EL CRUCERO DEL TERROR I




Nadie diría que aquella majestuosa obra de arte que surcaba los mares, con una envergadura de casi tres estadios de fútbol, con tres magníficas piscinas,  con sus surrealistas chimeneas, con sus dorados ojos de buey y el casco de un blanco tan luminoso, pudiera convertirse en algo tan tenebroso bajo los efectos de la lluvia torrencial.


Noche tormentosa, inhóspita y terrible.  Una sombra avanzaba, tratando, en vano, de mantener el equilibrio, por el impresionante patio rodeado por las cuatro plantas del barco, una espectacular estructura de cristal y acero que recordaba a un hotel. La cabina de uno de los ascensores aparecía como oculta tras uno de los rincones.

De pronto, un rayo iluminó el cielo, apenas un resquicio de luz entre la cortina de agua que caía inclemente sobre los hombros encogidos del hombre... La tormenta rugió, un bramido infernal que hizo detener sus apresurados pasos ... Giró su impresionante corpulencia y dirigió una inquietante mirada hacia la muralla de agua que parecía haberse apoderado del Crucero... Con el corazón palpitándole en el pecho, creyó distinguir entre la espesa lluvia una presencia horripilante de proporciones descomunales. Un ser amorfo que tenía la consistencia del humo y se agitaba violentamente como si luchara violentamente contra las acometidas del agua y el viento..El marino trató de luchar contra la parálisis traumática que invadía sus miembros. Algún reflejo despertó su letargo y le empujó a huir tan rápido como sus piernas le permitían… 

Era la reacción natural en un ser humano que huye de algo que amenaza su existencia y sabe que tan sólo con un pequeño descuido podría sucumbir ante la nube grisácea que se cernía, implacable, a escasos metros de su cabeza. Aterrorizado, comprobaba cómo se aproximaba cada vez más, y estaba seguro de que tarde o temprano aquella abominación  acabaría engulléndolo.

Era aquella la carrera más frenética de su vida, porque no le llevaba a ninguna parte, tan sólo trataba de huir sin rumbo fijo, con los pulmones oprimidos por el resuello y los ojos cegados por el llanto y sordo ante los rugidos que el monstruo de humo iba emitiendo…

Entonces, sucedió, ese milagro imposible,  ese rayo de luz en la oscuridad. A mano derecha, descubrió una de las puertas que conducían hacia las cubiertas inferiores que, inexplicablemente,se encontraba ligeramente abierta. Junto  a la esquina se encontraba la escalerilla, y descendió por ella a toda prisa…. Se dirigió hacia su esperanza de vida, sin dudarlo, como impelido por una brujería ancestral que acudió en su ayuda y le arrebató de su infortunio con rapidez…

Escuchó el estruendo que hizo la escotilla al romperse y casi le hizo despeñarse por la escalera, pero controló la situación al agarrarse firmemente a la barandilla. 

De pronto, una especie de bruma se apoderó de lugar, impidiéndole la visión… Sintió la presencia demoníaca a su alrededor. Presa de un pánico incontenible, el hombre intentó aumentar la velocidad al bajar las escaleras, pero tropezó y cayó rodando golpeándose partes del cuerpo que ni siquiera sabía que existían. Cuando su cabeza impactó contra la cubierta, ya había perdido el conocimiento y no fue consciente de como desaparecía al ser engullido por la bruma fantasmagórica…


Mientras tanto, en algún lugar del crucero, ajenas a todo lo que acontecía a su alrededor, tres amigas se encontraban en el camarote tratando de luchar contra la decepción que les provocaba el camarote que les había tocado. Sin embargo, disfrutaron acomodándose y es que la juventud goza con poco. Tras superar la barrera inicial de pasajeros y arreglar la documentación, por fin habían conseguido que les asignaran el alojamiento… Estaban tan ilusionadas que no dejaban de hacer planes sobre las visitas facultativas que pensaban realizar. Era su sueño y no pensaban escatimar ni un solo euro. Una oportunidad así solo se presenta una vez en la vida.


