LA NOCHE DE SAN JUAN



Dice la voz popular que la noche de San Juan es la noche más corta y más mágica de todo el año. Es una noche de petardos y verbena al aire libre que aprovechamos para celebrar el placer de la vida y la abundancia de la naturaleza.

El apelativo de “verbena” a esta fiestas se lo dio la costumbre practicada en algunos lugares por las jóvenes casaderas de ir a recoger verbena a las doce de la noche en la víspera de San Juan, creyendo que con ello conseguirían el amor del hombre que deseaban.

El 21 de junio se celebra en el hemisferio norte, el día más largo del año. Es un día especial en el que se dan cita con el hombre y las estrellas los cuatro elementos de la naturaleza, para festejar justamente ese momento en el que el eje de la tierra tiene una inclinación de un 23,5 grados en dirección al sol, dando lugar al día más largo y la noche más corta de todo el año.

La fiesta que celebran está cargada de gran fuerza y magia. Y, a ella asisten las viejas deidades de la naturaleza que vagan todo el año por los campos, pero que en esta época del año se pueden ver y coger de la mano
y los campesinos agradecen la fecundidad de la tierra y la benevolencia del sol.

Es una festividad ancestral con la que se celebra la llegada del solsticio de verano en el Hemisferio Norte y que se materializa encendiendo una hoguera ya que el fuego tiene una función “purificadora” y protectora en las personas que lo contemplan. Es una fiesta que se celebra en muchos puntos de Europa, aunque sus orígenes se hallan en España y Portugal, también aparece ligada a Dinamarca, Suecia, Finlandia y Reino Unido y Sudamérica.

Los orígenes de esta festividad ya los encontramos en la antigua Roma que dedicó a la diosa de la guerra, Minerva, unas fiestas con fuegos en las que tenían la costumbre de saltar tres veces sobre las llamas.

Los antiguos celtas llamaban ALBAN HERVIN a este festival y su principal significado era el de celebrar el instante en el que el sol se hallaba en su máximo esplendor, cuando duraba más tiempo en el cielo y mostraba su influencia más benéfica a los hombres, y, al mismo tiempo , el día en que empezaba a decrecer en el solsticio de invierno.

Estas gentes practicaban rituales destinados a obtener pareja y a conservarla. Todo giraba en torno a la glorificación del fuego. De hecho, este es el gran festival del fuego por excelencia.

Construían fogatas circulares en algún punto, llamado centro de poder, como un pozo sagrado, un cruce de caminos. Se suele encender en el momento del ocaso. Y, con ella se bendecía y se protegía las cosechas.

Engalanaban los campos y colinas con hogueras, encendiéndolas con ramas de abeto y roble, todos ellos árboles sagrados que veneraban los celtas.

Las chimeneas se adornaban con abedul, rosa y flor de San Juan.

Se encargaba la custodia del fuego sagrado a un miembro de la comunidad para que controlara la construcción de la hoguera y vigilara el desarrollo de las llamas. Completaba su labor recitando invocaciones y plegarias para extender el influjo mágico a los campos circundantes.

Y, posteriormente, encendían antorchas y teas y jugaban con ellas.

En la actualidad los Fuegos Artificiales han suplantado a aquellos antiguos rituales mágicos.

Una vez las hogueras se habían extinguido y sólo quedaban las brasas y las cenizas, era el momento ideal para saltar por encima para conseguir la bendición solar.

En esta noche mágica se suele recolectar las hierbas mágicas y medicinales necesarias para todo el año. También se recoge el agua de los manantiales o del mar a la que se atribuye milagrosas propiedades por estar situada el sol a cero grados de Cáncer, signo de agua.

La presencia del agua, a la que apenas se le concede atención, simboliza a la diosa madre y es una parte importante de los numerosos ritos que forman parte de esta celebración.

La tradición de enramar las fuentes está relacionada con la prosperidad, la abundancia y la fecundidad. La tradición dice que al amanecer del primer día de verano, las mujeres recogían de las fuentes la flor del agua con la esperanza de encontrar pareja, concebir hijos o hacerse con poderes curativos.

En un principio se creía que el sol no volvería a su esplendor total, pues después de esta fecha, los días eran cada vez más cortos. Por esta razón,
fogatas y ritos de fuego de toda clase se iniciaban en la víspera del pleno verano, para simbolizar el poder del sol y ayudar a renovar su energía.
En tiempos posteriores se encendían fogatas en las cimas de las montañas, a lo largo de riachuelos, en la mitad de las calles y al frente de las casas.

A menudo se bailaba y saltaba alrededor del fuego para purificarse y protegerse de las influencias demoníacas y asegurar el renacimiento del sol.

