Socorro, una enigmática mujer sin pasado, llegó a Jaramillos montada en un carro. Cuando los aldeanos la contemplaron quedaron admirados de su gran belleza.
Su vulgar indumentaria revelaba su origen humilde… Era alta, esbelta y poseía una larga melena negra que caía salvaje sobre sus hombros. Unos enormes ojos verdes llamaban poderosamente la atención...Con su porte distinguido y mejillas sonrosadas no le costó encontrar trabajo en la casa de un insigne magistrado del pueblo.
El flamante esposo era un hombre muy piadoso y le gustaba asistir a misa todos los días y "fiestas de guardar"… Con el tiempo contrajo matrimonio con él, convirtiéndose en una de las damas más ricas e influyentes de la comarca.
La felicidad en su matrimonio culminó con la llegada de varios hijos…
Con el tiempo, Socorro se reveló como una mujer solidaria con el campesinado de la región, como esposa de un magistrado que era llegó a promover iniciativas en las que proponía entregar la tierra al que la cultivaba. “La tierra para el que la cultiva”, era su arenga favorita. Su actitud cercana al pueblo le granjeó la simpatía de las clases más humildes y el odio de los más ricos ...
Pero el verdadero calvario de socorro comenzó el día que puso sus ojos en el nuevo cura de la parroquia. Todo comenzó una soleada mañana de primavera, la intensa fragancia del incienso y las flores frescas que adornaban el altar casi aturdían a la joven que, muy devota, se encontraba postrada de rodillas, ofreciendo sus plegarias al altísimo, cuando descubrió al joven cura que atendía la solemne ceremonia. Sus pupilas se dilataron y el corazón se desbocó en su pechó. Pese a las ropas talares del religioso, Socorro adivinó la atractiva figura varonil por debajo de la sotana.
El joven sacerdote seguía con la ceremonia ajeno a la pasión que había despertado en una de sus feligresas, mas cuando llegó el momento de ofrecer la Eucaristía, sus ojos se encontraron con la mirada impetuosa de Socorro y vio en ellos una pasión y una promesa de entrega tan grande, que sintió una sacudida terrible, que casi le hizo trastabillar. Asustado por la intensidad de sus emociones, apresuró el acto religioso y se alejó lo más rápido que pudo de aquella mujer tan arrebatadora.
No había nadie más tenaz y acostumbrada a salirse siempre con la suya, que Socorro, por lo que inició un acoso y un derribo amoroso en la figura del pobre cura, que atribulado se preguntaba cómo podía haberle pasado eso a él, que se dedicaba a mostrar el camino y las enseñanzas de JESUCRISTO. Desolado pensó que el maligno le había enviado una tentación en la forma de una sugestiva pecadora, cuyos requiebros sexuales fueran imposibles de rechazar y así perdería definitivamente su alma, que él imaginaba entregada a Dios.
El desespero se apoderó de su alma . Y, para vencer el deseo de la carne, en la soledad de su celda el santo mortal se automorficaba, sin piedad. Se autoflagelaba la espalda hasta sangrar, ayunó, rezó… Pero su mente se negaba a abandonar el hermoso rostro de la mujer. Hasta que un día pensó que era imposible resistirse al amor que la desconocida le ofrecía y pensó que la única manea de superar su desvarío era saciar el fuego abrasador que le consumía y así el furor sexual iría desapareciendo y todo volvería a la normalidad…
Socorro, obsesionada con conseguir los amores del cura, acudía formalmente al confesionario, con la secreta esperanza de que el sacerdote objeto de sus amores cayese rendido en sus brazos, pero al principio, el cura se resistía, temía sucumbir al embrujo cálido de su voz y en un arrebato consumir allí mismo su ardiente amor, por eso la evitaba...
Pero, un día decidió enfrentarse a la realidad. Y, en el confesionario escuchó los pecados que la seductora tenía que revelarle
…” Padre, vos, daréis acaso, alivio, por fin, al mal que me aqueja desde que os ví. .
Si teneis a bien dejar colgado el hábito os prometo más placeres que los que esperéis encontrar en el cielo y el paraíso juntos. Mi amor es tan intenso que moriré si no soy correspondida...
Es más - dijo mostrándole un puñal de hoja larga- si no sois mio, me lo clavo en el pecho y entrego mi vida al altísimo como vos, mi amadísimo tormento ”...
El sacerdote, deslumbrado por el brillo del acero, reaccionó instintivamente y abandonando el confesionario, asió a la desquiciada mujer por el brazo, reprendiéndola duramente...
…” Pero qué decís, insensata. Desvelo y tormento de mis noches. Mala mujer que me ha robado el alma desde que tus ojos hechiceros se clavaron en los míos… Por Dios si os quitáis la vida, me arrastráis con vos al mismo infierno”... Exhortó el cura y los dos amantes se fundieron en un abrazo de vicio. A trompicones, como si fueron beodos, se refugiaron en el cubículo sagrado, rodeados de la estrechez claustrofóbica dieron rienda suelta a su pasión desenfrenada...
