LA VIRGEN ALCALDESA, VIAJE A MACHU PICCHU XXI


La vagoneta “supersónica” se desplazaba por el subsuelo inca a una velocidad exorbitante por una superficie lineal sin apenas irregularidades. En unos tramos era completamente recto. Pero en otros, estaba lleno de desniveles bruscos del terreno, subidas y bajadas sucesivas que convertía aquello en el trayecto de una montaña rusa, no apta para cardíacos… La posición de sus ocupantes en el interior del vehículo, completamente tumbados de lado,  comenzaba a ser incómoda, sobre todo con los repentinos vaivenes que daba la vagoneta. Sus aturdidos ocupantes no se atrevían a levantar la cabeza, por miedo a que sus cuellos sufrieran un accidente fatal … El riesgo y el miedo se habían aliado para convertir aquella experiencia en un auténtico delirio… 

El chirriar de las ruedas era insoportable.. Diego se alarmó cuando vio como los chispazos iluminaban el túnel y gritó con todas sus fuerzas:  ¡ESTAS RUEDAS LLEVAN TIEMPO SIN ENGRASARSE... LOS EJES  NO VAN A AGUANTAR!… TENEMOS QUE CONSEGUIR QUE ESTO VAYA FRENANDO, SINO NOS ESTRELLAREMOS!"... Vociferaba intentando hacerse oír por encima  del atronador ruido que emitían las ruedas de la máquina. Sin embargo, pronto notaron como disminuía la velocidad y a punto estuvieron de salir disparados por encima, para más tarde caer amontonados unos encima de otros. Después, el artilugio siguió deslizándose como si flotara en una balsa de aceite… Asombrados, se incorporaron y comprobaron que el túnel había dado lugar a una inmensa gruta. Una oquedad de considerable proporciones  recorrida por agua. Parecía un río subterráneo y la vagoneta se había convertido en una improvisada barca a motor que surcaba lentamente las oscuras aguas...

El grupo se apresuró a encender sus linternas y no daba crédito a lo que estaba viendo, frente a ellos estaba la orilla de un gran río subterráneo. Un río que debía de tener mucho que ver con alguno que discurría normalmente en  superficie y en algún punto del terreno debía desaparecer y continuar bajo tierra...

…”Dejaremos que el curso del río nos lleve..”... Comentó Diego.

…”Ya, no nos queda otra. Esta sí que es buena, resulta que el artilugio es anfibio”... Le comentaba jocosamente Julio a Ñan, mientras le cogía la mano con ternura… La chica sonrió ante su gesto.

…”Warayana, si no nos podemos casar en esta vida… Ya lo intentaremos en la otra”...Diego intentaba bromear para aliviar la tensión, pero consiguió todo lo contrario.

…”Te puedo asegurar que no necesito otra vida para casarme contigo… Vamos a salir de ésta”... Le dijo mientras le sonreía y le acariciaba con delicadeza la mejilla. El hombre se estremeció cuando sintió el cálido contacto.

Las aguas mansas y su suave balanceo  provocaban una dulce somnolencia en los ocupantes de la vagoneta, que cansados y con evidente falta de oxígeno, no tardaron en caer profundamente dormidos… El ronquido de alguno de ellos resonaba en el vacío. 
Les arrancó del sueño una violenta sacudida de la vagoneta al aumentar la velocidad. Era mala señal, significaba que estaban entrando en un tramo del río descendente, posiblemente se trataba de alguna cascada.

Cuando el primer desnivel importante de terreno se presentó, les cogió desprevenidos… La vagoneta se despeñó por la pendiente  y a punto estuvo de hacerse añicos en la caída. Pero resistió, estaba hecha a conciencia, aguantó el embate de agua que la vapuleó salvajemente, para volverla a despeñar por otra, esta vez menos pronunciada… Los ocupantes gritaban desesperados, pensaban que estaban viviendo sus últimos minutos de vida….

…”Nos ahogaremos… Esto empeora cada vez más”... Julio no pudo acabar la frase. Una violenta sacudida lo hizo saltar por encima de la vagoneta y se hundió en el agua… Sus compañeros veían horrorizados como el agua se lo llevaba y lo engullía... De vez en cuando emergía la cabeza del agua intentando coger aire, pero la corriente lo arrastraba...

…”¡JULIO! -gritaba Diego- baja la cabeza y aguanta la respiración todo lo que puedas… No luches contra la corriente”...

