NOSOTRAS Y LOS FANTASMAS DEL PAÍS CÁTARO III



El tiempo transcurre lentamente y amenaza con hacerse eterno y nosotras estamos cada vez más preocupadas con lo que puede haber pasado en esta tenebrosa "ciudadela del vértigo". Durante la bajada no nos hemos encontrado con nadie accidentado, así que es muy posible que haya sido en el castillo o en sus inmediaciones.

Esperamos cerca de dos horas, pero el personal de la ambulancia no aparece con el herido y a pesar de la curiosidad que nos corroe decidimos abandonar el lugar y seguir con nuestro viaje. Creo que es muy posible que con la llegada de la niebla los jóvenes se hayan asustado emprendiendo una alocada carrera huyendo del lugar y con lo accidentado del terreno hayan sufrido alguna dislocación. Espero y deseo que no sea nada grave.



Nuestro siguiente objetivo es buscar un lugar donde comer y por la tarde visitar el castillo de Puivert ya que se encuentra cerca de donde nos encontramos; y, después, tranquilamente acercarnos hasta Castelnaudary para disfrutar de esta población tan emblemática del Canal del Midi. Pretendemos hacer una pequeña escala acuática para descansar de un viaje que hasta ahora sólo nos ha ofrecido un paisaje donde dominan los paredes verticales y los riscos escarpados, grandes espacios donde merodean aves rapaces a la caza y captura de alguna presa.

-"Podemos comer en Mirepoix y de paso visitar la ciudad"- Comenta Carmen, cuando realiza la maniobra de marcha atrás para salir y enfilar nuevamente la carretera con dirección a Mirepoix, en buen estado, pero generosa en curvas muy pronunciadas. Realmente el paisaje que se goza desde el coche es muy hermoso y para los amantes de la naturaleza no puede haber mayor gratificación.

-" Sí, y además encontraremos sitio sin ningún problema, ya que en Francia no se celebra la Semana santa porque es un estado aconfesional, laico, pero como rareza típica de los franceses lo que si celebran es el Lunes de Pascua. Después si os parece bien, podemos visitar una pequeña parte del Canal."- En realidad lo que más me gustaría es no bajarme del coche ya que la caminata hasta el castillo me ha dejado reventada y tengo la planta de los pies que no la siento. Y, así sentada en el coche podré descansar.

Llegamos a Mirepoix aproximadamente al mediodía y tras aparcar paseamos un poco por los rincones tan sugestivos que esconde esta vieja población, nos dirigimos hacia su vistosa plaza central que goza de un discutible aire medieval debido al colorido de las casas de madera y adobe sustentadas sobre galerías de maderas con soportales adornados de esculturas.



La ciudad de Mirepoix fue un importante centro regional de la doctrina cátara ya que todos los caballeros de la zona abrazaron el Catarismo, concentrándose en ella el mayor número de "Casas Perfectas" bajo la protección del señor cátaro de la región Piere Roger de Mirepoix.

Unida en la desgracia con el Castillo de Puivert ya que cuando las presas de contención de las aguas del lago homónimo se rompieron provocaron la crecida del río Hers(que pasa por Mirepoix) y la inundación seguida de la total destrucción de la ciudad.

Estos hechos dieron origen a una una triste leyenda , la de "La Dama Blanca", que dice así:

…"En el año 1279 ocurrió una catástrofe que entristeció a toda la región. Una gran presa construida como barrera de rocas y piedras para contener las aguas de un lago que había en las inmediaciones del castillo reventó y las aguas crecidas inundaron todo el valle destruyendo las ciudades cercanas de Mirepoix y Chalobre.

Esta presa la mandó construir el señor de Puivert porque su esposa, una bella Dama solía pasear por el valle y le gustaba sentarse en un banco y contemplar toda la belleza que cincundaba sus dominios, pero cuando con las lluvias torrenciales de la primavera y el otoño, el Lago se desbordaba y cubrían el banco de esta Dama Blanca.

