EL FILTRO DE LA BANDERA FRANCESA




No me siento manipulada por haber usado el filtro de la bandera porque es mi respuesta ante la barbarie y la violencia. Una actitud de apoyo simbólico que no debería ser puesta en tela de juicio porque no deja de ser un gesto solidario con los franceses.

 Una iniciativa que ha arrasado en facebook, pero hay que tener en cuenta que solo aparece cuando una marea solidaria de banderas y símbolos franceses a nivel mundial invaden la red. Después comienzan a producirse en otros lugares todo tipo de actos relacionados con las víctimas en los atentados.

 Es esta reacción a escala global lo que ha provocado las primeras críticas a tal iniciativa, que por otro lado no creo que sea tan peligrosa como se ha llegado a decir, porque ante la barbarie y la violencia hay que solidarizarse. Todos tenemos plenamente asumido nuestro punto de vista y aplicamos nuestro propio criterio al respecto, y si hemos enarbolado con pleno convencimiento la bandera de la solidaridad en nuestro perfil, que en este caso no tiene porque identificarse exclusivamente con los gobernantes que representa, nadie puede negarnos ese derecho.

 Este, como todos los atentados, hay que lamentarlo, porque siempre los padece la población civil. Lo verdaderamente penoso es que se discrimine a las víctimas en los medios de comunicación.


La masacre de París  es la última de una larga serie de crímenes perpetrados contra la población civil... Las cifras hablan por si solas.

"Francia se pregunta por qué no tiene un Pablo Iglesias."

Esta era la reflexión que aparecía hace unos días en un periódico de gran tirada nacional. Pero, hemos tenido ocasión de presenciar una maravillosa conversación entre un padre y un niño pequeño sobre la conveniencia o no de seguir viviendo en el país galo tras  los atentados.... Pero, la ejemplar actitud del padre tratando de explicarle a su hijo lo conveniente de utilizar velas y flores  como protección contra la barbarie nos revela que el espíritu del 15 M, y la formación de Pablo Iglesias es la expresión política de ese movimiento social, también está latente en la ciudadanía francesa y sólo es cuestión de tiempo que se manifieste...

Baltasar Garzón ha sentenciado que quizá tendríamos que plantearnos quién se beneficia y qué intereses se ocultan tras la maquinaria de la guerra. Indudablemente, aquí hay algo más que "el diente por diente y ojo por ojo". En efecto, esta herramienta política que utilizan todas las naciones para solucionar conflictos internos o externos no deja de ser un vil negocio que atrae a todo tipo de especuladores y traficantes, que tiene sus bases en una industria del armamento que  favorece a los gobiernos que las planean estratégicamente para apropiarse de territorio y materias primas.

 La actitud de cada cual ante un hecho de este tipo no debe ser objeto de crítica, sobre todo cuando entra en cuestión el tema de las banderas, últimamente demasiado en boga, por las cuestiones soberanistas que todos tenemos presente.

 La violencia social y todas sus manifestaciones no dejan de manifestarse de la manera más dura ya sea con desastres naturales, políticos o sociales y los usuarios de las redes sociales siempre encuentran la forma de solidarizarse con las victimas, familiares y supervivientes.

 Y, por último, opino que no hay nada más cruel que el terrorismo de estado, ese que masacra sin miramiento a su propia ciudadanía y que suele ser más común de lo que creemos, incluso en países occidentales. Cuando la violencia terrorista la sentimos tan cercana, como si nos golpeara de manera cotidiana, es natural que las personas reaccionen identificándose en este caso con los damnificados y la manera más directa es utilizar el crespón negro o la bandera.

Hemos comprendido que los estragos que ha ocasionado el terrorismo financiero ha repercutido negativamente en la ciudadanía, pero aún no somos conscientes de que las políticas imperialistas de Europa también nos perjudican ya que nos vemos implicados sin buscarlo en un conflicto que nosotros no hemos provocado.

 Ahora es momento de duelo y solidaridad con las victimas y dejar de lado polémicas absurdas y pensad que otros en el pasado ya se preocuparon por incluirnos en esta Guerra Santa que no no es ajena...


Tristemente en momentos como éstos, ninguna palabra es suficiente, sin embargo, aprovecho para ofrecer mis condolencias a los familiares y amigos de las víctimas...

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