EL DEMONIO QUE VINO DEL MAR, una escapada nocturna



Una escapada nocturna con mis primos a la playa me ha inspirado este cuento. Ellos me pedían que les contara uno de esos misterios que tanto me gustan. Yo, callaba porque ya me lo estaba inventando...

Aquí tenéis el resultado, espero que os dé muchooooooo miedo, aunque con buena intención…je,je,je…

Era una noche tranquila y soplaba una leve brisa que suavizaba los ardientes rigores de un verano que se caracterizaba por ser excesivamente cálido y bochornoso. Aquellos jóvenes decidieron disfrutar del fin de sus vacaciones organizando su propia fiesta en la orilla del mar.

Un grupo de amigos anhelante de gozar de las fuertes emociones que puede provocar un baño en el mar bajo la luz plateada que irradia la luna.

Las risas de los chicos inundan la noche de vida y alegría. La oscuridad imperante se revela espectacular ante los ojos de nuestros amigos y no dudan en plasmarla con los objetivos de sus cámaras. Preparan los trípodes y tratan de adaptar la sensibilidad de la película para captar la espuma burbujeante de las olas del mar sobre la opaca arena. Tras varios intentos surgen las primeras instantáneas y algunos resultados han sido infructuosos, una negrura total emerge de la imagen. Pero entre todas aparece esa foto genial, llena de brillos y contrastes, tan bella como extraña. En ella se observa que entre el remolino de las olas se vislumbra una mancha oscura con forma humana claramente recortada contra un cielo tenuemente iluminado por la luna.

La extraña foto acapara la atención de los muchachas que se dedican a contemplarla con atención, deciden borrarla porque creen que la mancha es un defecto. Pero una chica dice que no, que esperen a revelarla a ver qué es lo que aparece. Y, así lo deciden, guardan la cámara y siguen disfrutando de las excelencias de la noche festiva. Los chicos salpican en el agua como si de niños se tratase, pero entre las mujeres ya empieza a notarse cierto malestar e inquietud por la misteriosa sombra que aparece en la foto y al final acaban abandonando la frescura revitalizadora del agua, para tumbarse somnolientas sobre la arena, que todavía retiene el calor de los rayos del sol. Casi dormitan sus cuerpos jóvenes completamente relajadas, cuando les llega el primer insulto, injusto y completamente fuera de lugar, ofendidas se enfrentan a la agresora, que sigue provocando y lanzado injurias. Pasados unos minutos, empieza a descubrir las infidelidades de las amigas y a enumerar las traiciones ocultas.

La armonía y la alegría que regía en el grupo, al principio, ha desaparecido por completo. En un acto de violencia extrema, la enajenada mental coge carrerilla y haciendo gala de una agilidad sin límites, se encarama en lo alto de uno de los coches, y con los ojos inyectados en sangre se dirige al resto de sus acompañantes hablando  una lengua desconocida. A continuación, y dejado perplejos a sus amigos, da tres volteretas en el aire y cae quedando clavada en el suelo a cuatro patas. En esa posición, se levanta sobre las piernas, y dirigiéndoles una mirada terrorífica sale corriendo como una furia mitológica perseguida por todos los demonios del infierno, en dirección a la negrura de un horizonte desconocido. Los amigos se quedan paralizados por el terror, sobre la arena, aún sin saber qué hacer y con la certidumbre de que la extraña transformación que ha padecido su amiga es fruto de un enajenamiento mental.

Una compañera se halla fugitiva, pero dada la situación casi lo agradecen. Y, preocupados piensan que lo primero que debe de hacerse es tratar de encontrarla, inmovilizarla y llevarla a un centro asistencial y que le den tratamiento.

Organizan dos grupos de búsqueda, uno rastreará por la orilla de la playa y otro por el interior. Tras guardarlo todo en el coche inician la búsqueda.

La noche atemoriza a los jóvenes cuando se pierden entre el laberinto de calles que va a morir a la playa, arboledas frondosas dibujan sombras tenebrosas contra el cielo y las casas, la mayoría desiertas, apenas unas pequeñas lucecitas anuncian la existencia de vida. El ladrido de un perro guardián asusta a nuestros amigos. Ni rastro de la muchacha enloquecida. En esa noche tan sólo les llega el sonido amortiguado de sus sandalias contra las aceras…

En la orilla de la playa el otro grupo sigue con la ardua tarea de seguir buscando a la fugitiva, pero el horizonte se divisa despejado, ninguna presencia humana turba su placidez marina… El rumor de las olas se ha convertido en algo desasosegante y al no encontrar ni rastro de la mujer deciden volver a su vehículo… La noche de repente se ha vuelto más fría y las olas del mar más amenazantes. La contemplación de la inmensa mole un macizo montañoso al fondo de la playa produce una sensación inquietante y convence a los muchachos en dar la vuelta y dirigirse hasta el lugar donde están lo coches. La frialdad de la noche y el miedo da alas a estas criaturas y cuando por fin llegan, se encuentran con el otro grupo, que también ha dejado la búsqueda.