…”¡JULIO, TE AMO, TE AMO. NO ME DEJES!”... Gritaba Ñan. Al ver con desesperación como se lo tragaban las aguas...  Entonces, la mujer se zambulló, al poco tiempo emergió de la superficie del agua, y ante sus compañeros sorprendidos, trazó un arco perfecto en el aire y volvió a sumergirse en  medio de un remolino de espuma... Cuando volvió a aparecer, nadaba con la agilidad propia de los graciosos delfines, con la cabeza Julio bajo su brazo avanzando contra  corriente en dirección a la vagoneta anfibia ... 

Diego y el hombre con la boca cosida se acercaron y unieron fuerzas… Lucharon denodadamente contra el agua para poder salvar a la pareja de las aguas traicioneras... Al final, venciendo la resistencia del  líquido elemento, consiguieron que Julio, sumido en la inconsciencia de los que están a punto de ahogarse,  subiese primero a la vagoneta… Ñan le reanimó practicando la respiración boca a boca. Cuando se recuperó, una pícara sonrisa iluminó su cara al ver tan cerca las bellas facciones de la mujer que acababa de salvarle la vida...

..."Con estas tácticas de salvamento, hasta merece la pena ahogarse, aunque solo sea un poquito"... La chica le sonrió y le volvió a  coger una mano. Después se abrazaron con fuerza, como si la vida les fuera en ello. Ñan sintió los escalofríos y el cuerpo empapado por el agua helada. Y en aquel momento, sólo deseó entregarse a aquel hombre que había aparecido en su vida de la manera más extraña y besarlo intensamente se convirtió en toda una necesidad para poder erradicar toda aquella horrible locura.

Diego y Ñan se midieron con la mirada, en los ojos masculinos pugnaban innumerables interrogantes a los que la enigmática agente de policía tenía que responder. 

..."Soy campeona olímpica"... Se vio obligada a responder.

..."¡ Ya!"... Fue la breve y reveladora respuesta.

..." Tu y yo tenemos que hablar"... Diego no dudaba de sus proezas humanas, pero ella había demostrado una pericia sobrehumana al intentar salvar a Julio... Así, que la mujer peruana evadió la responsabilidad de tener que revelar su secreto y fijó la atención en el hombre que en poco menos de unas horas se había convertido en su razón de vivir...

Las crecidas del rio habían cesado y volvió a convertirse en una balsa de aceite… El grupo se recostó sobre el suelo del vehículo tratando de evitar cualquier pensamiento que les enloqueciera.

El río desapareció y la vagoneta después del remojón quedó inservible. Por lo tanto el tramo final hasta Sacsayhuamán había que hacerlo a pie…

Tras varias horas de caminata extrema, hambrientos, sedientos y extenuados, llegaron a una confluencia de varias cavernas que se cruzaban formando una x… Diego estalló en carcajadas, ante la mirada atónita de sus acompañantes que creían que se había vuelto loco…

…”Amigos, estamos salvados. Esta vez ha ido de un pelo. Ahora nos encontramos a escasos 2 km de Cuzco, en la zona x, donde confluyen las chincanas o cuevas de Sacsayhuamán.. Ahora solo nos queda encontrar la salida”... Una mueca de satisfacción apareció en su rostro, mientras se acercaba a Sacramento y le daba un achuchón que la chica recibió encantada…

La caverna en este punto se volvió más angosta y un desagradable olor a humedad impregnaba el lugar. Como era de esperar el túnel se encontraba desierto.

… “ Si no nos  perdemos, solo nos quedan unos 200 metros hasta la chincana grande, pero como está cerrada al publico,  porque las autoridades han tomado precauciones ante el espíritu aventurero de la gente que no ve peligro alguno y no son pocos los que han desaparecido…Podemos acceder por la Iglesia de Santo Domingo. Y, de ahí hasta el lugar donde se alojan son apenas dos calles. Pero, despertaríamos sospechas, sobre todo si se está celebrando un oficio... Existe otra opción, que para mí es la mejor, y es a través de una entrada secreta a las cuevas de Sacsayhuamán, desde ese punto hasta el centro de la Plaza de Cusco son unos 200 metros"...  

