EL CRIMEN DE LA NIÑA BLOGUERA


Existen crímenes en los que unos padres matan "presuntamente" a sus hijos. Entonces, la cobertura informativa que se desarrolla en torno al triste suceso roza el morbo más vergonzoso ya que entra de lleno en todos y cada uno de los detalles más escabrosos que rodeaban la vida de las víctimas, se llega hasta un punto en el que te preguntas si existe o no, un código deontológico en la profesión, ya que no se respeta nada, pero de todo ello sacamos una conclusión:lo indefensos que están los miembros más débiles de nuestra sociedad.

Terribles parricidios que nos horrorizan porque no podemos comprender como un padre puede llegar a convertirse en un agresor y acabar con sus propios hijos, sabiendo todo lo que ello implica, ya que corren el riesgo de ser descubiertos e ir a la cárcel, y, en  según que países, incluso, perder la vida. Este tipo de delito es un reflejo de la pérdida de valores y de la función social de la familia y no es exclusivo de padres adoptivos ni de ninguna clase social. Es un hecho bastante frecuente, aunque sólo en extremos de psicopatía se llega al asesinato.

Nadie entiende como un padre puede llegar a matar a un hijo, pero sucede, y cada vez más, la violencia doméstica y uno de sus fenómenos más comunes, el maltrato infantil, que es considerar al hijo como un objeto de propiedad, a veces molesto, anularlo de tal forma que ya no exista, matarlo sería destruir lo que representa. Lo que busca un parricidio es anular la figura que se violenta.

El caso de Asunta Basterra es uno de los que ha despertado más morbo, debido en gran parte a la gran información inexacta, sin contrastar, que se está ofreciendo y cuyo objetivo es crear confusión en un caso ya de por sí bastante extraño.

Pese al estatus social de los padres ya que la madre, Rosario Porto, es una abogada criada entre las élites de Santiago de Compostela, distinguida con el cargo de cónsul honorífico de la República Francesa, y el padre, Alfonso Basterra, es un periodista originario de Bilbao, este presunto parricidio no deja de ser un caso de la España más profunda, cuyo móvil aún está por determinar...

En la madrugada del domingo, 22 de septiembre, aparecía, en una pista forestal del municipio coruñés de Teo, próximo a Santiago de Compostela, el cuerpo sin vida de una niña de 12 años, con evidentes signos de violencia.

Posteriormente, serían imputados los padres de la niña, primeramente la madre, porque mostró "incongruencias y ambigüedades". Es decir, al figurar algunas inexactitudes, como las detectadas en las cámaras de grabación, en su versión sobre la desaparición de la menor expuesta ante el juez. Finalmente, el padre sería detenido por presunta implicación en el homicidio.

La victima era una niña adoptada, de origen chino, Asunta Basterra Porto, muy inteligente, iba un curso por delante de lo que le correspondería por su edad en el instituto compostelano Rosalía de Castro, destacaba por ser una gran deportista, de ahí sus participaciones en las carreras pedestres populares que cada año se convocan en la ciudad donde residía con sus padres. Además estudiaba música y se apasionaba por el ballet, según fuentes de su entorno familiar.

La chica también escribía en un blog sobre misteriosas leyendas y asesinatos en los Parques de Santiago de Compostela, en una de sus entradas hablaba de un crimen.

Su blog, perteneciente a una conocida plataforma semántica de comunicación se ofrece al público como una misteriosa página web, que responde al nombre de ASUNCA, con fondo negro y letras blancas y rojas muy efectistas, escritas en un perfecto inglés y, como ilustración, utiliza fotos en las que ha manipulado el color. Parece ser que la creación del blog se debe a una tarea escolar. Hay quien insinua que una de las posibles causas en la muerte de la adolescente pudiese ser la historia que se relata en su post, pero no lo creo ya que la última publicación se produjo, justamente, hace un año.

En el blog comentaba que las publicaciones las hacia conjuntamente con otra amiga y ella se identificaba en una de las fotos como la "jefa de los cazafantasmas", seguramente influida por las series de televisión que tratan sobre este tema.

La historia que cuenta viene encabezada por esta frase: "érase una vez una familia feliz: un padre, una madre y un hijo. Un día la mujer fue asesinada."

A continuación relata el crimen, si nos fijamos en la expresión, emplea un lenguaje infantil, ya que cuando se refiere al asesino, lo define como un "hombre malo". Posteriormente, entra de lleno en la historia de fantasmas, ilustrando el tema con una fotografía de ella sentada en un banco, en tonos azules.

Un crimen y una historia muy extraña, es raro que una niña de esa edad sea capaz de hablar sobre un tema tan trágico y que, además, proporcione tantos detalles. ¿Será que presenció un crimen real...?

Todo está bajo secreto de sumario, y el caso de Dolores Vázquez está demasiado presente, pero también recordamos el crimen de la parricida de Santomera y tantos otros. Protagonistas todas ellas de un mito que ha dado nombre a un síndrome en psiquiatría: el síndrome de Medea. Resulta estremecedor pero no creo que la situación patológica tenga algo que ver con la enajenación mental por el abandono de su marido, o a mera desesperación por amor o los celos. El drama de su existencia es producto de una profunda crisis depresiva completa y el desencanto sobre la vida y los seres humanos que la pueblan.

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