NAVIDAD 2015




Y llegó la Navidad, puntual como siempre, delicia para unos, tormento para otros. Y, casi a la vuelta de la esquina el final de los tiempos con el nuevo año que entra..

Como dice la profecia, el año 2016 es el número de los humanitarios,  rescatadores, salvadores y solucionadores de los problemas de los demás. Eso significa que es un año que viene marcado por el conocimiento, la dirección y la sabiduría. 

Etapa de grandes cambios sociológicos suscitados por el hipotético final de una era y la evolución hacia el crecimiento espiritual mediante el trabajo interior y la lucha por el bien colectivo y la mejora social.

En este año kármico de culpa y expiación, reitero mis deseos de que la Navidad ilumine las mentes "preclaras" de este país y se deje de lado sobornos y manipulaciones de última hora
 y que nuestros anhelos de paz y prosperidad se materialicen en una verdadera propuesta para los futuros gobernantes de España.

Estos son los deseos de una ciudadana que ama su tierra por encima de todo. 

Ciudadana que goza con la espectacularidad de sus pueblos rurales, que en estas fechas se convierten en auténticos pesebres.

 Ciudadana de mar y de montaña que sabe apreciar la belleza que la generosa madre naturaleza le concedió a nuestra tierra y por la que merece la pena dejarse la piel, luchando por ella…

Ciudadana que se enorgullece del ímpetu con el que la gente lucha por el bien común sin dejarse arrastrar por “los ecos de los tenores huecos”, como dijo nuestro amado poeta. 

Ciudadana indignada que padece con la injusticias que sufren los más desfavorecidos, es por eso que hoy mi felicitación encierra un deseo de erradicar las diferencias que nos separan y un canto de libertad y hermandad de todos los pueblos de España. 

Ciudadana que aspira a que, aunque solo sea por un día, se hagan realidad todas las buenas intenciones de la gente.

 ¡BESOS Y FELICES FIESTAS!

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