LA MAGIA DEL PARQUE DEL CLOT

La primavera es la estación del año ideal para visitar nuestros parques y jardines. La temperatura sube levemente y un milagroso fulgor esmeralda inunda nuestros árboles, que hasta este momento parecían casi muertos con el crudo invierno, y ahora desparraman sus maravillosas flores con una gracia inigualable.
Este pulmón verde del distrito de Sant Martí situado en el centro del barrio del Clot, es uno de los que poseen más encanto, de reducidas dimensiones destaca por los antiguos vestigios del pasado industrial de la ciudad. En este Parque contemplamos como la decoración ornamental de tendencia italianizante ha cedido ante las viejas chimeneas, acueductos y muros devorados por la hiedra, creando un paisaje de decadencia urbana dignificada por la extensa vegetación mediterránea.

Es de esos pocos parques donde todavía se respira tranquilidad. Un remanso de paz, ideal para combatir los rigores del verano que se avecina tomándose un refresco sentados en un banco bajo la sombra de los frondosos árboles que integran el paisaje urbano.
Es uno de los parques que nacieron durante el primer período de los gobiernos democráticos. Construido sobre una antigua fábrica, las ruinas industriales de lo que fue los antiguos talleres de la Renfe, de la que se ha aprovechado y conservado la antigua estructura. Han creado un original contraste integrando elementos arquitectónicos del pasado en un entorno de modernidad, consiguiendo un lugar de ocio perfecto, con mucha zona verde, parque infantil y una pintoresca plaza con gradas en la cual se ofrecen conciertos. Es un espacio verde que cuenta con un total de 3´5 hectáreas concebido para que los vecinos practiquen deporte.
Unos puentes elevados casi ocultos por la vegetación, comunican ambos lados del parque y permiten también el paso de los vecinos de un sitio a otro del barrio.
Justo en la intersección, observamos los viejos vestigios de las antiguas naves industriales del pasado, chimeneas, arcadas y muros se integraron de manera definitiva en la original fisonomía de este parque creando un efecto armónico. Así, las arcadas de piedra que se conservan del muro de la fachada del antiguo taller de RENFE se han convertido en un acueducto remodelado de silueta esbelta que culmina con una cascada de 25 metros de altura.
Por todas partes la vegetación mediterránea florece en forma de pinos, chopos, palmeras y encinas, y en el centro un pequeño monte nos permite gozar de unas bonitas vistas sobre todo el barrio del Clot. En el parque también encontramos una plaza con gradas y pistas de fútbol y en el centro se extiende un estanque con peces de colores y forma imprecisa y una zona de juegos infantil.
Las palmeras contribuyen al gran encanto de todos nuestros parques, lucen atractivas y son una exótica reminiscencia del pasado indiano de la ciudad.
La presencia del acueducto o doble arcada de los antiguos talleres de la RENFE contribuye a crear una estampa romántica acentuada por la aguas que rebosan por los laterales sobre un pequeño canal que irradia reflejos verdes. La patina del tiempo impregna todo el conjunto armonizando perfectamente el desorden de las viejas construcciones con las más modernas.
Un pequeño estanque alberga una extraña escultura de bronce que trata de detener el fluir del agua. La obra de arte aparece flanqueada por una pequeña construcción con arcadas...La cadencia del fluir del agua armoniza el grupo escultórico...
La hermosura del parque se intensifica con un tapizante vegetal con todo tipo de delicadas plantas, arbustos y mimosas que cubren los pequeños parterres y taludes que salen a nuestro paso.
Y, para concluir estas preciosas imágenes:





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