EL JUEGO DE LA VENTANA


Este relato está inspirado en una leyenda urbana.

Petra estaba intrigada con aquel juego desde que lo vio publicado en un grupo de temática sobrenatural. A partir de entonces, la curiosidad y la morbosidad se habían apoderado de su mente y supo que tenía que ponerlo en práctica. Después de todo, el ritual a seguir le parecía muy ingenioso y bastante simple, tan sólo había que cerrar la ventana, correr las cortinas y bajar las persianas y como condición ineludible para que el ente no falte a su cita, tenía que realizarse a final de mes.... Esto último la hizo sonreír ya que le parecía una metáfora sobre la dificultad que entrañaba llegar a fin de mes en los tiempos de crisis que se estaban viviendo.

El momento no podía ser más idóneo y como colofón a un final de mes espectacular, una rojiza luna llena señoreaba inaccesible en el firmamento.

Era una persona solitaria y eso suponía un tanto a su favor, ya que la presencia de otras personas podría significar alguna dificultad añadida.

Siguió el ritual que se especificaba en el juego que, en este caso, coincidía con el que acostumbraba a repetir de manera rutinaria cada noche… Cuando el cansancio invadía sus miembros, se acercaba hasta la ventana y antes de bajar las persianas solía echar una sombría mirada a la calle, como esperando ver entre la oscuridad alguna sombra agazapada al acecho de alguna víctima indefensa que a esas altas horas de la noche vaga como alma en pena en busca de su incierto destino…

Contempló con detenimiento el efecto que causaba la mortecina luz de las farolas sobre los muros de las fachadas y los coches aparcados...Y, sintió algo parecido a un retortijón en sus entrañas, como un anticipo de lo que se le avecinaba. Siempre le había parecido muy inquietante y misteriosa la noche, pero en ese preciso momento le pareció más tenebrosa que nunca, pues creyó detectar en sus negras sombras como un aleteo imperceptible de maldad genuina. Petra se apartó rápida de la ventana y pensó que aquel juego sólo era  un experimento sociológico, algo relacionado con la influencia de las leyendas urbanas en la psique humana.

Se dirigió hacia el dormitorio y encendió la pequeña luz de la mesita, la débil iluminación alejaba las tinieblas, pero contribuía a crear un ambiente de recogimiento y misterio que excitaba todo tipo de fantasías sobrenaturales. Dirigió una mirada hacia el gran ventanal, que en aquel momento parecía un inmenso espejo en el que se reflejaba su persona por entero… Contempló la imagen irreal que  le devolvía y casi gritó de horror al percibir la extraña bruma grisácea que rodeaba su cuerpo… Aquello era una locura, sería que el lúgubre juego ya estaba en marcha y uno de sus efectos era que enloquecía al pobre desgraciado que osaba ponerlo en práctica…. Pero, la cordura se abrió paso en su mente y llena de rabia y decisión se acercó hasta la ventana y bajó la persiana. Por el ruido que hizo al caer, la joven pensó que se la había cargado….

“La leyenda urbana habla de correr cortinas y bajar persianas con un aire sospechoso para llamar la atención del extraño ser”.

-”Vaya memez”- Pensó Petra con acritud y se regocijó pensando en que pronto se refugiaría con gusto entre las acogedoras sábanas de la cama, acabando de una vez por todas con aquellos terrores nocturnos.

Como era costumbre, abrió la puerta del cuarto, y contempló el aire de irrealidad que dominaba en el comedor, con los sentidos exacerbados por el ambiente tenebroso no podía apartar su mirada brillante de los objetos que mantenía ocultos la oscuridad… Observó los familiares objetos domésticos y creyó percibir un movimiento en lo que debía de ser el cuadro de la pared. Estaba arrepentida de haber entrado en aquel juego tonto.  Pero, el sueño aquella noche no parecía hacer acto de presencia…. La noche se hizo eterna y como suele suceder cuando el insomnio se apodera de nosotros, sintió unas ganas irreprimibles de ir al aseo…. No le apetecía lo más mínimo tener que levantarse y cruzar a aquel pasillo tan largo, sumido en la oscuridad. Pero, la necesidad fisiológica era tan grande que tuvo que sacar fuerzas de flaqueza, abandonar la cama tan acogedora y aventurarse por el oscuro corredor envuelto en tinieblas. Cuando se encontró en el comedor, captó horrorizada que todas las cortinas estaban descorridas y las persianas levantadas... Algo en su interior le dijo que aquella leyenda urbana presentaba indicios de ser real.

