NAVIDAD, UN RELATO DE TERROR

El Blog de Catalina desea a sus queridos lectores unas Felices Fiestas y como mi pasión son los relatos de terror aquí os dejo uno ambientado en estas fechas tan entrañables...
                                          
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Era Nochebuena y Marisa pensaba con amargura en la tristeza que la embargaba siempre que esos especiales días del año se marcaban en el calendario. Desde que perdió a sus seres más queridos en un accidente se habían convertido en un verdadero trauma, ya que asociaba aquel período a uno de los momentos más felices de su vida…

Combatía el doloroso recuerdo que la inundaba cuando se acercaban esas fechas de celebración con un viaje al extranjero. Una manera como otra de luchar contra la depresión que se apoderaba de su alma en esa fecha puntual que, con  sus típicos contrastes y contradicciones, sólo conseguía profundizar con crueldad en la herida.

La situación de paro en la que se encontraba la había convertido en una las victimas de la crisis que el nuevo milenio trajo consigo. Convertida en pobre energética, sentía como la calaba el frío hasta la médula, un temblor incontenible agitó su cuerpo a pesar de la gruesa manta de lana que la cubría….Y, no estaba motivado precisamente por el frío....

Ahora, contemplaba la calle solitaria y oscura, la luz de las farolas conseguían disipar la oscuridad, pero no alejaban el espíritu triste y melancólico que la crisis provocaba en el ánimo de la gente…. Era medianoche y asombrada contempló como comenzaban a caer los primeros copos de nieve… Se sintió momentáneamente feliz al verla caer tan pura, intacta y por unos instantes se sintió tan feliz como cuando era una niña pequeña y jugaba con sus padres en la calle haciendo muñecos de nieve con grandes bolas que al final acababan lanzándose como proyectiles los unos a los otros….¡¡¡Qué feliz era entonces!!! Pensó con tristeza, mientras una lágrima se deslizaba de sus ojos… Con un manotazo secó los restos de humedad y ya pensaba retirarse a dormir cuando creyó distinguir en la casa unifamiliar, de dos plantas, de al lado, como una figura furtiva trepaba por las tuberías, alcanzaba la parte superior y se encaramaba en la chimenea…

Marisa pensó que la familia que habitaba en la casa corría peligro. Así que, llamó a la policía y dio  parte de lo que pasaba. En principio, los agentes se lo tomaron con guasa, pero después tomaron nota y anunciaron que se presentarían en el lugar para inspeccionar los hechos y tomar medidas con el posible intruso...

Tras colgar, Marisa permanecía alerta junto a la ventana contemplando los emolumentos del falso Santa Claus junto a la chimenea…

Decidió avisar a los vecinos del inminente peligro que les acechaba.

Cuando se encontró en la calle, sintió el frío como un cruel flagelo que se le clavaba en la carne, pero la necesidad de ayudar era más imperiosa. El temporal arreciaba y pronto sobrevinieron las violentas ráfagas de viento, que parecía querer abatir de un plumazo su frágil cuerpo. Una copiosa capa de nieve cubría las ramas secas de los árboles en precario equilibrio sobre el suelo. Marisa contemplaba las siluetas espectrales de los árboles casi ocultos por la nieve en aquel desierto paraje de inmaculada blancura.
Justo cuando alcanzaba el porche de la casa de sus vecinos, el extraño personaje que merodeaba sobre el terrado se precipitó en el interior de la chimenea….

La ventisca levantaba remolinos de nieve que se estrellaban contra la mujer mientras esperaba encogida por el frío, pacientemente,  a que la puerta se abriera de una vez. La espera se hizo demasiado larga…Cuando por fin se abrió, apareció en el umbral una mujer con semblante adusto, no parecía recibir con agrado visitas a esas horas tan intempestivas.

…”Perdone que la moleste, pero es que he visto como alguien trepaba por su pared y se encaramaba en el techo de su casa”....

Mientras hablaba se produjo un gran estruendo en el interior, sonó a algo parecido a cuando se desploma un objeto de gran tamaño. Marisa experimentó un ramalazo de terror cuando por su mente pasó la idea de que aquel ser que se encontraba en el techo hubiera conseguido colarse por el hueco de la chimenea.