Sin embargo, algo alteró su alegría, un poderoso estruendo que parecía proceder del pasillo.
“...¿Vaya comienzo de vacaciones que hemos tenido... - calló de pronto- Habéis oído eso”..? Preguntó una chica muy alta y delgada. Mientras dejaba sobre la cama el folleto de viajes que había tenido entre las manos, para acercarse hasta la puerta.

“... ¿Cómo dices”... Le respondía, a su vez, otra. más entrada en carnes, mientras se retiraba los auriculares para prestar más atención a lo que su amiga quería decirle


…”Pues que me ha parecido escuchar un ruido en el exterior”..Comentó, cuando ya se encontraba echando una ojeada en el pasillo y aunque no había rastro del hombre, percibió la bruma que poco a poco iba invadiendo el pasillo


…”Sí, yo también lo he oído”... La voz procedía del lavabo y pertenecía a una chica morena con gafas. Intrigada no tardó en reunirse  con sus amigas.


…” Chicas, hay como una especie de humo en el pasillo. A ver si es que se está declarando un incendio”...Decía mientras cerraba la puerta y se introducía en la habitación con rapidez, un tanto alarmada.


… “ Pues vaya, si que empezamos bien”... Comentaba una de las chicas con desaliento. Con ella no iba eso de ver la botella medio vacía, o medio llena....


…. “ Tenemos que informar a la tripulación no sea que estemos en peligro”...La chica escuchimizada respondió un poco a la defensiva.


…” Quién va”...La pregunta ya denotaba una cierta reticencia a abandonar las lindezas del camarote, que no eran tantas ya que la decoración estaba un tanto desfasada.


…”Pues las tres, ya sabéis todas para una y una para todas, somos las tres mosqueteras y vamos juntas a todas partes”... La joven intentó bromear ya que la idea de enfrentarse a la distribución de aquel barco la superaba, temía perderse fácilmente entre tanto pasillo y escalerilla.

“..Venga no os agobiéis que esto solo  es una aventura que le podremos contar a nuestros nietos”... Las tres amigas cogieron sus bolsos y abandonaron el camarote… Cuando se encontraron en el pasillo, un fuerte olor a descomposición hirió sus fosas nasales y la bruma desdibujaba los contornos adheriéndose a sus cuerpos como un negro sudario… Las chicas avanzaban por el pasillo y podían sentir el batir de las olas contra el impresionante casco del barco, era algo irracional. El terror se adueñó de sus mentes al pensar en la desgracia que podía caer sobre sus cabezas si se encontraban ante la declaración de un incendio. La posibilidad de acabar naufragando con aquella tempestad las espantaba. En caso de producirse la desgracia no había posibilidad de salvación.


Rodeadas por la bruma impenetrable, escucharon como arreciaba la lluvia y el rugido del viento se convirtió en atronador. Después percibieron con total nitidez el sonido de unos pasos que se iban acercando… Las tres mujeres se detuvieron y sus inquietas miradas se perdieron en los rincones desdibujados por la niebla… Pero, captaron que algo innombrable vibraba agazapado entre la bruma, algo incierto, impreciso, pero terriblemente amenazador, a la espera de cometer una maldad excepcional… Y, entonces vieron unos ojos que brillaban en la oscuridad, amarillos, inquisitivos y acechantes… Desde el otro extremo del pasillo ahora les llegaba un silencio compacto, terrible y demoledor. Era el silencio de la fiera depredadora que preparaba el ataque.

Las mujeres salieron corriendo espantadas, dominadas por una fuerza ancestral que las llevó hasta el puente de mando donde se encontraba la tripulación. Era un lugar restringido al público debido a las estrictas medidas de seguridad. No hicieron caso del letrero que decía "SOLO PERSONAL AUTORIZADO" . Las mujeres, presas de un ataque de nervios aporrearon la puerta hasta que se abrió...Y como si algo invisible las empujara con una fuerza sobrenatural cayeron sobre el primer hombre que las recibió que no sabía como reaccionar ante aquellas pasajeras enloquecidas ... Lloraban, gritaban, estaban fuera de sí… Cuando consiguieron controlar sus nervios trataron de explicar el motivo de su presencia en aquel lugar a horas tan intempestivas.


…”¡EN ESTE CRUCERO SUCEDE ALGO RARO!”.. Comentaron al unísono las tres mujeres de manera atropellada.


