En esta segunda entrega sobre la enfermedad mental de mi madre os quiero hablar de los primeros síntomas que manifestó...
En realidad fue muy evidente, las cosas sucedieron de la siguiente manera:
Poco tiempo después de fallecer nuestro padre, mi madre nos decía que lo veía atravesar el pasillo, con total nitidez... Pero, la verdad es que todas, ella y nosotras, estábamos tratando de recuperarnos del bloqueo emocional que se apodera de ti cuando pasas por el doloroso trance de sufrir la pérdida de un ser querido... En realidad, todas sufríamos algún tipo de trastorno y mis sueños, muy angustiosos, acaparaban toda mi atención, porque eran muy extraños(la mayoría aparecen en otra publicación de este mismo blog) e inquietantes, en todos aparecía la figura de mi padre, siempre enfermo, pero que convivía con la enfermedad perfectamente, hasta que un día se despidió de mi en uno de los sueños... Pues eso, que en mayor o menor grado, todas experimentábamos semejantes alucinaciones, estoy segura que eran fruto del dolor psíquico...
Pero hace unos 7 años, en una alegre celebración navideña con la familia, mi madre comenzó a hablar de una miembro de la familia, que curiosamente había compartido con nosotros aquel festejo, era una prima hermana. Nos dimos cuenta de que estaba un tanto confusa ya que confundía los respectivos parentescos entre su prima e hija... No le concedimos la mayor importancia ya que pensamos que quizá esa ofuscación se debía a lo copiosa que había sido la comida y a haber ingerido alguna bebida, tal como suele suceder en esas circunstancias especiales que, unido a los medicamentos que tomaba habitualmente, igual le había provocado algún tipo de aturdimiento... Sin embargo, la preocupación ya estaba presente y al cabo de unos días le volvimos a preguntar lo mismo, y por su contestación comprendimos que aquello era serio ya que persistía en su confusión.. Pensamos en decírselo a su médico de familia, pero la doctora lo atribuyó a los problemas propios de la edad...
Sin embargo, sería al cabo de dos o tres años, cuando sus problemas de memoria se agudizaron, porque empezó a decir que tenia 79 años en lugar de los 80 años que ya tenía cumplidos. Parece una tontería ¿Verdad?, pues no lo es. Todos pensábamos que era un pequeño detalle de coquetería en una octogenaria, que se resistía a asumir que ya había cumplido los ochenta. Eso era lo que pensaba su doctora de familia y sus hermanos. Pero, el verdadero problema era que mi madre no sabía la edad que tenía... Posteriormente, comenzó a presentar problemas de movilidad, torpeza al andar. Sufrió un accidente doméstico y se rompió la cadera... Quedó completamente paralizada. Un año tardó en recuperarse, pero viejas dolencias de espalda agravadas con la caída, la imposibilitaron. Y, siguió padeciendo dolores durante otros tres años...
Esta situación influyó en el desarrollo y avance de su enfermedad, y las viejas lagunas mentales que existían en el pasado, seguían persistiendo. Ahora aparecían olvidos con respecto a algunos miembros de la familia anteriormente citada y con los que aparentemente existía una buena relación..
Nosotras y sus hermanos, conjuntamente, tratábamos de sacarla de su ceguera intentando explicárselo lo mejor posible, y aunque ella no había olvidado que nació en el 1935, era incapaz de asumir sus 80 años ya cumplidos. Ella que seguía en "sus trece", confeccionaba unas sumas interminables, tratando de rebatir nuestros argumentos, pero siempre llegaba a lo mismo: aún no había cumplido los 80.
Durante 2 años mi madre no cumplió años, se estancó en los 79 y de ahí no la sacaba nadie. La doctora de cabecera no la tomaba en serio, pensando que eran los típicos "chocheos" de la edad.
Después de sufrir una Gripe A, una legionela, que al parecer había eliminado su organismo de manera natural y una neumonía, posiblemente todo relacionado con el mismo cuadro de infección y pasar por el doloroso trance de prepararnos para su fallecimiento inminente, mi madre mejora y le dan el alta.... Pero, no acaba de recuperarse ya que su estado de salud se encuentra muy desmejorado...
En este momento, empeora muchísimo, tanto, que sufre trastornos del sueño, en este punto, mantiene auténticas conversaciones dormida y tiene agitados sueños, padeciendo episodios de alucinaciones y delirios.... Comentamos la situación con la enfermera y se habla de hacerle unos test para diagnosticar la posible enfermedad neurodegenerativa que, posiblemente, le esté afectando.
En esta fase, manifiesta actitudes muy agresivas con respecto a miembros de la familia con los que ha tenido algún tipo de problema. Ante el hecho, nosotras, conciliadoras, tratábamos de dar explicaciones sobre su estado mental, comentando la situación y pidiéndoles que fueran comprensivos con ella. Algunos lo comprendieron, y otros no tanto, y ahí sobrevino el drama.. Una disputa con un familiar la alteró hasta tal punto, que no pudimos evitar las nefastas consecuencias: un ictus devastador que arrasó por completo toda su conciencia y la desconectó de la realidad. Durante cuatro días vivió en una pesadilla constante, sufriendo todo tipo de alucinaciones visuales, auditivas y olfativas ...
El Hospital de San Pablo se preocupó por su caso y la incorporaron a un grupo reducido de personas aquejadas con su misma enfermedad...
En una de sus primeras visitas con el neurólogo tenía que hacer un test para evaluar su estado.... Una buena sorpresa me llevé ya que para mi también había otro y tuve que realizarlo fuera de la consulta. Doce páginas con unas preguntas que me ponían los pelos de punta... Confiada como iba, ni siquiera llevaba las gafas de lectura así que me vi y deseé para hacerlo.. Y, para más "inri" con algunas preguntas me hice un lío marcando varias casillas. El cuestionario era demasiado general y dudaba... Cuando tuve que explicarlo, mi madre, que supuestamente está sorda, pero a veces parece que tiene antenas por oídos, no se le escapó una y casi le dio un parraque cuando me escuchó decirle a la enfermera:
..."Mire, no sabía qué marcar en el apartado que trataba sobre la irritabilidad del paciente, porque ella siempre ha sido muy testaruda y nunca se ha dejado manejar"...
Pues eso, hay que ir con pies de plomo con este tipo de enfermos. Sin embargo, una vez diagnosticados correctamente y tratados pueden mejorar.... La preocupación es grande, porque sabemos que es una enfermedad incurable, sin posibilidad de recuperación... Pero siempre existe un lugar para la esperanza....
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