FELIPE GONZÁLEZ Y LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA




Felipe  González ha sido un referente para muchos españoles de mi edad (y de la suya, más o menos). Pero, últimamente no está muy acertado en sus declaraciones, sobre todo cuando identifica el discurso franquista con el "populismo"y por si había dudas ha enumerado alcaldías, Zaragoza, Madrid, etc.. Tremendo patinazo ya que Manuela Carmena se libró de ser asesinada en la matanza de Atocha en 1977 y si hay algo que la caracteriza es su lucha constante por los derechos humanos. También se mostró partidario de una coalición de gobierno con el PP y no ocultó su ironía ante el triunfo de PODEMOS en las europeas, comentando que la revolución bolivariana está "de moda".

Deplorable y penoso es que los políticos españoles utilicen la palabra "populismo" como arma arrojadiza, incluso como insulto, sin llegar a aportar soluciones al precario futuro de España. Siento una inmensa decepción cada vez que esta figura carismática de la política española se empeña en atacar con tanto empeño las nuevas formaciones que aparecen en el panorama de nuestra política y mantiene un obstinado mutismo con la gestión del Partido Popular.

Una revolución es un cambio o transformación radical y profunda con respecto al pasado(más o menos, ésta es la definición que nos ofrece la RAE). También se puede definir como el descontento que puede generar una política o ideología, por lo que muchas veces acaban en golpes de estado u oposición del pueblo contra su estado o sus gobernantes, dentro de un país o territorio. Si en un movimiento revolucionario falta su carácter trascendental, entonces estamos hablando de una simple revuelta. Por lo tanto, las revoluciones son consecuencias de procesos históricos y construcciones colectivas y para que éstas se produzcan tiene que darse un nuevo orden de valores frente a los antiguos.

Sin embargo, con el movimiento del 15 M pasó algo inusual, supuso un auténtico aldabonazo que desconcertó a la mayoría de representantes políticos, pero su significado fue ignorado. La ciudadanía reclamaba con insistencia cambios profundos en la política de sus gobernantes, exigencias que eran ninguneadas por la casta gobernante, y ese movimiento silenciado fue el aglutinador de todo el descontento de esa parte de la sociedad que rechazaba el autoritarismo y anquilosamiento que se estaba generando con el desgaste de las políticas que han llevado a cabo los dos partidos que han gobernado en España. Por eso el voto a PODEMOS se convirtió en un castigo a estas formaciones que constituyen la casta dominante.

Pablo Iglesias presenta su formación como un "método participativo abierto a toda la ciudadanía". Cabe destacar que, curiosamente, el nombre y primer apellido del líder de PODEMOS coinciden con los del fundador del PSOE, un político marxista considerado el padre del socialismo en España.

La revolución pacífica de PODEMOS ha generado tantos partidarios como detractores, pero ello no ha impedido que se haya convertido en la opción de un país que no se caracteriza por ser precisamente un ejemplo en revoluciones, Francia, Italia, China, Rusia, etc... éstos sí que lo son, pero España no, ni siquiera en sus peores momentos se rebeló contra el opresor, contra los franceses lucharon hasta la muerte, pero sin embargo, toleraron a Fernando VII, el Rey felón, uno de los reyes más tiránicos de España.

Sin duda alguna, las revoluciones sin muertos no tienen morbo y no interesan a los grandes medios de comunicación. Remover nuestras conciencias, subvertir los valores establecidos, cambiar el orden social, sin violencia.... Eso es una revolución social pacífica y resulta extraño que Felipe González no encuentre similitudes con la revolución de Islandia, silenciada por los medios de comunicación al servicio de las plutocracias europeas.

La revolución silenciada de Islandia se materializó con la dimisión del gobierno en pleno, con la detención de varios banqueros y altos ejecutivos, se nacionalizaron los principales bancos, se decidió no pagar la deuda creada con Gran Bretaña y Holanda a causa de una execrable política financiera y se creó una asamblea popular para reescribir su constitución. Posteriormente, el gobierno iniciaría una investigación para dirimir jurídicamente las responsabilidades de la crisis y la Interpol dictó una orden internacional de arresto contra el ex-Presidente del Kaupthing, Sigurdur Einarsson. Y, dictaminaron una medida única: la Iniciativa Islandesa Moderna para Medios de Comunicación (Icelandic Modern Media Initiative), un proyecto de ley que pretende crear un marco jurídico destinado a la protección de la libertad de información y de expresión. Se aspiraba a convertir el país en un refugio seguro para el periodismo de investigación y la libertad de información donde se protejan fuentes, periodistas y proveedores de Internet que alojen información periodística. Y todo ello se consiguió de forma pacífica: a golpe de cacerola, gritos y certero lanzamiento de huevos. Se convirtió en ejemplo de lo que puede llegar a ser una revolución contra el poder político-financiero neoliberal que nos ha conducido hasta la crisis actual.

Evidentemente, la tentación es hacer el paralelismo entre Islandia y España. Ellos dejaron caer a sus bancos y ahora tienen el 4% de paro y desde luego para ellos este dato es preocupante. El milagro de Islandia es un hecho, pero sin embargo, en Abril del 2013 su ciudadanía le volvió a entregar su confianza a la formación política que había causado su ruina. Extraño, ¿verdad?.

Un resultado electoral que no fue comprendido por la izquierda española. Este varapalo se debía en gran parte a que la actuación del gobierno islandés estuvo muy lejos de llevar a cabo una política verdaderamente de izquierdas, y el mejor ejemplo lo tenemos en que la sanidad y la educación públicas han dejado de ser gratuitas en el país y eso no lo perdonaron.

Las revoluciones siempre son buenas si las protagonizan gente honesta que se entrega a la ciudadanía y creo que PODEMOS se encuentra en esta línea, porque ha demostrado un talante salomónico en la resolución del caso de la alcaldía de Benicull, aclarando que sus cargos "únicamente pueden ser elegidos en unas elecciones oficiales". Pienso que la formación acaba de despegar y ya le están poniendo trampas….

Hay que reconocer que en un periodo de tiempo tan corto, un personaje como Pablo Iglesias no ha hecho más que suscitar insultos, escarnios, nada en su persona ha escapado a los ataques mediáticos de la casta. Ante la revolución pacífica que supone su formación, las élites sólo consiguen demostrar el miedo que sienten ante el poder inigualable del pueblo unido y esgrimen sus dotes de persuasión para que acatemos el poder dominante de las farsas en que se han convertido las democracias.

En mi humilde opinión las declaraciones de Felipe González, Floriano, Pons, Rosa Diez, etc. Son un auténtico vivero de votos para Podemos.

Bolivarianos, ultraderechistas, marxistas, anti sistemas o populitas. A la gente en este momento casi le da igual, quieren gente honesta, dispuesta a ser servidores de los ciudadanos.

Pero lo verdaderamente preocupante es que la derecha tanto política como mediática, está digiriendo muy mal el triunfo de PODEMOS en las elecciones europeas y lo trata de criminalizar situándolo al borde de la ley. Pero, la ciudadanía reniega de un sistema en el que las corruptelas y privilegios están a la orden del día…

Antes, Isidoro se nos presentó con chaqueta de pana para que le votáramos de presidente, pero sucumbió al chantaje del capitalismo neoliberal y se olvidó de las necesidades de la ciudadanía. Dice que sería una catástrofe que prendieran alternativas bolivarianas y lo que yo le respondo es que sería un gran error seguir con el mismo sistema corrompido que concede medallas honoríficas a esculturas de madera policromadas, mientras consiente que una muchacha agonice por falta de asistencia médica en las urgencias de un hospital.



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