Así comenzó su trágica y secreta historia de amor.. Los encuentros furtivos entre los amantes no escaparon al sacristán, testigo silencioso y alcahuete, ya que era el mensajero entre los enamorados…
Un día, apareció en el pueblo un hombre raro, era un maestro que traía la inusual tarea de crear una escultura que representara a la Virgen…Cuando la noticia llegó a oídos de Socorro pensó que la musa de aquella imagen religiosa solo tenía que ser ella… De esa manera, la obsesión del cura hacia su persona se vería incrementada al tenerla presente durante sus oficios.. Así que utilizó toda su influencia con su amante religioso para que el artista la escogiera como modelo..
Después de conseguir el permiso de los superiores eclesiásticos, el artista siguió adelante con el ofrecimiento y Socorro se convertiría con el tiempo en la futura “Virgen del Socorro Eterno”.
El espíritu desafiante y provocador de la mujer se impuso y se regocijo con la idea de pasar a la posteridad representada de esa guisa….
Los pecaminosos amores de Socorro y el cura llegaron hasta el Episcopado, que no tardaron en enviar a un obispo para encargarse de investigar la situación, para cercioarse si los rumores que corrían eran verdad o solo un bulo de la gente.
Sin embargo, cuando el obispo encargado del asunto contempló a la mujer, su belleza y la intensidad de su mirad le cautivaron de inmediato. Se sentía tan cautivado por la hechicera que la frecuentaba de noche y día. Realizaba todo tipo de rituales ancestrales de amarres, pero la mujer cada vez que lo veía se escondía o salía corriendo. En una ocasión, preparó un hechizo con limón y sal y esperó el momento oportuno para echárselo encima. Pero era inútil, probó un montón de rituales, pero con ella no funcionaba ninguno, se diría que era inmune a la magia… Así, que despechado y herido en su amor propio masculino, porque era obispo, pero también tenía su alma en el armario, decidió que aquella preciosa mujer sólo tenía que ser para él. Así que decidió darle un escarmiento y someterla a un auto de fe. Pensando que la carne es débil y antes que someterse a los suplicios de la Inquisición, acabaría rendida entre sus brazos, implorando su piedad.
Pasaron unos días, y llegó el día del JUICIO FINAL, al menos eso era lo que le esperaba a la pobre mujer.
Socorro fue vestida con un llamativo hábito denominado sambenito. Pero, rehusó colocarse el capirote que los inquisidores le tenían asignado.
Escoltada en procesión hasta la Iglesia donde fue recibida por un Tribunal que había sido constituido exclusivamente para ella.
La mujer dirigió una fría mirada a todos los que allí habían congregados, descubrió a algunas autoridades y funcionarios civiles del pueblo, todos ellos enarbolando estandartes; al obispo; al sacristán, que actuaba como testigo.
Sus ojos casi se salieron de sus órbitas cuando descubrió entre los comparecientes a su amante religioso. La asustada mujer casi deseo morir al sentirse traicionada. El hombre al que se había entregado figuraba entre los que tenían que juzgarla por bruja. Supo que no tenía salvación. Todos ellos formaban parte de lo que iba a ser el primer auto de fe particular de Jaramillos.
El lugar escogido para la celebración seria la famosa iglesia local Nuestra Señora de los Dolores, un hermoso lugar donde se celebraría el ritual purificador de la fe, según El Santo Tribunal de la Inquisición.
El pueblo contemplaba la escena en silencio. Pues sentían la abominable ejecución como una inminente amenaza que se cernía sobre sus cabezas. Aquella ceremonia, que trataba de ser festiva, era contemplada desde las tribunas, de menores dimensiones, que se habían construido para tal fin. Y desde todos los rincones de la plaza, los balcones o terrazas de las casas vecinas se podía contemplar un tenebroso espectáculo que sólo pretendía ser aleccionador, hacía ver los errores que conllevaba alejarse de las creencias católicas y lo idóneo de seguir un camino de rectitud y moral cristiana.
Tras el sermón de fidelidad a la Iglesia Católica Apostólica y Romana y la misa, se pasó sin más preliminares a la lectura de la Sentencia. Tras el sonido de una campanilla se procedió con una alocución que hacia referencia a la condenada.
