martes, 2 de diciembre de 2014

EL BOSQUE DE LAS ALMAS MALDITAS, IV - VICTOR - CONOCIMIENTO





El misterio que rodeaba a la extraña desaparición de Julio y sus amigos era la comidilla que animaba todas las conversaciones que se mantenían en la institución, y pese a los intentos de convertirlo en un secreto y mantenerlo oculto, no tardó en extenderse por toda la comarca. La perturbadora historia de Julio puso en entredicho la reputación, honorabilidad y la continuidad de una Institución que unido a la fama que tenía de ser una de las instituciones educativas más duras del país, ya que había llegado a ser considerada por muchos casi como un correccional, significó el principio de su declive. Los extraños sucesos que rodeaban a las desapariciones tejieron un sinfín de habladurías encaminadas a crear "la leyenda negra" del centro. La fama de maltratadores que acreditaba el personal docente contribuyó a expandir el rumor de que, posiblemente, las desapariciones sólo eran un subterfugio para ocultar algún tipo de accidente con final fatal...

Sin embargo, algo maléfico y diabólico anidaba en las entrañas de aquel internado, una maldad primigenia antigua y poderosa que no escapó a la sensibilidad de los internos y comenzaron a considerarlo maldito y marcó el inicio de su futuro abandono. A partir de entonces, el Centro inició un período de decadencia que concluiría con el cierre definitivo de sus puertas y sus imponentes edificaciones convertidas en un exquisito cadáver arquitectónico, un atractivo reclamo para los exploradores urbanos....

                                                                        VÍCTOR

Víctor era uno de los jóvenes más prometedores de la institución educativa. Había nacido en el seno de una de las familias más humildes de la comarca. Desde bien pequeño demostró una gran inteligencia que sus padres no querían desaprovechar, por lo que emplearon los ahorros conseguidos durante toda su vida en proporcionarle a su hijo una esmerada educación.

Pero el chico no sólo destacaba por sus grandes dotes intelectuales, la naturaleza había sido muy generosa con él, otorgándole un atractivo aspecto, alto, esbelto y muy guapo, se había convertido en el amor platónico de la mayor parte de las alumnas de internado...Pero, el muchacho no parecía ser consciente de su gran atractivo y se dedicaba en cuerpo y alma a sus estudios...

Por ello, en aquellos momentos en que se encontraba perdido en el bosque sombrío escuchando los inquietantes sonidos que se producían y  con la terrible certeza de saber que estaba completamente solo en aquella oscuridad boscosa, ya que sus compañeros de estudio habían desaparecido como por arte de magia. Se preguntaba, porqué oculta razón había decidido participar en aquella delirante aventura, si él nunca se había sentido especialmente inclinado a realizar  ese tipo de cosas. Ahora, ante el giro que habían dado los acontecimientos, se arrepentía amargamente de haber formado parte de aquella loca escapada.

Completamente solo y rodeado por un gigantesco y oscuro bosque que no parecía tener fin. Apretó con firmeza la linterna que Julio le ha facilitado, mientras intentaba orientarse en la oscuridad, pero ya era noche cerrada y eso no ponía las cosas fáciles. Intuyó que la Institución tenía que estar al final del camino, porque como medida de precaución habían acordado seguir el sendero principal, evitando coger los desvíos. Así que no debía encontrarse demasiado lejos.

Víctor reanudó la marcha y descubrió que en ciertas partes el paso era totalmente imposible ya que una tupida capa de matorrales lo había cerrado por completo....

Llevaba más de una hora caminando y las altas torres del internado no aparecían por ningún lado, y su ánimo comenzó a decaer.  Intentó no pensar en sus amigos desaparecidos, seguramente se encontraban en la misma situación que él, desorientados, en medio de aquella inmensa mancha oscura vegetal. Deseó fervientemente que se encontraran bien. Pese a la angustiosa sensación que estaba viviendo no dejaba de lamentar que el ataque de pánico que experimentaron cuando escucharon los gruñidos y su precipitada reacción había provocado la desagradable situación en la que se encontraba, impotente y solo en esa oscura inmensidad que le rodeaba.