En la mente de Marisa se debatían por un lado, la sensación y el deseo de salir huyendo y refugiarse en su casa; y por otro, una curiosidad enfermiza que la empujaba a meterse en aquella casa y comprobar qué era lo que estaba pasando. Pero, sus piernas temblorosas la impedían dar un paso adelante…

 La mujer se sobresaltó cuando escuchó el estruendo y abandonó con rapidez el lugar donde se encontraba, dirigiéndose hacia el salón, seguida a corta distancia por la aterrorizada Marisa. Al poco rato, las mujeres se vieron rodeadas por una espesa nube de humo negro que impedía ver nada. Era el hollín que se había desprendido de la chimenea al impactar el cuerpo contra la base de la misma…
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Poco a poco el humo se fue desvaneciendo y entonces apareció ante sus ojos. Sin duda alguna, aquel ser era Santa Claus, con el mismo abrigo de pieles, rojo, pero deslucido  y ajado por el tiempo, algunos mechones grises escapaban de debajo del gorro que cubría su cabeza. Pero había algo raro en él, su rostro que hasta entonces había permanecido velado por el humo, provocó un ataque de histeria incontenible en las mujeres. Gritaron tanto que casi desgarraron sus gargantas. Aquel ser no era el entrañable anciano de barbas blancas y talante bonachón que todos imaginamos. Ante sus ojos tenían al mismo demonio disfrazado de Santa Claus….Dos ojos que desprendían un fulgor rojizo las contemplaban con un odio infinito. Aquel ser desprendía un aire de malignidad tan intenso que congelaba la sangre en las venas… Una sonrisa grotesca dejó al descubierto los dientes podridos.

…”Es que no sabéis que en Nochebuena hay que acostarse pronto porque Santa Claus tiene que dejar sus regalos. Pero, nadie hace caso y luego pasa lo que pasa…. Y, por si fuera poco, ademas me he colado en una casa en la que ni se me festeja, ni se me espera...¡¡¡PATÉTICO, Y ENCIMA NO HAY NIÑOS QUE ME PUEDA ZAMPAR…QUÉ CONTRARIEDAD …!!!.. Pero eso no tiene importancia, -exclamó dirigiéndoles una mirada aviesa- sois un poquito mayorcitas, pero a falta de pan…buenas son tortas ,,,ho,,ho, ho.”... Las mujeres no daban crédito a lo que estaban viendo, parecía que estaban viviendo la peor de sus pesadillas. Allí tenían al personaje más adorado por la infancia convertido en la imagen de la muerte más putrefacta. Parecía un espíritu que se ha quedado atrapado en este mundo, condenado a pagar una deuda eterna por alguna fechoría cometida. Aterrorizadas, escuchaban las ásperas palabras de Santa y comprendieron que aquella trágica noche estaba a punto de depararles un triste destino.

Aquel ser de pesadilla contempló a las desgraciadas mujeres, privándolas del habla, de la conciencia y paralizándolas por completo. Después, comenzó a flotar a su alrededor y colocándose frente a una de sus víctimas, clavó sus dientes podridos en el cuello y desgarrando la suave piel  sorbió con avidez el fluido vital arrebatándole la vida. Así sació momentáneamente el ansia de rencor y odio acumulados tras tantos siglos de esclavitud....Después,  la otra mujer siguió el mismo triste destino.

Un viento helado azotó la casa y pareció abatir hasta sus más profundos cimientos... La puerta se abrió de par en par y penetró un remolino de nieve que se deslizo hasta sus rincones más ocultos... Santa Claus abandonó el lugar envuelto en una nube blanca... A escasos metros le esperaba su trineo tirado por unos renos esqueléticos... El trineo y su cortejo tenebroso levantaron el vuelo hacia la estrella más cercana... Juntos componían la  imagen más dantesca de la Navidad...

Nochebuena ya toca a su fín, pero en el interior de la casa, yacen sobre las frías losas del suelo los cuerpos inertes de las desafortunadas mujeres, exhalando el último soplo de vida,  sus rostros reflejan la palidez de la muerte, exangües, sin vida y con una pátina de hielo cubriendo sus cuerpos....

En el exterior,  los primeros rayos del sol acababan con la imagen espectral de los árboles de la avenida.....Unas sirenas lejanas anuncian la inminente llegada de la patrulla de policía.