LA EXPOSICIÓN FRANQUISTA DE ADA COLAU

Hoy quiero comentar la polémica exposición de Ada Colau sobre el Franquismo…

La Fundación Francisco Franco acusa a la alcaldesa de montar un "bárbaro aquelarre", porque "inocula odio" "inunda el alma juvenil de falsedades de consumo diario" y "manipula la historia hasta la náusea". Razón por la que anuncia medidas legales contra el Ayuntamiento por la decapitación de la estatua y por la exposición. 


Acerca de la Fundación Francisco Franco, tan sólo decir que ha recibido una subvención de 150.000 euros, por supuesto Rajoy ha declarado que "no lo sabía", teniendo en cuenta que en los últimos cuatro Presupuestos Generales del estado no ha habido dinero para rescatar de las cunetas y de las fosas los cadáveres de las víctimas de la guerra civil y el franquismo.

Por lo tanto, no es de extrañar que el Partido Popular se sienta incómodo con tal iniciativa, por lo que no asistirá. Ejemplo que será seguido por los grupos municipales de CIU, C´S y ERC. 

Si hay algo que caracteriza a Barcelona es la gran variedad de exposiciones, todas exitosas, que realiza a lo largo del año. Multitud de iniciativas la han convertido en una ciudad a la vanguardia, diseño, moda, música, arte, cultura, ocio, sirven de inspiración para la celebración de estos eventos. Y, ninguna ha despertado tanto rechazo como la franquista, ni siquiera la que hubo hace años en el CCCB, "Art i Poder" sobre la creación artística durante los movimientos totalitarios del siglo XX, fascismo y comunismo. 

 Los detractores centran sus iras en las estatuas franquistas, pero el problema es más profundo y se encuentra en el contenido: “Franco, Victòria, República, Impunitat i espai urbà”.

 La exposición en el Born, espacio cultural, es el lugar idóneo para realizar exposiciones de cualquier tipo. La temática versará sobre el golpe de estado militar franquista contra la legítima República. Es lógico que haya una estatua del dictador y otras, que representan la victoria franquista. 
  
La hipocresía y la oportuna de manipulación política en este país parece imparable. En Polonia y Alemania se conservan los campos de exterminio nazis y nadie se rasga las vestiduras ante la muestra fehaciente de los horrores del nazismo. En Austria se derribará la casa natal de Hitler, la cuna del mal, pero se conservará el sótano, para evitar que se convierta en un lugar de peregrinación neonazi...
Una lápida delante de la casa dice: "Por la paz, la libertad y la democracia, nunca más al fascismo. Millones de muertos están alerta".

 Por otra parte, muchos de los que grupos municipales que protestan no se han pronunciado con respecto a la infamia que cometió la derecha en Tortosa, donde han mantenido el monumento conmemorativo de la victoria franquista sobre el ejército republicano ..... Tampoco se han molestado en protestar por el monumento a Cambó, colaborador de Franco, en Via Laietana o los reconocimientos a Josep Pla "ilustre" espía fascista y escritor, etc. etc 

 "España" es el único país democrático donde todavía no ha habido ningún acto para condenar el franquismo, por lo tanto, ¿como se ha de interpretar esta exposición? Pues ya os lo digo, sirve para poner de manifiesto que nadie ha captado que en en España se ha vuelto a instaurar un régimen neofranquista, que si somos demasiado observadores igual descubrimos demasiadas similitudes entre aquellos tiempos y los presentes y eso es lo que menos interesa al bipartidismo y la corrupción.

 La ciudadanía tiene que aprender que hay que saber separar política o ideología de Historia y cultura y si bien aceptamos con orgullo la presencia de los restos arqueológicos de las culturas de antigüedad, como podían ser Roma y Grecia, que también nos invadieron y saquearon, es porque las heridas cicatrizaron con el tiempo, cosa que no ha ocurrido con la dictadura.

Decir que esta exposición banaliza los crímenes y torturas del dictador es inexacta, nada más fiel a la historia que recurrir a la hemeroteca para ilustrar con documentos e imágenes de archivo una parte de la trágica historia que generó una guerra cruenta y más de cuarenta años de represión, cuyas consecuencias las estamos viviendo en la actualidad. 

Esta exposición no ofende a los muertos, crispa a los grupos políticos que utilizan a las víctimas en su propio beneficio político, en sus fines partidistas, delirios de grandeza y para aliviarse del estigma de la ineptitud que pesa sobre sus cabezas.

 Esto es la historia inacabable de un país que no supera ni superará el franquismo. En toda Europa las estatuas de Hitler se prohibieron porque fue el gran perdedor. Pero en España ese es un tema que está por resolver y menos aún con las condiciones socioecónomicas en la que nos encontramos. 

Y para terminar, con los tiempos que corren, declararse antifranquista, con todo lo que ello conlleva, puede ser considerado un acto de valentía.