Llevaba un buen rato caminando, cuando creyó distinguir a la izquierda, entre unos matorrales cercanos, casi velados por la oscuridad, unas pequeñas luces de color blanco azulado que flotaban y se movían en todas direcciones. Al verlas, se estremeció  horrorizado, pero no pudo refrenar el impulso de acercarse y observar de cerca el extraño fenómeno. La curiosidad venció a la prudencia ya que no pudo resistir la tentación de comprobar qué eran aquellas luminarias. En aquel momento pasaron por su mente todas las historias que su abuelo le había contado sobre los fuegos fatuos o las luces de San Telmo y se entusiasmó con la idea de poder presenciar el extraño fenómeno meteorológico,  "Los candiles de la muerte" o " las velas de los muertos", tradicionalmente atribuidos a las almas en pena o los rituales de magia negra.

Atónito, contempló como se acercaban o retrocedían cuando intentaba aproximarse, parecía como si las guiase una inteligencia excepcional y emitían unos intensos destellos mientras realizaban unas maniobras vertiginosas que parecían hipnotizarlo. Al final, las luces cambiaron su dirección y se dirigieron hacia donde se encontraba el chico, que tuvo que detener sus pasos porque la luminaria se quedó quieta a escasos metros de su persona, impidiéndole el paso...

Aquel extraño comportamiento atemorizó a Víctor de tal manera que se dio la vuelta y salió despavorido sin mirar atrás. Pero, las luces acabaron alcanzándole y se abatieron sobre el joven atacando sus miembros inferiores, provocando que cayera bruscamente en el suelo, donde fue traspasado en su totalidad por aquella energía de origen desconocido; aparentemente, sin causarle ningún daño; a excepción de un intenso dolor de cabeza que no tardó en desaparecer. Sin embargo, la luminaria no había desaparecido. Ahora se hallaba suspendida sobre las copas de los árboles a prudente distancia, emitía unos extraños destellos que pretendían atrapar la atención del joven, se mantuvo así durante un buen rato, y al final, dando un giro vertiginoso y completamente en silencio, se dirigió hacia las cercanas montañas.

Víctor sintió la imperiosa necesidad de seguirla y así lo hizo, hasta que sintió un gran estruendo, y un enorme socavón se abrió bajo sus pies. El muchacho se precipitó por el agujero negro, gritando y sollozando de terror e impotencia. Cuando tocó fondo sus pensamientos no eran nada optimistas, se sentía magullado y en un entorno hostil, donde la soledad se había convertido en algo ominoso que podía llegar a destruir la poca cordura que le quedaba. Prisionero en esa fría cárcel de piedra, sintió el olor a tierra y humedad que la impregnaba. Con ayuda de su maltrecha linterna,  sus ojos se acostumbraron a la oscuridad, dirigió una mirada a su alrededor y descubrió que, a su derecha, se abría una gran galería que se adentraba en las profundidades de la tierra.

Víctor analizó con desaliento las pocas posibilidades que le quedaban, siendo consciente de que escalar las escarpadas paredes del agujero, donde se encuentra atrapado, está fuera de su alcance, opta por adentrarse en las oscuras galerías, embargado por negros pensamientos y dominando el terror a duras penas.

El chico recorría aquellos pasillos laberínticos de la galería, sintiendo la intensa sensación de que le iban siguiendo, por eso a veces se detenía y miraba hacia atrás tratando de vislumbrar a su seguidor, pero tras él sólo había la oscuridad más negra e impenetrable...

