Es casi crónico ya el abandono en el que se encuentra sometido este parque del barrio. Ante la falta de planificación y gestión de un Ayuntamiento no nos queda más remedio que pensar que los vecinos del Canódromo somos vecinos de segunda. Desde que entró CIU, se inició una etapa de incertidumbre con respecto al futuro del Canódromo y las dudas que ha generado, nadie parece interesado en aclararlas…
Hoy algo ha causado que vea su peor cara, motivado por la falta de mantenimiento y limpieza del mismo. Contemplar un ridículo cártel en la que aparecían las recomendaciones tan típicas que se aconsejan en todos los jardines normales y corrientes y, que en éste, parecen inútiles, esa es la triste realidad. Aparte de indignarme por la desfachatez con la que se ríen de nosotros nuestros gobernantes, he sido consciente más que nunca de la desidia y el abandono en que se encuentra este lugar y he comprendido más que nunca que al prestigioso edificio del Canódromo le espera un futuro muy poco esperanzador.
Qué es lo que pasa, qué excusa se puede alegar para no mantener en un estado óptimo uno de los edificios de más prestigio de Barcelona; pero, mientras el tiempo va pasando y la desidia crece día a día. Creo que, quizá habría que ponerse en contacto con los representantes municipales del Ayuntamiento y los medios de Comunicación para denunciar esta situación
El parque que se encuentra actualmente en las antiguas dependencias del Canódromo es un lugar que da pena, árboles y palmeras centenarios sin podar y con las raíces resecas al descubierto, evidenciando que no han recibido ni una gota de agua, desde hace ya bastante tiempo. Sin duda, Parques y Jardines se ha olvidado de ellos,
En cambio, las farolas presentan un sospechoso cerco de humedad en la base, algo muy peligroso teniendo en cuenta la cantidad de criaturas que juegan en el lugar, socavones en el suelo, hierbajos salvajes, y algún que otro excremento de perro y es que el lugar y su aridez contribuyen a fomentar la idea de que es inmenso pipi can.
Todo ello convierte este lugar en un lugar poco deseable para pasar un rato al aire libre y menos en compañía de niños…
Será que como ya no tiene futuro han dejado todo el conjunto abandonado a su suerte, será que al final, ni la cantidad de premios con que han galardonado a este edificio podrán salvarle de un futuro derribo. No no es una idea descabellada, edificios muy emblemáticos de Barcelona han estado a punto del derribo y se han salvado gracias a la iniciativa de los vecinos.
Siempre nos quedará la posibilidad de que la brigada de “LOS JARDINEROS GUERRILLEROS”, se hagan eco de la injusticia que se está cometiendo con este lugar y un día se presenten y conviertan este lugar en un bello jardín. Estos jardineros revolucionarios que protestan contra las ciudades de acero y hormigón, sin futuro, y cuya labor ha sido la de convertir espacios públicos abandonados en nuevos jardines.
Estos utópicos jardineros se dedican a plantar árboles y arbustos, o bien a crear pequeños jardines, en espacios urbanos degradados. También se dedican a embellecer las carreteras y autopistas plantando tulipanes y girasoles en las medianas. Actúan de manera excepcional por todo el mundo, principalmente el 1 de Mayo, pero ya van ampliando su campo de acción.
Quizá estos “revolucionarios jardineros” no tengan mucho futuro, pero sirven para concienciar a la gente y a las autoridades locales de que “otro mundo es posible”.
Y, para concluir, si este artículo sobre la desidia del Canódromo llega a molestar a alguien, pues lo siento. Es evidente que las cosas no se arreglan solas y siempre se encontrará un camino lleno de optimismo y positivismo para solucionarlas.
Concluyo esta pequeña denuncia con un cariñoso saludo a “nuestros” jardineros que no dejen en el olvido a este pequeño lugar de nuestro barrio.
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