martes, 30 de septiembre de 2014

MI BARRIO EN IMÁGENES


Pasear por mi barrio puede convertirse en una experiencia "casi religiosa", y no puede ser más oportuna la frase ya que se construyó a raíz de la celebración, en Barcelona, del famoso Congreso Eucarístico del 1952. Pero, cuando recorres sus amplias avenidas arboladas comprendes que de sus origenes eclasiásticos queda bien poco, aunque las calles aún conservan los nombres de los promotores del Congreso, y  la iconografía religiosa en los esgrafiados son visibles en dos paredes de unos bloques de viviendas, constituyendo una prueba fehaciente de que las cosas no han cambiado demasiado a lo largo del tiempo.

La belleza y los vanguardismos en arquitectura se complementaron a la perfección en este ejemplo de modelo urbanístico experimental que tenía su inspiración en las diferentes tendencias arquitectónicas que imperaban en la década de los cincuenta en Europa, como podían ser la escuela Bauhaus y Le Corbusier.

Del pasado Indiano nos quedan las palmeras centenarias y alguna de las impresionantes casonas que construyeron aquellos aventureros de ultramar que favorecidos por la diosa fortuna decidieron regresar a la patría.

Soy afortunada porque vivo en un lugar donde se dan la mano tres de los barrios más emblemáticos de Barcelona, el Congrès, la Sagrera y Sant Andreu del Palomar.

San Andreu del Palomar, caótico y rebelde, ha experimentado un crecimiento urbanístico poco común en los últimos años; La Sagrera se caracteriza por las obras interminables del AVE; y el Congrés, que es el que está recibiendo el mayor castigo con la crisis.

 Una intensa desolación me embarga cuando contemplo como muchos de sus comercios cuelgan en la puerta el cartel de se vende o se traspasa, ya que no resisten la competencia desleal de las grandes superficies.

Hasta aquí mi pequeño homenaje a todos aquellos que emigraron a tierras lejanas y pasaron grandes penurias sin lograr hacer fortuna. Otros, sí que les sonrió la vida y retornaron exhibiendo los símbolos externos que evidenciaban su nuevo status: Construcción de importantes casas y panteones, indumentaria elegante, abundancia de joyas, afición por los viajes y los automóviles, interés por la cultura y el progreso, donaciones a sus barrios natales, etc... de alguna manera buscaban ser inmortalizados. Aunque su huella en el barrio quedó eclipsada y lamentablemente poco queda de la afamada arquitectura Indiana.

Mi barrio no es mejor ni peor que otros, pero una cosa si es cierta en él aprendí a respetar y ser respetada y a reclamar por derecho lo que me pertenece. 

Aquí os dejo una pequeña muestra de un barrio que a veces se manifiesta solidario y sabio, pero otras muestra su lado más cruel y despiadado. Eso sí,  siempre acogedor para el visitante....





Esta casa era la famosa "casa en ruinas" de la Sagrera.





Las masías del Distrito de Sant Andreu, patrimonio del barrio.










Una de las pocas casas indianas que quedan en el barrio.



La casa museo de la calle Grau.




La bomba de Sant Andreu


Las interminables obras del AVE, con la Casa del Fang...


El Canódromo


La calle Fabra i Puig


La Meridiana


Trampantojo en Sant Andreu


Coche de época


Coche en llamas


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