LA MUJER TENEBROSA






El hombre siente una obsesión enfermiza con las mujeres rubias. Se queda embobado mirándolas, busca todo tipo de revistas, donde se exhiben bellas e inaccesibles, su sueño es tener una aventura amorosa con una de ellas. Aquella noche decide salir en busca de la mujer de sus sueños, repentinamente, la habitación del hotel le parece excesivamente solitaria y esa ciudad extranjera se ha vuelto hostil y poco acogedora.  Deambula solitario por calles desiertas con la esperanza de encontrar esa diosa hecha mujer, pero solo siente esa oscuridad inquietante que oculta las ramas deformes de los árboles en su  lucha con los pequeños copos de nieve que cubren sus copas frondosas. Vaga sintiendo la melodía nocturna de las criaturas de la noche. Ha perdido el camino y empieza a sentir el azote del intenso frío.
Entonces la ve, es una figura que difumina la nieve que va cayendo y tiñendo de un manto blanco la tierra. La cabellera de la mujer es una dorada aureola que ondea al viento enmarcando el rostro oculto. Es una imagen extraña que excita la imaginación. Pero, el hombre sólo percibe el brillo de los dorados cabellos, ambos se mueven lentamente. La nieve agarrota sus miembros, dificultando sus pasos. En el hombre se activa el depredador sexual que lleva dentro y que nace del instinto. Se va aproximando con la firme decisión de abordarla, quizá es su última oportunidad, quizá cuando llegue la mañana todo haya sido un sueño del que no querrá despertarse. La imagen etérea de la mujer le llena de esperanza, pero cuando se encuentra cara a cara con ella, descubre que avanza con la cabeza gacha, como temerosa de mirarse en los ojos del hombre. Con un nudo en la garganta, pues teme la reacción de la hermosa mujer,  pronuncia un saludo apagado y, en ese momento, el hombre descubre que la mujer carece de rostro, de ojos, boca, nariz, comprende que esa criatura no es de este mundo. Demasiado tarde, el infortunio ha puesto en su trágico  camino un terrible ser capaz de decidir sobre la vida y la muerte. Erróneamente, huye alocado, pero la pavorosa criatura posee una agilidad y una habilidad extrema en todos sus movimientos. Por eso, cuando ejecuta un gran salto mortal en el aire, para caer, posteriormente, encogida y apoyándose con las manos en el suelo se coloca delante del atribulado hombre que, desconcertado, cae de espaldas y rueda por el suelo víctima de un infarto. La mujer le sigue con lentitud y le agarra con fuerza de los hombros,  lanzándolo contra uno de los árboles cercanos. Donde fue encontrado al día siguiente, con una expresión de terror indefinible en el rostro y los ojos fuera de sus órbitas.
MORALEJA:
Si vas paseando por la calle y te encuentras con una mujer que lleva la cabeza gacha… Por tu bien, NO LE SALUDES ...

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