PESADILLA II






Subimos por un camino empinado hasta el lugar donde se encuentra el majestuoso caserón... Contrariada, compruebo que mis amigas ascienden por la cuesta sin dificultad, mientras las sigo resoplando por el esfuerzo... Contemplo desalentada como va aumentando la distancia entre ellas y yo... Intento alcanzarlas, pero mis piernas no me obedecen... Algo sobrenatural limita mis movimientos..

El viejo edificio se levanta sobre un páramo desierto. Contemplar la magnitud de la obra que tenemos ante nuestros ojos nos permite imaginar su pasado glorioso. Sin embargo, la maciza construcción irradia una atmósfera inquietante... Bajo el influjo de la luna las tres únicas ventanas de la fachada desprenden una extraña luminosidad que atrapa nuestra atención.

La casa nos atrapa con su misterio y no dudamos en cruzar el umbral. En el interior descubrimos la ausencia de mobiliario y del amplio recibidor donde nos encontramos parte una amplia escalera que asciende hacia la planta superior. Subimos con precaución pues tememos que la escalera no se encuentre en buen estado y se pueda producir algún accidente. Nuevamente, compruebo que me cuesta muchísimo subir la escalera, contemplo desolada y entristecida la agilidad de mis amigas y como se alejan de mí, no se han dado cuenta de mis dificultades... Cuando llego a la planta superior me encuentro en un punto de donde parten varios túneles, pero la situación se ha complicado para mí, mis acompañantes han desaparecido por completo.

Me encuentro sola y abandonada en un largo pasillo. La luz de la luna penetra por una desvencijada ventana, reflejándose en las paredes mohosas del caserón…

Algo amenazante se cierne sobre el lugar.. Vago errática, rodeada de tinieblas, por sótanos y pasillos oscuros. Definitivamente, el grupo que éramos al adentrarnos en la casa abandonada se ha desvanecido en el aire y ahora quedo solo yo…

La angustiosa claustrofobia me empuja a encontrar una salida. Pero todo es en vano, estoy atrapada en un laberinto terrorífico. Contemplo las grietas profundas que se abren en la pared y esperanzada pienso que puedo atravesarlas y verme libre al fin. Pero, soy una ilusa, es un espejismo que ha creado mi mente enferma.

Un ominoso silencio me rodea, un silencio que nace de la no existencia, de la maldad impalpable que me acecha…. Pero pese a las pocas esperanzas que me quedan no cejo en mi empeño por encontrar una vía de escape que me libere de esta trampa en la que he caído voluntariamente.

Ahora, me encuentro con un túnel angosto, lleno de telarañas, y percibo un movimiento furtivo, espantoso, que me eriza el cabello. Pese a la oscuridad, vislumbro un bulto negro que viene hacia mí arrastrándose, pegado a la pared… El pánico me paraliza por completo, no puedo gritar, no puedo moverme, ni siquiera llorar…..¿Qué me sucede?...Creo que me siento poseída por algún tipo de hechizo...Algún espíritu demoníaco que habita en la casa y que se ha apoderado de mi mente y ahora soy la prisionera de algún tipo de entidad que se alimenta de la energía de los seres humanos que confiados se adentran en su morada.

No puedo apartar la mirada del horror reptante que se acerca lenta e inexorablemente. Un terror sin límites crece en mi interior y mi corazón desbocado amenaza con salirse de pecho. En ese momento, siento tres golpes en el brazo que me sobresaltan y me despierto gritando…

Cuando consigo controlar mis emociones comprendo que todo ha sido una pesadilla y que el origen de los golpes se encuentra en mi madre, que quiere notar mi presencia en la cama..

…”Es que pensaba que ya te habías levantado, como tenéis que madrugar”...Trata de disculparse por el susto que acaba de darme..

Descubrir que aquel sueño tan horrible solo era una pesadilla me alivió y sonreí relajada pensando en esa extraña conexión que se crea entre una madre y su hijo ante una situación que puede ser considerada peligrosa.….

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