Socorro Eterno quedó tan cautivada de "Machu Picchu", que despertó en ella el anhelo de ir en busca de la sagrada ciudad perdida de los Incas… Como comprendía que era un deseo imposible se contentó con ir visitando la maravillosa biblioteca del Ayuntamiento… Atrapada por ese olor añejo que despiden los libros, la realidad es que cuando se fue a dar cuenta no podía vivir sin tener uno de esos vetustos ejemplares entre sus manos… Y, con ello creció su obsesión por la imponente belleza de las ruinas ancestrales. Poseída por una insaciable sed de conocer todas las historias y viejas leyendas que rodeaban los remotos vestigios arqueológicos. Se sentía tan inmersa en ese mundo atávico y lleno de magia que por un momento temió perder el hilo de la realidad y ser presa de una intensa evasión mental, pero esa misma maravillosa ensoñación provocaba en ella una tendencia que conducía al escapismo y eso le impedía concentrarse en la lectura.
Atormentada por el hecho de saber que ella no dejaba de ser una mujer ignorante, perteneciente a un pasado tenebroso que la limitaba y condicionaba. Pero, aún y así, decidida como era, sabía que tenía que seguir adelante, siendo plenamente consciente de que aunque por mucho que se lo propusiera, jamás podría llegar a ser como los demás, dos o tres siglos de historia se lo impedían… Tampoco lo pretendía, además su vieja venganza todavía no estaba cumplida, era algo que existía y no podía ignorarla ya que las heridas de su alma jamás desaparecerían, siempre las llevaría consigo…
Pese a sus propias limitaciones tomaba decisiones importantes, y entre ellas, la de la reforma agraria, que aunque era una competencia que no le incumbía prosperó gracias a la respuesta vecinal y a la gran influencia que ejercía sobre la pequeña comunidad de Jaramillos.
En aquel momento, se encontraba en la biblioteca ojeando una enciclopedia, informándose sobre Machu Picchu, cuando los goznes quejumbrosos de la puerta sonaron, arrebatándole la soledad y la poca tranquilidad de la que disponía… Socorro miró con enojo hacia la puerta, y se encontró con el edil que se acercaba dando grandes zancadas y lleno de preocupación…
…”Señora, una llamada Internacional desde Perú”... Le dijo el joven, mientras le tendía impaciente el teléfono..
No entraba entre sus costumbres utilizar el teléfono, ni siquiera sentía un mínimo de curiosidad… Ella que había venido del pasado, era algo que no comprendía demasiado bien, no acababa de asimilar que aquel artilugio hablara y con solo acercárselo a la oreja se pudiera escuchar cualquier voz… Aquello sí que parecía cosa de brujería…
Así que cogió el celular con desagrado, como si le quemara… El edil le hizo un gesto indicándole que debía acercárselo al oído si quería escuchar el mensaje que le querían transmitir…
…”Diga..” Renuente, Socorro se puso al teléfono y contestó de manera escueta a la pregunta. Escuchó atentamente y al principio no reconoció la voz de la persona que le hablaba al otro lado de la línea.
…”Hola Socorro, soy Eduardo, te llamo para darte una mala noticia, Irene ha desaparecido… Hemos dado parte a las autoridades, pero la busqueda ha resultado inútil, no aparece por ninguna parte… Te ruego que vengas lo antes posible… Nosotros mismos te compraremos el billete aquí -Eduardo hablaba sin parar, como si quisiera evitar que ella se negara- Si no te encuentras preparada para ir sola al Aeropuerto, puede pedir ayuda a cualquier funcionario del Ayuntamiento, que seguro se mostrará encantado de ofrecerte su ayuda…Volveré a llamar, para ultimar detalles. No tardes, te esperamos, eres nuestra esperanza...”...
Cuando se cortó la comunicación, Socorro estaba pálida por la impresión, conocer la desaparición de Irene, con la que tiene un vínculo especial, la sobrecoge. En ella se producen dos dilemas, por un lado comprende que su deseo de conocer el Machu Picchu esta a punto de convertirse en realidad y eso la llena de gozo, pero la atormenta la posibilidad de realizar un viaje de tal envergadura sola, ella no se frena ante nada, pero este viaje la llena de zozobra, se siente impotente y piensa en la posibilidad de negarse, pero seria lo mismo que abandonar a sus amigos a su destino, y eso es como traicionarlos… Así que no duda, tiene que ir.