Pero la obra de construcción era tan deficiente que la barrera de piedras falló y las aguas se desbordaron tragándose a la señora y a sus sirvientes"…



Tras la evocación de una triste historia que conmocionó a toda la región, nos sentimos atraídas por las terrazas abarrotadas, a pesar de ser un día laborable, de cafés y restaurantes que proliferan en cualquier lugar de la plaza y en los aledaños de la plaza y donde la gente devora los suculentos platos que ofrece la gastronomía de la zona.

Hace buen día y optamos por comer al aire libre disfrutando de la belleza arquitectónica que ofrece esta plaza y de las excelencias de un clima que precisamente hoy ha terminado siendo muy benigno.

Mientras esperamos que nos sirvan la comida comenzamos a hablar de todas las cosas raras que nos han pasado en estos dos días que llevamos de viaje.

Iniciamos la conversación hablando de lo que más nos ha afectado: la extraña aparición en Carcasona.

-"Resulta un poco extraño pensar que Carcasona sea capaz de hacer algo así como reclamo publicitario"- Razona Carmen.

-" Mira que si en realidad ha sido un extraterrestre que quería contactar con nosotras. " Se ríe con ganas Antonia y es que ella me ha confesado a mí, que eso sólo ha sido una broma pesada de esas que le gastan a la gente con una cámara oculta.

– " Bromas aparte, creo que haciendo este tipo de cosas lo único que logran es que la gente se asuste y no la visite de noche.".- Añade Laura muy seria sin hacer caso de las risas de mi hermana.

-"Es que a lo mejor lo que buscan es eso precisamente, que los dejen tranquilos por la noche. También puede ser sólo la proyección de algún tipo de foco y nuestra imaginación ha hecho el resto"- Comento con ellas. -" De todas formas; mañana vamos, a primera hora de la mañana, e inspeccionamos todo el lugar y a ver qué es lo que nos encontramos, yo creo que es cosa de los vecinos…"-

-" Y, lo del museo puede ser también otro montaje, como lo del detalle del trovador en la calle"- Me interrumpe Antonia.

-" Pues estamos en las mismas, es un museo en el que apenas entra gente y con este montaje lo único que consigue es espantarla, no, no creo que sea un montaje…porque me parece que al museo lo que le interesa, justamente, es el efecto contrario"-.

-" Existía impregnación en Montségur"- Me pregunta Laura, cambiando bruscamente de tema, mientras coge un trozo de pan de un recipiente y pienso que como la comida se retrase mucho va a acabar con todo.

-" Por supuesto…"- Le respondo. -" No te has dado cuenta de la cantidad de gente que subía hacia Montségur y, cuando nosotras hemos llegado arriba lo solitario que estaba. Es más, parecía que la gente ha ido desapareciendo al mismo tiempo que la niebla. Éste es uno de los síntomas más evidentes que suele darse cuando los lugares sufren de impregnación. Ésta suele actuar como un repelente. Si nuestra estancia en un lugar así se prolonga podemos llegar a enfermar de gravedad"-.

-"Porque la intensidad que provoca los sentimientos negativos, como pueden ser el dolor, el sufrimiento y el miedo prolongados excesivamente pueden llegar a enfermar a una persona sana. Pues bien, debemos entender que nosotros actuamos como un ente polarizador, es decir, somos capaces de recibir y emitir energía y esto no es ni mucho menos esoterismo, sino física y química orgánica. La gran duda reside en: ¿ Cuando la emitimos, hacia donde va?.

-"Pues bien, cuando la emitimos en un lugar cerrado se adhiere a las paredes y cuando se realiza en el exterior se diluye, se pierde en la atmósfera y acaba desapareciendo. Es por eso que todos los fenómenos paranormales suelen darse en lugares cerrados y poco ventilados.

Mis compañeras de viaje ponen caras de circunstancias, extrañadas ante lo que estoy diciendo y trato de explicarme, pero mi hermana me interrumpe y comienza explicándoles una experiencia que vivimos en el Castillo de Chennonceau, precioso castillo situado en el Valle del Loira.

