Me han llamado Charo y por el contexto he pensado: "¡Esto es un insulto, seguro!" Y me he decidido a buscarlo en internet. Y, sí, es un insulto, un nombre propio, usado de forma despectiva, como un "meme" en la "manosfera" y la extrema derecha digital que pulula por esa red de espacios virtuales, foros, blogs y comunidades en línea que promueven ideologías antifeministas y misóginas, cuya intención es deslegitimar, ridiculizar y silenciar a las mujeres, sobre todo cuando cuando destacan por su forma de expresar y defender los derechos sociales. Plataformas digitales donde se propagan narrativas que desvalorizan a las mujeres, promueven estereotipos de género negativos y, en ocasiones, incitan a la violencia o el acoso digital.
Estos espacios, que carecen de una estructura centralizada, sirven como puntos de encuentro para diversos grupos con discursos que cuestionan la igualdad de género y reaccionan ante los avances del feminismo, y atacan ferozmente cualquier argumento feminista o progresista con frases del tipo: "Charo detectada", "Charo al ataque"...
El Instituto de las Mujeres en España ha alertado sobre el uso de este término como una forma de violencia simbólica y misoginia digital.
El Ministerio de Igualdad del Gobierno de España mantiene una postura de rechazo frontal y activo ante el uso del término "Charo", calificándolo como una herramienta de la misoginia digital y la violencia simbólica.
Su actitud se ha materializado recientemente a través de:
Elaboración de un informe: El Instituto de las Mujeres, organismo adscrito al Ministerio de Igualdad, ha publicado un informe detallado que analiza el origen y el uso de la etiqueta "Charo" en foros de internet y redes sociales.
Denuncia pública: El Ministerio echa la voz de alarma sobre el auge de este término como un insulto dirigido a mujeres feministas, mayores de 30 años o con visibilidad pública, buscando ridiculizarlas y deslegitimar sus opiniones y su lucha por la igualdad.
Consideración de "violencia simbólica": El informe sostiene que la "charo" es una forma de desprecio que funciona con impunidad, restaurando una "masculinidad hegemónica" y atacando a cualquier mujer que alce la voz desde posiciones progresistas.
Monitorización del discurso misógino: El Ministerio ha anunciado que, a raíz de este análisis, se plantea monitorear de forma más proactiva el discurso misógino en internet para combatir estas formas de odio en línea.
En resumen, la actitud del Ministerio de Igualdad es de combate directo contra esta etiqueta, que considera una manifestación de la reacción antifeminista y una forma de violencia machista en el espacio digital. La actual Ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha manifestado su deseo de que se deje de usar este término despectivo.
La ONU (Organización de las Naciones Unidas), específicamente a través de ONU Mujeres, no ha emitido un comunicado oficial centrado exclusivamente en el término "Charo" de España, pero sí ha dado la voz de alarma a nivel global sobre el auge de la "manosfera" y sus tácticas misóginas en línea.
La relación entre ambos conceptos es la siguiente: Preocupación por la "manosfera": ONU Mujeres ha publicado diversos artículos y alertas advirtiendo que la manosfera (el ecosistema digital antifeminista) representa una "grave amenaza para la igualdad de género". Subraya cómo estas comunidades difunden narrativas tóxicas que buscan silenciar, intimidar y agredir a las mujeres, y cómo su influencia se filtra en la cultura y la política general.
El "Charo" como ejemplo de la misoginia digital global: El término "Charo" se considera un ejemplo específico en el contexto español de las tácticas descritas por la ONU. El reciente informe del Instituto de las Mujeres, organismo dependiente del Ministerio de Igualdad de España, analiza este insulto como un "arma de la misoginia digital" que nace y se consolida en los espacios de la manosfera para deslegitimar la voz de las mujeres en el espacio público.
Llamamiento a contrarrestar la influencia tóxica: La postura de la ONU es de prevención y acción, instando a los países y a la sociedad a entender y contrarrestar la influencia tóxica de estos discursos de odio en línea.
Ciertamente, hay que decir que en general se produce un cierto rechazo en esta practica, que no es otra cosa que la misoginia digital y acoso en línea a mujeres, es un tema de preocupación global para el organismo.
Sin embargo, en mi caso, tengo que comentar que he leído mucho sobre el tema, me he informado a fondo y lo que he encontrado lejos de enojarme, me ha abierto los ojos y me he dado cuenta de la gran importancia que tiene ser una Charo, recalcitrante, y machacona siempre con lo mismo. Ser una "charo" es, en realidad, ser la mujer activa, libre y feminista que la extrema derecha teme.
Si te consideras una "charo" en este sentido, estás reconociendo que eres parte de una generación de mujeres que ya no se callan, que ocupan el espacio público y que defienden la igualdad, y eso es algo que, lejos de ser un insulto, puede considerarse un motivo de orgullo.
Porque tras el insulto y los memes, más que un correctivo ideológico, parece que "la charo" esconde el pecado femenino definitivo: envejecer sin culpa, existir para sí y ser por encima de todo una defensora acérrima de su clase social. "las Charos" son el "porqueyolovalgo", el pilar fundamental de nuestra sociedad, y pueden trabajar en cualquier sector de nuestra sociedad, porque tener cultura es algo abierto y democrático, no sólo propiedad de unos pocos. Son aquellas mujeres orgullosas, empoderadas, y con una arrogancia y sabiduría que sólo da tener más años que un bosque. Y, lo que no podía faltar en este blog que cada día que pasa es más disparatado. Es una reflexión sobre lo que es una "Charo".
"Reflexión sobre la 'Charo': El Ángel del Hogar 2.0"
¡Qué criaturas tan fascinantes somos las "charos"!
Resulta que, en un giro narrativo digno de Hollywood, la mujer que el franquismo confinó tras los visillos (la "vieja del visillo") o adoctrinó con el bordado (la "Teresa"), ha renacido en el siglo XXI como una fuerza de la naturaleza imparable. Y todo, al parecer, por culpa de tener una opinión y usarla.
La "charo" es esa figura todopoderosa que, con solo teclear en su pc, es capaz de desmantelar el sistema patriarcal milenario mientras le recuerda a su hijo veinteañero que recoja la ropa del suelo.
Su "testikmonio" (¡vaya palabro!) es tan potente que los hombres, pobres criaturas, se ven obligados a inventar un insulto nuevo para intentar reducirla al silencio, pero pasa que las Charos no callan ni dentro del agua. Es su superpoder: hablar y hacer temblar los cimientos de la "masculinidad hegemónica" con una sola frase bien construida (o un sticker de Facebook).
Lo más irónico de todo es que, al usar la etiqueta para descalificarla, sus inventores no se dan cuenta de que están creando exactamente lo contrario de lo que pretenden: están mitificando a la mujer que temen. La han convertido en un símbolo de:
Poder de convocatoria: Organiza una manifestación feminista con la misma facilidad que organiza la cena de Navidad.
Sabiduría ancestral: Posee esa "arrogancia" que solo dan los años de navegar el mundo con el viento en contra.
Inmunidad al mansplaining: Ha escuchado la misma explicación condescendiente tantas veces que ha desarrollado un escudo mental que la hace invencible.
Así que, sí, la "charo" es la nueva "Teresa". Pero no la Teresa que obedecía y bordaba. Es la Teresa de Ávila, la mística, la fuerte, la organizadora, la que decía: "Ya es tiempo de que no se ofenda a Dios ni se ofenda a la mujer".
Los que la insultan piensan que la están enterrando, pero solo están echando abono sobre su leyenda. ¡Larga vida a la "charo", la emperatriz irónica de la modernidad!

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