LAS PERSONAS TÓXICAS


Casi todo el mundo coincide en definir a una persona tóxica como alguien nocivo que disfruta haciendo daño a los demás. Estos tiempos de crisis que estamos atravesando parecen muy propicios para que los sentimientos negativos de este tipo de individuos afloren a la superficie más frecuentemente de lo que desearíamos. Estamos siendo objeto de un resurgimiento de envidiosos, arrogantes, déspotas, neuróticos y psicópatas de los que hemos de defendernos, porque pueden complicarnos la vida y en el peor de los casos pueden llegar a ponernos en peligro. Y, la cosa se complica cuando ocupan puestos de relevancia en la sociedad ya que se mueven por un irrefrenable deseo de destruir todos los logros que ha alcanzado la sociedad, buscando su propio beneficio. Y, hablando de las relaciones de poder, cabe citar a ese tipo de jefe desconcertante, impredecible o arbitrario, que más de un@ habrá sufrido. Sin olvidar a los que se creen en posesión de la verdad y que nunca reconocen los méritos y trabajos de otros.

Hay muchas clases de gente tóxica, pero todos coinciden en lo siguiente: manipuladores e intratables, parásitos que se alimentan de las energías ajenas y que tratan de ejercer un dominio sobre sus víctimas para rebajarlas, anularlas o destruirlas.

Seres que odian irracionalmente y disfrutan humillando, avasallando, manipulando con mentiras, agrediendo innecesariamente, desvalorizando, dañando sin pedir disculpas ni ofrecer una reparación, incomodando con sus actitudes, envidiando todo lo ajeno y urdiendo conflictos y problemas a los que buscan soluciones con la única intención de conseguir paz interior.

La lista de personas dañinas o tóxicas la completan el autodestructivo, el sociópata, el celoso, el neurótico, el mentiroso compulsivo, el narcisista patológico, el perverso, el violento y el estafador.

Ya lo dijo Leopoldo María Panero con “la maldad nace de la supresión hipócrita del gozo” su gran inteligencia le hizo ver que la maldad, la bondad, el egoísmo, el altruismo son intrínsecos al funcionamiento de la mente. Tiene que ver con el deseo y con aquello que proporciona placer. La persona que, de manera deliberada, elige la opción de dañar al prójimo, lo hace, sin duda, porque aquello le proporciona algún tipo de placer. No pasa lo mismo cuando el daño a terceros es involuntario.

Machado también identificó en sus poemas a esa “mala gente que camina y va apestando la tierra”. Sin duda debía referirse a unos seres depredadores que codician el bienestar ajeno vampirizando el presente. Sus conductas se convierten en enfermizas y la coexistencia con ellos resulta imposible.

Intentar acudir al psicólogo en busca de autoayuda puede ser algo acertado, sobre todo para descubrir posibles toxicidades en nosotros mismos y así evitar que nos afecten posibles enfermedades en el futuro. Pero, lo más acertado al acudir a un profesional, es si tiene por objetivo detectar a este tipo de individuos, que a veces actúan muy solapadamente y cuesta descubrirlos ya que entran dentro del campo del subjetivismo y de ello depende su aceptación o no.

Comentarios

  1. lo mejor que se puede hacer en la vida es alejarse de las personas toxicas esas personas no dejan cumplir las metas

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