..."Nos encontramos aquí reunidos para juzgar a Socorro Andrade por hechicería realizada contra los hombres a los que enamora, para robarles el alma y entregársela al maligno o para servirse de su fortuna, por medio de las malas artes y la hechicería: Actúan como testigos las personas aquí presentes. Don Eduardo Chamorro; sacerdote de la parroquia de la presente localidad de Jaramillos; Don Diego Comares, esposo de Socorro y víctima de sus malas artes; Francisco Arévalo, sacristán de la parroquia de la citada población; Alfonso Jara, obispo de la diócesis. Todos ellos declaran que Socorro practicaba antiguos rituales de brujería con los que embrujar a sus víctimas y que en noches de luna llena acude al bosque y baila desnuda, en presencia del maligno. Por todo ello, se la condena a la hoguera.
Después fue introducida en una pequeña jaula.
Socorro padeció la humillación con gran estoicismo, ningún gesto traicionaba sus pensamientos, tan solo sus ojos febriles, seguían clavados con intensidad en la figura de su amante. Pero, el religioso evitaba mirarla, tan solo sus la rigidez de sus facciones indicaba la presión que debía de estar padeciendo su alma…
El obispo no era indiferente a las miradas de desesperación que la muchacha dirigía a su amado, y ese detalle le lleno de una ira incontenible y pensó llegar hasta el final, con la condena y la quema en la hoguera. No habría piedad para la pecadora.
Tras el dictamen de la sentencia se procedió al proceso de abjuración, o retracto público de las supuestas creencias asumidas anteriormente, absolución y, finalmente, la condena de Socorro a ser quemada en la hoguera. Pero, la mujer demostrando un nuevo ejemplo de dignidad, se negó.
..."En este hora fatídica, en la que sé que mi final está cerca por voluntad propia me niego a abjurar de lo que se me acusa. Y, en verdad os digo, que no existirán suficiente siglos para que todos los aquí reunidos paguen la infamia que se está cometiendo conmigo"… Por eso os condeno a la eterna reencarnación"... Pronunció grave lo que parecía ser su propio responso funerario.
Socorro fue sacrificada en la hoguera a primera hora de la mañana, ningún grito brotó de su garganta. Su cuerpo se fue consumiendo bajo los efectos abrasadores de las llamas, como una vela.
Tres hombres contemplaban su aniquilamiento en silencio.
El Santo Oficio determinó que la relación de los hechos tenia que ser guardada cuidadosamente a fin de evitar un escándalo mayor para la Iglesia. No debía trascender nada, sobre todo lo concerniente al asunto amoroso entre el sacerdote y la bruja.
…”Es imposible ocultar este suceso -confesó el esposo- ha sido testigo todo el pueblo de su ejecución”...
... "La Iglesia se ocupará de este desagradable asunto, mandaremos una circular a todos los vecinos de pueblo conminándoles amigablemente a que guarden silencio sobre lo acontecido en el día de hoy...Anunciándoles que todo aquel que infrinja tal ordenanza sufrirá encarcelamiento por orden del Rey"...
Después de muy poco tiempo, la talla de la virgen del Socorro Eterno, ocupaba su lugar de honor en una pequeña capilla de la Iglesia. Los fieles veían en la imagen algo familiar, que solo los más sagaces eran capaz de descubrir.
Acudían en peregrinación gentes de todas las clases sociales a ofrecer sus respetos a la Virgen y pronto corrió el rumor entre los pobres de que se producían curaciones milagrosas o golpes de suerte repentinos en campesinos que acudían a ella para rogar que su gracia celestial les proveyera de buenas cosechas…
La virgen siempre atenta y generosa con los más humildes, nunca escatimaba en favores para su gente. Con sus milagros consiguió ganarse el fervor de Jaramillos y pronto se convirtió en la patrona del pueblo. Una inusual y pálida virgen de cabellos rubios y ojos azules. Un cambio en el aspecto físico cuyo objetivo era encubrir a la desafortunada mujer que sirvió de modelo a una virgen y que sucumbió en las hogueras de la INQUISICIÓN.
…. “SOCORRO ETERNO DE ROSTRO HERMOSO
Y PROFUNDOS OJOS NEGROS.
ROSA DE ESPAÑA DE PUNZANTE ESPINA
Y CANDOR MUNDANO "...
Todos los personajes y lugares que aparecen en este relato son ficticios. No así los hechos que se narran, que están basados en sucesos históricos reales...
CONTINUARÁ...
A veces, para evidenciar lo ridículo de cosas como la de los nombramientos de las vírgenes como alcaldesas perpetuas, no se necesita nada más que una parábola como esta, tan ingeniosa y divertida. Si se le menciona a cualquiera de esos políticos que propician esos nombramientos, o a cualquiera de esos fanáticos de la plebe que los apoyan, la existencia de un cuento o una película con el argumento de una virgen revivida y con el trasfondo de su nombramiento… saltarían chispas y se pondrían en guardia enseguida, esto antes de leerlo o visionarlo, conscientes, en el fondo, de su potencial cómico.
ResponderEliminarHola, la verdad es que tus comentarios me inspiran y me animan a seguir escribiendo.. Un abrazo.
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