REFLEXIÓN SOBRE LA ADMIRACIÓN Y LA ENVIDIA




Estaban todos los discípulos en torno al maestro, disfrutaban de la cálida tarde bajo la sombra de un olmo en el jardín...

Queridos amigos hoy se encuentra entre nosotros una nueva condiscípula, su nombre es Ariadna, y es la primera mujer que ha decidido departir con todos nosotros en nuestra Academia.

La joven escuchaba con admiración la presentación que de su persona hacia el filósofo y por un momento se sintió intimidada.

El sabio intuyó el apuro de la mujer y trató de aliviar la tensión.

…”Precioso nombre querida amiga, Ariadna, la tejedora de sueños, la mujer seducida y abandonada por Teseo”... La joven escuchó la brevísima alocución con una tímida sonrisa en sus labios.

….”Ya que hoy es tu primer día, he decidido que para que superes la prueba de fuego de tu iniciación en este grupo que tiene como objetivo llegar al conocimiento, seas tu la elegida para dar comienzo a la clase”...

…” Maestro, la oportunidad que me ofreces es única, y temo no ser lo suficientemente merecedora para formar parte de tu ilustre academia”...

…”Querida niña, mi academia está al alcance de todos, pero muy pocos se tomarán la molestía de llegar a conocerla. Y, ahora, amiga, ¿puedes iniciar la disertación de está tarde?... Concluyó el maestro con una sonrisa.

…” Pues ya que me ofreces la posibilidad de iniciar una discusión, me gustaría hablar sobre la ADMIRACIÓN Y LA ENVIDIA, ¿son la misma cosa, o por el contrario son dos sentimientos antagónicos?.

..."Mi problema es que tengo una amiga a la que he dicho en numerosas ocasiones que la admiro y siempre recibo la misma contestación de su boca, me dice que no le gusta que la admire porque para ella es una clase de envidia. Yo le respondo siempre, que se equivoca que no tienen nada que ver, pero ella sigue acérrima en su creencia, tan fiel es a sus ideas que me ha hecho dudar"..

..."Mi querida niña, no debes dudar, has planteado una cuestión muy interesante, LA ADMIRACIÓN Y LA ENVIDIA no son lo mismo, admirar es sorprenderse gratamente ante algo. No obstante, en ocasiones nuestra capacidad de sorpresa no siempre es agradable, y aún así tampoco debemos confundirlo con la ENVIDIA.

La admiración suele estar producida por un impulso emocional, situación que no suele darse cuando se presenta la ENVIDIA.

Desear o codiciar lo que no se puede alcanzar, es algo así como estar enamorado de lo inalcanzable, esto es lo que define a la envidia más genuina. Aunque, las personas generalmente suelen despreciar a los individuos que la sufren, cuando en realidad debemos de compadecerlos, pues en realidad son personas que padecen un complejo de inferioridad de difícil solución.

Sólo una persona que desconoce la ADMIRACIÓN es capaz de confundirla con la ENVIDIA.

Querida Ariadna, tu amiga desconoce lo que es la admiración porque nunca la ha sentido, y tu tarea, es mostrársela...

..."Pero, cómo puedo mostrarle este sentimiento tan complejo. No me siento capaz"...

Sócrates decía que la fuente de todo conocimiento estaba en la experiencia, pues bien, has de saber que la ADMIRACIÓN instintiva se puede despertar ante la belleza y el arte...Pero, también en la naturaleza"...

..."Intentaré que Arethusa consiga admirarse con la estampa que ofrece un rojizo atardecer, o las bellezas arquitectónicas de Atenas y Roma"...

..."Has elegido bien, si tu amiga contempla la belleza del arte o la naturaleza sin inmutarse, podremos decir que su vida emocional es muy pobre"...

Has de saber que tu amiga es profundamente narcisista ya que más que despreciar tan ligeramente la admiración que sientes por ella, debería preguntarse si es digna de merecerla...

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