EL RAT PENAT, EL TERROR DE LOS CICLISTAS.



Hoy os voy a hablar sobre uno de los parajes más pintorescos de la provincia de Barcelona: EL RAT PENAT.

Un lugar que ha puesto de punta los pelos de punta al pelotón de la Vuelta. La mayoría de equipos se atemorizan al reconocer la cima del Garraf.

En estas pronunciadas pendientes entrenaba habitualmente Juan Antonio Flecha, pero antes también lo hacían José Luís Laguía en compañía de su amigo Perico Delgado. Otro de los habituales en esta escalada es José Pérez Francés, costumbre que todavía no ha abandonado, porque suele realizar cicloturismo por la zona.

Antiguos caminos de Sirga que el tiempo convirtió en sinuosas carreteras que recorren el macizo del Garraf. Impresionante paraje pintoresco que el mar ha convertido casi en un desierto. Cuando recorres sus viejos senderos tienes la sensación de que te encuentras en un paisaje lunar cuyas formas erosionadas ha sido modeladas por el tiempo. Esta barrera rocosa que delimita toda la franja costera nos permite contemplar unas impresionantes acantilados de vértigo sobre la costa Barcelonesa

Espectaculares barrancos y acantilados no exentos de peligro, como así lo indican las constantes huellas de frenado de los neumáticos que aparecen en la carretera y que acaban justo en el borde del precipicio, ya que los vehículos han de aminorar la marcha cuando se cruzan con otro vehículo.

La agreste belleza del Garraf, por los grandes desniveles del terreno se ha convertido en un acicate para los entusiastas de la bicicleta de montaña que la utilizan por sus descensos pronunciados, sus curvas cerradas y empinadas, pequeñas rectas y la exquisitez de los paisajes. Toda la espectacularidad del paisaje contrasta con el ancho de la carretera ya que es tan pequeño que transitar por ella puede convertirse en un peligro ya que se comen parte del otro carril casi en cada curva.

Si imaginamos este lugar invadido por la niebla, nuestra imaginación reviviría todos los mitos y leyendas que dan vida al Garraf. Un escarpado paisaje con mucha historia... y una auténtica prueba de fuego es aventurarse en este entorno privilegiado y en primera fila. Al poco tiempo de comenzar la ascensión ya se aprecia una buena vista del litoral, en la lejanía la delgada línea del horizonte separa el mar del cielo demostrando nuevamente que nunca estuvieron más
cerca. Abajo, la carretera serpentea, enfilada hacia la montaña.

Aquí os pongo unas fotos....


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