LA VIRGEN ALCALDESA, VIAJE A MACHU PICCHU XIV



Las autoridades policiales se dirigían a la ciudadela por la escalinata excavada en la roca. Después, alcanzaron el sendero pedregoso que se abría entre la maleza. Descubrieron con desaliento que el camino seguía subiendo, para volver a descender. En este punto les envolvió la oscuridad del bosque circundante. Siguieron el curso del río que se volvió muy caudaloso y se despeñaba salvaje entre las piedras...Con los pies ardiendo y doloridos  consiguieron acceder a la ciudadela, pero totalmente extenuados. Los porteadores siempre tan amables les ofrecieron una bebida refrescante y tan efectiva que parecieron revivir. 

Cuando llegó el momento de interrogar a los testigos, perplejos descubrieron que se trataba del mismo grupo que sufrió el “sospechoso” ataque de JARJACHA en el "paso de la mujer muerta"

 …”Desgraciadamente, volvemos a vernos"... Les dijo el inspector jefe con expresión seria, mientras sacaba un cuardenillo donde pensaba ir anotando sus declaraciones.

..."Mi mujer desapareció ayer noche, justo en el momento en que me separaba de ella para ir  en busca de una botella de champán para celebrar nuestro casamiento"...Eduardo contempló la cara de malas pulgas del policía y los fríos ojillos y pensó que el hombrecillo lo considerable culpable.

Sacramento que le conocía sabía perfectamente qué es lo que estaba pasando por la cabeza de su amigo.
..."¿Se encontraban ustedes solos? Insistió el inspector.
..." Sí, completamente solos. Todo el mundo estaba en su tienda de campaña. Y, nosotros.... quisimos disfrutar de la maravillosa estampa nocturna que ofrecía esta ciudadela"...Balbuceó dominado por la emoción...
..."Subteniente, sobre lo de pernoctar en esta ciudadela, tenemos que hablar largo y tendido"... La amenaza velada quedada suspendida en el aire"... 
..." ¿Y, cuando regresó, la buscó? Reanudó nuevamente el interrogatorio.
..."¡Claro que la busqué, y me desesperé cuando vi que no la encontraba"... Un escalofrío subió y bajo por la columna vertebral de él.
..."¿Vio usted del anónimo, en algún momento? Continuó el inspector. 
..."¡NO! Fue la agente Ñan quien dio con él"...Fue la categórica y radical respuesta.
..."Y, por último.¿Sabe quechua? Preguntó levantando una ceja el "Poirot" del altiplano.
Eduardo contestó negando con la cabeza, realizando ímprobos esfuerzos por no agarrar del cuello al policía.
Después formuló la misma pregunta a sus amigos y recibió idéntica respuesta.

..." Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para encontrarla... Ya pueden retirarse, que hemos terminado"...Eduardo siguió mirándolo, sin inmutarse. Sin embargo, interiormente ardía de rabia e indignación.

La zona fue acordonada y se procedió a realizar las primeras investigaciones. Empezando por una inspección exhaustiva de la zona. Ñan se reunió con su superior en cuanto tuvo ocasión para colaborar en el caso y aportar información. 

 … “Antesdeayer, dos turistas ingleses fueron despeñados y ahora la extraña desaparición de otra turista, que parece que se la haya tragado la tierra… Y, como única pista -Ñam aprovechó para entregárselo- Un anónimo que no tiene ni pies ni cabeza, que me parece que no tiene otro objetivo que el de desviar la atención. Da qué pensar, ¿No le parece subteniente? 

 …” Sí, señor”... Y seguidamente la aludida procedió a darle todo tipo de detalles concernientes a la desaparición.... 

Mientras contemplaba detenidamente el anónimo, la expresión facial del policía era indescifrable, al final reconoció que no sabia quechua

... “Cuando la piedra divina pierda su sombra… La mujer será sacrificada”... Le tradujo Ñan. 

 …”Este tipo de mensajes me crispan los nervios…. ¿Una piedra que pierde su sombra?’ ¿Qué clase de tontería es esta?. 

 …”Señor, no es ninguna tontería. Es un indicio del lugar donde se producirá el sacrificio y esa piedra sin sombra que menciona, es la intiwatana, la piedra de Machu Picchu”... Contestó la agente. 

 … “Teniente, que bien informada está usted y que inteligente- el inspector intentaba ser irónico, pero sus palabras no podían ocultar la inferioridad que sentía con respecto a su subalterna. Usted se ha convertido en un testigo involuntario de los hechos… Cuénteme todo lo que sepa"... 

 …” Poco más hay que contar, la mujer desapareció durante la noche, en un momento en que el marido se separa para volver a la carpa en busca de una botella de champán para celebrar algún festejo entre ellos. Después de todo son unos recién casados en el viaje de su luna de miel”… 

 …”Da qué pensar, ¿No, subteniente? Puede estar detrás del secuestro, el kharisiri”... La agente Ñan conocía a su superior y sabia que el no creía en esas cosas.. Asi que pensó que con toda probabilidad la estaba poniendo a prueba. Al ver que la muchacha no le contestaba prosiguió.. 

