miércoles, 21 de diciembre de 2016

ICTUS

"Cualquiera que despierto se comportase como lo hiciera en sueños sería tomado por loco"

Sigmund Freud



Contemplo desde mi cama como acaban de traer a otra desgraciada que, sin lugar a dudas, correrá la misma suerte que yo… Ocupa silenciosamente la otra cama. Mantiene la cabeza ladeada, seguramente ha debido de sufrir los estragos de un ictus más fuerte que el mio. Una rápida mirada me basta para comprender que a las dos nos aguarda un triste destino...


Estoy atrapada entre estas cuatro paredes y no entiendo qué hago aquí si estoy bien, no tengo ninguna enfermedad, ni siquiera me encuentro mal. Dicen que hablo mal, pero no es verdad, solo es la excusa perfecta para tenerme encerrada en este horrible lugar.

Soy objeto de una conspiración que han tramado contra mí mis hijas, puedo ver en los ojos tristes de la mayor la firme decisión que la ha llevado a pactar con esas personas mi confinamiento en esta institución, con aspecto de castillo embrujado...

Estoy aterrada, en la siniestra habitación donde me encuentro no dejan de entrar personas extrañas que vienen con la pretensión de controlar mis constantes vitales, pero me niego y con la fuerza de mi pensamiento inutilizo todos esos artilugios electrónicos de última generación. Descubro la consternación en los atractivos rostros de las muchachas al descubrir la pantalla del monitor en negro, parecen más muertos que yo, igual que el encefalograma plano que me han hecho. ¿Será que ya estoy muerta? Y, me encuentro en algo parecido a un purgatorio…

No, no estoy muerta, me están drogando poco a poco, tratando de anular mi voluntad, pero no soy tonta y finjo que me tomo la medicación… Sin embargo, no puedo engañar a mi hija, es lista como el demonio y mala, malísima, se ha dado cuenta de que oculto las pastillas entre las manos y me obliga a tomarlas… Con impotencia y con los ojos llenos de lágrimas me las trago, sé que me quieren asesinar y mi hija se ha convertido en cómplice de esos crueles asesinos….


En vano intento rechazar la cena, seguro que está envenenada, pero aún así mi malvada hija me obliga a comer, me dice, la muy falsa, que si no como me debilitaré y no saldré del Hospital…


¿Qué hospital, esto no es ningún hospital? Sé perfectamente que me encuentro en uno de esos lugares donde la gente fallece en extrañas circunstancias y nadie investiga, porque no tienen parientes que reclamen…


Estoy avisada, me cortarán el cuello… Siento el paso de las horas como algo interminable. Y, la angustia me devora por dentro tanto, que no sé en qué momento del día me encuentro… Mi mente es un completo caos...


Se acerca la noche y dirijo una mirada al gran ventanal que se abre a mi izquierda, pese al pánico que siento no puedo dejar de apreciar la imponente belleza nocturna que se abre ante mis ojos. Es la imagen más inaccesible de una Barcelona que siento más lejana que nunca… Es una visión que difícilmente olvidaría si no fuera porque sé que mi muerte está cerca.


Voy a morir, pero antes quiero dejar constancia de mis “últimas voluntades”, no quiero que la arpía de mi hija disfrute todo lo que he ido ahorrando durante mi vida con el sudor de mi frente… Sin embargo, sólo es un vago pensamiento que no toma forma ya que no lo expreso en voz alta…


Llega la cocinera y se propone mirarme la tensión arterial, pero se lo impido con firmeza, incluso con violencia, tanto que al final se va…

Muere el día, llega la noche y mis hijas me abandonan, y yo me quedo sola, tengo la certeza absoluta de que esta noche me espera un horror sin igual, pues las muy traidoras se han ido con los que me quieren asesinar. Pero, no se lo voy a poner fácil…


Estoy pensando en la forma de huir de esta horrible casa, cuando miro con horror como irrumpe una mujer que no conozco de nada, en la habitación…


...·”¿Querrá un vaso de leche caliente luego más tarde? Me pregunta con fingida candidez... Pero no van a acabar conmigo fácilmente, voy a ofrecer una resistencia poco común…


Las luces se apagan de golpe y siento como mi corazón se desboca en mi pecho, casi me ahogo… Y, contemplo horrorizada como la puerta se ha quedado abierta, tengo que cerrarla con dos llaves, para impedir que nadie entre en la habitación y me mate… Así que me levanto…


…” Voy a cerrar la puerta”... Es lo que digo, pero mi intención es fugarme, y eso es lo que debe pensar el acompañante de la muchacha que comparte la habitación conmigo ya que sale corriendo detrás de mí tratando de detenerme…

Consigo llegar a un pasillo muy largo, muy iluminado, pero lleno de gatos negros, parece que rodean a un hombre excesivamente delgado, vestido de negro, estoy segura que ese hombre es el que me tiene que matar.  Cuando los felinos me descubren vienen corriendo y me rodean, siento sus inquietantes ojillos clavados en mi persona. … En eso se acercan 6 mujeres y entre todas tratan de meterme de nuevo en la habitación… Consigo distraerlas y me escabullo. Aunque todavía me siento aturdida y noto flojedad en las piernas, pero pronto me alcanzan, su fuerza y violencia es tal que me defiendo con uñas y dientes.