La idea de viajar por medio mundo sola le impone de tal manera que cierra los ojos angustiada y piensa que quizá no sea tan “peregrino” encaramarse de nuevo en el pedestal y encasquetarse la corona de rayos, un peso liviano comparado con aventurarse a lo desconocido cruzando miles de mares....
La virgen alcaldesa vuelve a recabar la ayuda del joven edil, que se ofrece todo solícito. Viajan hasta la capital y allí se adentran en el mundo consumista y lucrativo de las grandes boutiques de moda... Él se encarga de modernizar su aspecto, con un corte de pelo más actual y elige la ropa más adecuada que debe incluir en su equipaje… Socorro no pone objeciones… En ese momento, se cruza con una joven siniestra, la boca y los ojos intensamente perfilados en negro, un collar de perro que rodea su garganta y las cuchillas de afeitar que cuelgan sobre sus esbeltos hombros, acaparan su atención… Socorro que no es precisamente un ejemplo de discreción se queda mirando a la joven con poco disimulo…
El edil piensa:
…” Esta mujer no tiene arreglo, es un problema andante”...
…”Bueno, Socorro ya tiene un vestuario más o menos acorde a nuestro tiempo”... Socorro contempla sin un atisbo de emoción en su rostro, la nueva mujer en que se ha convertido”...
Después de comer y dormir la siesta, la mujer vuelve a salir con rumbo desconocido. ¿Sus intenciones?, todo un misterio por descubrir?....
Llega la hora de la partida hacia el Aeropuerto y Socorro se presenta…¡Y, cómo!
…”¡OSTIAS!”...Fue todo lo que pudo pronunciar Eladio Mancebo.
El edil no daba crédito a lo que veían sus ojos.
El aspecto serio y formal no iba con Socorro porque había decidido prescindir del porte aústero y serio de los representantes del estado y había optado por una indumentaria más desenfadada… Eladio contempló con ojos como platos a una Socorro nueva, diferente, transgresora, en definitiva, antisistema…
La virgen alcaldesa, en funciones, se había engominado el cabello y lo llevaba todo de punta… Se había pintado ojos y boca intensamente de negro y se había puesto polvos de talco en la mejilla creando un efecto cadavérico, muy logrado… De sus orejas colgaban dos gigantescas cruces de Caravaca que reposaban sobre sus hombros… Completaba el atuendo, una camiseta escotada negra y una cazadora de cuero con tachuelas… Unos pantalones tejanos pitillo y unas botas militares con puntera de acero, de esas que te dan una patada y te tienes que poner un injerto de piel…
…”Mancebo, sea sincero, qué le parece mi atuendo…¿Hago el ridículo?. ¿Es demasiado atrevido, quizá?
…”Bonitos pendientes”.. Fue el diplomático comentario que escapó de la boca del Edil y al escucharlo, Socorro no supo qué pensar..
A primera hora de la mañana, Socorro y su chófer partían rumbo al aeropuerto…
…” Como se suele hacer en estos casos, primero nos acercaremos hasta el punto de información de la agencia de viajes para comprobar si todo es correcto, después facturaremos el equipaje...Que espero, sea totalmente gratuito"…
El trayecto hasta el Aeropuerto duró 1:30 minutos, en los que Socorro no pronunció una palabra. Estaba aterrada.
Cuando por fin llegaron, presurosos se acercaron hasta el punto de información, que les derivó hacia la agencia de viajes que se supone Eduardo debía haber utilizado para expedir el billete de avión, en Perú… Tras unos minutos que se hicieron eternos, al final apareció. Tras dar las gracias se acercaron hasta el mostrador de facturación. No había cola, como ellos esperaban, pero en el mostrador de al lado se encontraba otra pareja también realizando la misma tarea… Hablaban un poco fuerte, quizá por los nervios que se apoderan de todo el mundo cuando se acerca la hora del embarque y tenemos la sensación de que vamos a llegar tarde. Ellos debían de ir en el mismo avión que Socorro pues hablaban de Cuzco…
..”Socorro, ese matrimonio también va a Cuzco, es el mismo, porque al parecer ahora sale sólo uno en esa dirección. Así que les puede seguir en todo momento, tenga cuidado de no perderlos de vista y así no tendrá problemas”…
Socorro siguió al matrimonio hasta el control de seguridad y pasó sin demora, en dirección a su puerta de embarque… En ese punto, Eladio se despidió de ella, con un fuerte apretón de manos y le dirigió una mirada conmiserativa. Sería que no debía de estar muy convencido de que la mujer llegara a su destino…
Socorro se despidió diciéndole adiós con la mano y luego se fue tras la pareja, que ya empezaba a dirigirle miradas de desconfianza…
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