-"Nosotras hicimos un viaje a Bretaña y los Castillos del Loira, resulta que presenciamos muchos accidentes en las carreteras, con muertos en todos ellos y estábamos tan afectadas que cuando llegamos al célebre castillo, nos causó una pésima impresión. Estábamos tan influenciadas por las fotos que aparecen de él en folletos y revistas, que, cuando nos encontramos de frente con él nos llevamos la mayor desilusión que os podéis imaginar. Tenía un aire muy triste, y el mal estado en que se encontraba a causa de los desconchados que habían en la fachada le daban un aspecto tal de abandono que apenaba.

Hay que decir que los que habitaron este lugar fueron respetados durante la Revolución Francesa, ya que sus propietarios ayudaban mucho a su pueblo y por eso se libraron de ser ajusticiados en la guillotina.

Conforme vas visitando las estancias de todo el lugar, más o menos bien conservadas e interesantes y dentro de la más absoluta normalidad; pero al final te llevan hasta una rara habitación, la que se supone que perteneció a la señora de castillo, una señora viuda inconsolable, cuyo marido padeció la muerte más absurda que imaginarse pueda, se dio un golpe fatal(con ayuda, creo)contra el quicio de la puerta y falleció en el acto. Y, su amante esposa enloqueció de dolor y pena y en un acto de amor, se recluyó en vida, vestida totalmente de blanco, dentro de una habitación con las paredes pintadas de negro, con lágrimas de plata. Combinó todos sus muebles de riguroso negro y decoró su cama con un dosel de terciopelo negro, puso crespones negros en las ventanas y así vivió hasta el final de sus días llorando la ausencia del marido.

Pues bien, toda la gente se iba metiendo en todas las estancias del lugar sin problemas; pero, cuando nos vimos frente a la "Habitación Negra" algo no tangible nos impidió entrar en ella y sólo pudimos contemplarla desde fuera, como todo el público visitante, porque dentro de aquel lugar había algo inexplicable que te paralizaba"- Concluye Antonia. Y, ya veo, como el camarero aparece y se dirige hacia nuestra mesa cargado con nuestros imponentes platos de comidas y respiro de alivio, pues ya empezaba a estar hambrienta.

-"Ya está, decidido, el próximo viaje que hagamos será Bretaña, sus recintos parroquiales y los Castillos del Loira. Porque con esto que has contado cualquiera se resiste"- Le responde Carmen, pero yo creo que mi hermana no es del mismo parecer, porque en este sentido piensa como yo: habiendo tantos sitios por visitar, no le parece inteligente repetir un viaje por muy interesante que sea.

-"Las impregnaciones qué tienen que ver con los espíritus"- Pregunta Laura.

-"Pues, que van unidos, los espíritus se pueden manifestar o no, cuando se presentan ante alguien es porque quieren decirle algo o revelar algún importante secreto, por eso es muy fácil pensar que a esta gente no la exterminaron por lo que eran, sino por lo que escondían, ¿qué terrible secreto debían ocultar?, y que se llevaron con ellos a la tumba. Alguna realidad que pudiese trancender y poner en peligro todo lo que había conseguido la iglesia hasta ese momento.-" Sigo hablando, pero con menos intensidad, porque estoy más pendiente del plato de comida que tengo ante mis ojos. Y, que cada minuto que pasa me parece más apetecible.

-"Tengo entendido que era el Santo Grial"- Me corta mi hermana. Mientras remueve con el tenedor una molleja de pato confitada en su propia grasa, ingrediente típico de las ensaladas, que según me ha dicho, no le hace mucha gracia. Por lo tanto no se atreve a hincarle el diente. Tras darle muchas vueltas se decide a probarla, y, parece ser que la encuentra buena.

Entonces todas nos decidimos y atacamos nuestros platos sin ninguna timidez. Entre la bebida, la casa nos ha ofrecido un vino típico de la región que es parecido a un moscatel sus ingredientes son vino, miel o azúcar, canela y seguramente tomillo porque es una planta aromática que se ve por todas partes, la ponen hasta en la sopa, pero no dejamos a Carmen que lo pruebe. Pero la tentación es muy grande y cada vez que se le van las manos a la botella, Laura le da un manotazo en la mano. También hemos pedido unas albóndigas a la francesa que según el camarero son la especialidad del día y tienen una pinta buenísima.

