EL JARDÍN BOTÁNICO HISTÓRICO DE MONTJUÏC


No hay sorpresa más grande que descubrir rincones nuevos en la ciudad donde has vivido toda tu vida. Encontrarte con pequeños tesoros urbanos que permanecen escondidos, mimetizados con el paisaje. Pero no deja de fascinarnos que un espacio natural tan majestuoso permanezca oculto al ojo humano.

Toda una experiencia sensorial supone este jardín romántico, donde la luz y el aire crea unos efectos maravillosos en cualquier época del año.

Perfectamente camuflado, entre las canteras y la vegetación circundante, este recóndito lugar se ha convertido en uno de los secretos mejor guardados del parque de Montjuïc, secreto que tiene mucho que ver con las obras de las olimpiadas ya que provocaron un movimiento de tierras que hizo peligrar el jardín por lo que tuvo que cerrarse al público.

Uno de los muchos jardines que la Exposición de 1929 legó a Barcelona. Un regalo maravilloso de exuberante verdor, combinado con la frescura de su pequeño lago.. Nuestro relajante paseo por veredas sombreadas, en las que se puede apreciar el paso de las estaciones,  se interrumpe cuando el sonido inconfundible de una pequeña cascada llega hasta nuestros oídos...

La presencia de una masía y su huerto, en el que no faltan los espantapájaros, son la nota que pone de relieve la actividad de tipo ecológico que se debe llevar a cabo en el edificio. Un intento por recuperar el concepto de JARDÍN-HUERTO con el que se trataría de unir el deseo del aprovechamiento agrícola al placer de la vista, buscando la integración de los espacios ornamentales con los hortícolas, buscando conseguir un ecosistema más equilibrado y autónomo. 































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