Se sienten reacios a abandonar el lugar sin la joven, pero ya no pueden hacer nada, la chica ha desaparecido en la noche y no se sabe nada de ella, y la situación es tan terrible que ya sólo les queda acercarse hasta la comisaría más cercana y denunciar la desaparición.

Una vez formalizados todos los trámites se despiden y deciden regresar a sus hogares, se dirigen hacia los moteles donde se hospedan, se abrazan llorosos comprendiendo que a partir de ese día las cosas ya no serán igual. Algo inexplicable ha pasado y cambiará rotundamente sus vidas.

Montados sobre sus vehículos y en ruta, descubren lo fantasmagórica que puede convertirse una carretera de noche, sin casi iluminación y las señales de tráfico transformadas por la imaginación calenturienta en siniestros personajes al acecho. Sin apartar la vista de la carretera, en el interior del coche ha bajado la temperatura y en el exterior un manto de niebla se cierne sobre el paisaje.



Los jirones de niebla dibujan figuras fantasmagóricas que aterrorizan a los ocupantes del coche. De pronto entre la bruma que genera la niebla, en medio de la carretera, aparece de súbito como una brusca aparición, la amiga perdida, esta vez les contempla desde el exterior con los ojos en blanco. Adolfo, intenta evitar el accidente con un brusco volantazo del coche que, evitando el vuelco de milagro, continua con su marcha, sin detenerse a socorrer a la amiga ya que han descubierto que lo que se les ha presentado no era una criatura de este mundo. Con la poca valentía que le queda a los ocupantes del coche, giran la cabeza tratando de buscar con la mirada a la endemoniada y lo que ven les encoge el corazón. El ser diabólico levita sobre sus pies y flotando entre la bruma se acerca lentamente hacia el coche. El conductor aumenta la velocidad tratando de aumentar la distancia de separación y lo consigue porque el espectro ha desaparecido del ángulo de visión. Las mujeres lloran desesperadamente. El terror les sigue, ya no les abandonará mientras vivan…

Mientras tanto, al otro coche, le ha ocurrido lo peor que puede pasarle en una noche tenebrosa, han pinchado una rueda y se encuentran en la cuneta cambiándola. Las mujeres está heladas y el frío las mantiene encogidas, una extraña sensación se apodera de ellas. Dirigen miradas recelosas hacia los campos circundantes. Tienen la extraña sensación de que algo va a ocurrir… Entre las sombras de la noche presencias siniestras acechan… Cuando la rueda ya ha sido cambiada reanudan la marcha… Los ocupantes del coche ya se sienten más tranquilos cuando de pronto los faros del coche revelan algo tendido en el suelo en medio de la carretera. Detienen el coche y se apean para observar de cerca el obstáculo de la carretera. Cuando se aproximan, comprueban que el cuerpo ensangrentado que tienen ante sus ojos es el de la amiga fugitiva. Cuando tratan de darle la vuelta, para incorporarla, se encuentran cara a cara con un rostro de mirada infernal que lentamente se levanta y quitándose una imaginaria mota de polvo les dirige unas terribles palabras….

¡¡¡ME ENCUENTRO MUY SOLITA, OS NECESITOOOOOOOOOOOOOO!!! Y, con un terrible alarido y lanzándoles por sorpresa un enorme jirón de niebla que oculta los cuerpos de sus antiguos amigos haciéndoles desaparecer…..

Mientras tanto, al otro grupo, el motel solitario les espera a pie de carretera, la iluminación de las farolas lo hace menos tétrico. Han sido los primeros en llegar, pero son demasiadas las ganas que tienen de sentirse bajo la protección de las paredes del motel. Con los sufrimientos de la noche, deciden pasarla todos reunidos en la misma habitación. Las horas pasan y sus amigos no aparecen. La incertidumbre se apodera de ellos, piensan que es posible que hayan pasado por el mismo trance que ellos, y no hayan tenido la misma suerte. Al final, el sueño y el cansancio se apodera de sus cuerpos y caen sumidos en un profundo sueño del que despiertan con las primeras luces del día. Impacientes, salen a cerciorarse si los amigos han regresado, pero al no ver el coche en el aparcamiento la duda les atormenta. Cuando llaman a sus habitaciones y no reciben contestación, se confirman sus peores sospechas: sus amigos también han desaparecido… Tras denunciar los extraños sucesos a la policía, reanudan el viaje rumbo a sus hogares….Donde seguirán con su pesadilla personal….

Catalina Cazorla

FIN


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