponente iglesia destaca contra un cielo que amenaza tormenta. Fue profanada en 1936 y sus imágenes y retablos fueron destruidos.


He aquí una joya de la arqueología industrial que cada fin de semana atrae a decenas de personas, movidas por la fascinación que ejercen su abandono y degradación. Un recinto con un futuro, a día de hoy, incierto.


Hoy la zona deshabitada del antiguo complejo industrial aparece vallada y vigilada para evitar los estragos que ocasiona el vandalismo. Y, los perros, nada sociables por cierto, anuncian su presencia disuasoria con feroces ladridos. Como ya me he dado más de un porrazo con este tipo de perros, optamos por alejarnos del lugar.


Además ya queda poca luz y las sombras comienzan a deslizarse sobre los muros degradados de este misterioso complejo. La colonia envuelta en sombras convierte el lugar en una zona inhóspita, medio oculta.

Cuando nos alejamos por la carretera, giro una última vez la cabeza y creo que si no fuese por la sorprendente y hermosa visión que ofrece desde la autovía con el tiempo quedaría sepultada definitivamente en el olvido.


Pero lo cierto es que a lo largo del Llobregat las colonias industriales languidecen a la espera de que alguien se acuerde de ellas.


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