Sin embargo, decidirse por una de aquellas cavernas era difícil... Diego optó por la más amplia. El túnel a partir de este tramo albergaba una serie de construcciones, muy seguidas y comunicadas subterráneamente entre sí y estaban cubiertos por lajas que descansaban sobre pequeños resaltes labrados en los muros. Tropezaron con paredes de piedras puntiagudas que impedían el paso y tenían que deslizarse en zonas de perfil o a gatas. La claustrofobia era un auténtico problema en ese mundo subterráneo, la expectativa de saber que se encontraban en las inmediaciones de la iglesia de Santo Domingo, les daba el ánimo para seguir avanzando.

Los recuerdos de la infancia son más poderosos de lo que creemos sobre todo si te han marcado profundamente. La experiencia mágica de Diego en las cuevas había quedado almacenada en un lugar privilegiado del cerebro de manera indeleble y ahora volvía a revivirla como si el tiempo no hubiera transcurrido...
Por eso recordó vivamente la entrada secreta de la cueva de Sacsayhuamán y la buscó, como si buceara a ciegas en esa cueva del subconsciente que es nuestra mente... 

Vislumbró emocionado un resquicio de luz al final de una cuesta muy empinada... Supo que había llegado a Sacsayhuamán... Levantó la mirada todo lo que pudo y se deslumbró con el chorro de luz que entraba por agujero.  Aquello le pareció más que nunca una ventana, que en este mundo oscuro se abría a la vida.

..."Bueno, amigos, ya hemos llegado a Sacsayhuamán"... Al escucharlo todos se abrazaron entre sí, por fin habían conseguido ganar al infortunio y la oscuridad. 

Cuando salieron a la luz, lo primero que hicieron fue tumbarse sobre la hierba disfrutando del aire y el sol... La hiriente luz les obligaba a tener cerrados los ojos, por eso no vieron la gran  cantidad de grotescas criaturas aladas que volaban en todas direcciones...

Una explosión violenta en el cielo les obligó a abrir los ojos y lo que vieron les llenó de un horror sin límites... Un avión acababa de explotar en el cielo y envuelto en llamas caía sobre los edificios de la ciudad.

..."¡Pero qué demonios ha pasado!". Dijo Eduardo, aterrado ante la escena que se desarrollaba en el cielo.

..." ¿Y esos bichos con alas... Qué son?"... Preguntó Sacramento...

..."¡ Está sucediendo!. Al final no hemos podido evitarlo"... Murmuró con desaliento Diego.

Sacramento con una terrible corazonada se incorporó y salió corriendo hacia una construcción circular de piedra que dominaba todo el conjunto arqueológico y desde la que se divisaba una panorámica completa de la ciudad de Cusco... Horrorizada la vio devorada por incendios, una columna gigantesca de humo ascendía hasta el cielo... Era la imagen de la devastación y la destrucción.

..."Socorro ha llegado"...Dijo Eduardo mientras pensaba en la suerte que habría corrido su amada Irene.¿Se encontraría sana y salva?  Pensaba angustiado ante la incertidumbre de no saber nada de su existencia... 

..." Ya lo puedes decir"... Julio buscó con la mirada a Sacramento, y la encontró arrodillada contemplando en silencio la ciudad ancenstral de los incas.

..."¡Dios mio, qué ha pasado aquí"...Exclamó la muchacha con lágrimas en los ojos...

..."Pues exactamente eso, si crees en la existencia de Dios,  por aplastante lógica se tiene que aceptar la del diablo. Son dos entelequias que se retroalimentan y cuya existencia sólo tiene sentido si existe el opuesto.¿Podría existir la luz sin la oscuridad?No, se necesitan mutuamente para poder existir y cobrar significado. No podría existir un grado comparativo sin hacer valer esa "divina" diferencia"... Le dijo Julio

..."Y, ahora, Ñan, tú y yo tenemos algo pendiente"...Sentenció Diego acercándose a la aludida.

..." También pertenezco al Círculo de los Milagros... Como tú"... Confesó la policía,  para qué intentar seguir ocultándolo cuando se habia convertido en un secreto a voces...

..."¿Eres una yacuruna?"... Preguntó.

..." Puede decirse que sí"... Y, le sonrió.