– " Eso del Santo Grial es un cuento, esta gente no reverenciaba, ni idolatraba reliquias, que es lo que viene a ser esta cosa. Además durante la Edad Media se generó en torno a las reliquias sagradas un tráfico tan intenso que acabó degenerando en un negocio fraudulento, con auténticos expertos en la falsificación de los certificados de autenticidad que acompañaban a las reliquias sagradas y que para colmo de males decían que venían de Tierra Santa. Existe un caso muy divertido y es qué, en la catedral de Colonia, me parece, resulta que en una vitrina se venera la calavera de San Juan Bautista cuando era niño, y, en otra, la de San Juan Bautista, adulto. Digamos que existen dos calaveras del mismo santo. También es famosa la reliquia que contiene los catorce prepucios de Jesucristo. Era un desmadre esto de las reliquias y los cátaros tan adelantados a su tiempo no eran ajenos a ello.

Ellos sin lugar a dudas tenían que proteger algo, posiblemente una persona o quizá algún tipo de evangelio. Si era una persona, no debía de estar relacionada con Jesucristo, o sí, ya que ellos no le concedían especial importancia a la figura del Mesías, decían que era una persona normal y corriente que tuvo la valentía de enfrentarse a Roma y a todo su sistema de creencias y como resultado murió en la cruz, que por aquel entonces era un instrumento de tortura romano por lo que ya podemos deducir quién le ajustició."- Concluyo finalmente.

Sea lo que sea que esta pobre gente protegió hasta pagarlo con su vida, lo cierto es que a pesar de toda la Literatura que ha generado esta historia ya sea mito o realidad, los cátaros aún poseen su secreto ancestral y todavía esperan a la persona o personas dignas de transmitir su valioso secreto.

Salimos del restaurante en dirección a la Bastide de Bousignac y giramos en dirección a Lagarde, vamos recorriendo una hermosa carretera, en perfecto estado y sin demasiado tráfico. Observamos desde el coche el encantador paisaje que recorreremos por la sinuosa carretera que nos llevará hasta Chalabre ;y, finalmente, hasta nuestro destino final el escenográfico castillo de Puivert, uno de los más bellos y mejor cuidados de Ariége.



La primera familia de este castillo señorial era la famiia Congost, cuyos miembros eran adeptos a la religión cátara.

Alpaïs, mujer del señor de Puivert fue asistida el día de su muerte por "perfectos" cátaros. Su esposo Bernard de Congost también recibió el "consolamentum", especie de extremaunción cátara, y, fue uno de los que se sacrificaron en Montségur

Cuando llegamos a las inmediaciones del castillo, encontramos que el día no puede ser más soleado, hasta tal punto, que alzar los ojos al cielo te deslumbra con su intensidad. Raramente, damos con el desvío que conduce al castillo a la primera y Carmen, en esta ocasión, coge la curva de manera correcta.¡ A buen entendedor sobran las palabras…………..!

Con cuidado accede despacio por la pronunciada rampa que conduce hasta el castillo, llegamos a una amplia explanada de tierra y Carmen en un gran alarde y conteniendo la respiración consigue aparcar en un lugar muy reducido de espacio, y, ¡fíjate! sorpresa, echamos una ojeada a nuestro alrededor contemplando los otros vehículos que hay aparcados y descubrimos que son todos de Barcelona. ¡Para que luego digan que el mundo no es un pañuelo….!

Tomamos un estrecho y corto sendero pedestre que se introduce en la montaña y, que zigzagueando hasta una explanada de hierba(nuestra perdición), antesala natural de este espectacular castillo medieval cuya entrada se encuentra al final de la misma, cerca de donde nos encontramos vislumbramos en el interior una coqueta taquilla.