…” ¡Qué bestia, qué salvaje, por Dios, de dónde saca tanta fuerza!... Escucho a las mujeres gritar, mientras cojo a una y la agarro del pelo, cuando abro las manos descubro un mechón entre mis manos”... Forcejeo con ellas tratando de desasirme. Entre todas me vuelven a meter en la habitación, pero lo que veo ante mis ojos es una inmensa pradera, en ella se encuentra la cama con mi compañera de habitación y su acompañante. A lo lejos, distingo mi cama, parece resplandeciente, pero mi terror va en aumento, sobre todo cuando veo que entre todos me oprimen con fuerza y me arrastran hasta la cama. Una vez en ella, me amarran con fuerza las manos a la baranda y ciñen, con una correa, mi cintura al colchón, imposibilitándome. Es un suplicio, no dejo de gritar y de intentar arrancarme las ligaduras, pero lo único que consigo es arrancarme la vía, la sangre brota de mi artería como si fuera un surtidor y se acumula en el suelo, mis ojos la contemplan con espanto. Después miro como hipnotizada el chorro de sangre que ha salpicado una cortina y mi mente se pregunta qué hace una cortina en el campo...

Inexplicablemente, me vuelvo a encontrar en la  habitación, que ahora se encuentra llena de gatos negros que pululan por todas partes, unos se meten debajo de las camas y otros se encaraman encima de mí, situándose sobre mi pecho, fijos sus brillantes ojos en mi persona… Grito con desesperación, "que me quiten de encima los gatos, que casi me están ahogando", pero las mujeres dicen que no hay gatos, que todo son alucinaciones y delirios…

De pronto noto como me apuñalan entre varios, empleo toda mi fuerza en intentar arrancarme esa correa que me oprime con fuerza por debajo del pecho y que casi me asfixia…


… “ Tranquila, que solo le estamos poniendo una inyección”... Me dice la mujer, mientras sigue apuñalándome, inmisericorde…

Al final siento que el cansancio me domina y poco a poco lo veo todo borroso. Antes de desvanecerme, veo un gato negro gigantesco en la puerta que me contempla fijamente, no sé porqué, pero me recuerda a mi hija”...


La mañana llega y consigo despertarme, sigo atada, entonces aparece por la puerta mi hija, se sorprende al verme atada.


…” ¿Cómo es que estás atada, les has dado guerra a las enfermeras?.. Le dirijo una mirada airada, pero me controlo, quiero que me quiten las ataduras...

Mi hija abandona la habitación y la veo hablar con la mujer que lleva el carro, en el exterior…


…”Esta noche ha tenido un brote psicótico y la hemos tenido que atar”... Como si temieran que las escuchara, ahora hablan en un tono muy bajo. Pero no me engañan, sé que todo es una burda comedia. Durante la noche, las nazis que me han atado a la cama y entre los gritos, he podido escuchar como se decían entre sí que me iban a cortar la cabeza...

Mi hija calla, y cuando se reúne conmigo, compone una mirada sonriente, una falsa inocencia ya que sé que se ha compinchado con mis asesinos. También puede ser muy persuasiva si quiere, y con muy buenas maneras me obliga a tomar las pastillas, intento no tomarlas, pero no consigo engañarla.

..." Mira, esto es ácido fólico, y éstas otras, son las que te tomas en casa... ¿Es que no confías en mi? Me pregunta, mientras va señalando las pastillas una por una. Su rostro compone una imagen de inocencia que si no supiera lo que se trae entre manos, casi que me convencería..

Después me baña, refunfuño todo el rato, pero ella llega hasta el final… He pasado mucho frío…

..."¡Qué pelos de bruja llevas, podrías hacerte una cola!"...Le recrimino, como siempre... Tiene fijación con llevar el pelo suelto, pero cuando se lo recoge, le sienta muy bien... Todo el mundo se lo dice, pero no hace caso a nadie...

Obligo a mi hija a que oculte todas mis pertenencias en el armario. A regañadientes, me obedece, cierra la puerta y me entrega la llave cuando se la exijo...

..."Aquí entra demasiada gente y no toda es buena, hay que tener cuidado"... Después se acerca y se sienta en el butacón que hay al lado de mi cama, me mira con tristeza. Seguramente son los remordimientos que siente por haber dejado entrar a los hijos de mi compañera de habitación en casa….

Sin embargo, converso con ella y le digo que en el exterior hay alguien clavando clavos en una caja de madera. Le digo que vaya a mirar que es lo que están haciendo…

…."Mamá, en el pasillo no hay nadie clavando clavos en una caja"...Sólo están las enfermeras repartiendo la comida”...