 …”Será un fantasma con malas intenciones”... Le dijo arqueando una ceja"… Ñan persistía en un silencio que crispaba los nervios del hombrecillo… 

..." Ahora, dígame, ¿ Está al corriente de  que no se puede acampar en los recintos arqueológicos?.. La reprimenda solo consiguió acentuar la rebeldía de la muchacha, muy encendida por el abandono e indefensión que se habían visto obligados a padecer con los recientes hechos.
..."Pues, mire, señor, si que estoy al tanto, pero después del feroz ataque de Jarjacha, estimé oportuno pasar noche en un lugar con más visibilidad y por tanto más seguro... En cuanto a lo de no respetar la ley, le diré, que no hay nada más ilegal que utilizar a personas como animales de carga, y eso no lo penaliza nadie... Ni siquiera Estrasburgo... Así que me va a perdonar, pero cuando esto acabe, presentaré mi dimisión, porque como usted dice... ¡ESTO DA MUCHO QUE PENSAR! o mejor dicho ¡ESTO APESTA!"... El hombrecillo se quedó con la boca abierta y si saber qué decir... Era demasiado aquella muchacha.

..."¡ Qué preciosa mujer, tiene los ovarios muy bien puestos!"...
Julio que se sentía secretamente atraído por la intensa agente peruana, su  serena belleza racial le tenía completamente sorbido el seso.
..."Si dimite ya encontraré la forma de que se venga con nosotros a Jaramillos"... Pensó, mientras la contemplaba con una rara fijeza que no escapó a los ojos de la mujer.

…”Será mejor que nos unamos a los compañeros en la búsqueda, haber si conseguimos alguna prueba más. Porque el caso se coge por los pelos.Y, después haremos un careo con el marido.”... Se callo y resopló, hablaba con tanta seguridad que la agente se inquietó. 

 Los agentes de policía siguieron recorriendo durante horas las ruinas llenas de misterio, leyendas, historias y sonidos de la naturaleza. ..Y, no encontraron ningún indicio que pudiera llevar hasta el paradero de la desaparecida…. 

 El viaje infernal  de Irene acabó de golpe. Fue bajada del carro a trompicones… En ese momento, le destaparon la cabeza y pudo contemplar lo que tenía ante sus ojos…Aparte de los secuestradores cubiertos con pasamontañas, se encontraba en un túnel angosto, delante de una maciza y brillante puerta a la que las antorchas que colgaban de la pared, arrancaban destellos. La mujer comprendió que se trataba de oro macizo.  Cerca había una grieta que se abría en el suelo del túnel. Un repugnante olor a podredumbre y descomposición emanaba del agujero inmundo. A su alrededor crecía una efervescencia de repugnante apariencia. Era una asquerosa capa de moho que enrarecía aún más el ambiente. El gigantesco portalón se abrió de repente, con el estrepitoso chirriar de sus goznes. Tras un abrupto descenso, Irene y sus captores penetraron en una gran sala subterránea de imponentes muros. El techo parecía estar a una altura considerable y en el centro del mismo, existía una curiosa piedra trapezoidal, de uso desconocido. Unos nichos excavados en la pared contenían unas estatuas que Irene no sabía identificar, ya que no parecían representar a ningún inca y aparecían ataviados con una extraña indumentaria ... Las piedras habían sido talladas con precisión y aparecían perfectamente encajadas, exactamente igual que en las ciudadelas que aparecían en la superficie. Túneles sumidos en la oscuridad y escalones semiderruidos desembocaban en la Sala Subterránea. Eran los pasillos que conducían a lugares legendarios vetados a la humanidad. Irene fue arrastrada violentamente por la oscuridad sin otra orientación que las voces que hablaban una lengua extraña… 

Sintió con angustia como se cruzaba con una oleada de ratas y percibió  la desagradable sensación del roce de su pelambrera contra sus piernas y sus chirridos desquiciantes… 

 Irene lloraba entrecortadamente, y el miedo la hacia estremecerse de terror. Intentó forcejear con sus captores pero era imposible. Cada vez que intentaba debatirse, sentía recrudecerse la férrea presión de los brazos de los hombres, que prácticamente la llevaban en volandas. Descendieron por la escalera de caracol adosada al muro. Perdida en sus meditaciones, que a veces rozaban la locura, trastabilló varias veces y a punto estuvo de caer rodando. Al final llegaron hasta una puerta que curiosamente permanecía abierta, como si estuviera esperando a su huésped… De un violento empujón la introdujeron en el interior y después cerraron la puerta. No entendía, no se daba cuenta de lo que estaba pasando, ni siquiera podía imaginarlo… Tenía la convicción de que aquello no iba a acabar bien y que posiblemente estaba viviendo los últimos momentos de su vida… Pero desde luego no iba a ponérselo fácil. Se prometió dejar calvo y sin dientes a más de uno con sus propias manos…Cuando se encontró sola  echó una ojeada a su alrededor y se desmoronó por completo.

Recluida en el estrecho y lúgubre habitáculo. La angustia de sentirse prisionera le provocó una náusea. Su encierro agravaba su sufrimiento, y de haber sufrido claustrofobia le habría sido imposible controlar sus emociones. De pronto, escuchó un gruñido demasiado terrorífico y familiar  y se quedó quieta y envarada, con los nervios a flor de piel, y luego la ansiedad comenzó  apoderarse de ella. Comprendió que la presencia de Jarjacha en el Camino Inca no era casual... 

Si sus captores se creían que no iba a oponer resistencia, estaban equivocados... Iba a luchar con uñas y dientes.

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