MIS PLAYAS FAVORITAS


TOSSA, LA HECHICERA
Tossa de Mar es un término municipal de la zona costera de la provincia de Girona, entre Lloret de Mar y San Feliu de Guixols. Se accede por una accidentada carretera llena de curvas y frondosos pinares.

Recuerdo la primera vez que vi Tossa, me pareció deslumbrante, contemplar aquella pequeña ciudadela encaramada en lo alto de un cerro, dominando toda la población me pareció una estampa de una increíble belleza romántica.
Su costa agreste, casi salvaje, la convierte en uno de los atractivos turísticos de la Costa Brava y no sólo por la belleza de sus acantilados, último reducto de las gaviotas, sino por la bella vista panorámica que ofrece de toda la población.
Contemplar sus bonitas casas encaladas desde este punto de observación, único, hace que la vida cotidiana se detenga y el tiempo no transcurra. Perderse en esa ciudadela fortificada es un viaje al pasado, evocar cuando la muralla resguardaba la población de los ataques de los corsarios.
Sentir la brisa marina en las noches veraniegas es una delicia y sus atardeceres difíciles de olvidar, recorrer los restos de la muralla, excelentemente, conservada que conduce hasta un faro que se refleja en las aguas transparentes y espumosas del Mediterráneo, es una experiencia inolvidable.
Ciudadela medieval con personalidad propia, eso es Tossa, ya que hasta sus torres cilíndricas tienen nombre. En el recinto medieval de la villa todavía persisten preciosas casas de piedra llenas de flores y recuerdos.
En Tossa se rodó Pandora y el Holandés errante, Ava Gardner, su protagonista, paseo su belleza por la villa rivalizando con la del entorno y como resultado se erigió una estatua en su homenaje.
Tossa de Mar representa el ambiente bohemio de la Costa Brava y lo es por el esplendor que vivió a principios de siglo con las visitas de Ava Garder, Frank Sinatra, James Mason o el pintor Marc Chagall. Todos se acabaron enamorando de ella por uno u otro motivo. La mujer trabajadora también tiene su propio monumento en esta población de la costa Brava.
Especialmente atractivos y muy divertidos son los cruceros que se organizan por la costa de Tossa, te acercan hasta algunas de las cuevas que existen por la zona y si te apetece un baño en soledad se acercan hasta una de las calas, sorprendentemente, casi desierta, y ya tienes tu paraíso particular. Estos cruceros aparecen en toda la Costa Brava y lo más acertado es elegir una embarcación con el fondo de cristal, así puedes contemplar los fondos marinos del litoral, una auténtica gozada. Son un poco caros, pero como dice mi madre más cuesta la mortaja.
Y, lo más importante, se me olvidaba... Si pensáis hacer un crucero, no olvidéis coger ida y vuelta... (El que avisa no es traidor...je,je,je)

A lo largo del paseo marítimo, desde un extremo a otro, existen una serie de restaurantes con terraza para degustar algunos de los platos típicos de pescado de la cocina mediterránea. Por ejemplo, las mariscadas y las paellas, son únicas.., pero te cuestan un ojo de la cara, así que si te quieres dar un gustazo gastronómico en Tossa hay que preparar el bolsillo. De todas formas, yo me declaro fan entusiasta de comer tortilla de patatas y carne rebozada en la playa, no hay nada más rico. Además de muchísimas tiendas donde poder realizar todas tus compras, también puedes encontrar el producto típico, la miel de Tossa, de gran calidad.

Y, para concluir, aquí os dejo la misteriosa leyenda de "El holandés errante":


El holandés errante es un barco fantasma que, según la tradición, no pudo volver a puerto, condenado a vagar para siempre por los océanos del mundo. El velero es siempre oteado en la distancia, a veces resplandeciendo con una luz fantasmal. Si otro barco lo saluda, su tripulación tratará de hacer llegar sus mensajes a tierra, a personas muertas siglos atrás.

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