Escucho como se ríe mi compañera de habitación y pienso, ¿por qué se ríe? Mi hija no corea sus carcajadas…
...·” Mamá de qué cajas hablas”.... Me pregunta.

..."Mira que eres tonta, pues de qué cajas voy a hablar,  … DE nuestros  ATAÚDES…Y, que sepas que en un piso que hay a la derecha de la torre Agbar"- Le digo mientras señalo el famoso edificio, que no puede ser más feo, al otro lado del gran ventanal que da vida a la triste habitación- hay una fogata encendida, allí es donde queman la ropa de los enfermos que quitan de en medio… Y, por la noche se enciende una luz en el pirulí, esa es la señal que indica al hospital que me tienen que matar….

..."Mamá, eso no es una fogata. Es un toldo naranja que ondea por el viento"...

Mi hija fantasea, pero no le llevo la contraria....


Mi compañera vuelve a reírse, esta vez con más ganas…Por la expresión que veo en el rostro de mi hija, comprendo que no me cree.. Aquí nadie me cree, deben pensar que estoy loca…

Entra un enfermero, es grande como un armario, y lleva oculta la mano con la inyección letal que me tiene que poner.

Le digo que quiero dejar constancia de mis últimas voluntades, y que si me tienen que matar que lo hagan después de la cena y después por la mañana lo que se encuentren…


…”Esa inyección aquí no se pone. En USA. sí, pero aquí no. Ahora tengo que pincharle, pero son vitaminas, concretamente vitamina B12”.. Trata de ser convincente. Pero sigo sin creerle.

…” Ya verás mañana” Le digo a mi hija, mientras trato de contener el intenso dolor que me produce la inyección…


….” Esta va a ser mi última comida y tiene que ser contigo”... Le digo a mi hija que encaja mis palabras con frialdad.


..” Es verdad, eres mala,  y no tienes novio porque eres una amargada… ¿Sabes una cosa siempre he sabido que no estabas bien de la cabeza y la gente decía que había algo raro en ti?...

…”Me voy y no voy a volver más”... Me dice y parece enojada, después llama por teléfono a su hermana. Aunque habla en un tono muy bajo, consigo escucharla...


…”Antonia ven pronto, porque no aguanto más, se está metiendo conmigo todo el rato y si sigue así le va a dar otro brote psicótico”... Tras escuchar unos segundos vuelve a colgar… Se mantiene apartada, como si no quisiera nada conmigo… Parece enfadada...

Mi hija pequeña tarda un poco en llegar... Veo como se abrazan las dos hermanas.... ¡Se llevan muy bien cuando quieren! Después se alejan... Las he perdido de vista....

Al cabo de un rato aparece Antonia, se me acerca sonriente y me besa cariñosamente... Siento el calor de su cuerpo cuando me abraza... Espero que entre su hermana, pero no aparece y entonces le pregunto...

..."¿Y, tu hermana... Dónde está?...

..."Cati se ha ido, está enfadada porque te metes mucho con ella".... Me dice, y noto un deje de tristeza en su voz...

..."¡Se ha ido con ellas...Se ha ido con ellas...! -Repito una y otra vez, mientras me invaden unas intensas ganas de llorar.-..." Ella me ha abandonado y nunca más vendrá"...

Fin.

Este relato está inspirado en la reciente hospitalización de mi madre tras haber padecido un ictus...

Nuevamente hemos tenido la ocasión de comprobar que el equipo asistencial de San Pablo es único.. Prueba de ello es la gran profesionalidad, la paciencia y el agradable trato que sus médicos y enfermeras dispensan a sus pacientes...

Gracias a su buen hacer y a la inconmensurable calidad de nuestra Seguridad Social, algo que debemos preservar y proteger contra todo recorte y privatización, mi madre se ha recuperado totalmente...

Un ictus leve, eso dijeron los médicos, pero que ha puesto de relieve la fragilidad de nuestra mente y la delgada línea que separa la locura de la cordura a causa de un tipo de enfermedad que está considerada como una de las principales causas de incapacidad permanente y muerte en los países desarrollados.








2 comentarios:

  1. Vivimos permanentemente al filo de la tragedia, tratando de retrasar la caída a ese abismo al que tarde o temprano todos tendremos que enfrentarnos. Pero es bueno tener conciencia de esto para guardar, incluso de cara a las experiencias amargas que a nosotros mismos nos afecten, ese… como pequeño margen de distanciamiento frente a nuestra condición de seres mortales y potenciales enfermos, para que nuestro conocimiento del guión no nos sorprenda demasiado desprevenidos.
    Aunque después de todo el dolor por nuestros padres y seres queridos en general seguirá siendo el mismo.
    Siento el trance pasado, Catalina, pero me alegro de que todo haya salido bien con tu madre. Un fuerte abrazo.

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  2. Muy agradecida... Es verdad, oímos hablar de afectados por esta enfermedad, pero hasta que la vivimos no conocemos su alcance... Fue leve, pero qué terrible... Un abrazo.

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