Sobrecogida observó una luz espantosa que impregnaba de una tonalidad verdosa todos los objetos de la calle, se acercó cautelosa hasta la ventana y entonces detectó el movimiento furtivo en el exterior. Mirando con detenimiento, descubrió una sombra gigantesca con forma antropomórfica  junto a la esquina de la calle que, inmóvil y silenciosa permanecía como al acecho. Estaba segura de que aquella cosa no tenía cuerpo, estaba formada por niebla. Petra se quedó sin respiración y por un momento sintió unas ganas incontenibles de salir huyendo.
Con precaución, aparentando una normalidad que no sentía, volvió a correr las cortinas…

El extraño ser del que se hablaba en la leyenda urbana había  acudido puntualmente a su cita con ella…. Pero,  no pensaba enfrentarse a lo desconocido y decidió que el encuentro no se iba a producir nunca. Así que se vistió todo la rápida que pudo y cogiendo las llaves salió a la calle en busca del coche, que la esperaba solitario, aparcado en el garaje… Antes de arrancar dirigió una última mirada a su vivienda y creyó ver la extraña sombra junto a su ventana…

Decidió pasar la noche en una modesta pensión y puso como condición que no tuviera ventanas. El encargado le dirigió una extraña mirada, debió de pensar, !qué extraños son algunos!, pero al ver la insistencia de la chica, no tuvo problemas en proporcionarle lo que le pedía…

La pensión era modesta y a las paredes les faltaba una mano de pintura, pero era un lugar limpio… Cuando se encontró en la habitación, se sintió relativamente tranquila, no habían ventanas y la decoración era más bien simple, apenas un catre, la mesilla y un armario empotrado. Una puerta conducía hasta el aseo, donde destacaba el espejo y el viejo retrete. Aquel lugar era deprimente, pero solo se trataba de pasar una noche y después ni se acordaría.

Pese a las emociones de la noche no tardó en dormirse, pero sin saber porqué, se despertó bien entrada la noche, sudorosa, desasosegada y con la evidencia tangible de que algo no iba bien. Cuando de pronto se sobresaltó al escuchar unos golpes muy fuertes y constantes que retumbaban contra la pared, horrorizada pensó en la posibilidad de que después de todo el ente del juego podría haberla seguido hasta la pensión…. Respiró tranquila, después de todo en aquella habitación no existían ventanas… Era posible que aquellos ruidos se debieran a que alguien estaba en peligro y estaba emitiendo un peculiar S.O.S.

Durante unos instantes, permaneció sentada sobre la cama, atenta. Después sintió que atenazaba su garganta el miedo. Sintió como si estuviera acorralada por una fiera al acecho. Entonces, los golpes se hicieron más atronadores y su virulencia parecía agitar las paredes y hasta los cimientos del edificio. Comprendió que aquel lugar se encontraba bajo el influjo de algún espíritu maléfico, un afán vengativo que debía proceder del mismo infierno.

Petra intentó rezar en vano, cerró los ojos con fuerza y se tapo los oídos intentando silenciar aquel ruido infernal que le martilleaba en la sien...

..." Papá, sé que siempre estás a mi lado, por favor haz que este horror cese"...

