sábado, 10 de septiembre de 2016

LA NOCHE DEL POKÉMON III





Nunca he sido un adicto a los videojuegos, pero lo que me sucedió con Pokémon Go entra dentro de la más delirante realidad.

Hasta el día de hoy, me consideraba un hombre felizmente casado. Pues esperábamos un hijo que nacería en el mes de Junio... El motivo por el que entré en contacto con el juego fue la curiosidad, y en mi caso nunca fue más dolorosamente cierto eso de que " la curiosidad mató al gato".  Una inocente incursión en el mundo de Pokémon Go, sin imaginar siquiera que aquella aplicación podía destruir mis ilusiones y abocarme a este mundo demencial del que no puedo escapar.

Viene a mi mente la simpleza e inocencia con la que me inicie en su manejo. Incluso en los programas de televisión te enseñaban cómo jugar. Nada más sospechoso que eso, “ un interés insano”, en procurar que la difusión de la aplicación llegara a todo el mundo… 

Me la descargué e instalé sin dificultad.Y, tan enfrascado me encontraba que la noche llegó y con ella una fuerte tormenta, con el inconveniente añadido de las fluctuaciones de luz que preceden a los apagones la luz… Seguro que se cortaría y me quedaría a medias…

Los relámpagos iluminaban la brumosa noche con sus estallidos deslumbrantes. 

Contemplaba desde la ventana como caía un fulminante aguacero, tan intenso que desdibujaba los contornos. Pese a la borrasca, pude apreciar, a través de la espesa cortina de lluvia, a una persona que miraba atentamente hacia nuestra casa. Solo alcanzaba a ver su silueta, era imposible distinguir más detalles.  Aquella presencia estática me hacia sentir un resquemor por lo extraño del suceso, no era muy normal ver parada a una persona en la calle, calándose hasta los huesos… Un extraño ruido en el ordenador me hizo volver la cabeza. Descubrí que la pantalla se había puesto negra, me acerqué y le dí a una tecla. Era lo que siempre hacía, y la imagen volvió a aparecer… 

Una curiosidad morbosa me hizo acercarme de nuevo a la ventana para comprobar si aquella persona seguía ahí fuera recibiendo sobre su cuerpo la inclemencia de los elementos… Sin embargo su resistencia debía de haber flaqueado ya que había desaparecido…

Igual sólo era un efecto provocado por la lluvia torrencial… Me volví a situar delante del ordenador, tratando de distraerme y no pensar en el extraño suceso que acababa de presenciar…

Me registré tal y como pedían y empecé a jugar, pronto la aplicación me incitó a seguir con la partida en la calle, pero con la climatología tan adversa, opté por cerrar la aplicación y reunirme con Alba, mi comprensiva esposa, en la cama que ambos compartíamos en el dormitorio… 

Cuando recosté mi cabeza sobre los almohadones, escuché con agrado el encantador sonido de su respiración cuando tenía el sueño bien cogido… Acaricie con cariño su vientre abultado y ella al sentirme abrió los ojos somnolienta y se acurrucó contra mí, sus suaves ronquidos me indicaron que había cogido el sueño profundamente… 

Alba era una muchacha encantadora y con un optimismo contagioso, que tenía la facultad de convertir las experiencias más negativas en nuevas oportunidades. Era lo mejor que me había pasado en la vida.

La lluvia arreciaba y mis ojos se dirigieron inconscientemente hacia la ventana. Me incorporé sobresaltado, pues creí ver como algo oscuro de gran tamaño cruzaba por delante del amplio ventanal. Algo del todo imposible ya que vivíamos en un quinto piso,  me froté los ojos creyendo que era un efecto óptico provocado por la somnolencia. Pero no, allí estaba inmóvil, contemplándome con la fijeza de sus ojos llameantes… Con el corazón el vilo, capté el extraño objeto que llevaba en la mano, era un péndulo. Aterrado, dejé caer la persiana de golpe cortando cualquier conexión con aquel enigmático personaje. 

Como ya venia siendo costumbre desde que perdí el trabajo, no había dormido bien. Una noche larga, sufriendo todo tipo de pesadillas y desvelos. 

Me levanté temprano y con un dolor de cabeza insoportable. El analgésico había hecho bien poco… Confié que durante la jornada se calmase.

