IGNACIO GONZÁLEZ Y CAMILO JOSÉ CELA




"El mal (la ignorancia) es como una sombra - carece de materia, es simplemente falta de luz; no puedes hacer que una sombra desaparezca tratando de luchar contra ella, de pisotearla, de quejarte amargamente de ella, o utilizando cualquier otra forma de resistencia emocional o física. Para provocar que una sombra desaparezca, debes poner luz en ella". ( En referencia a la mordaza sobre las redes sociales)
Shakti Gawai

Quiero mencionar la gran metedura de pata que ha tenido el presidente de la comunidad de Madrid Ignacio González, cuando durante el discurso en la inauguración de la exposición de "Camilo José Cela y los Toros"en la Real Casa de Correos, en la comunidad de Madrid, nos sorprendía declarando con toda la naturalidad del mundo que:

“Nuestro premio Nobel, el único premio Nobel que tenemos, como recordaba el consejero, veía en la lidia un espejo de la historia y de la cultura española…”.

Ignacio con estas palabras ignoraba a los 6 premios nobeles que han precedido a Cela. Ni Echegaray (Nobel de Literatura en 1904), Ramón y Cajal (Nobel de Medicina en 1906), Benavente (Nobel de Literatura en 1922), Juan Ramón Jiménez (Nobel de Literatura en 1956), Severo Ochoa (Nobel de Medicina en 1959) y Vicente Aleixandre (Nobel de Literatura en 1977), estos simplemente no existen para el político.

Por supuesto los periodistas que recogieron la noticia se quedaron estupefactos y optaron por incluirlo en sus grabaciones, sin embargo se ha desechado la idea ante el control que la Comunidad ejerce sobre los medios de comunicación en los que trabajan.
Pero lo que está fuera de toda duda es que para Ignacio González sólo existe uno, Camilo José Cela que, modesto como ninguno, llegó a comentar: "Hubiera querido ser torero... Pero sólo llegué a premio Nobel"..

Según mi opinión, un premio nobel polémico y totalmente inmerecido, ya que Camilo José Cela se ofreció voluntariamente para actuar como censor durante el régimen franquista. Ya que este premio se entrega a las personas que hayan contribuido con sus investigaciones y trabajo al mejoramiento y desarrollo de la humanidad y no deberían ser galardonados aquellos personajes que han intervenido en el contenido o en la forma de una obra por razones ideológicas, morales o políticas, llegando, incluso a la supresión material de una obra considerada políticamente incorrecta para el gobierno establecido.

Tal desatino no debería extrañarnos ya que el partido popular considera la cultura como un lujo prescindible y no como la base intelectual que mueve el progreso en la sociedad. Habría que puntualizar que a pesar de la supremacía de los licenciados en derecho entre la clase política, no dejan de asombrarnos con sus patéticas ocurrencias que ponen de manifiesto su ignorancia. Y, es que quizá más que exigir un prolijo dominio del inglés, habría que reclamar unos estándares mínimos de cultura general. No se trata de elegir a nuestros representantes políticos por sus credenciales meritocráticas ya que éstas no son una garantía de preparación adecuada para ejercer la función de representación política, sino de que los partidos se abran y empaticen con la sociedad a la que representan.

También sería conveniente controlar exhaustivamente la salud mental de nuestros gobernantes.
Sintetizando, existe un buen número de líderes, politicos, gobernantes... etc. con un tipo de personalidad un tanto "peculiar", que drogados con el poder desarrollan un efecto "dual", un nuevo tipo de "trastorno mental" que desencadena el poder, una de las más potentes, adictógenas e incontrolables drogas.

En estos tiempos en los que la política puede depender de algo tan incontrolable como la opinión pública o las redes sociales, no estaría mal exigir como medida un control de la salud mental, sobre todo para aquellos que caminan sobre la tierra y con su comportamiento manifiestan tendencias fanáticas y totalitarias.

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