 Al cabo de un rato, se produjo un extraño prodigio, las rocas resplandecían como por arte de magia y creaban un enorme rostro humano, con una boca abierta descomunal que amenazaba con engullirlo si osaba franquearla... Era la entrada a otra espeluznante galería..Víctor tenía que seguir hacia delante ya no podía echarse atrás... Avanzaba por aquel mundo subterráneo con cautela, llegando incluso a sobresaltarse con el ruido que hacían sus píes al caminar...Sin embargo, no conseguía alejar de su mente la desagradable sensación de que le estaban siguiendo, casi creía sentir tras su oreja una respiración dificultosa.

 Las paredes de la galería subterránea desprendían una extraña luminiscencia que permitió al joven orientarse en aquel espacio pétreo. Aún conservaba la linterna, y fue siguiendo el apagado reguero de luz  que dejaba a su paso.

El desasosiego comenzaba a hacer mella en su ánimo cuando comprendió que el túnel parecía no tener fin y conforme se iba adentrando más y más en las profundidades de la tierra su miedo iba en aumento. Por fin, llegó a una zona donde el túnel se ensanchaba y se dividía en dos ramales. Ante la nueva situación que se presentaba meditó unos segundos y optó por el más amplio. A partir de ese momento, la humedad se intensificó, las paredes rezumaban y del techo caía como una pequeña llovizna. Pensó aterrorizado, que el túnel debía de pasar por debajo de algún río o un lago, pensar en esa posibilidad revivió la vieja claustrofobia que creía superada con el paso de los años

Avanzó en la semioscuridad, durante un buen trecho hasta que llegó a lo que parecía una amplia cámara subterránea  de la que colgaban del techo las conocidas concreciones calcáreas. Una luminosidad irreal impregnaba el lugar, poseía la enigmática belleza de todas las cuevas subterráneas. Víctor contemplaba extasiado todo lo que le rodeaba, ya que siempre se había sentido atraído por ese mundo geológico tan fascinante. Pero toda la magia desapareció cuando descubrió lo que había desperdigado por el suelo, tanto horror despertó en el chico que la linterna se desprendió de sus manos y cayó al suelo. Ante sus jóvenes ojos tenía el espectáculo más macabro que había contemplado en su vida: Una capa de descarnados cráneos humanos cubría todo el suelo y las paredes de la cueva... Era imposible ver una imagen más grotesca de la muerte. Al ver aquella atrocidad, pensó que debía encontrarse en una fosa común de la Guerra Civil, pero era extraño que solo aparecieran los cráneos....El chico era poco dado a las fabulaciones y no creía en la misteriosa criatura del bosque aficionada a la carne humana, ni en las historias que su abuelo le contaba sobre la Morrigan y su empeño en coleccionar cabezas humanas... Pero al ver aquella escena tan dantesca, la duda se abrió paso en su mente.

Estaba tratando de reponerse de la impresión que le había provocado la acumulación de tanto cadáver, cuando su oído captó unos sonidos metálicos y amortiguados, parecían venir del interior de la tierra. Víctor no era creyente, pero después de ver lo que tenía ante sus ojos, comenzó a plantearse que podía estar a un paso de las puertas del infierno. De pronto, la capa de cráneos humanos que cubría el suelo comenzó  a agitarse como la superficie del mar cuando sopla el viento y contempló aterrorizado, con los ojos desmesuradamente abiertos y casi al borde del colapso como una sombra emergía de entre las descarnadas calaveras,  recortándose imponente contra las paredes de la cueva...

Víctor pensó que aquel ser de pesadilla sólo podía ser Satanás escapado del mismo infierno para capturar su alma descarriada, creyó ver los cuernos, el rabo y el tridente que le caracterizaba...

El chico pensó que "qué malo había hecho para acabar en el infierno", pero sus dudas se disiparon cuando la extraña sombra habló por fin...

..."Bienvenido al Círculo de los Milagros. Reconocemos tu innegable valor al aventurarte en un territorio desconocido sin saber a los peligros que tendrías que enfrentarte. Por todo ello, eres merecedor de pertenecer a esta Hermandad Universal.