Dominada por la desesperación imploraba ayuda sobrenatural a su padre... Estaba casi a punto de perder la razón cuando los golpes cesaron de pronto...No lo podía creer, su padre había respondido a sus plegarias...Aunque formaba parte del juego fingir que estaba dormida y alcanzar los primeros rayos del sol despierta. Pero, el estado de nerviosismo que la tensa situación había generado la traicionó y no tardó en caer rendida en los brazos del sueño.

Despertó a primera hora de la mañana padeciendo los estragos de la noche tan agitada que había pasado.  Pero, se sentía aliviada porque había desaparecido la sensación aterradora de la noche y tras el baño y acicalamiento pertinaz, volvió a ser dueña de sus emociones.

Contempló con estupor las grietas que recorrían todas las paredes de la habitación y las atribuyó a los fuertes golpes que se habían producido durante la noche. A pesar de su excitada imaginación tuvo el convencimiento de que mientras ella estuviera allí, se cernía sobre la pensión y las personas que en ella se hospedaban una inquietante atmósfera de peligro. Sabía a ciencia que aquellas profundas cicatrices que recurrían las paredes de la habitación no se debían a la poca integridad de los materiales utilizados en su construcción, sino a algo que escapaba a cualquier explicación racional.

Comprobó que en poco espacio de tiempo habían aparecido nuevas fisuras que se extendían por el techo y al mismo tiempo sintió como una especie de gas impregnaba el lugar, era una pestilencia nauseabunda  como el olor que desprende una cripta descuidada, aislada del aire exterior. Aquello la convenció de que tenía que alejarse de aquel lugar a la mayor brevedad posible.

Cuando abandono su alojamiento se tropezó con el intenso ajetreo que imperaba en el pasillo de la pensión...

 Las ruidosas conversaciones giraban en torno al estado tan calamitoso en el que se encontraba aquel lugar.... Fisuras en las paredes y todo tipo de escombros se apilaban en los rellanos de la escalera, parecía como si un terremoto o un viento huracanado hubiera asolado el lugar. Los peritos evaluaban la situación...

Petra sintió con desaliento que el edificio podría desmoronarse si continuaba en aquel lugar.

Así que se alejó silenciosa y llena de malos presagios. Solemne le concedió una última mirada llena de desaliento y experimentó la absoluta certeza de que no tenía a donde ir. Cruzó toda la ciudad y sin darse cuenta sus pies la encaminaron hacia la playa, contempló indiferente los pesados nubarrones que cubrían el cielo mientras su cuerpo buscaba reposo en uno de los bancos del paseo marítimo...

Llena de un insoportable sentimiento de tristeza intentó recostarse y calmar su mente febril con un sueño reparador, pero antes sus ojos contemplaron la vasta extensión de arena que se extendía ante ella y reparó en la gran cantidad de personas harapientas que se arracimaban en todos los bancos en aquel sencillo paisaje urbano y sofocó un lamento cuando creyó ver en sus ojos vacíos, el mismo ralo y siniestro aire del fracaso y destrucción anímica que ella sentía. Esa fuerte depresión de ánimo sólo comparable a lo que supone la amarga caída de la existencia cotidiana. Sentía esa terrible frialdad, ese malestar del alma que nada puede aliviar, cuando sus ojos se cerraron intentando desviarse hacia alguna forma de vida más quimérica...

..."toc,...toc"... Volvieron a resonar los golpes arrancándola de su nueva forma de vida sublime...Petra se acercó vacilante hasta la orilla de la playa y se adentró en el mar negro y brillante, vio su imagen reflejada en las aguas mansas y sintió un estremecimiento aún más sobrecogedor, porque allí casi rozándole se encontraba una gigantesca sombra que se agitaba como si estuviera mecida por el viento, también observó las vacías ventanas que tenía por ojos...

La joven retrocedió asustada, ahora comprendía, ¡¡¡había perdido el juego!!! y su espíritu estaba condenado a vagar unido al merodeador del tiempo que, por un absurdo juego, había contactado con ella.  Ahora se sentía completamente esclavizada de esa criatura bestial, inmensa y agazapada, entre el principio y fin de su ilusa existencia...





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