Se puede decir que todo empezó hace cerca de 5 mil años, cuando nuestros antepasados, tan amigos de observar las estrellas, se dieron cuenta que
en determinada época del año algo pasaba con el Sol. A estos días extremos en la posición del Sol se les llamó solsticios de invierno y verano, los cuales ocurren los días 21 de diciembre y 21 de junio respectivamente. Estas fechas corresponden al hemisferio norte, pues en el sur es al contrario.

Antes de cristianizarse esta fiesta, los pueblos de Europa encendían hogueras en sus campos para ayudar al Sol en un acto simbólico con la finalidad de que "no perdiera fuerzas". En su conciencia interna sabían que el fuego destruye lo malo y lo dañino.

La noche de San Juan está relacionado con lo sobrenatural. Las viejas leyendas hablan de portales del universo que, en este momento, se abren y comunican nuestro mundo real con un mundo donde habitan hadas, duendes y brujas. Entonces penetramos en otros mundos donde habitan princesas y doncellas presas de hechizos o siniestros embrujos. Nos adentramos en misteriosas grutas y podemos explorar castillos y palacios encantados.

En definitiva descubrimos una atmósfera con una carga sobrenatural que incita a la imaginación y a la narración todo tipo de cuentos, leyendas y anécdotas.

El solsticio de verano es una festividad que causa furor en algunos países como por ejemplo, Inglaterra. Precisamente al amanecer del día más largo del año, el sol que sale por el horizonte queda perfectamente encuadrado entre las aberturas de los megalitos de su impresionante monumento, STONEHENGE.

San Juan es la cristianización de las festividades romanas del solsticio de verano, dedicado a Minerva, la diosa de la guerra.
San Juan el Bautista es el príncipe del santoral cristiano: es el único santo del que se celebra el nacimiento y no la muerte, y su fiesta, el 24 de junio, es una fiesta solar, de luz y de fuego, decantación de los más antiguos ritos de la humanidad en la más grande de todas las fiestas.

LA FIESTA DE SAN JUAN

En la mayoría de los lugares esta celebración consiste en quemar muebles y trastos viejos en la calle. Con el fin de ahuyentar los malos espíritus es tradición lanzar a la hoguera los objetos que representan cosas que deseamos cambiar o dejar atrás. Dicen que resulta efectivo, para lograr que los deseos se conviertan en realidad, escribir en un papel lo que deseamos conseguir y quemar, seguidamente, el papel en la hoguera.

También se suele construir un gran monigote que representa a una bruja, que se coloca rematando la hoguera con la intención de que se queme, mientras los asistentes contemplan como la bruja va desapareciendo al ser consumida por las llamas.


RITUAL MÁGICO PARA LA NOCHE SE SAN JUAN

El ritual es encender una antorcha en la madrugada del día 21, dirigir la mirada al punto por donde aparecerá el sol. Prender una hoguera y bailar alrededor, acercarnos lo más posible para notar el calor el fuego en la piel, y, cuando haya menguado la llama y sólo queden los rescoldos, saltar por encima de la mano de nuestra pareja afirmando así nuestro amor.

LEYENDAS DE LA NOCHE DE SAN JUAN

– Ver florecer la hierbabuena en la noche de San Juan, serás afortunado/a.(Hay que mantenerlo en secreto).

– Si en la noche de San Juan cuando se encienden las hogueras, sostienes una vela encendida en la mano y miras a un espejo, verás la cara de la persona con la que te vas a casar.

– Si durante la mañana de San Juan te contemplas en el río y te ves con dos cabezas, morirás pronto.

– A las doce de la noche de San Juan, si echas al aire dos alfileres y caen juntos es que te vas a casar ( Este lo vamos a probar Antonia y yo).

– Podrás ver tu propio entierro si en la noche de San Juan, con el cuerpo desnudo y con cuatro velas encendidas, te miras por encima del hombro, ante un espejo. (Ayuda bastante si el espejo te lo sujeta un hombre).

LA LEYENDA DE LA NOCHE DE SAN JUAN EN EL CASTILLO DE MONTSORIU EN EL MONTSENY.



Cuenta la leyenda que en el Castillo de Montsoriu existe un tesoro escondido en un pasadizo secreto.

Hacia la medianoche de San Juan se abre una trampilla secreta que da acceso a una cámara repleta de tesoros. Cuando empiezan a tocar las campanas de la cercana población de Breda, se ha de entrar cuando suene la primera campanada y hay que llenar un saco con trigo. Pero, se ha de salir antes de que toque la última campanada de las doce, sino se quiere quedar cautivo, es preciso huir en silencio y sin mirar hacia atrás, ni mirar dentro del saco hasta haber cruzado el río. Si se hace así, el trigo se convertirá en oro. Pero, aquellos que no lo cumplan, si les vence la curiosidad, el botín se convertirá en arena y piedra. Pero, hay quien dice que hay que llevar un cirio encendido y la cabeza de un muerto dentro de una bolsa de lona y todo ello hay que hacerlo caminando siempre de espaldas.

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