Era un sufrido autónomo transportista que acababa de perder su trabajo y no encontraba la forma de afrontar la situación y revelarle a mi esposa la verdad. La cobardía me empujaba a fingir que seguía en activo y la engañaba diciéndole que tenía que hacer unas entregas antes de dirigirme al almacén…Alba, me escuchaba en silencio sin pronunciar palabra y me despedía con un cariñoso “¡Que tengas suerte, cariño!. Aquel adiós siempre me sonaba extraño, tenía la sensación de que mi mujer estaba al tanto de todo y por alguna razón  no quería descubrirme… 
                                                
                                                                         ***

El tráfico, pese a ser Lunes transcurría sin incidencias. Era inusual, pero la avenida se veía desierta de coches. Imperaba una tranquilidad irreal, sin ruidos de motores o bocinas… Por eso, no se extrañó cuando el móvil que dejó olvidado sobre la guantera del coche, se encendió y empezó a sonar su estridente alarma en el tono que tenía prefijado y que cuando saltaba atraía mas de una mirada por lo "discreta" … 

Él, que se caracterizaba precisamente por ser muy prudente, y cauteloso en la conducción, cometió una imprudencia imperdonable, desvió la vista de la carretera, para centrarla en la pantalla de su móvil, que curiosamente, tenía activado el logotipo de Pokémon Go… Después de echar una ojeada a la carretera, centró su atención en la aplicación…. Extrañamente, el juego que ahora arrancaba no tenía nada que ver con el de la noche anterior. Ahora aparecía una bienvenida al Pokémo go Inferno. Se inquietó ante la nueva presentación del juego, pero acabó pensando que solo era marketing para atraer a los jugadores novatos… Pero, no fue el único cambio, un desagradable personaje hizo acto de presencia. Era un pokémon que presentaba una gran nariz, orejas puntiagudas y un péndulo en la mano que no dejaba de oscilar de un lado para el otro. 

... “Captura un pokémon”...

En el colmo de la irresponsabilidad el jugador no abandonó la partida. La frase destacaba en el margen izquierdo de la pantalla…Aquella experiencia virtual de realidad aumentada se desarrolló con la aparición de un pokémon en la carretera, en el que impactó una pokeball que el jugador le lanzó. Sin embargo, en lugar de atraparlo e incluirlo en la Pokedex, el bicho soltó una risita chirriante, que penetró en sus oídos de manera aguda, intensificando el dolor de cabeza, hasta tal punto que tuvo que soltar el volante y llevarse las manos a las sienes. El lacerante dolor era tan intenso que perdió la noción de tiempo y como tenía la visión distorsionada, perdió cualquier tipo de contacto visual con la carretera. Sin embargo, pese a su momentánea indisposición fue consciente de como el coche pasaba por encima de algo… Pero se encontraba tan fuera de sí que era incapaz de razonar… 

El hombre no captó la tragedia que dejaba atrás, en el paroxismo de su dolor, había atropellado a una joven madre y su hijo. Ambos yacían en el asfalto, heridos de gravedad… 

La gente se arremolinaba en torno a los cuerpos accidentados, mientras increpaba  encolerizada al conductor asesino que acababa de arrollar dos vidas y que se alejaba indiferente por la carretera…

La sirena anunciaba la inminente presencia de la ambulancia y su equipo asistencial. Tras un rápido examen, comprobaron que nada se podía hacer por la joven madre, pero en el niño aún se apreciaba un hilo de vida… 

Rápidamente, lo entubaron y el vehículo sanitario arrancó con el niño, que se debatía entre la vida y la muerte… 

La desolación y la amargura se apoderó de los que estaban allí congregados, pensando en el triste destino de dos personas que acababan de vivir el peor día de su existencia. 

Cruelmente, para una, todo había terminado, y albergaban muy pocas esperanzas con respecto a que la criatura se salvase…

 El desgraciado infortunio de dos vidas inocentes que tuvieron la mala suerte de encontrarse en el lugar menos adecuado. 

Ajeno a todo, el hombre conducía por la carretera, completamente inmerso en la dinámica del juego. Intentaba seguir sus indicaciones  y ahora se dirigía hacia el cementerio local, uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. Un ejemplo de la arquitectura funeraria, cuyo renombre propició que fuese declarado patrimonio histórico de la ciudad. La ultima morada de los ciudadanos más ilustres se había convertido en el gimnasio o lugar de cita o entrenamiento de los pokémons.