…” Tranquilas, primero relájense que pueda entenderlas”... Habló el capitán del barco tratando de serenarlas.


Tomó la palabra la chica alta y delgada, sus amigas enmudecieron cuando relató los hechos.


… “Estábamos en nuestro camarote terminando de acomodarnos, cuando hemos escuchado un ruido muy fuerte, algo así como cuando se cae una persona por las escaleras y temiendo lo peor hemos salido al pasillo para ver qué había pasado… No sabemos qué es lo que pasa, pero al ver el humo que habia en el pasillo hemos pensado en la posibilidad de que se estuviera declarando un incendio”..


Antes de que la chica concluyera su narración el hombre la interrumpió diciendo:


..”Perdone, ahora nos aseguraremos de si se ha producido algún conato de incendio. Las cámaras lo habrán grabado”.. El hombre les dio la espalda, mientras se dirigía a los monitores conectados a las cámaras de seguridad situadas estratégicamente en algunos puntos del crucero, registrando si se producía  cualquier incidencia…


…” No hay nada de que alarmarse, todo está normal. De todas formas por si se produjera algún percance, estimo oportuno comunicar al pasaje por megafonía las normas de seguridad para  subsanar cualquier problema que se derive de tal situación”..

Las chicas dedujeron que tenía que tratarse de algún tipo de práctica de salvamento. Al ver la pasmosa tranquilidad con la que se comportaba el Capitán, cuchichearon entre si, contrariadas, y no pudieron ocultar su enojo cuando vieron como al cabo de un rato el capitán hizo un anuncio por los altavoces.


«Los pasajeros cogerán el chaleco salvavidas del armario, se lo pondrán y se dirigirán al punto asignado para proceder al recuento obligatorio».

Una de las mujeres se adelantó: ... " No me ha dejado terminar -Trató de explicarse, pero los nervios se habían convertido en un obstáculo que le impedía expresarse con claridad- El problema no es si se ha producido o no un incendio. Lo espantoso es que ese humo que, en principio, hemos atribuido a un incendio, poco a poco ha ido adquiriendo consistencia y se ha convertido en algo espantoso y amenazador. Tanto, que nos ha perseguido por el pasillo, pero hemos conseguido eludirlo... Antes de cortarme quería decirle que hay una presencia horripilante en el barco, muy agresiva"... El capitán la escuchó atónito, con los ojos abiertos como platos y sin atreverse a pronunciar palabra... 

..." Ustedes, vuelvan a su camarote, se encierran y no salgan bajo ninguna circunstancia. Permanezcan atentas a cualquier aviso por megafonía sobre la posible realización de un intento de evacuación del barco"... El tono autoritario con el que se dirigió a las mujeres no admitía réplica. ..." Y, vosotros - Dijo dirigiéndose a los suboficiales que se encontraban en el puente de mandos. Venid conmigo que haremos una ronda"... La mirada de soslayo que dirigió a las mujeres era demasiado elocuente, sobraban los comentarios.

Salieron por una puerta posterior que daba a una estrecha escalerilla metálica y se dirigieron a un corredor angosto, que disponía de gran iluminación..Tras recorrer un desierto pasillo que parecía tener más iluminación, llegaron al corazón del crucero.. Allí se encontraban las tiendas, restaurantes y establecimientos de todo tipo, colocados uno al lado del otro. Recordaba vagamente a la distribución de los negocios en las grandes superficies

Las mujeres les siguieron a prudente distancia, parecían temerosas de que aquellas personas que se encargaban de las responsables tareas de dirigir el barco se alejaran dejándolas desprotegidas ante aquella niebla tenebrosa que parecía surgir del mismo infierno. Por primera vez contemplaron aquel lujo extremo con desagrado, altas puertas de bronce, cortinajes de color púrpura y negras colgaduras desviaban la atención de los imperiosos vaivenes que sufría el barco con la violenta tempestad. Pero aquella belleza artificiosa se había convertido en un presagio del mal que les acechaba. Las mujeres sentían que algo intangible las rodeaba, un sentimiento de ahogo y ansiedad que se incrementaba a medida que la tripulación del barco desaparecía de su vista. De pronto, la bruma volvió a emerger ante ellas, caía sobre los cuerpos y desdibujaba los objetos,  cada una sentía la angustia crecer en su interior y el brillo reluciente del temor en las miradas de sus amigas..