Comenzaron el descenso hasta la cercana ciudad de Cusco... Primeramente, un camino empedrado señalaba la dirección a tomar hasta la ciudad de los incas. Después, una pista asfaltada en bastante buen estado les conducía en un pronunciado descenso hasta la ciudad, que mostraba una desolada imagen de destrucción.  Pronto, llegaron a una estación de servicio y se encontraron con una aglomeración muy grande de coches, esperando su turno para llenar el depósito con combustible, para posteriormente salir huyendo... Cuando al final alcanzaron la famosa Plaza de Armas se encontraron con un nutrido grupo de gente con clara actitud beligerante ante la negativa de los agentes que integraban un control de tres patrullas de policía, que encañonándolos con las armas le conminaban pacíficamente a que regresaran a sus hogares... Pero la gente se alteraba cada vez más... De pronto irrumpieron en la Plaza un grupo de gente fuera de si, rabiosos y la emprendieron a mordiscos con los allí reunidos... 

Eduardo y sus compañeros se quedaron sin palabras cuando contemplaron aquella barbarie. Cuando descubrieron que aquellos seres enloquecidos habían reparado en ellos, sintieron como un escalofrío lea recorría la espalda y una flojera en las piernas que tenía mucho que ver con el terror...

..."Nos han descubierto"... Gritó Diego..

..."El hotel está cerca... ¡Venga, rápido! "... Eduardo corría hacia la empinada calle que conducía al hotel, seguido por sus compañeros... Llegaron hasta sus puertas, acechados por los babeantes y enloquecidos seres de la plaza, que iban acortando peligrosamente la distancia y ya comenzaban a sentir su olor nauseabundo..

Eduardo y Julio, aporrearon y gritaron con todas sus fuerzas que les abrieran, pero la puerta no se abría.. Y cuando  los endemoniados casi les alcanzaban, la puerta de la pensión de enfrente se abrió de par en par, era una luz en la oscuridad. Cuando, Julio cerró la puerta violentamente y apoyó la espalda contra ella, pudo sentir el impacto de los cuerpos al estrellarse uno tras otro contra ella... Ya más serenados y tratando de calmar sus nervios, descubrieron a la muchacha peruana que les había salvado la vida en el último instante...

Allí, ante sus ojos se encontraba Irene, "vivita y coleando", con una sonrisa de oreja a oreja y una mirada que reflejaba toda la felicidad que sentía...Cuando Eduardo la reconoció bajo la típica indumentaria peruana femenina, no pudo reprimir la intensa alegría que lo embargó y con impulsividad corrió hacia ella, abrazándola con fuerza. Tanta que a punto estuvo a descoyuntarla...

..."Amor, creí morir cuando vi que habías desaparecido... Es increíble que la vida nos haya vuelto a reunir"... Le expresaba con emoción contenida, sin parar de besarla y abrazarla.

..."Si, ha sido muy duro, pero ya todo ha pasado y ahora tenemos que huir... No sé lo que está pasando, pero no es nada bueno"...

..." Es difícil de explicar lo que está pasando... Una terrible pesadilla eso es lo que es... Además Socorro también tiene que estar en Perú"...Le contestó Sacramento.

..."¿Socorro en Perú, por qué?...Preguntó mientras clavaba su pupila en la de Eduardo.

..." Sí, cuando desapareciste, fue lo que hice, llamarla, para ver si nos podía llevar hasta ti... Supongo que habrá llegado, pero no sabemos nada de ella... Tenemos que buscarla."... 

..."Tenéis que saber que Samin es el kharisiri que me secuestró y que tenía planeado realizar un ritual sacrificial conmigo... Pero me escapé... Sin embargo sus secuaces me siguen buscando. Así que no podía regresar al hotel donde nos hospedábamos. Tuve la suerte de encontrar alojamiento justo enfrente y así controlar toda la gente que subía y bajaba por la calle... Por eso, cuando os he visto, sabía lo que tenía que hacer"...

..."Así que Samin es un kharisiri... Ya, lo sospechaba. ¡Habrá que cuidarse de él!"... Murmuró Diego.

..." ¿Y, ahora porque no bajamos y nos damos una comilona, porque tengo un hambre de lobo. Bueno, mejor loba?"... Sacramento se mostró en este caso muy poco prosaica.

..." Sí, comer y un baño reparador"... En este caso era Ñan la que proponía la cuestión... Todos sus amigos le dirigieron una mirada pícara.

Sin embargo, Socorro no estaba muy lejos de ellos  y pronto tendrían ocasión de  comprobarlo.




Comentarios

Entradas populares