La curiosidad puede convertirse en enfermedad si nos fascina el deseo de saber lo que otros ignoran. Por fin su trayecto llega a su fin, en la lejanía se divisan los imponentes muros del cementerio, los cipreses con su verticalidad casi perfecta parecen querer abrazar el cielo, que en ese momento se presenta de un imponente y deslumbrante azul… 

Aparca el coche en el estacionamiento exterior, junto a la entrada… El desasosiego hace mella en su persona, todavía no tiene mucha idea de cómo funcionan las quedadas en Pokémon Go, pero aquella soledad no deja de ser extraña, porque si hay algo que caracteriza al juego son sus notorias aglomeraciones de gente. 

Sorprendido, comprobó que nadie había acudido a la quedada… Trató de ignorar la desagradable sensación que aquello le producía, pues las visitas a los cementerios no entraba, precisamente, entre sus aficiones… 

Conectó su móvil y buscó la aplicación, pero se encontró con que el juego ya había empezado y en la pantalla aparecía la simulación virtual con un mapa de geolocalización, donde se apreciaba su avatar errante,  y tal como se le indico inició la búsqueda del pókemon… 

Sin embargo, anduvo durante un buen rato y los pokémons no aparecían...Aquello era muy aburrido y cuando ya estaba decidido a abandonar el juego, volvió a aparecer el duende de las orejas puntiagudas exhibiendo el péndulo, que no dejaba de oscilar ante sus ojos. 

El pokémon habló y su voz sonó desagradable y metálica... 

 ...·Si quieres un pokémon cazar, sobre una tumba has de bailar. Hypno te ayuda, no has de temer, que a los muertos no les ha de importar ”... 

 Todavía quedaba un resquicio de sentido común en el hombre, porque rehúso de inmediato la orden de aquel ser. Pensó horrorizado que aquello era profanación… 

 …”¡Esto no me gusta nada!. ¡Por Dios que juego tan horrible!.. Bailar sobre una tumba… ¡Qué mal gusto,  todavía me queda algún principio!”... 

 Llegó a casa bastante tarde. Alba estaba ausente. Y, era extraño porque a la hora de comer siempre estaba en casa. Así que para mitigar la preocupación que su falta le provocaba, decidió darse una ducha… Y, luego se preparó cualquier cosa para comer, pues tenía que acudir a la cita para el nuevo empleo...

Tantas emociones le habían agotado y el sofá poseía en aquel momento un poderoso imán que anulaba cualquier intento de resistencia. Así que se tumbó para dar una cabezadita y ver si su adorada Alba aparecía. Pero, se durmió profundamente y las horas fueron pasando, cuando despertó, seguía sin haber rastro de la mujer.

                                                                      ***

A veces discutíamos pero solo era un cruce de distintas opiniones, muy cargadas de sentimientos y emociones a causa de su estado. Todo se solucionaba con un beso y un abrazo y vuelta a la normalidad. 

 La atracción que ejercía el juego sobre él era demasiado intensa así que volvió a conectar el móvil y allí estaba el mismo desagradable personaje de las orejas puntiagudas, ocupando la pantalla. 

 …”Si abandonas, Hypno no te podrá ayudar y en esclavo te convertirás.   
Baila sobre una tumba y nada malo te pasará”....

 …”¡Otra vez con la tumba!. ¿Será posible?”... Pensó con enojo, mientras arrojaba el móvil bruscamente sobre la mesa … Al ver que Alba no aparecía, mientras cavilaba sobre el asunto, un extraño ruido lo sobresaltó. La alegría lo invadió pensando que era su pareja que aparecía por fin… Sin embargo, quién acababa de penetrar en el comedor era el mismísimo Hypno, con el péndulo. La criatura virtual había cobrado vida, emulando al entrañable Pinocho. Pero las intenciones del pérfido pokémon no era tan inocentes como la del niño de madera que cobró vida… 

… “ Hola, Zeus”... 