La mujer que vende las entradas nos entrega junto con ellas, al comprarlas, una linterna de grandes dimensiones, nada discreta. Las cuatro cruzamos una mirada de complicidad, pero en la de Carmen creo detectar recelo e inquietud, mientras que en la de Antonia y Laura sólo veo entusiasmo y alegría ante las aventuras que pueda deparar la visita a este imponente castillo.

Y, con este aliciente, iniciamos una visita que en verdad promete mucho. Provistas con nuestra linterna, nos liberamos del temor que nos inspira el lugar y accedemos a través de una puerta fortificada con su torreón anexo de 35 metros de alto y 15 metros de lado, con cuatro salas sucesivas que se van superponiendo. Este torreón nos permite acceder al patio principal, donde nos encontramos, cercado por 6 torres y una "cortina". En el ángulo Noroeste encontramos una poterna llamada "Puerta de Chalabre", esta construcción era una especie de puerta secreta que se solía construir en los muros de un castillo, generalmente en lugares ocultos y que eran utilizadas por los habitantes del castillo para entrar y salir sin ser vistos. Cuando los castillos eran sitiados o asediados, solían utilizarse como medio de escape

Dentro del torreón podemos admirar la capilla y la "sala de los músicos", en la ojivas de la bóveda se observan diversos personajes tocando una gran variedad de objetos musicales. Y, como remate final, para recrear el ambiente del Medievo, del interior de esta sala brota un canto gregoriano que te pone los pelos de punta y que tiene la facultad de transportarte a otro tiempo.

Para aumentar la seguridad del recinto se han construido una pasarelas de hierro y una escalera de caracol que conecta con la segunda planta. Descubrimos la ausencia total de iluminación y es donde se precisa la linterna que utilizamos para poder llegar a la azotea.

La vista que se goza desde este lugar es impresionante, un panorama circular que sobrecoge. Sobre nuestras cabezas un rabioso cielo azul y a nuestros pies la pequeña presa causante de la desgracia del 1279. Y, a lo lejos la silueta inconfundible de los Pirineos, semejantes a dos titanes dormidos.

Nos encontramos de nuevo en la amplia explanada y nos dirigimos a otra construcción del recinto que se encuentra en buenas condiciones. Penetramos en su interior y nos rodea la más absoluta oscuridad, llena de sonidos inquietantes, totalmente amplificados y resonantes. Penetra en nuestras fosas nasales el olor rancio de la humedad y el moho, que los franceses llaman "champiñones".

Y, si en este lugar hay gente de Barcelona se ha debido de esfumar porque no aparece por ningún lado.

Los haces luminosos de nuestra linterna barren sinuosamente las paredes y aunque su función es ir abriéndonos camino en nuestro deambular, su estela luminosa nos juega a veces malas pasadas.

Llenas de un temor inexplicable, sentimos que la oscuridad y la imaginación alimentan nuestros terrores psicológicos y esto puede llegar a ser muy peligroso ya que en esta visita dependemos totalmente de la linterna y ante la idea de que se pueda apagar se nos pone la carne de gallina.

Laura y yo nos quedamos una vez detenidas, durante unos veinte minutos, en el interior del túnel del tren de la bruja, totalmente a oscuras, y fue horrible, un pánico sin igual, nos quedamos afónicas gritando como locas. Y, allí no venía nadie a salvarnos. (A quién le interese el final se lo contaré en secreto, esto me da mucha vergüenza contarlo, ¿se comprende verdad?).

Recorremos todos sus rincones y dependencias más ocultas, subimos por sus destartaladas y sombrías escaleras de caracol, con mucho cuidado y con curiosidad contemplamos los hábitos oscuros de aquellos legendarios cátaros colgados en las paredes de grandes salas, y en los descansillos de las escaleras artilugios de guerra como mazas, trabucos,etc…

Seducidas por el espíritu del castillo y la dulce melodía del canto gregoriano que llega hasta el último rincón de esta fortaleza. Decidimos dar por acabada la visita, pero antes de salir descubrimos a mano izquierda, una pequeña puerta que antes nos ha pasado inadvertida y que ahora parece realzada ante nuestra vista.