Sin embargo,  el carácter abierto y solidario de la orden no trata de imponerse a nadie, por lo que dejamos que los posibles nuevos miembros escojan libremente si deciden integrarse en nuestra Sociedad. Ahora, sólo depende de ti elegir si quieres formar parte de esta nueva aventura de la humanidad. Pero si aceptas, no habrá posibilidad de echarse atrás porque su trascendencia es tan grande que no puede ser revelada...

¡Tuya es la decisión!"...

Cuando el extraño ser pronunció sus últimas palabras, la cámara donde se encontraba se iluminó totalmente, revelando con total nitidez todo el horror que atesoraba... Pero, también dio a conocer al extraño personaje que había irrumpido tan teatralmente en el lugar...

El chico contempló su tez pálida y sus sienes plateadas,, a pesar de su innegable juventud... En aquel momento le contemplaba con una beatífica sonrisa... Su atuendo no era usual, una larga túnica blanca le llegaba hasta los pies... La visión del hombre le recordaba todo lo que había leído sobre los intraterrestres, o habitantes subterráneos del planeta.

Víctor, meditó en silencio la propuesta durante unos segundos y pensó que no merecía la pena prescindir de toda la belleza que la naturaleza ofrece generosamente, de todo el calor humano que se puede encontrar si uno se empeña en buscar y que si había luchar por algo trascendental, tendría que ser terrestre. Así que se negó con rotundidad.

..." No me seduce lo que me ofrece en absoluto, si tengo que luchar por algo trascendental, prefiero hacerlo por el único mundo que conozco. Rechazo ambigüedades que no llevan a nada y aunque creo intuir que usted representa una sociedad más evolucionada que la nuestra, no me siento tentado a embarcarme en aventuras trascendentales, prefiero mi vida sencilla y sin complicaciones... De todas formas, gracias por el ofrecimiento"...

El hombre sonrió cuando escuchó sus palabras y pronunció:

..."No me extraña tu decisión, no obstante, las "Puertas del Círculo" siempre estarán abiertas para ti... Y, ahora ven conmigo - dijo extendiendo la mano- Víctor sabía que no tenía nada que temer de aquel hombre. Cuando sus manos se encontraron, Víctor se sintió invadido por un brillante torbellino de luz que le dejó exhausto, casi sin fuerzas. Y, finalmente, se desvaneció.

Cuando recuperó el sentido se encontró tumbado sobre la hojarasca bajo un árbol frondoso, al amanecer.  En el cielo brillaban tres soles.... Se sintió momentáneamente fascinado, con el meteoro, que conocía porque era aficionado a Jack London y sus famosos relatos de aventuras y el famoso escritor ya mencionaba el extraño fenómeno atmosférico en una de sus narraciones, "La ruta de los Tres soles".  Sabía perfectamente que no había nada milagroso en aquel prodigio de la naturaleza ya que se debía a la acción de nubes compuestas de pequeños cristales de hielo que se encuentran en suspensión en la troposfera y en latitudes muy frías.... Sus últimos pensamientos le llenaron de zozobra e incertidumbre, porque él era un habitante de una zona templada... Entonces, le vinieron a la mente todas las teorías apocalípticas sobre el cambio del eje de rotación de la tierra y los cataclismos que le precederían. Con la mente ocupada en ominosos pensamientos llegó hasta el linde del bosque, a escasos metros se levantaban los imponentes muros de la familiar institución.... Un maravilloso arcoiris veraniego se cernía sobre sus desafiantes torres.... El chico lo contempló con fijeza y murmuró para sí...

..."El abuelo tenia razón, ya sólo es cuestión de tiempo, todo está en marcha y el mal se desencadenará"...Unas lágrimas de impotencia surcaron sus mejillas.... Era el miedo y la desesperación ante lo que se avecinaba.....

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