                                                                ***

La criatura me saludaba con el nombre de entrenador que yo había elegido en el juego….Incapaz de comprender lo que estaba pasando, no tenía miedo, pero me iba invadiendo una sensación de malestar que no podía controlar… Aquello tenía que ser algún trucaje del juego, algún efecto basado en la realidad aumentada… Seguro que era sólo una tontería, algo sin fundamente..O un simple holograma, con el que los desarrolladores del juego pensaban deslumbrar a sus jugadores..

                                                                   ***

 Sin embargo, cuando se fijó en sus extraños ojillos supo que algo no iba bien y lo atribuyó al péndulo, pensó que debía de ejercer algún tipo de sugestión o control sobre su mente… Hypno permanecía impasible, observándole fijamente, como esperando algo de él. Entonces tuvo de certeza de que algo iba a suceder y que iba a cambiar radicalmente su existencia. Su mirada reflejaba toda la inquietud y la maldad del infierno, sensación incrementada por los ojillos oblicuos y las orejas puntiagudas. Lo miraba y comprendía que aquel siniestro personaje del juego había cobrado vida para llevar a cabo alguna maldad, y para conseguir sus fines se proponía hipnotizarlo. Curiosamente, esa era una terapia que nunca había hecho efecto en él, pero algo diabólico emanaba de aquel objeto ya que no podía apartar la vista de aquel artilugio… La evidencia se abrió paso en su mente, Hypno usaba el péndulo para atrapar su voluntad a perpetuidad… Cuando descubrió la nefasta intención de aquel ser abominable ya se sentía al limite de sus fuerzas. Le invadió un mareo repentino que aturdía sus sentidos y casi no podía mantenerse de pie,,, Lo último que vio fue todo iba desapareciendo y sus ojos por fin se cerraron… 

 ..” Hipno está abrumado si no sigues la partida. Hypno enojado contigo jugara”... 

 Unas extrañas corrientes de aire lograron sacarlo de su sueño, echó una mirada a su alrededor y pensó que estaba alucinando. Se encontraba en un lugar desconocido, donde apenas había vegetación. Asustado creyó que había enloquecido y aquel paisaje que sus ojos estaban contemplando respondía a un delirio febril… Existían vastos espacios en la lejanía y el firmamento tenía una extraña tonalidad violeta.

 Era un espectáculo tan hermoso que por un momento se olvidó de su desdicha. Un inmenso silencio le rodeaba.  Anduvo sin rumbo fijo por un sendero pedregoso de aquel inhóspito paraje nocturno. La luna anunciaba su presencia con su reguero brillante y fantasmagórico. Era un espectáculo sobrecogedor. Nunca sintió la soledad como algo tan desalentador y ominoso. 

El camino le llevó hasta una roca gigantesca, cubierta de musgo. Impulsado por la curiosidad ojeó la roca con minuciosidad y se dio cuenta que era una gigantesca cueva, con unas proporciones colosales. Oteó con cautela en el interior y la gran oscuridad que dominaba el lugar le impidió identificar nada… 

Aquella oscuridad extrema no permitía apreciar si era la madriguera de alguna alimaña. Pese a su necesidad instintiva de descansar tuvo un ataque de pánico ya que escuchó un feroz gruñido que parecía venir de las profundidades de la cueva. La necesidad de descubrir la fuente de aquel sonido se esfumó rápido y optó por salir corriendo y ocultarse tras un matorral, esperando ver al autor de aquellos rugidos… 

Aquel ser no tardó en aparecer. Era uno de los pokémons más terroríficos que había visto en su vida, era gigantesco y llevaba una calavera en la cabeza, y en la mano portaba lo que parecía un hueso humano… El jugador se conocía todos los pokémons de memoria y sabia que aquello que tenía ante sus ojos era Cubone, el pokémon más triste de todos, porque era un niño huérfano que se negaba a separarse de su madre muerta,  y por eso se había colocado su cráneo en la cabeza… El niño ahora aparecía más crecido, y su aspecto era temible y tan amenazante, que el hombre sintió como se le ponía un nudo en la garganta, que casi le asfixiaba… Si no reaccionaba, allí mismo perdería la vida… 

 Cubone alzó la siniestra cabeza y olfateó el aire, parecía detectar en el aire algún tipo de olor desconocido, levantó el brazo y esgrimiendo en la mano lo que debía de ser el hueso de su madre, aulló a la luna…Algo así como la imploración agónica que Teseo lanzó en Cabo Sounio cuando su Padre Egeo creyéndolo muerto se lanzó al mar. Ese lamento eterno que brota del pecho de un hijo por la pérdida del padre o la madre. Al presenciar aquella escena, el hombre sintió como la sangre se congelaba en sus venas.