Sin pensarlo ni un momento, traspasamos la puerta y lo primero que vemos es como si hubiésemos dado con un pasadizo secreto, contemplamos una escalera de caracol, construida en un espacio tan estrecho que una persona tiene que pasar casi de lado, esto nos indica que la envergadura de aquella gente no debía de ser muy grande.

Oscura como la boca de un lobo, la primera que se adentra en el pasadizo es Laura que con la linterna en su poder es la que va abriendo el camino, después la sigo yo, casi tiritando no sé si por el frío o por el miedo que llevo en el cuerpo, mi hermana viene detrás mío y me parece que me está diciendo algo, pero es tanto lo que me castañean lo dientes que no me entero de nada. Carmen ha decidido no bajar con nosotras y dice que nos espera arriba.

El estrecho hueco de la escalera se llena con los gritos estridentes de Carmen que en desbandada se lanza por la estrecha escalera agitando los brazos en alto como una demente y abriéndose paso a golpes de codazos, dejándonos a todas atrás, en su carrera nos ha aplastado literalmente contra la pared y, en especial, Antonia, es la que peor parte se ha llevado ya que se queja de dolor porque según ella la ha estrellado contra la pared.

Acabamos el descenso, no exento de peligro, totalmente a trompicones, y con unas risas deternillantes, pero la primera que ha llegado ha sido Carmen y lo primero que hacemos es pedirle explicaciones.

Ella nos dice que no ha bajado porque tiene un problema y es que en lugares cerrados y muy estrechos suele padecer una claustrofobia que le provoca ahogos y por eso había decidido quedarse arriba y esperar a que subiésemos. Pero, mientras estaba esperando, ha tenido la curiosidad de acercarse hasta el umbral de la puerta y ver que es lo que se divisaba desde donde se encontraba y, entonces ha sido cuando ha sentido como le daban un fuerte golpe en la espalda empujándola bruscamente contra el hueco de la escalera por donde nosotras hemos bajado. Comenta que el lugar donde se encontraba estaba totalmente desierto y cuando ha sido consciente de la absoluta soledad que la rodeaba le ha entrado un ataque de pánico.

Comprendemos su trastorno psicológico y cuando percibimos la respiración fatigosa que empieza a presentar y abandonamos de inmediato el cuchitril al que ha dado la escalera de caracol por la que hemos descendido que no es otra cosa que una sala de reducidas dimensiones, con la única luz de un pequeño ventanuco que ilumina tenuemente el lugar, una siniestra mazmorra.

Si alguien está leyendo este relato y siente la necesidad tan imperiosa de perderse en estos lugares tan llenos de historia, misterios y leyendas tiene que conocer un detalle y es que el cuerpo de Antonia esta dibujado en la pared de uno de sus pasadizos más secretos porque Carmen sufrió un ataque de pánico incontenible que la llevó casi a la locura. ¿Es broma? Sí, por supuesto, no enloqueció, ni mucho menos.

Laura le gasta bromas con el susto que se ha llevado y le dice que, qué mala suerte la suya con la fama de buenos que tienen los fantasmas del País Cátaro y ella se ha ido a encontrar con uno que tiene mala leche.

Antonia siguiendo con la broma de nuestra amiga le dice que lo que pasa es que el fantasma está "mosca" por "algo" que hace que no le gusta y se lo lleva guardado.

Al final, Carmen finge un poco de enfado y las corta diciéndoles que no digan más tonterías.

Cuando abandonamos el castillo nos dirigimos hacia la amplia explanada verde y nos tumbamos encima disfrutando de este clima que embellece esta tierra y le confiere su grandeza natural e histórica y comprendo que para implicarse con la historia de estos lugares significa ponerse en la piel de aquella gente y asumir plenamente sus certezas filosóficas y descubrir que para comprenderles en el fondo hay que tener un espíritu cátaro.