Lo vieron aparecer en forma de nube.agrandándose como si fuera a desplomarse sobre los infortunados hombres que traumatizados por el terror contemplaban, rígidos y sorprendidos, aquel horror. Incapaces de reaccionar por la fuerza hipnótica de los ojos fosforescentes del monstruo. Y, entonces, de repente, el grito casi inhumano, escalofriante, rasgó la quietud nocturna como una cuchillada. Las mujeres y los hombres de la tripulación sintieron los efectos del impacto psíquico de aquella mirada.

..."¿Qué es eso? —rugió el capitán, palideciendo

..." ¡POR DIOS, DESCONOCÍA QUE ESTE CRUCERO OCULTARA EN SUS ENTRAÑAS TAL HORROR!"...

.La tripulación desapareció engullida por los tentáculos del monstruo gaseoso y las mujeres contemplaron como aquello, nuevamente, fue tomando consistencia y adoptando una forma antropomórfica y sin moverse, sin decir palabra, permaneció inmóvil… Era un ser de sombra que oscilaba grotescamente en el aire sobre el entablamento del techo, parecía querer opacar las resplandecientes arañas colgantes y, desde las alturas, unos ojos amarillentos se clavaron hostilmente en las mujeres.


Las mentes femeninas, sobrecogidas, por el espanto no eran capaz de asimilar tanto horror. Pero cuando aquella abominación habló, sus piernas parecieron volverse de mantequilla y a punto estuvieron de caer sobre la cubierta como muñecas desmadejadas… Pero, su fortaleza las mantuvo despejadas y pudieron escuchar con total nitidez lo que aquel ser demoníaco tenía que decirles.

…”Soy SOMBRA, y habito en las profundidades marinas, cerca de las cuevas del sueño eterno desde tiempos inmemoriales”... Escuchar aquella revelación las mantuvo erguidas, temblando de pies a cabeza, estremecidas, pálidas, porque el tono de la voz de aquella criatura primigenia sonaba extrañamente metálica y parecía una superposición de muchísimas voces, el sonido sólo variaba en la cadencia, como si fuera un ritmo sincopado, hipnotizante, que penetraba oscuramente en sus oídos intentando adormecer sus sentidos… Un sonido atronador en el exterior las sacó de su ensoñación..


…” Tapaos los oídos que está tratando de hipnotizarnos… ¡TENEMOS QUE ABANDONAR EL BARCO… VAMOS A LOS BOTES SALVAVIDAS!. Gritó con todas sus fuerzas una de las chicas.


Sin pensarlo, corrieron hasta el lugar donde se encontraban los botes salvavidas y pudieron comprobar la utilidad de los simulacros de evacuación ya que arriaron sin dificultad uno de los botes, se hicieron a la mar y remaron bajo la lluvia torrencial, como naufragas de las tinieblas en una noche de perros. Las mujeres no podían comprender de dónde habían sacado las fuerzas necesarias para realizar toda la operación de salvamento, quizá era el instinto de supervivencia exacerbado el que las había guiado en esa dura experiencia. Lo cierto es, que a pesar de su fragilidad,  las mujeres bogaban desafiando a los elementos y gritaban cada vez que el bote zozobraba. El mar embravecido las alejó del crucero, que misteriosamente fue apagando todas sus luces y acabó sumido en la oscuridad más profunda. Después una niebla espesa iba rodeando al crucero, cesaron los ruidos infernales y se fueron apagando las luces, convertido en una mole fantasma de los mares. El más allá reclamó su bien mas preciado y ya no formaba parte de este mundo… Felizmente, las tres naufragas llegaron a tierra firme al cabo de unas horas. Inexplicablemente se encontraban en buen estado….Pero la pesadilla sólo había comenzado, los fosforescentes ojos de una de las muchachas rasgaron la oscuridad... Extrañamente, ninguna de sus compañeras de viaje captó el sobrecogedor signo en la mirada de Altea...


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