DEMENCIA POR CUERPOS DE LEWY

 


Buenas tardes, corazones... En esta tarde ociosa y dominada por un sopor que me deja extenuada, bueno eso, y la mañanita de limpieza que no hemos echado entre pecho y espalda, pues como que estoy al límite... Se me ocurre comentar algo que me pasó ayer y que quiero compartir con vosotr@s.
Nuestra madre se mantiene estable dentro de la gravedad de la enfermedad y muestra una gran lucidez, pero cuando verdaderamente notamos que "Lewy" sigue ahí implacable, cruel y despiadado es cuando se duerme y al poco tiempo se despierta totalmente confundida, preguntando por su madre y hermanos fallecidos, como si todavía estuvieran entre nosotr@s. Con tacto le decimos que en casa no hay más madre que ella... Y, entonces, capta dolorosamente esas lagunas mentales que le acometen, se da la vuelta en la cama y vuelve a dormirse. Mi madre disimula, pero darse cuenta de que ha olvidado lo más reciente, la angustia.
No duerme sola, porque hay que vigilarla día y noche, ya que su enfermedad la vuelve temeraria y nos horroriza que se accidente y no podamos socorrerla de inmediato.
Suele despertarse por las mañanas despejada y muy charlatana, y si le das "palique" te cuenta toda su vida y la de los vecinos, porque es muy observadora y un poquito "cotilla".
Así que ayer se despertó y como la mayoría de las veces se puso a charlar...
"¡Qué lista es Antonia, sabe orientarse en cualquier lugar del mundo!". Una frase que me extrañó, porque la dijo hace mucho tiempo mi padre, en un viaje que hicimos por Cantabria. En eso tiene razón, mi hermana nació con la brújula incorporada...
Hasta aquí todo normal, pero amig@s, luego siguió diciendo: "La Cati no es que sea tonta"... Como podéis imaginar, una no es de piedra y fue un duro golpe a mi autoestima, menos mal que ya estoy acostumbrada, ahora se ha suavizado, pero en pleno brote psicótico, es que no me quería ni ver en el hospital... " A ella lo que le van son las matemáticas"... Pensé, ¿qué me van las matemáticas? Ahora me entero... Pero, lo intrigante es que mi madre no estaba hablando conmigo. Así que reprimí el deseo de preguntarle: "¿ Con quién hablas, mamá? Pero temía que se pusiera nerviosa y se callara, porque sé que se angustia cuando le pasan estas cosas. Así que la dejé hablar y pude comprobar que también contestaba, con afirmaciones, a la persona con la que estaba hablando... Siguió el tema de conversación y poco a poco fue saliendo el orgullo que siente hacia nosotras y no tardé en comprender quién era la persona con la que estaba hablando por uno de los comentarios que hizo durante su aparente monólogo..."Ellas han tenido mucha suerte, - dijo refiriéndose a Antonia y a mí- no como nosotros que todos los jefes para los que hemos trabajado se han aprovechado de nosotros y nos han explotado"... Tuve la certeza de que hablaba con su hermano, porque el tema de la conversación era uno de los más recurrentes entre ellos.
Repentinamente, como si pasara un ángel, pareció salir de su ensoñación y reparó en mi silenciosa presencia, interesada en saber si yo le daba la razón... Con una vocecilla que no me salía del cuello, le contesté afirmativamente, con apenas una simple palabra, y ella continuó charlando tan tranquila, sin que nada la turbara, como si no hubiera pasado nada..

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