Después de la visita del Puivert planificamos las visitas para lo que queda de la tarde y pensamos en romper la tónica general del viaje y realizar una escala fluvial muy relajante y tranquila en este viaje, como contrapunto a la visión tan desafiante y excitante de los Pirineos.

Nos encontramos de nuevo en la carretera y siento una emoción especial pues vamos a descubrir unos lugares preciosos del mediodía francés y mi euforia aumenta cuando contemplo las carreteras rurales, siempre rurales, las preferimos a las autopista de peajes donde no puedes disfrutar de ningún paisaje.

Después de la visita del Puivert nos dirigimos hacia Castelnaudary atravesando poblaciones como Villefort y Chalabre. Las carreteras de la zona sin ser malas del todo, no son todo lo buenas que deberían de ser. Están muy castigadas por el clima extremo del invierno y el contraste de los rigores del verano. La carretera es una delgada línea dibujada en el paisaje que se dirige regularmente hacia el Noroeste y va atravesando paisajes de suaves colinas y valles eternamente verdes. Pienso en el poco tráfico que circula por la región y la razón no es otra, que la posibilidad de enlazar con una Autopista que atraviesa la zona.

Dejamos atrás poblaciones como Villefort y Chalabre, llegamos hasta Lagarde y Plavilla, y finalmente nos encontramos en las inmediaciones de Castelnaudary, lugar donde las aguas del canal forman una especie de estanque de mansas aguas, más adelante seguiremos la línea del canal que se mueve sinuosa por el campo.

Descubro horrorizada recortada contra el horizonte la figura inconfundible de un ciclista, un pobre e inocente ciclista, que ajeno por completo al peligro que le acecha por la retaguardia pedalea rítmicamente y de manera regular, pero es un tanto imprudente ya que circula por el centro del carril.

¡Dios mío!. Cómo no he pensado en esta posibilidad. Contemplo temerosamente las mansas aguas del Canal donde se reflejan frondosos y robustos los árboles que hay en su ribera, y la gente que come al aire libre bajo sus verdes y sombreadas orillas y me parecen peligrosamente cercanos y desprotegidos.

Tengo confianza en Carmen y sé que extremará las precauciones al realizar el adelantamiento y al final no realizaremos un crucero obligado por el Canal, pero en coche, claro está.

En el fondo Carmen cuando quiere sabe ser prudente y ha adelantado al ciclista de manera adecuada y sin ningún problema. Quizá ha ayudado la circunstancia de que no venía ningún coche en sentido contrario.

Una vez rebasado se oye un profundo suspiro en el interior del coche que no ha salido de mi pecho y deduzco que Carmen tiene acojonada a más de una. Tras el incidente los nervios se relajan y ya empiezan con las bromas.

Castelnaudary es doblemente importante; por un lado, porque fue un importante centro de la herejía cátara; y del otro, porque constituye un punto importante en el Canal del Midi. Conquistada por Simón de Montfort, sus habitantes adeptos a la religión cátara no opusieron resistencia, pero igualmente, unos cincuenta fieles fueron quemados en la hoguera.

El gran estanque de esta población está muy accesible y ya es muy tarde y la gente empieza a desalojar el lugar, por lo que Carmen no tiene problema en encontrar un pequeño aparcamiento cerca de un pequeño estanque, que a nuestros ojos parece un lago interior de reducidas dimensiones en cuya superficie se reflejan todos los edificios más emblemáticos de la ciudad. En realidad vamos a pasear por esta ciudad, y de paso buscaremos una tienda donde comprar algunos alimentos con los que improvisar un cena ligera en el hotel y así descansar un poco del día tan intenso que hemos tenido porque no podemos dejar de reconocer que estamos rendidas.

La tarde ya esta muriendo y el panorama que se nos presenta viene a ser la culminación de un día lleno de aventuras. Contemplamos la gran extensión de agua y noto al mismo tiempo que la temperatura empieza a bajar, por lo que empezamos a abrigarnos y nos dirigimos al hotel, pero después de hacer algunas fotos del lugar para retener en una instantánea toda la belleza que encierra este lugar del Languedoc.


CONTINUARÁ....

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