El terrorífico ser se alejó, seguramente en busca de un pobre incauto del que alimentarse o con el que desahogar su frustración.

                                                                    ***

 Impulsado por una vaga curiosidad que tenía más que ver con conocer las intenciones de aquel pokémon tan imponente….Estuve contemplando esa macabra visión apostado detrás de una pequeña roca, hasta que un extraño cansancio se apoderó de mis miembros, tras dirigirle una última mirada a aquel ser me desvanecí y fui preso de una rara ensoñación… 

 El tiempo no parece que discurra en este mundo onírico, pero sé que ya llevo varias lunas perdido en este mundo tenebroso del que desconozco sus esencias más profundas. Siento dolorosamente como las horas transcurren en un suspiro y mi desesperación crece proporcionalmente a mis deseos por escapar de ese horror. 

La luna sigue dominando el cielo, constituyendo ese lazo ancestral que me une a mi vida anterior. El pokémon doliente desapareció de mi vista y ahora comienza mi vagar errático buscando un lugar donde aposentarme. Ahora siento la capacidad de sufrimiento de los sin techo, esos que no tienen otro hogar que la tierra fresca bajo las estrellas y mi alma se conduele de ese triste desatino que la vida ha puesto en mi camino… 

La soledad se ha convertido en mi peor enemigo y evito enfrentarme a esos “molinos cervantinos” que me acosan sin piedad en este purgatorio donde se reviven todos nuestras miserias. 

Camino y voy dejando atrás mis huellas, temiendo que puedan llegar a ser un rastro reconocible por los pokémons… 

 Creo detectar un extraño fulgor en la luna, quizá sólo era el mal presagio que anunciaba la llegada de aquel bosque inanimado.. Suspiré sintiéndome momentáneamente aliviado, por fin podía inhalar aire puro cargado de oxigeno. Pero nada más lejos de la realidad, un olor nauseabundo, como a cloaca hirió mi pituitaria.. Era un penetrante olor a descomposición… 

                                                                   ***

Repentinamente, el bosque se manifestaba ante sus ojos tremendamente sombrío.. El hombre imaginó que la pestilencia se debía a la presencia de algún tenebroso espíritu guardián del bosque, que debía habitar en sus entrañas boscosas oteando el horizonte quizá a la espera de un invasor celeste. Contempló el bosque con detenimiento y creyó ver centenares de pequeñas luminarias centelleantes que oscilaban. 

Aquella visión le provocó un escalofrío helado que se intensificó cuando una fría corriente de aire le azotó de lleno. Sintió el impulso de salir corriendo, y no se reprimió. El instinto le decía que debía correr hasta caer desfallecido por el esfuerzo, si quería sobrevivir en aquel mundo hostil, donde solo existía una oportunidad para combatir contra la iniquidad, en esa dura batalla contra el poder de las tinieblas… Al girar la cabeza distinguió aterrado que le perseguían unas plantas con aspecto de cactus gigantes y que  emitían unos gruñidos parecidos al rugido del viento cuando se cuela entre las grietas. Corría, y aquellos infernales vegetales, que la oscuridad de la noche había transformado en unos grotescos espantapájaros sedientos de sangre, casi le alcanzaban y sentía como le desgarraban la carne con su pinchos. Intentaba desasirse, pero la única salvación posible se encontraba en la huida. En la lucha cuerpo a cuerpo, estaba en clara desventaja, en número y en tamaño, pensar en la posibilidad de resistir un ataque de aquellas criaturas era un desatino… 

Aquellos pokémons dormitaban durante el día haciendo acopio de fuerzas y por la noche se desataba su insaciable sed. Su violencia era tal que cuando conseguían agotar a su víctima se arrojaban sobre su cuerpo y acababan con él sin piedad…. 

Era la lucha por la supervivencia en el desierto, el mimetismo más perfecto se había apoderado de aquellas criaturas apocalípticas y no había forma de vencerlas… 

Sin embargo, aquel mundo onírico también había transformado al jugador y en su veloz carrera, sintió como había desarrollado una extraña habilidad, una fuerza inusitada, casi sobrenatural, que brotaba de su interior y gracias a ella se sentía poderoso y capaz de vencer a aquellas criaturas inmundas que parecían acosarle en la siniestra noche… 

El miedo y el desarraigo cedió el paso a la seguridad y a su incipiente adaptación a aquel medio hostil. 

