FINAL FANTASY VIII Y EL ASESINO DE LA KATANA



Ésta debe ser la leyenda urbana mas tétrica sobre videojuegos que existe, para quienes no la conozcan, he aquí la historia…

En Abril del 2000, en Santiago el Menor (Murcia) un joven de 16 años, José Rabadán, salió de su habitación con una Katana en la mano (espada japonesa), se acercó al dormitorio de sus padres, de un certero espadazo segó el cuello de su madre. Su padre se despertó e intentó defenderse y a juzgar por los cortes que tenía en las manos, todo fue en vano, pues José le partió la cabeza con la Katana. Su hermana pequeña con síndrome de Down tampoco escapó de la masacre, y el frío acero de la espada acabó con su corta vida…

"Una vez decidido el momento y la forma de "matar a su familia", José se comportó de un modo normal saliendo con sus amigos durante la tarde y conectándose desde las 18,30 horas a Internet, como solía hacer habitualmente a esas horas, "chateando" con una amiga llamada Sonia y con otros usuarios. A las 20 horas cenó en solitario en su habitación como habitualmente solía hacer, y tras ducharse, se volvió a conectar a Internet desde las 22,30 hasta las 3 de la madrugada del sábado día 1 de abril."

Posteriormente, preparó su bolsa de viaje y se encamino a la estación de tren donde un amigo le esperaba. Su destino, Barcelona, donde tenia una amiga que había conocido por Internet, pero en Alicante fue detenido por la Policía.

Hasta entonces José Rabadán había sido un chico normal, aficionado a los videojuegos y a las artes marciales (La Katana con la que cometió los asesinatos era un regalo de su padre).
El caso no habría trascendido más que otros crímenes, si no hubiese sido por el sensacionalismo de la prensa y televisión de la época, que aseguraba que José Rabadán había cometido los asesinatos influido por el personaje de un famoso videojuego, el Final Fantasy VIII, del que era muy aficionado.

La prensa de la época argumentaba que José Rabadán intentaba parecerse Squall, tanto en su aspecto físico como en su forma de actuar. Cosa que no está demostrada. Ya que el muchacho se parecía tanto al personaje virtual como cualquier otro chaval de 16 años de pelo oscuro con media melena y la ralla en medio, nada en su vestimenta o aspecto puede recordar a ese extraño personaje. Su carácter era reservado y taciturno, perfil que coincide con la mayoría de los jóvenes a esa edad.

«Es un chico tímido, algo introvertido, del que su madre decía que en el colegio no levantaba la mano por vergüenza cuando sabía algo», comentaba una vecina. Había dejado los estudios y quería trabajar. «Ultimamente le gustaban mucho las artes marciales , se había apuntado a una academia para perfeccionar taekwondo y full-contac. Le encantaban las películas de Bruce Lee y de Van Damme», señalaron algunos de sus amigos.

En cuanto a lo relativo a que usara una Katana. Tampoco parece deberse tanto a querer imitar a la Gunblade que esgrimía Squall como a su afición por las armas, las artes marciales, a casi todo lo oriental y a algunos libros satánicos, según fuentes policiales. . Y, quizá el padre también tuvo parte de culpa al fomentar regalando algo tan peligroso a un adolescente…

La prensa aseguraba, que en el momento de ser llevado ante el Juez, José se mostraba tranquilo, sin ningún remordimiento aparente.

Aquella fatídica noche del 31 de marzo José Rabadán contaba con solo 16 años,era menor y lo sabia. Según los psiquiatras que le trataron los primeros días después del crimen este parecía una psicosis epiléptica aunque en todo momento supo lo que hizo y las consecuencias de lo que había hecho. Fue condenado a 8 años de internamiento en un centro para menores y a dos años de libertad vigilada teniendo que presentarse una vez a la semana en dependencias judiciales, pero solo cumplió siete años, nueve meses y un día y después quedo en libertad sin vigilancia. Ha rehecho su vida y hasta se ha casado.

Hoy en día tiene 24 años,y aunque para muchos ese caso quedo olvidado en la historia negra de nuestro país, no podemos olvidar que José Rabadán Pardo mató y asesino con ensañamiento a sus padres y a su hermana, aquella noche en el barrio murciano de Santiago el Mayor, pero se rumorea que nada más ser puesto en libertad se compró una PS3 y compró devil may cry 4.

Es un caso monstruoso, el chaval no tenía ni motivos, ni alucinaciones que le incitaran a matar ni nada por el estilo. Sólo quiso saber qué se sentía al asesinar y de paso liberaba su vida de las supuestas ataduras familiares.

Nos empeñamos en hacer de la maldad un complejo laberinto de sentimientos cuando la verdad es bastante más simple. La generosidad, el cariño, la alegría, la solidaridad, etc, todo eso sí que son sentimientos fruto de un esfuerzo consciente y de conexiones neuronales entrenadas. Lo de Rabadán es la reacción de cualquier psicópata. En mi opinión, a una mente perturbada, no la hace falta ningún estímulo (ya sea el cine, la música, la literatura, videojuegos, etc.) para cometer un crimen, sus motivos suelen ser más profundos y enfermizos.

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