 Cuando ya el cansancio hacia mella en su persona se desplomó sobre la tierra. Sintió la humedad como algo que se pegaba a su cuerpo y mitigaba sus dolores.. Alzó la vista tratando de buscar el origen de aquella agua, y lo que descubrió lo dejó sin aliento… 

A escasos metros podía apreciar la existencia de un gran río, la luna arrancaba reflejos plateados a su superficie, era la visión más hermosa que sus ojos habían contemplado hasta ese momento… Pero lo que de verdad le impactó, fue la gigantesca formación rocosa que le levantaba al otro lado del río… lo más sorprendente, eran los numerosos agujeros que se abrían en la roca, todos ellos desprendiendo un resplandor dorado… Aquel conjunto prehistórico era el superviviente de una civilización atávica, que subsistía en aquel mundo surrealista y que se semejaba a una inmensa colmena.. 

 El jugador errante había llegado a una de las colonias más grandes de Mundo Distorsión...

Y, allí, frente al río, como una aparición se encontraba una mujer de perfectos rasgos faciales, contundentes y una mirada tan penetrante, que la primera vez que se vio reflejado en sus pupilas, perdió la noción del tiempo... Era Alba, la mujer de sus desvelos, la madre de su hijo. Permanecía erguida y extrañamente seria ante él... Cuando la reconoció no pudo reprimir las ansias de abrazarla, pero algo en el rostro de ella frenó su ímpetu amoroso...

..." ¿Diego qué te ha pasado?" Preguntó compungida.

                                                          ***

Su triste expresión me atravesó las entrañas y ella con cautela me acercó hasta el río y en él pude  ver mi reflejo, con la luna sobre nuestras cabezas, parecía rodeada de un aura mágica. El agua me devolvió una imagen que desconocía y cuando comprendí en lo que me había convertido, sentí como si me ahogara y mi alma fuese cayendo hasta tocar fondo bajo la superficie del agua...

Me había convertido en un pokémon que llevaba colgando una máscara con el rostro del hombre que una vez fui...

 Este es mi grotesco destino, mantener un vinculo enfermizo con mi pasado. 

                                                             ***

..."Soy un triste recuerdo del ayer"... Decía, mientras contemplaba la máscara de su pasado, con lagrimas en los ojos.

Escuchando sus palabras Alba lloró desconsoladamente....  






3 comentarios:

  1. El fenómeno terrorífico... desde distintos ángulos o protagonistas. Este episodio del Pokemon me da que pensar que debe de haber por ahí, solapada, alguna lectura acerca del por qué de enredarse en estos juegos, y de si “algo” existe o se da por cuanto que cubre una necesidad… vital o coyuntural sistémica (esto último en sentido de crítica o análisis sociológico, y considerando siempre, por lo de la "necesidad", que la función del Sistema no es la de satisfacer las que hubiese, sino la de crearlas)Pero, aunque no hubiese tal lectura, la verdad es que el relato sí propicia el clima para el planteamiento de estas cuestiones.
    Impactante el final.

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  2. En Cualquier manifestación literaria que utiliza el terror subyace una crítica social, fenómeno que se radicaliza cuando las libertades sociales, individuales o colectivas atraviesan una censura férrea... La metáfora y tantas licencias literarias se han convertido en un instrumento para la moderna crítica a las instituciones... Y, gracias por leer mi blog. Un abrazo.

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  3. Un abrazo también para ti, Catalina.
    Solo un apunte: el género que quizás haya servido más a la crítica de la coyuntura social es el de la novela negra. El terror puede que haya hecho, mejor, el reflejar el sistema social desde trasfondos algo más neblinosos (pero es lo suyo)de superestructura cultural (el mito, la represión sexual, las relaciones de poder y esas cosas) Utilizar el terror de manera tan directa, tan fresca y desenfadada para retratar la realidad más inmediata es algo que yo solo he leído en este blog. Quiero decir con esto que creo que eres más original de lo que piensas. Por eso es un placer leerte.

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